No venía yo de comprar el pan, como Umbral, que iba de paseo
matutino con un semoviente de unidad familiar que me han endosado el fin de
semana cuando un buen amigo, de tiempos pretéritos, desde la moto me interpela
por la DANA; vamos, por la gota fría.
Ya no soy dado al paseo de tusos porque ya han sido muchos y
el alma está muy rota por esos amigos que se van. Fräulein, Skol, Waffen, Tinguaro, Sara, Sr. O’Keeffe y Rodolfo suman ya siete heridas y el alma no aguanta un roto más.
Vale que han sido en distintas épocas de la vida, pero resulta que vas guardando
detalles de todos ellos y, al final, el tarro de las vivencias está que no cabe
una más; ya es un momento pasional repleto de comparativas que ahondan la
herida. Fräulein era la novedad, Skol la vitalidad de la juventud, Waffen el despertar a la responsabilidad,
Tinguaro la nostalgia de la universidad
y el marcar carácter de egresado, Sara el
vedetismo -no supe nunca si del Paralelo o de Montmartre-, el Sr. O’Keeffe la plasmación de la madurez
profesional y Rodolfo el artista
pendenciero de la bohemia de mi vida profesional. Ya no quiero más. Pero en eso
que te dejan por unas horas al cuidado de… y se complica la cosa, complot lo
llamo yo, y va para 48 horas donde vuelves a las andadas: a fumar.
Pues en eso del paseo matutino del can, buscando pasar lo
más desapercibido, intentando calcular la sinuosidad en el humo del veguero y
hasta curvas praxitelianas cuando la perspectiva las coloca en la visual de un árbol,
cuando desde la acera de enfrente te gritan. El motor de la moto no fue
suficiente para anular el timbre de la voz que, por cierto, me era conocido. Y sí, levantas la vista y lo reconoces.
¿Qué hace este hombre por aquí de buena mañana?, te comienzas
a preguntar… Cuando te llega su voz: “¡Tú
te crees, hace sol! Tanto ayer darnos la paliza con la gota fría y mira. Me
llama mi hijo: diluvia por El Albir (¿?). Y por aquí, nada. Mejor, pero yo creo
que esto no es normal”.
A mí no me da tiempo a decirle nada. Es una ametralladora de
palabras. Debe ser que la calle es estrecha y si viene un coche deberá seguir y
quiere trasladarme su mensaje a toda prisa. Sigue y sigue, sin quitarse el
casco, sin bajarse de la moto: “A mí me
da que todos esos aviones lanzando cosas hacen que no llueva en Benidorm”
dice señalando al cielo.
Cuando intento responderle, un transfer -grande como la Big Boy
de la UPR- atruena con el claxon para que siga. Y él me grita: “Ya nos vemos y lo hablamos”. ¿Hablar? Ha
sido una perorata de mitin…
Siri ha sido
testigo de la escena. No se ha enterado de nada; mejor. A su breve edad no es
bueno que vea estas cosas.
Y nos llegamos hasta la playa Levante. He disfrutado de la
mitad del veguero. Calculo que he de regresar en unos veinte minutos más, lo
que me queda de este buen cigarro de Partagás. A disfrutar…
Pero no se va de la cabeza la interpelación del amigo. De
pronto, otro motorista que me llama; se quita el casco. Pero este ya se
interesa, nos interesamos, por temas más humanos y trascendentes. No entendemos
lo que pasa, no entendemos ciertos procederes del estamento judicial con la que
está cayendo, pero… lo dejo, que él ha venido a desayunar y yo a tirar de un cigarro
que ya anuncia que hay que regresar porque, como siempre, lo bueno se acaba.
Y ya en casa, preocupado con lo del primer motorista me
siento ante el folio en blanco.
Culpaba mi amigo -en el lamento mañanero- de la situación de
no-lluvia torrencial (aún) en Benidorm a la conspiración paranoica de los
chemtrails que, ¡maravilloso!, sólo mostraban su eficacia protegiendo este mínimo
enclave que es Benidorm.
Nubes, preciosas nubes… ¿y el chemtrails de mi amigo? ¡Vaya domingo! |
Queriendo obviar la paranoia me refugié en los conocimientos
locales que sobre Benidorm atesoraba Pepe Bayona y me acordé de aquellas mañanas
de Radio Benidorm cuando Pepe, erudito local, nos contaba con detalle aspectos
trascendentes de geografía benidormera como ese cíngulo montañoso que nos protege
por todos lados: Ponoig, Margoix, les Mamelles de la Monja, Sierra Cortina,
Sierra Helada, la Sierra de Callosa y el Puig Campana … y me hablaba del
Collado de Llam, de la Isla -rompiendo las llegadas del Sur- del ligero strand
de la bahía y hasta del efecto de los murtales… un bello decorado para este
teatro de los sueños que es Benidorm. Permanezco en deuda con Pepe Bayona por
todo lo que me enseñó.
Pero: ¿qué pasa con la gota fría -la DANA- de la pregunta
del primer motorista?
Cuando esto escribo tenemos el núcleo de la DANA sobre la
vertical de la mitad oeste de la Península y avanzando SSW a NNE. Sí, viene hacia
nosotros… pero yo no creo que haya muchos que sepan lo que va a pasar. Vamos a
estar en la parte más inestable y tenemos el Mediterráneo muy caliente (dicen
que sobre los 27ºC)… Estamos a merced de que sople viento de Levante… pero me
inclino más a que si pasa algo será esta madrugada… ¿Quién sabe?
Hace Sol, quema: con la que tenemos montada, eso implica posibilidad
de tormentas aisladas más al interior.
Ese individuo meteorológico que es la DANA está moviéndose
en una cuerda floja y cualquier variación la puede desencadenar… O sigue su
camino y desaparece.
Anoche la cosa se preveía más chunga y AEMET lanzó su aviso:
curarse en salud. Esta mañana los parámetros eran distintos y AEMET suavizó la
situación de alerta. No sé por qué. Hablamos de posibilidad, de probabilidad.
El que avisa no es traidor, siempre se ha dicho; ¡es
avisador!, siempre se ha comentado con sorna. Pues eso, han avisado. ¡Que viene
el lobo! Pues protege tu rebaño si quieres; luego no digas que no te han
avisado.
Pero la situación de psicosis que se genera viendo imágenes
como las de Cebolla (Toledo) es harina de otro costal. Y sí, del costal de la
Ordenación del Territorio y de los Riesgos Naturales y la acción del hombre. No
de la probabilidad de una lluvia torrencial en sí por una tormenta severa que se quedó estática.
A mí me gustaría que mi amigo de la moto -y todos- se
quedara con la idea de que los avisos indican probabilidad, posibilidad; y que
con eso, con la probabilidad y posibilidad nos hemos de quedar.
No, no es que no sean ciertos; son posibles. Advierten es de
probabilidad de que ocurra. Y esa probabilidad puede ser alta o baja.
Lo que no es probable es lo de los chemtrails… Pero, allá
cada uno con el casco que le cubre la cabeza cuando va en moto… y andando… por
si le cae algo
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