Era abril de 1982. Camino de Jerez y a nada de llegar, a la
altura de Las Cabezas de San Juan, paré en una gasolinera con bar grande y tomándome
un ‘algo’ -que no sería un café a pesar del momento inicial del día-, instalado
frente a aquel gran ventanal vi cómo llegaba un largo convoy militar que
aquella inmensa explanada de tierra sólida albergó. La PM rodeó el grupo
central de vehículos y la tropa vino hacia nosotros, hacia el bar; a los
servicios y a la barra. Frente a los tres ventanales estábamos agolpados el
buen número de clientes que a primera hora de la mañana habíamos coincidido
allí; expectantes por el despliegue momentáneo.
Al poco sabíamos, grandezas del arte de hablar andaluz en la
barra del bar, que volvían al Cortijo Buenavista, de San Roque (Cádiz). Se
dirigían a su base, junto a Gibraltar; que ‘la cosa’ lo demandaba.
‘La cosa’ era que hacía pocas horas que todos habíamos sabido
de la Guerra de las Malvinas; en las Islas Malvinas, que no todos
poníamos en los mapas: a 11.500 kilómetros de Madrid y a 393 kilómetros que
están de la costa Argentina.
Había, quiero recordar, seriedad en el rostro de todos, tropa y
paisanos, en aquel bar. El movimiento militar sólo se entendía en el contexto de
que, con todo, Argentina era un país hermano -y eso que sabíamos cómo les
estaba yendo con la junta militar- y que Gibraltar era -y es- el zurcido en la
vieja piel de toro. Opiniones encontradas entre la clientela al ver en orden de
transporte los misiles del GAAAL I/74, con sus lanzadores, radares y equipos.
Desde luego que, a todos, nos despertó el interés y nos llamó la atención.
Más, a Londres. Teníamos a los de Vauxhall Cross con la mosca
detrás de la oreja desde el mismo día en que Tejero entró en el Congreso -y hacía
ya poco más de un año-; desde entonces habían reforzado la cuestión militar en
el Peñón. Los militarotes de aquí no les hacía ni pizca de gracia. Desde que supieron
lo de las Malvinas, encima, estaban en activación. Y estas lanzaderas con todos
sus avíos volvían a Campamento, la pedanía de San Roque.
Continué mi marcha y terminado el trabajo llegué a tiempo de
salir con los amigotes a gritar aquello de “Gibraltar, español; Malvinas,
argentinas”. Ayer, 2 de abril de 2022, cuarenta años después, me vinieron a
la memoria, de sopetón, al leerlo en la prensa, las dos escenas que bien pudieron
tener lugar los días 3, 4 o 5 de abril. Ni Carlangas, ni Tito recuerdan la
fecha y pormenores; pero me aventuran que pillaríamos un buen “follón” después.
Pecadillos de juventud. Debe ser por eso, como el alcohol afecta a las neuronas,
que no recuerde bien la ocasión ni logre hoy poner de acuerdo las referencias
de prensa de aquellos días a estas dos cuestiones mías.
Recuerdo, eso sí, la portada del Sun: “Es la guerra! 40
buques preparados. Los paracaidistas, convocados”. Me ha sido fácil
encontrarla. Y la guerra duró 74 días; ahora, cuando esto escribo, vamos por 39
en Ucrania.
Sin llegar a los 25 tacos ya andaba yo obsesionado con
los británicos y era incapaz de deglutir lo del peñón. Asiduo, para mis programas
de radio, del “enemy”[1],
también seguía las portadas de los tabloides británicos y a Margaret Hilda
Roberts (Thatcher)[2] [3].
Y hubo guerra porque los dos países atravesaban tremendas y
complicadas situaciones y para los dos fue una cuestión de ardor patrio y
desviar la atención de los problemas. Los argentinos midieron mal, muy mal, y los
británicos, bien arropados, actuaron en consecuencia.
El Reino Unido atravesaba uno de los periodos más difíciles de
su historia económica: caía la producción industrial, subía el paro en
proyección astronómica, la libra se depreciaba… La hoy baronesa Thatcher de
Kesteven había llegado al poder en mayo de 1979 y aplicado mano dura a la
economía, lo que desbocó el paro hasta el 13% (más de tres millones de parados).
Michael Foot[4],
líder del Partido Laborista británico denunciaba, pocos meses después de lo de
las Malvinas que hoy contamos, que “la política conservadora de Margaret
Thatcher ha hecho más daño a la industria del Reino Unido que todas las
bombas de Hitler juntas durante la segunda guerra mundial”[5].
Pero los resultados tathcherianos comenzaron a verse a partir de 1983,
en su segundo mandato, y Foot tuvo que comerse sus palabras[6].
Estuvo hasta noviembre de 1990.
A veces olvidamos que en 1976 el gobierno laborista de Harold
Wilson[7]
tuvo que pedir la intervención del Fondo Monetario Internacional para salvar al
Reino Unido de una crisis total como consecuencia de treinta años de declive
económico, tras la IIGM, a costa de gasto público a porrillo, intervención de
la economía y prebendas a los sindicatos para mantener la paz social.
¿Les suenan de ahora estas tres medidas en algún país que
pisan?
Puedo añadirles a ustedes otros apuntes británicos previos a
la debacle pre-Thatcher y los extrapolan también: aumento de los déficits
públicos, subida de los precios de los carburantes y falta de productividad
acumulada. ¿Qué?, ¿les va sonando?, ¿no? Entonces, aprovecho para pedirles que
recapaciten, mientras puedan.
Dicen que Ronald Reagan[8]
soltó aquello de que “la izquierda planteó un combate contra la pobreza… y
ganó la pobreza”. No he dado con la referencia exacta, aunque sí está
reseñado que soltara lo de “la política es la segunda profesión más antigua.
Me estoy dando cuenta de que cada vez se parece más a la primera”. Pues
eso.
A lo que voy: en 1982 el Reino Unido estaba fatal y el paro
era un lastre.
Y no vean Argentina. No lloraremos por ella, aunque retruene
Nacha Guevara[9].
A pesar de ser un territorio inmenso (de casi tres millones de
kilómetros cuadrados, el octavo del mundo), tener recursos naturales bastante diversificados,
ser excedentario en la producción de alimentos y prácticamente autosuficiente en
energía, venía arrastrando problemas económicos desde 1968 que se agravaron con
el ‘Rodrigazo’[10]
(1975), por el que el Gobierno perdió el control de la situación fiscal y
monetaria; y social. Desde 1930, Argentina iba dando bandazos de un platillo a
otro de la balanza económica. La inflación osciló entre el 25% y el 200% y la
intransigencia política y el terrorismo[11]
pusieron puente de plata a un nuevo régimen militar que manchó la historia argentina[12].
Entre 1930 y 1976 Argentina vivió una sucesión de Gobierno civiles, más o menos
legítimos, y de Gobiernos militares, pero lo de marzo del 76 tiene otro nombre[13],
porque, además, aquellos militares se empeñaron en transformar la estructuras
económicas y sociales de la Argentina provocando la peor crisis que se recuerda[14]
[15].
En junio de 1981 la situación era ya prácticamente insostenible y se vivió un
golpe de Estado, dentro del golpe de Estado del 76: Galtieri[16]
y Anaya[17]
apartaron a Viola[18]
del poder -que había sustituido a Videla[19]-
y comenzó el lío padre; porque mientras unos pedían elecciones, otros ordenaban
la toma de las Malvinas.
Ya Harold Wilson, en 1976, había tenido sobre su mesa informes
de la inteligencia británica sobre la posibilidad argentina de dar ese paso;
pero no se produjo. En 1982 la cosa fue distinta y comenzó más lejos.
A 900 kilómetros de las Malvinas, en las islas Georgias del Sur,
llegaba el 19 de marzo de 1982 el empresario chatarrero Constantino Davidoff y
su equipo de operarios con todos los permisos en regla[20]
para desmantelar una vieja factoría ballenera escocesa, pero sin comunicarlo a
la base de Grytviken[21]
que ya tenía noticias de esa llegada por un competidor de Davidoff. La
inteligencia británica sospechaba que militares argentinos se habían sumado al
grupo de operarios y estaba prevenida. El mismo 19 de marzo civiles del British
Antartic Survery (BAS) informaron de la “invasión” de la Isla San Pedro porque
los argentinos, nada más poner pie a tierra, izaron su bandera. Enterado, el
Foreing Office ordenó el inmediato desalojo argentino de la isla, consideró el
incidente como “muy serio”; ordenó el envió de un grupo militar desde Malvinas a
comprobar la retirada de los argentinos.
El 23 de marzo llegaba el auxiliar rompehielos HMS “Endurance”
a Puerto Leith, en la isla de San Pedro de las Georgias del Sur, y comenzó un
tira y afloja sin intervención de los militares británicos. El 24 de marzo a
ese puerto llegaban también, ahora sí, militares argentinos y comenzaron los disparos.
Esta ‘batalla’ la ganaron los argentinos a costa de 3 muertos, 9 heridos, 1
helicóptero Puma derribado y la corbeta “ARA Guerrico”[22]
hecha unos zorros; los británicos registraron 1 herido y 22 prisioneros
momentáneos. Porque Grytviken fue recuperada por los británicos el 25 de abril y
la guarnición argentina en Puerto
Leith se entregó al día siguiente, en los coletazos finales de una guerra que
también se libró allí.
Eufóricos por lo de la isla grande de las Georgias del Sur, el
26 de marzo la Junta Militar argentina ordenó formalmente la ejecución de la
Operación Azul[23] sobre
las Malvinas -planificada en diciembre del 81- en reunión del Comité Militar
Nro. 4/82, fijándose el día D para el primero de abril (en horas nocturnas) con
la posibilidad de realizarla también los días 2 y 3 de dicho mes[24]
porque allí el tiempo se las trae.
Y aquí vuelven los misiles españoles del principio porque los
ingleses nos estaban monitorizando; para primeros de mayo había previsto España
unas maniobras militares en el Campo de Gibraltar, y como dije, desde lo de
Tejero, estaban con la mosca detrás de la oreja sobre la integridad de
Gibraltar, aún con la verja[25]
cerrada. Quitarse ese quebradero de cabeza, con la entrada de España en la OTAN
(30 de mayo de 1982), era otro objetivo de Londres por aquellos días.
Y el 2 de abril de 1982, un mes antes de las maniobras
españolas, se desarrolla la Operación Rosario y en menos de 24 horas los
argentinos se adueñan de las islas Malvinas. Orgullo albiceleste, pues desde
que se independizaron de la Corona de España las llevaban reclamando.
El día 3 de abril, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprueba
la Resolución 502: cese de hostilidades, retirada de tropas invasoras y negociación
bilateral de acuerdo con la Carta de Naciones Unidas[26].
España, verso suelto de amores de poeta trasnochado, votó en contra; igual que
Polonia, China y la URSS. Cosas de quijotes, oiga; que Gibraltar estaba aquí y
la verja, les recuerdo, se cerró el 8 de junio de 1969 y no se abriría a
peatones hasta el 14 de diciembre de 1982; para los vehículos hubo que esperar
al 5 de febrero de 1985.
Reino Unido inició el 3 de abril de 1982 la Operación
Corporate[27], de
la que la Operación Paraquat[28]
-la recuperación de las Georgias del Sur- formó parte. El resultado,
dependiendo del plan educativo que siguieran ustedes y el interés por la
realidad de la vida y de la geopolítica, se lo pueden imaginar. Pero les
adelanto: los británicos las siguen llamando Falkland. El resto, ya lo sabía.
Las Malvinas son un grupo de islas que llevaban los argentinos
reclamando desde el año 1833; el contencioso lo ampliaban a las islas Georgias
del Sur y Sandwich del Sur. Los tres grupos insulares conforman una serie de
territorios situados en la parte más austral del continente sudamericano que,
aseguran, de siempre han poseído un gran valor estratégico. De dónde más cerca
están las Malvinas y las otras islas es de las costas argentinas.
Aquí las conocemos como Malvinas; una deformación en español
del nombre que les dio el francés Louis Antoine de Bougainville en 1764: Îles
Malouines[29]. Bougainville
fundó Port Saint Louis y en 1767 el enclave portuario y las islas fueron
transferidos a España por aquello de los Pactos de Familia[30]
y puestos bajo la protección de la Virgen de la Soledad, porque aquello estaba
la mar de lejos de todo y más solas que la una[31].
El primer objetivo francés había sido impedir que los ingleses las ocuparan; y
el segundo tener un centro operativo para la pesca del bacalao y el despanzurre
de ballenas, focas y leones marinos. Todos pensaban en cultivar también
aquellas tierras; pero no era la arcadia feliz[32]
[33].
En apenas tres años de dominio español, en 1770, ya tuvimos un
enfrentamiento con los británicos y se solventó con la diplomacia de la época.
A partir de 1771 España ejerció la administración absoluta e ininterrumpida del
archipiélago —como dependencia del Virreinato del Río de la Plata— hasta
febrero de 1811 en que con motivo de las guerras de independencia americanas es
reclamada la guarnición allí destacada que pasa al continente para apoyar los
ejércitos realistas, que es como llamaban a las tropas metropolitanas. Las
Cortes de Cádiz aprobaron el 30 de marzo de 1812 el acuerdo de la Junta de
Guerra de abandonar las islas dejando la inscripción “Esta isla con sus
Puertos, Edificios, Dependencias y cuanto contiene pertenece a la Soberanía del
Sr. D. Fernando VII Rey de España y sus Indias. Soledad de Malvinas, 7 de
febrero de 1811 siendo gobernador Pablo Guillén”.
Argentina proclamó oficialmente la independencia de la corona
de España en 1816, asumiendo, pues, la soberanía de las islas como legado de la
corona Española, bajo el principio de uti possidetis[34],
que el derecho anglosajón nunca ha reconocido para otros, pero hasta el 6 de
noviembre de 1820 Argentina no tomó posesión de las islas. Y entonces comenzó
su particular vía crucis con los Estados Unidos y con Inglaterra.
En 1831, tras una acción naval norteamericana, la anarquía se
apoderó de las islas (las habían convertido en un penal) y los británicos
aparecieron en diciembre de 1832 y el 3 de enero de 1833 ya ondeaba la Union Jack[35]
en el terruño insular. El 23 de junio de 1843, diez años después, las islas
fueron incorporadas a los dominios del rey de Inglaterra. El 21 de julio de
1908 la corona británica anexionó las islas Georgias, Orcadas, Shetland, Sandwich
y Tierra de Graham a la colonia de las islas Malvinas.
A partir de 1843, las islas Malvinas fue viviendo algunas buenas
etapas económicas. Así, cuando no existía el Canal de Panamá (1914) y había que
dar la vuelta al Cabo de Hornos, el negocio de reparación de barcos estuvo
boyante en la etapa de vela, hasta 1876; después llegarían los barcos a vapor y
hubo que buscar otra fuente de ingresos y entró en liza la faceta ganadera.
La historia es larga y recoge su más y sus menos con varios
incidentes de nivel que por cuestiones de espacio voy a obviar.
Así que me reencuentro con el golpe de Estado de los militares
argentinos de 1976 y con dos países que no se pueden ver pero que se necesitan
para resolver el futuro de las islas. La apuesta por la cooperación argentina
no se desdeña en Londres y el 1º de diciembre de 1976 la Asamblea General
aprobó la resolución 3149 (XXXI) que reconocía “los continuos esfuerzos
realizados por el Gobierno de la Argentina, conforme a las decisiones
pertinentes de la Asamblea General, para facilitar el proceso de
descolonización y promover el bienestar de la población de las Islas”. En
abril de 1977 ya se habla de “una solución pacífica a la disputa existente
entre los Estados sobre la soberanía y al establecimiento de un marco para la
cooperación económica argentino-británica”. La ansiedad argentina por dar
el carpetazo al tema choca con la posición que históricamente siempre le ha ido
bien a Londres: la estrategia de dilatar las cosas -las prisas no son buenas- y
así nos fuimos hasta el 19 de marzo de 1982 y la llegada de Constantino
Davidoff en las Georgias del Sur, a 900 kilómetros de las Malvinas… y los primeros
disparos y soldados británicos prisioneros y la bandera argentina ondeando en
aquellos mares australes.
Todo aquello estuvo fatalmente planificado. El comando de las
Georgias no llegó a camuflarse con los operarios, envalentonados con la
situación, adelantaron las fechas de la invasión de las Malvinas inicialmente
planificada para el 15 de mayo; y eso lo trastocó toco militar y burocráticamente
para los argentinos. Nada estaba preparado, hubo que alistarlo todo deprisa y
corriendo con lo que el 26 de marzo estaban ya camino de las Malvinas, en
pésimas condiciones de material y con mal tiempo.
Los británicos estaban al tanto de que las Malvinas eran
objetivo desde el día 30; ya habían sufrido el incidente de las Georgias del
Sur y estaban planificando la acción. Pero una vez que los argentinos pisaron
suelo malvinense y se produjo el primer muerto británico, la Thatcher se puso
de laca hasta el moño y el día 3 ordenaba la acción. Los británicos, en 48
horas, pusieron en marcha la operación y rumbo al sur que salieron los barcos y
las tropas.
El caso es que justo dos días antes de la incursión argentina
en las islas Malvinas, miles de argentinos se congregaron en la emblemática
Plaza de Mayo de Buenos Aires para protestar en contra de la junta militar que
gobernaba el país desde 1976; los mismo que protestaban el 30 de marzo, el 2 de
abril estaban henchidos de orgullo patrio.
Mientras tanto, en Londres, Margaret Thatcher, tras una breve
fase de confusión inicial, también consiguió sacar el orgullo patriótico en el
Reino Unido y el pleno apoyo de la Comunidad Económica Europea, la OTAN, la
Commonwealth y, parcialmente, de la ONU. El día 3, Argentina lo tenía todo
perdido sobre el papel, pero como en todas las guerras, hay que poner el pie en
el territorio; y mantenerlo.
Pero es que el día 2 de abril de 1982 había sido un día muy
largo: ambos gobiernos se enfrascaron en reuniones organizadas por el
secretario de Estado de EE. UU., Alexander Haig, por el presidente del Perú,
Fernando Belaúnde Terry, y por el secretario general de la ONU, Javier Pérez de
Cuéllar. El día 3, cuando todos los intentos de mediación fracasaron porque los
dos implicados no estaban por ceder en nada, Estados Unidos pasó de Argentina y
comenzó a asistir militarmente al Reino Unido, otorgándole acceso a armamento e
información de inteligencia avanzados. La Marina Real británica desembarcó seis
semanas más tarde en las Malvinas y después de duros combates forzó la
rendición argentina el 14 de junio de 1982.
Cosas del destino, mientras se moría en el Atlántico Sur
austral, en España se jugaba el Mundial del 82 y hasta aquí llegaron
clasificadas las selecciones de Argentina, Inglaterra, Escocia e Irlanda del
Norte. Cuando comenzó la disputa del Mundial, la guerra estaba decidida. El
domingo 13 de junio de 1982 Argentina perdía 1-0 contra Bélgica; aquellos era
lo de menos. Donde de verdad perdía era en las Malvinas. Aquel debut se jugó al
mismo tiempo que se combatía. Leo en la prensa argentina al respecto que “A
la misma hora en que la Selección se presentaba en el Camp Nou, la artillería
inglesa recuperaba los montes cercanos a Puerto Argentino y avanzaba hacia la
capital de las islas. Nuestros soldados retrocedían”. El lunes 14 de junio
de 1982, “mientras la patria futbolera lamentaba la derrota en España, los
militares argentinos firmaron la rendición”[36].
Reino Unido movilizó 30.000 soldados, 117 aeronaves y 111
buques; Argentina opuso 15.000 soldados, 216 aeronaves y 36 buques. Los
primeros perdieron 34 aeronaves y 8 buques; los segundos 47 aeronaves y 6
buques. En esta guerra hubo muertos: 255 británicos y 649 argentinos. Y un
problema posterior: los suicidios (264 y 454, respectivamente); incluso los
6.600 casos de militares británicos que tuvieron que ser atendidos por
psiquiatras. ¿Qué pasó en las Malvinas?
Los ingleses reportaron 11.313 prisioneros de guerra argentinos
y los argentinos había reportado 150.
El último vestigio de aquella absurda confrontación, la Estación
Científica ‘Corbeta Uruguay’, establecida en noviembre de 1976 en la isla
Morrell (o Tule), del grupo de las islas Tule del Sur, en las islas Sandwich
del Sur, fue ocupada el 20 de junio de 1982 por los británicos y demolida en
diciembre de ese año.
El 4 de noviembre de 1982 la Asamblea General de las Naciones
Unidas aprobó la Resolución 37/9, en lo que se considera la victoria
diplomática de Argentina. La Resolución pedía al gobierno británico reanudar
las negociaciones para obtener una solución pacífica del conflicto.
Por ello, no quiero cerrar este recuerdo sin citar los
Acuerdos de Madrid. En 1989 y 1990 representantes de la República Argentina y del
Reino Unido firmaron dos declaraciones conjuntas conocidas como los Acuerdos de
Madrid I y II. Los principales elementos de los Acuerdos de Madrid fueron la
declaración del cese de hostilidades, el llamado ‘paraguas de soberanía’, la
eliminación de la ‘zona de protección’ dispuesta unilateralmente por Reino Unido
en 1982 y su reemplazo por un esquema de ‘áreas de aplicación’ y límites
marítimos, sometidas a restricciones operativas y un protocolo de información y
consulta recíprocas. El Congreso argentino rehusó ratificar los Acuerdos de
Madrid por considerarlos simples ‘declaraciones’ que no establecían
obligaciones entre las partes y por lo tanto no constituían un tratado. Infinidad
de observadores internacionales han cuestionado esta consideración argentina
porque las bases de los Acuerdos de Madrid sí constituyen un tratado de paz
entre ambos países y que por lo tanto su validez debió haber sido sometida a la
decisión del Congreso. Y discutiendo esto, el 26 de febrero de 1990 ambos
países reabrieron sus embajadas en Buenos Aires y Londres.
En 2013, los isleños votaron abrumadoramente (98,8%) a favor
de seguir siendo territorio británico de ultramar: Islas Falkland.
40 años, que de golpe me han traído a la memoria aquella
mañana en las Cabezas de San Juan… en que a pesar del convoy y los de la PM, me
abrieron el coche y se llevaron un portafolios negro con documentación de la
emisora.
[1] New Musical Express, popularmente conocido como NME -en
el argot de los músicos fue rápidamente conocido "The Enemy" (El
Enemigo) por su críticas -, es un semanario musical por excelencia del Reino
Unido desde marzo de 1952 y se mantiene como uno de los puntales de referencia
de la música popular británica.
[2] Margaret Hilda Thatcher (1925-2013) Química y abogado,
primera ministra del Reino Unido entre 1979 a 1990, siendo la persona en ese
cargo por mayor tiempo durante el siglo XX y la primera mujer que ocupó este
puesto en su país. Su firmeza para dirigir los asuntos de Estado, su estricto
dominio sobre los ministros de su gabinete y su fuerte política monetarista le
valieron el sobrenombre de "la Dama de Hierro". Como jefa de
gobierno, su llegada al poder supuso una completa transformación del Reino
Unido; sus políticas liberales llegaron a ser conocidas como thatcherismo.
[3] https://jdiaz474.wordpress.com/2013/04/10/de-margaret-hilda-roberts-baronesa-thatcher-de-kesteven/
[4] Michael Mackintosh Foot (1913 - 2010) Periodista
británico que como político fue miembro del Parlamento del Reino Unido durante
42 años y líder del Partido Laborista desde 1980 hasta 1983, vinculado al ala
más izquierdista del laborismo británico
[7] James Harold Wilson, barón Wilson de Rievaulx (1916-1995),
Economista. Político del Partido Laborista Británico y primer ministro del
Reino Unido en dos ocasiones. Había sido el profesor más joven de Economía en
la Universidad de Oxford.
[8] Ronald Wilson Reagan (1911-2004) Actor y político
estadounidense; gobernador de California
desde 1967 a 1975 y 40.º presidente de los Estados Unidos desde 1981 a 1989
[9] Clotilde Acosta (1940-), conocida artísticamente como
Nacha Guevara, es una actriz, cantante, bailarina y directora teatral
argentina. Tuvo que exiliarse de Argentina en los 70, regresando tras la instauración
de la democracia. Entre 1978 y 1982 se estableció en España. Nacha de Noche fue
un gran espectáculo. Canciones como "Las damas de Beneficencia"
la enmarcan. "No llores por mí Argentina" la hizo famosa en España.
“Yo te nombro, Libertad” es un himno. "El vals del minuto"
es irrepetible.
[10] También llamado “el Rodrigazo”. El 4 de junio de 1975,
el entonces ministro de Economía argentino, Celestino Rodrigo, dispuso un
ajuste que duplicó los precios, produjo la disminución del poder de compra de
los argentinos y el desabastecimiento de productos de primera necesidad. Como
consecuencia, estas acciones provocaron un cambio en la estructura del salario
y una crisis en el Gobierno de Isabel Perón (1974-1976). Hasta el momento, fue
el mayor ajuste económico realizado por Argentina. Dos días después de entrar
en el Ministerio de Economía, Rodrigo y el viceministro de Economía Ricardo
Zinn aprobaron estos ajustes con los querían eliminar la distorsión de los
precios con una fuerte devaluación del 160 por ciento para el cambio comercial
y el 100 por cien para el cambio financiero. A esta medida se sumaron otras
como la subida de un 100 por cien de los servicios públicos y de transporte y
un 180 por ciento de los combustibles. Sin embargo, los salarios sólo subieron
un 45 por ciento
[11] Entre 1969 y 1979 Argentina experimentó más de 22.000
actos de violencia en los que murieron por lo menos 9.000 personas. Argentina:
guerra civil sin batallas”, María José Moyano. 1999. Y rematar con la violencia
de estado durante la Dictadura 1976-1983
[12] https://www.elliberal.com.ar/noticia/opinion/594323/ante-aparicion-caso-sarampion-garrahan-acentua-importancia-vacunar?utm_campaign=ScrollInfinitoDesktop&utm_medium=scroll&utm_source=nota
[13] El golpe de Estado en Argentina del 24 de marzo de 1976
depuso a la presidenta María Estela Martínez de Perón e instaló en el poder a
una dictadura cívico-militar que se autodenominó Proceso de Reorganización
Nacional. Se caracterizó por implementar un plan sistemático de terrorismo de
Estado y permaneció en el poder hasta diciembre de 1983.
[14] Aldo Ferrer, ministro de economía argentino entre 1970
y 1972, destacada en 1983: Hasta 1975, el producto por habitante crecía al
3% anual. En 1982 fue un 20% inferior al de 1975. La industria crecía al 7%
anual. En 1982 produce menos que hace 15 años. Los salarios rea les cayeron el
30% desde 1975. La inflación en el período 1976-1982 fue del 200% anual, contra
el 25% entre 1945 y 1975. La deuda externa se multiplicó por cinco entre 1975 y
1982, y asciende actual mente a 40.000 millones de dólares. Del incremento de
la deuda, dos tercios financió la fuga de capitales y las compras de
armamentos, y un tercio, importaciones superfluas, turismo, utilidades y
regalías. https://elpais.com/diario/1983/06/23/economia/425167214_850215.html
[16] Leopoldo Fortunato Galtieri (1926- 2003) Militar argentino,
miembro de la Junta Militar entre diciembre de 1979 y junio de 1982; y
presidente de la Nación entre diciembre de 1981 y junio de 1982 coincidiendo
con la planificación y desarrollo de la guerra de las Malvinas. En 1985,
resultó absuelto en el Juicio a las Juntas, donde recibió proceso por la
comisión de crímenes de lesa humanidad. En 1986 recibió una condena de 12 años
de prisión y degradación, por sus acciones en el conflicto. En 1989 los
indultos realizados por Carlos Menem lo beneficiaron, restituyéndole el grado
de teniente general. En 2002 quedó detenido por sospechas de comisión de
crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura; murió al año siguiente,
antes de entrar en juicio mientras cumplía prisión preventiva en su domicilio.
[17] Jorge Isaac Anaya (1926-2008). Militar de Armada -vicealmirante-
que ejerció de miembro de la Junta Militar entre 1981 y 1982. Resultó absuelto
en el Juicio a las Juntas. En 1986 recibió una condena de 14 años de prisión y
destitución por su conducta la guerra de 1982. En 1989 se vio beneficiado por
los indultos realizados por Carlos Menem.
[18] Roberto Eduardo Viola (1924-1994) Militar argentino, miembro de la Junta Militar entre
julio de 1978 y diciembre de 1979; y presidente de la Nación, entre marzo y
noviembre de 1981, durante la última dictadura cívico-militar. En el Juicio a
las Juntas de 1985 fue condenado a 17 años de prisión, inhabilitación absoluta
y destitución, como autor de 86 secuestros, once actos de tortura y tres
robos.7 En 1990 fue indultado por el presidente constitucional Carlos Menem.
Murió en 1994, antes de que la justicia argentina declarara nulos los indultos.
[19] Jorge Rafael Videla (1925-2013) Militar, miembro de la
Junta Militar de Gobierno entre 1976 y 1978 y presidente de facto de la Nación
Argentina desde el 29 de marzo de 1976 hasta el 29 de marzo de 1981, en la
primera etapa de la última dictadura cívico-militar, autodenominada Proceso de
Reorganización Nacional que gobernó Argentina desde el 24 de marzo de 1976
hasta el 10 de diciembre de 1983. En el Juicio a las Juntas de 1985, durante el
gobierno de Raúl Alfonsín, fue condenado a la pena de reclusión perpetua,
inhabilitación absoluta perpetua y otras, y pago de las costas como autor de
469 crímenes de lesa humanidad (66 homicidios, 306 secuestros, 97 torturas y 26
robos). En 1990 recibió el indulto del presidente Carlos Saúl Menem, declarado
nulo de nulidad absoluta en 2006. En junio de 1998 fue detenido nuevamente y tras
pasar 38 días preso, la Cámara Federal de San Martín, le concedió el beneficio
del arresto domiciliario en atención a su edad, durante el gobierno de Carlos
Menem. En octubre de 2008, durante el gobierno de Cristina Fernández de
Kirchner se dispuso su traslado a la cárcel, teniendo en cuenta la gravedad de
los hechos por los que fue condenado. El 22 de diciembre de 2010 fue
nuevamente condenado a prisión perpetua en cárcel común por el caso de los
fusilamientos en la Unidad Penitenciaria 1 de San Martín. El 5 de julio de 2012
fue condenado a cincuenta años de prisión por los delitos de sustracción,
retención, ocultamiento y hacer incierto el estado civil de 20 menores. El 17
de mayo de 2013, fue encontrado muerto en su celda de la cárcel de Marcos Paz
debido a un accidente cardiovascular.
[20] Como comprobó el Comité Franks (1983) en la
investigación de las causas de la guerra
[21] Grytviken es una estación ballenera abandonada ubicada
en la costa noreste de la isla San Pedro o Georgia del Sur; fue centro de la
industria ballenera del océano Atlántico Sur durante los años 1904-1965. Ahora
es la base del British Antarctic Survey -una institución nacional del Reino
Unido dedicada a la investigación de la Antártida- y está ubicada en King
Edward Point
[22][22]
Buque de diseño francés que por su mal
mantenimiento resultó seriamente afectado. Abrió
fuego con el montaje de 20 mm de estribor, que se averió. Recurrió al cañón de
40 mm, que tras 4 disparos quedó inoperativo. Bajo el fuego británico de armas
automáticas y morteros, intentó disparar con el cañón de 100 mm y este quedó
fuera de servicio. La corbeta recibió más de 200 impactos a resultas de los
cuales un contenedor de misil Exocet MM-38 se resquebrajó por el impacto de un
mortero y el misil cayó al agua sin explotar. Un desastre.
[23] Primer nombre de la Operación Rosario que consistió en
la reconquista de las islas Malvinas por parte de la Argentina en 1982 por
medio de una operación anfibia que debía ser incruenta, por decisión de la
Junta Militar que gobernaba en el país desde 1976. El archipiélago estaba bajo
control del Reino Unido desde su ocupación en 1833. Los militares argentinos
desalojaron a las autoridades británicas. La operación se planificó en diciembre de
1981. El 26 de marzo de 1982 zarpó una flota expedicionaria del continente. El
desembarco tuvo lugar el 2 de abril y fue ejecutado sin mayores inconvenientes
excepto por un muerto en la toma de la Casa de Gobierno. El comandante
argentino logró su objetivo sin causar bajas en el enemigo ni los civiles, algo
que la dictadura requería para las negociaciones diplomáticas.
[24] https://www.elhistoriador.com.ar/el-informe-rattenbach-las-islas-georgias-del-sur-y-el-inicio-de-la-guerra-una-aventura-militar/
[25] La Verja de Gibraltar, en realidad, la construyeron los
ingleses en 1854 y la ampliaron en 1908. Hoy es la denominación que da España a
la línea de control militar (de facto) entre la colonia británica de Gibraltar
y el municipio gaditano de La Línea de la Concepción, en el istmo de Gibraltar.
La Verja está situada a 800 metros al norte de la Torre del Diablo, el punto
más al norte del peñón de Gibraltar, único enclave, junto con el puerto y las
fortificaciones originales de la ciudad, cedido por España al Reino Unido por
el Tratado de Utrecht en 1713.1 España considera no traspasadas al Reino Unido
las tierras entre la Verja y el Peñón, ni reconoce la soberanía británica sobre
estas. En 1815, cuando una epidemia de fiebre amarilla afectó a Gibraltar,
España, en un gesto de buena voluntad, accedió a una petición del Gobierno
británico para construir barracones en la zona española desmilitarizada, aun
incumpliéndose así el Tratado. Sin embargo, una vez pasó la epidemia, estas
construcciones no fueron retiradas del istmo. La historia se repitió y agravó
con otra plaga en 1854, y esta vez el Reino Unido no solo se apoderó de una
parte del territorio español desmilitarizado, sino que además construyó una
verja sobre este. En 1908, el ejército británico levantó otra verja aún más
lejos del Peñón, delimitando frente a Gibraltar un total de 106 hectáreas de
las 156 de la zona española desmilitarizada.2 Desde entonces, la verja es
conocida en España simplemente como La Verja. En 1938, aprovechando que España
estaba inmersa en una guerra civil, fue construido el aeropuerto de Gibraltar
en la zona desmilitarizada española, con su pista de aterrizaje adentrándose en
aguas territoriales españolas.8 España no reconoce como propiedad de Gibraltar
el espacio aéreo sobre el que está situado este aeropuerto.9 El 30 de junio de
1940, una vez terminó la Guerra Civil Española, las Fuerzas Armadas Españolas
abatieron un avión británico que iba a aterrizar en la terminal del Peñón, por
violación de su espacio aéreo. El cierre de la verja vino a consecuencia del
referéndum de 1967 en el cual los colonos británicos de Gibraltar votan en
favor de la "soberanía británica" y de la adopción del «Gibraltar
Constitution Order 1969» (descrito por los británicos como la «Constitución de
Gibraltar»), el Gobierno español ordenó el cierre permanente de la Verja en
1969 y el corte de todas las comunicaciones de la Península con el Peñón,
cumpliendo escrupulosamente por vez primera lo firmado en Utrecht 266 años
antes. La verja no fue reabierta para peatones hasta el 14 de diciembre de
1982,
[26] La Carta de las Naciones Unidas es el tratado
internacional fundador de la organización, y que conforma las bases de su
constitución interna. Podríamos resumirla en arreglo pacífico de
controversias.
[27] La Operación Corporate fue el nombre en código que el
Reino Unido dio al conjunto de sus acciones militares en la Guerra de las
Malvinas en 1982. Su objetivo era la reconquista para la Corona Británica de
las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, recuperadas por la
Argentina en abril de ese año. Se extendió desde el 2 de abril de 1982 hasta el
final de la guerra, el 14 de junio de ese año
[28] La operación Paraquat (24 y 25 de abril de 1982) consistió
en tomar las Georgias del Sur mediante la incursión de fuerzas especiales
británicas, pero tanto los SAS (Special Air Service) como los SBS (Special Boat
Squadron) fracasaron por las condiciones meteorológicas. Se hubo de recurrir bombardeo
por parte de los buques de la Royal Navy y en cuanto las condiciones
meteorológicas lo permitieron helitransportar a 75 soldados del al SAS, SBS y
Royal Marines totalmente equipados y armados con morteros ligeros, misiles
contra carro y ametralladoras por detrás de las tropas argentinas, las cuales
quedaron rodeadas de inmediato y sin posibilidad de hacer frente al ataque
británico. La Armada Argentina sufrió la baja del S-21 ARA Santa Fe que, aunque
no consiguieron hundirlo, quedó fuera de combate por los daños sufridos. Al día
siguiente los británicos concentraron todo su potencial hacia el otro
asentamiento argentino establecido en las Georgias, concretamente en Puerto
Leith.
[29] Molouin es el gentilicio de los habitantes de Saint
Malo, Francia. Descubiertas por Américo Vespucio a principios del siglo XVI,
fueron visitadas por Esteban Gómez (1520), Simón de Alcazaba y Alonso de
Camargo (antes de 1540). Fueron bautizadas en 1592 por el navegante inglés John
Davis como "islas meridionales de Davis". En 1594, otro navegante
inglés, Richard Hawkins, las llamó “Hawkins’s Maiden-Land”. En 1600, el
navegante holandés Sebald de Weert desembarcó allí y las llamó “Islas Sebald”.
Durante una nueva exploración en 1690, John Strong, las llamó Islas Falkland,
en honor a su señor, Anthony Cary (Carey), quinto vizconde de Falkland (una
pequeña ciudad en el sureste de Escocia, en Fife). El francés Louis-Antoine de
Bougainville en 1764, y les dio el nombre de “Islas Malouines”, en honor a los
marineros y pescadores de Saint-Malo, que fueron los primeros pobladores
permanentes conocidos de estas islas. Malvinas es una mala pronunciación
españolas de Islas Molouinas.
[30] Los Pactos de Familia (1733-1789) fueron tres acuerdos
en distintas fechas del siglo XVIII entre las monarquías del Reino de España y
el Reino de Francia contra el Reino de Gran Bretaña. Deben su nombre a la
relación de parentesco existente entre los reyes firmantes de los pactos, todos
ellos pertenecientes a la Casa de Borbón. Dos de ellos se firmaron en la época
de Felipe V y el tercero en la de Carlos III. Estos pactos tenían como objetivo
final la unión nacional de España y Francia junto con sus respectivos
territorios de ultramar
[31] Expresión con la que se acentúa la soledad de alguien.
Cuando dices verdades te sueles quedar más solo que la una. Parece que del
hecho de que la una de la mañana es una hora solitaria o, como dice Buitrago,
porque su campanada es «la única que no va acompañada». Algunas teorías (no muy
fiables) apuntan a que esta expresión en realidad hace referencia al político
vasco de finales del siglo XIX Iñaki Launaguerregaray, conocido como Laúna,
quien parece que se presentó en solitario a unas elecciones. Así, según esto,
la expresión se escribiría más solo que Laúna. No obstante, en esta época se
pueden leer cosas como esta de La Correspondencia Militar de 1898: «¡Pobre
Castellano! Está más solo que la una de la noche. Ni con los liberales, ni con
los unionistas, ni con los caballeros del Santo Sepulcro». También en su
variante solo como la una encontramos esto de 1895: «Así estuve anoche hasta
que dio la una; y solo como la una me quedé, porque todos los míos se fueron a
dormir» (José Echegaray, Un crítico incipiente).
[32] El clima es frío, húmedo y netamente oceánico; muy
inestable, con una serie de temporales de vientos impetuosos y fríos,
intermitentes lloviznas, granizo, nieve y escarchas nocturnas muy prolongadas.
Se desarrolló una cierta ganadería, a partir de las primeras vacas introducidas
por los franceses y ganado ovino posterior que aseguró autosuficiencia cárnica
hacia 1885 y hoy suma más de medio millón de cabezas (175 ovejas por
habitantes). Producía y produce algo de cereal (avena y cebada) y dispone de
algunas pequeñas huertas. La pesca es otros de sus fuertes. Hoy, el principal
recurso es la pesca (el 91%), seguido por la producción de lana, carne de
ovino, ganado ovino y turismo. Pero bajo sus aguas hay más;
incluso petróleo. https://www.telam.com.ar/notas/202203/587617-islas-malvinas-exportan-us-298-millones-principal-recurso-pesca.html
[33] Nombre que ha quedado en la cultura occidental para
evocar un sueño de armonía y de paz, un estado perdido y deseado en el que el
ser humano vivía en equilibrio con la creación
[34] Principio legal de acción; en el Derecho Privado
consiste en el dominio que ejerce un propietario, y en el Derecho Internacional
Público, en el dominio de los Estados sobre los territorios que geográfica e
históricamente les pertenecen. Proviene del derecho romano, que autorizaba a la
parte beligerante reclamar el territorio que había adquirido tras una guerra. A
partir de ello, el término ha sido utilizado históricamente para legitimar
conquistas territoriales, por ejemplo, la anexión de la Alsacia-Lorena por
parte del Imperio alemán en 1871
[35] La Union Jack como bandera nace en 1801, año en el que
se une Irlanda del Norte a Inglaterra, Irlanda y Escocia, conformando el Reino
Unido. Surge de la fusión de las características cruces de cada una de las
banderas de los tres estados: la cruz roja sobre el fondo blanco de Inglaterra;
la cruz blanca de San Andrés sobre el fondo azul de Escocia y el aspa roja
sobre fondo blanco de Irlanda del Norte. También se le conoce como la bandera
del caballero, el mártir y el esclavo, ya que cada una de estas banderas que la
forman esconden antiguas leyendas sobre los santos que les dieron vida: San
Andrés, patrón de Escocia, es el responsable de que la bandera escocesa se
componga de una cruz blanca y un fondo azul, ya que como cuenta la leyenda este
mártir se les apareció a las tropas diciendo que iban a ganar la guerra contra
los ingleses. Y así fue. San Patricio, patrón de Irlanda, también está presente
en la Union Jack al ser un escocés capturado y vendido en tierras irlandesas.
Este santo se convirtió en un símbolo icónico de este territorio al extender la
fe cristiana y explicar el significado de la santísima trinidad entre sus
habitantes. Por último, San Jorge, el representante de los ingleses y
legendario caballero de la región. Según cuenta la leyenda, San Jorge fue el
hombre que mató al dragón que acechaba a las doncellas de la región y el que acabó
con el sufrimiento del pueblo al matar la bestia en el siglo III d.C
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