Terminada la guerra civil, en 1940, como España reexportaba
petróleo de la Texaco a la Alemania nazi que estaba poniendo en aprietos a
franceses y británicos después de haber pasado como elefante en cacharrería por
Holanda, Bélgica y buen aparte de la Europa Oriental, desde el 2 de julio de
1940 pasamos a estar en la lista de embargos petroleros de los Estados Unidos
como medida de presión para que no entrar en el conflicto EEUU y, obviamente,
comenzamos a padecer restricciones importantes (muy señaladas las de los años
1942 y 1944)[1].
Entonces, todo nos lo supervisaba el COPI (Comité Operativo de
la Península Ibérica) un invento anglonorteamericano que fiscalizaba las
actividades económicas y comerciales españolas y determinaba las cantidades de
petróleo que se nos suministraba el cártel petrolero internacional. El Juan
Español de turno, en aquellos días, sacó a pasear su ingenio y de pronto nos
apareció el gasógeno[2]
(que quemaba carbón, leña o cáscara de almendra como combustible) pues la
gasolina se consideró reserva estratégica (militar, industrial, naval, aérea y
ferroviaria).
En esta época CAMPSA se metió -obligada por los
acontecimientos- en la destilación de esquistos, para lo que creó ENCASO
(Empresa Nacional Calvo Sotelo), que, si bien consiguió sus objetivos (a
destiempo), no resultaron viables económicamente. En esta época (1939) un
‘espabilao’ cum laude -el noble austrohúngaro de estirpe bastarda Albert von
Filek[3]-
parece que encantó a Franco con su idea desde la camarilla de Serrano Súñer se
pidió el estudio de su propuesta y la planificación para la puesta en marcha la
Fábrica de Carburante Nacional[4]
para producir “filekina”, una “gasolina” sintética a base de agua,
licuado de hortalizas) y unas proporciones secretas[5];
¡faltaría más! En 1941, el análisis de una comisión de expertos de la Escuela
de Minas confirmaba que la filekina era un fake (que se dice
ahora) pues carecía de fundamento científico. Ignacio Martínez de Pisón
escribió un libro sobre este episodio patrio[6].
Pero es que en 1942 teníamos en marcha la “gamolina”, una mezcla de
derivados del petróleo y alcoholes aditados para que los vehículos rodaran; hizo
su papelín, pero podemos considerarla otro fiasco patrio de la autarquía.
En aquellos años a España llegaba también algo de petróleo de Venezuela y Colombia por negociaciones complejas, pero el volumen importante, que lo suministraban las compañías americanas, estaba dentro de las sometidas a restricción. Y fueron años muy duros: se juntó todo.
En 1947 se reorganizó el monopolio petrolero a instancias del INI[7] y Suanzes[8]. Fue entonces cuando se apostó por el refino en suelo patrio y de la mano de la norteamericana Caltex[9] (sucesora en la península de Texaco) se construyó la Refinería de Petróleo de Escombreras (REPESA), compartiendo experiencias con CEPSA, que ya sabía de refino. Fue un éxito. Y otras compañías norteamericanas se acercaron a España para ofrecer suministro y construir refinerías y estructura de distribuición con empresas y bancos españoles. Es el caso de Marathon Oil en La Coruña; Standard Oil y Gulf Oil en Huelva; Standard Oil of New Jersey (Exxon Corporation)[10] en Castellón; y puestos a construir refinerías en dónde me da la gana llegó una que marcó época: la Gibraltar-San Roque en Algeciras…
Una larga historia -esta, en la que me metido- en la que no he
encontrado a los árabes hasta finales, finales largos, de la década de los 50…
por lo que sigo sin entender “la tradicional amistad”; lo dicho, de cuando El
Cid.
Es que las primeras relaciones diplomáticas con los países del
Golfo se inician en 1948 y son con Arabia Saudí; después, en 1964 se
establecerían con Kuwait y ya en el 72 con el resto de los países productores
del Golfo Pérsico (Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Omán y Bahréin). Con rango de
embajada, primero la establecimos en Arabia Saudí (1954), luego en Kuwait
(1973) y también en Emiratos Árabes Unidos (1977); en el resto de aquellos
países, se hubo de esperar hasta bien entrado los 90[11].
Amistad, pues, lo que se dice amistad… las de El Cid. Si exceptuamos a la
paupérrima monarquía hachemí del rey Abdallah de Jordania que gustaba de España
y la saudí, que se sentía como en casa, pocos amigos. Vamos, al nivel del negús
abisinio Haile Selassie que por lo menos regalaba leones; pero no petróleo.
Yo me inclino más por Irak, pero dejemos fluir el petróleo
saudí y aceptando a Arabia como animal de compañía petrolera me llego hasta el Tratado
de Amistad en 1961. Y hay que esperar a 1962 estaba para que Fernando María de
Castiella[12] de
visita oficial empiece a firmar. España, no digo que no, consiguió un cierto
trato de favor en la importación del crudo saudí; pero poco más -como el resto
de países- a pesar de las visitas de los Príncipes de España por aquellos lares
nada más comenzar la década de los 70.
Esta historia tiene ahora muchas aristas cortantes, pero desde
la década anterior pesaba más que la venta de armas españolas a Arabia era una
forma de edulcorar los acuerdos de rearme que existían entre ese país y los
EEUU y que a través de España tenían otra consideración. Un plus de petróleo
por armas empezó a funcionar en aquellos años con bombas de aviación y algunas
piezas de artillería sin retroceso. Y era un sistema interesante que animó a
sumarse a la propuesta a Irak que necesitaba armarse… y nos ponía el petróleo
en mejores condiciones.
Sirva el dato patrio de que en 1960 el petróleo solamente
representaba el 20% de la energía primaria en España, mientras que en el resto
del mundo occidental rondaba el 40% como mínimo. En 1973 ya representaba el
71%, cuando en el resto del mundo se había mantenido en el 40%. Con el desastre
de la crisis del 73 nos vimos obligados a reorientarnos y en 1975 salía a la
luz el primer Plan Energético Nacional que proponía la reducción progresiva de
la dependencia del petróleo. Una década después (1985) el petróleo representaba
el 57% de la energía primaria en España, mientras en el resto del mundo rondaba
en 37%[13].
Entre 1970 y la primera década del siglo XXI más del 99% de los hidrocarburos
consumidos en España han sido importados[14].
Y obligados por las circunstancias occidentales y la imperiosa
necesidad de normalización, recurriendo en más de una ocasión al recuerdo de
los sefardíes[15], en
1985 comenzamos a explicarles a los países árabes la conveniencia que teníamos
de reconocer al Estado de Israel, aunque en 1986, cuando el Comunicado conjunto
hispano-israelí[16] se
desliza en el mismo lo de la “tradicional política de amistad y solidaridad con
el Mundo Árabe” y hasta lo del “pueblo palestino” que, insisto, no entiendo.
Aquí llegados, quiero meter ahora la cuñita del petróleo
español; el que brotó bajo la piel de toro y aguas jurisdiccionales
peninsulares. Es una historia que comenzó en 1964 en la provincia de Burgos, en
el término municipal de Sargentes de la Lora, en torno a Ayoluengo, donde se
localizó el primer yacimiento petrolífero. Este pozo llegó a alcanzar una
producción máxima en 1969 de casi 192.000 toneladas anuales de crudo. En 2017 se
cerró. En junio de 2021 España dejó de producir petróleo.
Desde 1973 y hasta ese día lo conseguíamos bajo el mar
Mediterráneo. En 1973 se descubrió el pozo de Amposta, frente a la costa
de Tarragona. En 1977, los pozos Casablanca y Tarraco. En 1978,
el pozo Dorada, que cerraba en 1983. La producción máxima histórica de
crudo en España se logró en 1983 con casi 3 millones de toneladas de petróleo,
siendo el pozo Casablanca el más rentable, con 2,1 millones de
toneladas. En 1984 comenzó a operar el pozo Salmonete, que cerraba en el
86, y también cerraba el pozo Tarraco. En 1996 se abre el pozo Rodaballo;
y el 97, el pozo Boquerón. Con todo, en 1997, España ya no producía ni
medio millón de toneladas anuales. En 2012 el pozo Lubina, que dejó de
operar en 2019. Hasta hubo un pozo Chipirón. La plataforma Casablanca
-que centraliza la producción de seis yacimientos y que constan de un total de
14 pozos- estaba conectada a la refinería de Tarragona a través de un oleoducto
marino soterrado, que conectaba con el rack que va desde el pantalán del puerto
de Tarragona a la refinería.
Epitafio patrio de esta incursión en el relato quiero
recordarles, como ya señalé, que en junio de 2021 España dejó de producir
petróleo de sus yacimientos, pero hemos de reconocer un tremendo ingenio
ictícola a la hora de poner nombres a los pozos.
Y vuelvo a lo de Israel, que tiene miga. Vale que en 1949 el
representante israelí ante la Asamblea General de la ONU, Abba Eban (que hacía
unos pocos días que Israel había sido admitida como miembro), votara en contra
del levantamiento del boicot diplomático a España, pero un año y medio después,
el 4 de noviembre de 1950, se nos levantó el veto al establecimiento de
embajadores de los demás países miembros y la participación del país en los
organismos internacionales establecidos por la ONU o vinculados con esta[17].
En 1955 -Resolución 955 del 14 de diciembre- España fue admitida
definitivamente en la ONU junto con otros países[18],
dentro de un gran paquete diplomático estructurado por EEUU y la URSS. Israel,
entonces, votó a favor; aunque -manifestó- no nos perdonó la vinculación con el
régimen nazi.
Y aun así con eso Franco siguió erre que erre con el mundo o
árabe (a favor) y el judío (en contra): Prohibió el establecimiento de
relaciones con Israel[19],
aunque el día 9 de noviembre de 1953, en el Hotel Castellana Hilton de Madrid, se
celebrara un servicio religioso judío, el primero desde 1492[20],
al que acudieron miembros del gobierno de Franco y representantes de la
embajada de los Estados Unidos.
En la década de los años setenta, España fue el país
occidental más abiertamente defensor de la causa árabe, especialmente de la
cuestión palestina. Los funcionarios españoles votaron sistemáticamente a favor
de los árabes, en la ONU, cuando se presentaban debates como el de la Crisis de
Suez (29 de octubre al 7 de noviembre de 1956: 9 días de combates)[21]
o la Guerra de los Seis Días (del 5 al 10 de junio de 1967). Entonces España se
sumó a la Resolución 242 del Consejo de Seguridad, que exigía la evacuación de
las fuerzas militares de Israel de los territorios ocupados durante el
conflicto, aunque Israel permitió que España mantuviera abierto el Consulado de
Jerusalén[22]. En
1974, volvimos a votar a favor de que se concediera un puesto a la OLP como
observador en Naciones Unidas. Y en 1975 nos adherimos a la Resolución 3379 en
la que se comparaba al sionismo con una forma de discriminación racial. Y así,
por ejemplo, hasta Adolfo Suárez, que ese fue otro[23]
de apoyo a la causa palestina.
Todo este proceder, me duele hasta el escribirlo.
Es más, el gobierno de Franco advirtió a EEUU (1970) que no
permitiría nunca más el uso de las bases españolas en otra guerra árabe-israelí[24];
y lo ratificó en 1973: el 28 abril el ministro de Asuntos Exteriores, López
Bravo, viajó a Teherán, “vía Roma y escala en Beirut” (que destacaba la
prensa de ese día), en visita oficial a Irán para entrevistarse con el Sha
Mohammad Reza Pahleví. Y en Beirut aseguró que “España no cambiará la
posición pro-árabe en el conflicto de Oriente Medio; España continuará apoyando
a los países árabes”[25].
Por cierto, me ha sorprendido que en este viaje le acompañó Fernando Morán[26],
que llegaría a ministro de Asuntos Exteriores con el PSOE; y, atención, lo hizo
como subdirector general de ¡Asuntos de África!... en visita a Oriente Medio.
¿Me lo explican?
Y hasta España reconoció la legitimidad de la causa palestina[27].
Yo, les confieso que, no entiendo esa “tradicional amistad
española con los pueblos árabes” por lo que nos pasa con Marruecos[28],
país árabe (sin petróleo, pero lo que busca muy cerca de Canarias; un petróleo
que España no puede alcanzar porque tenemos una ley -Cambio Climático y
Transición energética- que lo prohíbe[29]-).
Es que, por si no se acuerdan en 1955 los incidentes
provocados por grupos nacionalistas marroquíes traspasaron la frontera española
del Protectorado. Y como el africanista Franco no quería -ni yo, claro- una
guerra allí, claudicó sin más: invitó a Mohammed V a Madrid para acordar la
retirada. ¡Coño, no!; Cuando menos un
tirón de orejas. No te digo un perejil[30],
pero sí cualquier otra apiácea.
Total, que, el acuerdo firmado el 7 de abril de 1956 fue muy
malo para España: se reconocía la independencia de Marruecos sin garantía
alguna y se accedía a prestar asistencia técnica para organizar el ejército
marroquí. A cambio, el sultán “permitía” que España mantuviera su soberanía
sobre Ceuta y Melilla, los peñones de Vélez de la Gomera y Alhucemas y las
islas Chafarinas. Para colmo, no se firmaron garantías territoriales precisas
sobre Ceuta y Melilla, no se negociaron los acuerdos de pesca o moneda ni se
logró que Marruecos fijara su frontera sur y ahí teníamos el Sahara y las minas
de fosfato[31].
No lo entiendo; de verdad que no lo entiendo.
Y en el caso de, digamos, aquel Marruecos, al final, hubo
guerra -Guerra de Ifni y Cabo Juvy[32],
¡hasta con el apoyo de Francia!- para, al final, irnos a casa sin nada y
escondiendo 198 muertos -a los que sumar 84 desaparecidos- y unos 500 heridos.
Y no me olvido de lo absurdo de la invasión marroquí del Sáhara Español[33]
-las cosas, por su nombre-, que el gobierno del alauita llamó ‘Marcha Verde’
y nos ha dado por llamarla así -¿síndrome de Estocolmo o de esto es el colmo?- y
no por lo que fue: la invasión marroquí del Sáhara Español, “mancha
verde” fosforescente en nuestro negro pasado reciente. Es que me pongo del
mismo color que Dr. Banner. Estas chorradas del primo del Sur -y de Juan
Español- son mis rayos gamma.
En fin… Lo del mundo árabe y Marruecos es superior a mis
fuerzas.
Y para desintoxicar el ambiente y antes de volver a la guerra
del Yom Kippur (¡Ya va siendo hora, Juan!) quiero brindarles una más de Juan
Español; lo mismo sufridor que protagonista.
Es el caso, en los albores de la década de los 70, de cuando
aún atábamos a los perros con longanizas,
cuando el perito industrial e inventor extremeño Arturo Estévez Varela[34]
comunicó a bombo y platillo que había conseguido un motor que funcionaba
exclusivamente con agua “fresca, limpia y pura de un botijo” que él
mismo bebía al gallé ante las cámaras del NODO[35].
Era 1971 y ante la atención de todos le añadía al agua algo como unas piedras.
El “motor de agua” Estévez funcionaba en un ciclomotor… El problema es que
aquellas piedras que añadía o bien eran carísimo boro (entonces y ahora) o bien
un también muy caro ferrosilicio; nunca lo desveló y lo que en realidad patentó
fue un Sistema de Regasificación de Hidrógeno; pero encontró un socio que le
entregó cinco millones de pesetas para montar una sociedad y forrarse. La
reacción entre el agua y el elemento -llamémosle A, de Álvarez- generaba
hidrógeno, de tal manera que el ingenio de Estévez era más bien un motor que se
anticipaba lo que luego habría de llamarse pila de combustible. Pero aquello no
funcionó.
Lo que si funcionó fue la reacción militar israelí y la
respuesta árabe de embargo petrolero. Porque la principal consecuencia global
de la derrota árabe frente a los israelíes fue la decisión de la Organización
de Países Árabes Exportadores de petróleo (que agrupaba a los países árabes
miembros de la OPEP, más Egipto, Siria, Irán y Túnez) de no exportar petróleo a
los Estados Unidos, Holanda, Portugal y África del Sur, por haber apoyado a
Israel en la guerra, y de reducir su producción global a razón de un 5% cada
mes hasta la restitución por Israel del territorio árabe ocupado en 1967 y de
los derechos de los palestinos. Ese puñetero 5% mensual -que llegó a ser del
25% en momentos clave- provocó un alza de precios[36]
del crudo y un racionamiento mundial de combustibles derivados del petróleo,
que hizo contraerse la economía mundial provocando a su vez la desaparición de
miles de empresas y un importante desempleo: una crisis en toda regla con una
recesión económica supina. Y otras cosas.
Los precios del petróleo, apuntemos ya, los comenzó fijando la
todopoderosa Standard Oil; pero a partir de 1928 tuvieron su propia historia[37].
En octubre de 1973 los países árabes de la OPEP elevaron un 70% el precio de
referencia sin posibilidad de discusión con las compañías.
Así que fue, la que arrancó en 1973, una etapa muy dura para
el mundo y especialmente para España que en aquellos años necesitaba mucho
fuel-oil para la generación termoeléctrica y las fábricas de cemento, además de
para barcos (de todo tipo; que los pesqueros aún van a fuel) y la
siderometalúrgica; para lo más esencial, vamos. Aquí los precios estaban
monopolizados y era muy estables: 1.450 pesetas/Tm para centrales térmicas y
cementeras y 1.650 pesetas para otros usos industriales. Luego el litro de
Súper estaba a 12'50 ptas. (más barato que en la Europa continental) mientras
el del gasoil, a 7, era muy inferior al de Europa[38].
La Shell, que por entonces partía el bacalao y dominaba el panorama patrio
denunció sus compromisos y la Gulf y sus socios de la ARAMCO (compañía árabe participada
por la SOCAL norteamericana; Standard Oil of California) intentaron eludir los
suyos. No había otra pues que acudir a los países productores directamente
saliendo, entonces sí, lo de “la tradicional amistad” con los suministradores
del oro negro. Y ahí estaban los acuerdos Hispanoil[39]-Petromin[40]
para Arabia y los que llegaron de Irak y otras petromonarquías. El embargo duró
seis meses -¡que seis meses!- pero sus consecuencias, más de una década.
Y aunque la guerra que viene a cuento para este Post se
desarrolló del 6 al 25 de octubre de 1973, los países árabes ya habían acordado
el 23 de agosto anterior usar el petróleo como arma ante un inminente conflicto
militar con Israel. Así, el 15 de septiembre de 1973 la OPEP declaró un frente
de negociación común para presionar el alza de los precios y conseguir terminar
con el apoyo de medio mundo a Israel. Y en medio del conflicto, comenzó el
embargo: 16 de octubre de 1973.
Como consecuencia, los países occidentales se vieron
enfrentados a un escenario de estanflación (inflación con bajo crecimiento
económico), algo que nadie había previsto en los países occidentales, fieles
seguidores de la teoría económica keynesiana. El mundo occidental se vio en 3D
y sensurround[41] el
fin de la era dorada del capitalismo
La escasez de petróleo y de productos refinados derivados fue
tan alta que Reino Unido, por ejemplo, decretó la emergencia nacional[42]
y los norteamericanos, bastantes asustados, pero con sus reservas a buen
recaudo, reactivaron la exploración petrolera de su propio país para limitar la
dependencia del petróleo de Oriente Medio y hasta crearon el Departamento de
Energía[43]
(1977). El fracking, “inventado” en los años cuarenta, cobró protagonismo y la crisis
generó una amplia conciencia sobre la necesidad de limitar el consumo y
dependencia del petróleo, apostar por la nuclear y empezar a revisar el
neoconcepto de energías limpias. Además, los gobiernos se vieron obligados a realizar
políticas de ajustes fiscales para disminuir el déficit público y las deudas
soberanas. Esto conllevó una disminución del gasto estatal en programas
sociales y, la verdad, se inició una nueva era económica.
Para España, lo que se nos vino encima tras la guerra del Yom
Kippur fue traumático. El declive de la actividad industrial europea paralizó
el proceso migratorio español y sumó el retorno de trabajadores migrantes que
aumentaron el desempleo patrio hasta alcanzar las 900.000 personas; al medio
millón de parados patrios se sumaron cuatrocientos mil retornados. Dos terceras
partes del consumo energético español dependían de las importaciones de crudo. La
broma nos costaba 2.500 millones de dólares más por año, lo que significaba,
por sí solo, un incremento del déficit comercial del 50%. Para no complicar más
la cosa a Juan Español -que estaba hasta las cejas- el Estado asumió una parte
del aumento del coste del crudo por la vía de reducir los impuestos que
gravaban el consumo de derivados. Así, mientras los precios de las gasolinas y
el fuel aumentaban tan solo en torno a un 20% en términos reales, los ingresos
del Estado por la venta de derivados del petróleo disminuían un 35%. No hace
falta más que echarse la mano a la cartera para saber que íbamos cuesta abajo y
sin frenos. Repercutir directamente la subida implicaba (como mínimo) doblar
los precios de venta de los productos derivados, algo que hubiera tenido
repercusiones gravísimas sobre la actividad económica: la mayor parte de la
electricidad se producía en centrales térmicas consumidoras de fuel y aquí todo
lo movíamos con derivados del petróleo: coches, aviones, barcos, trenes...
La economía no la teníamos boyante y de conflictividad social
estábamos a punto de ebullición. Y como esto afectaba a nuestros “clientes”
europeos y del mundo entero, los ingresos por turismo descendieron más de un
30% (¿quién iba a pensar en vacaciones en 1974 y siguientes?), y las
exportaciones, casi un 8% (¿quién nos iba a comprar algo?). El economista Luís
Ángel Rojo nos describía con “una débil base energética, un alto consumo de
energía por unidad de producto y la elevadísima dependencia de las importaciones
de petróleo hicieron que el impacto sobre los precios, la renta disponible para
el gasto y el déficit exterior de la economía española fuera especialmente
fuerte”[44]. La
primera energía del milagro español se consiguió primando los pantanos y las
refinerías de petróleo sobre la minería del carbón como bien señaló el Primer
Plan de Desarrollo (1964-67)[45]
pero ahora dependía del petróleo.
Entre 1960 y 1973 el consumo de petróleo creció a tasas del
15%. La crisis del petróleo de 1973 aconsejó elaborar el primer Plan Energético
Nacional y dar carta de naturaleza a las centrales nucleares españolas.
A finales de 1973 la histeria se desencadenó en todo
Occidente, y los países industrializados corrieron a cortejar a los gobernantes
de los países productores para asegurar la arribada de petroleros a unos
precios favorables. España invocó entonces su tradicional amistad hispano-árabe
y el anticomunismo compartido con muchas monarquías y repúblicas de Oriente
Próximo y limitó la velocidad en carreteras.
Sí, en abril de 1974 se impuso la primera obligación de nuestra
historia de circular a menos de 130 kilómetros por hora en autopistas como medida
para frenar su dependencia exterior de carburantes. Se adujeron motivos de seguridad
vial e interés nacional. Y cuando el barril de petróleo se puso a unos
terribles 93 dólares, en 1976, el Gobierno de Arias Navarro volvió a reducir el
límite máximo de velocidad hasta los 100 km/h, el más bajo de la historia de
España. Y también en 1974 sumamos a las consecuencias lo del cambio de horario
(los horarios de verano e invierno), para adecuar los usos y disminuir el
gasto. España fue de los primeros países que se adaptó a la medida, aprobada el
5 de abril de 1974; Francia lo haría en 1976 y Portugal en 1977. Una medida que
llevó a muchos países europeos a cambiar la hora durante el invierno para ganar
más tiempo de luz a primera hora de la mañana, cuando supuestamente las
fábricas y oficinas necesitaban toda la energía. Con más iluminación natural,
gastarían menos energía. Un cambio de hora que hizo ya España en 1918 por la
escasez de carbón provocada por la Primera Guerra Mundial.
Y todas estas variaciones a pesar de que ya habíamos
conseguido una ayudita extra en diciembre de 1974 cuando Sadam Husein vino a
España de visita oficial. Le recibieron el jefe del Estado, el presidente del
Gobierno y el príncipe don Juan Carlos. Nos envió 30.000 toneladas de petróleo;
gratis[46].
Por aquellos días parece que nos llevábamos de bute[47]
con el Irak baazista[48];
relaciones que se mantuvieron en idéntica sintonía con el cambio de régimen y
los Gobiernos democráticos de la UCD y del PSOE. En 1978 Adolfo Suárez le
concedió el Collar de la Orden del Mérito Civil[49]
a Sadam Hussein… Y corto aquí para no reír. Es que no termino de encajar en mi
esquema mental a Suárez; tampoco olvido cuando coqueteó con los no alineados[50].
Por favor, ¡qué país!; cada dos por tres tenemos una añada de presidente del
gobierno, como el de ahora, que es para hacérnoslo ver. ¡Por Dios!
Vale, corto y cambio… que me inflamo como la carísima gasolina
de la que les estoy contando.
Apagaré el fuego señalando (sin ánimo de justificarle) que
cuando Adolfo Suárez llega a la presidencia del Gobierno (1976), el país estaba
a punto de ingreso en UCI: la inflación interanual se acercaba al 20%, el
déficit de la balanza exterior por cuenta corriente superaba los 4.000 millones
de dólares y el déficit del Estado aumentaba y aumentaba[51].
Y luego estaba el desempleo; el triple que en 1973.
Las medidas que adoptó Fuentes Quintana mejoraron la cosa;
pero al poco va y se produce derrocamiento del Sah Reza Pahlaví (se largó el 16
de enero de 1979, muy malito, rumbo a los EEUU y el Hola se quedó sin sus
reportajes del superlujo de Farah Diva y la celebración del 2.500 Aniversario
del Imperio Persa) y llega la instalación del régimen del Ayatolá Jomeini
-revolución iraní- en uno de los principales países productores de crudo, que
enseguida -agosto de 1980[52]-
se lió a tiros con el vecino Irak, también gran productor, lo que nos mandó a
la porra económica -el precio del fuel pasó de 8.300 a más de 20.000 pesetas
por tonelada- a principios de 1980. Y pudo ser peor de no haberse alcanzado en
1977 los Pactos de la Moncloa[53],
un aspecto no siempre reconocido en su justa e importantísima medida por los
políticos de ahora que visionan mal la Transición.
La economía española se estancó de nuevo y no volvió a la
senda de la recuperación hasta bien entrado el año 1982 y ya bajo gobierno
socialista, la recuperación prosiguió hasta alcanzarse tasas de crecimiento del
producto en torno al 3% en una crisis prolongada y cerrada en falso porque el
desempleo llegó a afectar a tres millones de personas (un 22% de la población
activa)[54].
En definitiva, la crisis de los años 1973-1985 fue una crisis
de carácter mundial, pero que tuvo en España dos especificidades. Carles Sudriá
lo explica[55]: “la
debilidad de los Gobiernos que tuvieron que afrontarla y una economía con
graves defectos estructurales, surgidos de un crecimiento fuertemente
intervenido y protegido de la competencia exterior. Las necesarias decisiones
de ajuste se tomaron con retraso y arrostraron en consecuencia un mayor coste,
y las deformaciones estructurales pasaron su factura en forma de unas tasas de
paro muy superiores y más persistentes que las sufridas por otros países.
Aunque la crisis se superó a mediados de la década de 1980, quedó por realizar
buena parte de la reestructuración industrial y empresarial. Algo que
finalmente tuvo que hacerse unos años después con no pocas dificultades”.
Total.
Dicho esto, el lado positivo del balance no debe olvidarse. En
aquellos años turbulentos, España consiguió transitar en paz de un sistema
autoritario a la democracia en un proceso que, con todas sus limitaciones, cabe
calificar de éxito. Sin duda se cometieron errores en la gestión de los asuntos
económicos, tanto en las decisiones adoptadas como en las eludidas, pero
considero que sería injusto olvidar que el objetivo prioritario era entonces la
transición política y que a ello hubieron de supeditarse otros objetivos, por
importantes que fuesen.
Algunos de los rasgos de aquella crisis parecen comunes a los
de la crisis actual: un origen exterior, una economía con serios problemas
estructurales y, por razones diferentes, cierta debilidad en la acción
política. No me corresponde analizar tales similitudes, pero resulta
interesante constatar que la crisis que hoy padecemos es ya en estos momentos
mucho más grave que la vivida hace cinco décadas.
Le leo a Carlos Sánchez[56]
que lo de la “tradicional amistad” esa que me enferma bien puede ser de la
época de Adolfo Suárez. Y cita al vicepresidente Fuentes Quintana[57]:
“cuando (Suárez) veía que flojeaba la balanza de pagos para pagar el
petróleo, lo que hacía era enviar una misión diplomática a Riad y a los países
vecinos” con lo que, sin duda, ese sí forjó la “tradicional amistad” de don
Juan Carlos con ellos, que -dicho sea de paso- nos resolvió, pues, la papeleta.
O quizá fue Claudio Boada[58],
que entre 1981 y 1985 iba y venía sin parar como presidente del Instituto
Nacional de Hidrocarburos (hoy REPSOL).
Bueno, camino del final, es ocasión de apuntarle alguna bondad
a lo del 73: las economías occidentales empezaron a trabajar para su
independencia energética, iniciando nuevos métodos de perforación y extracción
del petróleo, creando tecnologías que conducirían a un mayor ahorro en las
fábricas y en los coches, apostando por nuevas fuentes de energía y
desarrollando el concepto sostenible, verde y limpio.
¡Caray, qué mal lo pasamos!
[1] Desde septiembre de 1940 la entrada de petróleo a
España estaba bajo control británico y solo podía traer de América la cantidad
estipulada por el Foreign Office. Esta situación se mantuvo hasta el verano de
1941 y durante un largo periodo el suministro español fue muy irregular. En
1942 la administración norteamericana sometió a más presión a la economía
española, reduciendo las exportaciones de petróleo a España a dos tercios del
consumo estimado como normal (el de 1935), y esta nueva situación duró hasta
1944. Para intentar paliar esta situación, en 1942, se creaba el Consejo
Técnico de los Combustibles Líquidos, que escogió la opción de la producción
sintética de petróleo. Ya antes del 36 se había iniciado en España la
producción sintética de petróleo por parte de la compañía francesa Peñarroya,
que tenía una planta de destilación en Puertollano y que alcanzó una producción
anual de 8.700 toneladas de petróleo y sulfatos, lo que permitió obtener cuatro
millones de litros de gasolina, 400.000 litros de lubricantes y 1.300 toneladas
de asfalto. Y aunque el proyecto se inició en 1942, fue en 1948 cuando recibió
tecnología, procedente de una empresa de Escocia, suministrada por una empresa
francesa que, a su vez, utilizó una filial belga para no generar excesivos
conflictos internacionales (pues desde 1946 el gobierno español contaba con el
rechazo internacional). El coste del esfuerzo de producir petróleo sintético
supuso una inversión de casi 2 billones de pesetas (aproximadamente 150
millones de dólares de esa época)53, que nunca resultó rentable.
[2] El 17 de septiembre de 1941, mediante decreto se
otorgaron privilegios a las fábricas de aparatos de gasógeno.
[3] Albert Edward Wladimir Fülek Edler von Wittinghausen
[4] Se llagaron a expropiar 200 Has. en torno a Coslada. https://www.abc.es/cultura/libros/abci-franco-quiso-comprar-gasolina-hecha-agua-vino-y-verduras-201803281344_noticia.html
[5] Una mezcla mediante su "técnica especial y
proporciones precisas" de agua del Jarama con etanol obtenido de vinos,
zumos de remolacha, patata y naranja junto a naftalina y acetona. Demetrio
Carceller, desde CAMPSA, denunció la inviabilidad de la fórmula y Filek adujo
una conspiración de intereses empresariales y petrolíferos. Tras la denuncia el
Ministerio de Industria y Comercio envió a un comité de expertos de la Comisión
de Minas a comprobar la fabricación y funcionamiento de la 'filekina' y fue
concluyente: era un timo. Se le concedió una segunda oportunidad en el
Laboratorio de Química Industrial en la calle Ríos Rosas. Ahí terminó
definitivamente el engaño. No hubo juicio, porque hubiera ridiculizado al
régimen. Alberto von Filek ingresó en la cárcel en Barcelona como preso
gubernativo, de donde pasó al campo de concentración para presos republicanos y
brigadistas extranjeros de Nanclares de Oca. Fue extraditado junto a los
cautivos alemanes en 1946 hacia Hamburgo. En esa ciudad moriría seis años después.
[7] El Instituto Nacional de Industria (INI) fue una
entidad estatal española, creada como un soporte institucional para promover el
desarrollo de la industria en España. Entre los años 1941 y 1980 constituyó de
hecho el grupo empresarial más grande e importante de España. El INI
desapareció en 1995 y sus funciones fueron asumidas por la Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales (SEPI). Durante su existencia las grandes empresas
que se establecieron a iniciativa del INI fueron SEAT, ENDESA, ENSIDESA y otras
muchas dedicadas especialmente a la producción de hierro, acero y aluminio, y
también a la industria petroquímica.
[9] California Texas Oil Company (Caltex); fundada en 1936
y que en 1947 se hace cargo de las subsidiaras europeas de Texaco (The Texas
Company) y en 1948 queda participada por Japan's Nippon Oil Company. Entre 1949
y 1966 se especializa en la construcción de refinerías por Europa. Desde 1967
se centrará en operaciones por Asia.
[10] En 1974 Exxon vendió su participación a Banesto y la
compañía de refino pasó a llamarse desde 1975 Petróleos del Mediterráneo
(Petromed).
[11] Marta Saldaña Martín y Silvia Montero Ramos. Estudios
de caso de la política exterior española hacia el Mundo Árabe y Musulmán:
Países del Golfo (2012)
[13] Judit Montoriol. La economía española y el petróleo:
una relación estrecha. CaixaBank 2016
[14] En Marta Saldaña Martín y Silvia Montero Ramos, citado
antes.
[15] Los de Sefarad’, son los judíos que vivieron en la
península ibérica hasta su expulsión en 1492 por los Reyes Católicos de las
coronas de Castilla y de Aragón (y su posterior expulsión de Portugal, en 1496,
y del Reino de Navarra, en 1497); y también sus descendientes, quienes, más
allá de residir en territorio ibérico o en otros puntos geográficos del
planeta, permanecen ligados a la cultura hispánica.
[16] El establecimiento de relaciones diplomáticas entre
España c Israel tuvo lugar el 17 de enero de 1986 mediante un canje de notas en
La Haya entre el Secretario general de Política Exterior, Máximo Cajal, y el
Director general adjunto del Ministerio de Negocios Extranjeros Yeshayahu
Arung.
[17] En la 304 sesión plenaria de 4 de noviembre de 1950 el
resultado de la votación fue de 38 votos a favor, 10 en contra (Bielorrusia,
Checoslovaquia, Guatemala, Israel, México, Polonia, Ucrania, Uruguay, Unión
Soviética, Yugoslavia) y 12 abstenciones (Australia, Birmania, Cuba, Dinamarca,
Etiopía, Francia, India, Indonesia, Nueva Zelanda, Noruega, Suecia, Reino
Unido).
[18] Albania, Jordania, Irlanda, Portugal, Hungría,
Finlandia, Ceilán, Nepal, Libia, Laos y Camboya.
[19] María Dolores Algora; España en el Mediterráneo:
entre las relaciones hispanoárabes y el reconocimiento del Estado de Israel.
Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 79
[20] El 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos firmaron en
Granada -Edicto de Granada- la expulsión de los judíos. Según el texto –hubo
varias versiones y múltiples copias–, el pueblo judío tenía hasta finales del
mes de julio de ese mismo año para abandonar los territorios de las coronas de
Castilla y de Aragón (de ahí el interés de Cristóbal Colón de salir en su
primer viaje, que se demoró hasta el 3 de agosto).
[21] Egipto nacionaliza la Compañía del Canal de Suez,
bloquea los estrechos de Tirán y apoya a fedayines en incursiones dentro de
Israel que reacciona e invade el Sinaí y de la Franja de Gaza, que estaba
ocupada y administrada por Egipto desde la firma del armisticio al final de la
guerra de 1948, alcanzando rápidamente la zona del canal de Suez. La oferta de
mediación de Francia y el Reino Unido fue rechazada por Egipto, tal como
esperaban, por lo que los dos países europeos comenzaron a bombardear suelo egipcio
desde sus bases en Chipre y Malta el 31 de octubre. Reino Unido y Francia
reunieron 80 000 hombres y una flota de más de 100 barcos, entre los que había
7 portaaviones. Nasser respondió hundiendo barcos comerciales en el canal,
hasta un total de 40, lo que convirtió a la región en intransitable hasta
principios de 1957. Los bombardeos fueron seguidos por un despliegue de
paracaidistas en Puerto Saíd a partir del día 5 de noviembre, donde aviones y
buques ingleses y franceses intervinieron en el conflicto para proteger el
canal de Suez, atacando Puerto Saíd y Port Fuad, por lo cual las tropas
israelíes detuvieron su avance a 16 kilómetros al este del canal, situación que
fue rechazada por los Estados Unidos, lo que permitió a Nasser la
nacionalización del canal el mismo día que Israel completaba la conquista del
Sinaí.
[22] Antonio Marquina. La normalización de relaciones
diplomáticas entre Israel y España. Pag. 1137; 1986. Tal vez por las gestiones
de España en la liberación de judíos sefardíes de Egipto desde la Crisis de
Suez.
[23] En Antonio Marquina; pág 1139. En septiembre de 1979,
Adolfo Suárez recibió en Madrid a Yasser Arafat; nuestro presidente de Gobierno
estaba considerado por los judíos como el principal opositor a un pronto
reconocimiento de Israel (pág 1140).
[26] Fernando Morán López (1926-2020); diplomático, escritor
y político español militante del Partido Socialista Obrero Español. Desempeñó
el cargo de ministro de Asuntos Exteriores entre 1982 y 1985, durante el primer
gobierno presidido por Felipe González. Famoso por sus despistes, generó un
género propio de chistes. Integrante del llamado «grupo de Salamanca» en torno
a Enrique Tierno Galván, corredactó junto a este último en enero de 1957 el
documento que se vino a llamar «de las tres hipótesis» (que gozó de la
aquiescencia de José María Gil-Robles y Dionisio Ridruejo) que planteaba una
acción conjunta contra el régimen franquista. Fue uno de los fundadores del
Partido Socialista del Interior en 1967.
[27] En 1977 la Organización para la Liberación de Palestina
(OLP) abrió oficina en Madrid y fue reconocida oficialmente por el Gobierno
español en 1986. En 2010 elevó el estatuto de la representación diplomática y
el Jefe de Misión recibió el tratamiento de Embajador. Husni Abdel Wahed es
embajador de la Autoridad Nacional Palestina en España desde la primavera de
2022. En la actualidad, 139 países reconocen a Palestina. En Europa, además de
Suecia, lo han hecho Polonia, Hungría, República Checa, Bulgaria, Eslovaquia,
Rumanía, Chipre y Malta. Estados Unidos, Alemania, Canadá, Italia o Países
Bajos.
[28] En 1948 los partidos nacionalistas marroquíes forman un
Frente Nacional con el objetivo de lograr la independencia. En repetidas
ocasiones, el sultán señaló que él deseaba lo mismo. Por ello, en 1952, Francia
depuso al sultán y lo desterró sustituyéndolo por Muley Ben Arafa, también
miembro de la familia aluí. España mostró su descontento por no haber sido
informada previamente: en 1954 Franco declara que el Protectorado español
permanecerá bajo la soberanía del jalifa, nombrado por el sultán, ya que el cese
de éste exigía el consentimiento previo español. Esos años eran de tensión
entre la Francia de la IV República y el régimen franquista. En 1955, El Glaoui
(señor de la guerra de la zona de Marrakesch y colaboracionista con Francia), y
la autoridad francesa en Marruecos, respaldados por el Alto Comisario español,
el general García Valiño, querían ofrecer provisionalmente el trono de
Marruecos entero al jalifa de la zona española: Muley Hassan Ben Mehdi, más
manejable para los europeos. Además, Franco, de esta forma intentaba sustituir
a Francia en Marruecos. Pero la situación en el Marruecos francés fuese
deteriorándose, con aumento de la violencia y los atentados, lo que llevó a los
franceses a permitir el regreso del sultán en 1955 y destituir a Ben Arafa. El
2 de marzo de 1956, Mohammed V consiguió la independencia de su país por el
gobierno de Francia -ya agobiado por la guerra de Argelia-, sin consultar para
nada a Madrid. Ese invierno de 1956 el régimen franquista había tenido una
violenta y grave crisis universitaria, con incidentes callejeros, desconocidos
desde la guerra, entre estudiantes liberales y el falangista SEU, a causa de
unos incidentes ante la embajada británica por el tema, siempre recurrente, de
Gibraltar. El día 7 de abril, a pesar de la oposición de ciertos sectores
militares, el gobierno franquista se veía obligado a reconocer apresuradamente
la independencia del Marruecos español.
[29] Impide la concesión de nuevos permisos para la
realización de sondeos en todo el territorio español y aboga por la
descarbonización de la economía española de aquí al año 2050 y su transición a
un modelo circular que garantice el uso racional de los recursos, la adaptación
al cambio climático y la implantación de un modelo de desarrollo sostenible. https://www.eldia.es/economia/2022/04/22/hay-petroleo-cerca-canarias-espana-65274314.html
[30] El lío de 9 días (11 al 20 de julio de 2002) que
terminó con la Operación Romeo-Sierra.
[31] Fosfatos de Bucraa, S. A., actualmente Phosboucraa, fue
una empresa minera española radicada en el Sahara Español, integrada desde 1976
en la empresa minera y química estatal marroquí OCP Group, dedicada a la
explotación a cielo abierto de fosfatos en Bucraa.
[32] 23 de noviembre de 1957 al 30 de junio de 1958 que tuvo
lugar en los territorios españoles de Ifni, Cabo Juby y Sahara español que se
resolvió con el Acuerdo de Cintra.
[33] Invasión y posterior ocupación militar de la entonces
provincia española del Sahara, iniciada el 6 de noviembre de 1975. En esa época
el Gobierno de Madrid se disponía a abandonar el territorio como parte de la
descolonización de África, al igual que anteriormente había otorgado la
independencia a Guinea Ecuatorial en 1968. Los saharauis aspiraban a formar un
Estado independiente. El plan marroquí consistió en transportar 300 000 civiles
con unidades militares armadas camufladas entre ellos. El plan fue diseñado por
el Departamento de Estado de los Estados Unidos y contó con su apoyo logístico
y el de la CIA.Otra cosa que no entiendo es el tradicional y sempiterno apoyo
yanqui a Marruecos. El motivo oficial del apoyo estadounidense y francés a
Marruecos fue que preferían un Sahara marroquí a un Sahara títere o satélite de
Argelia, rival regional de Marruecos y que además estaba en el bloque comunista.
Pues así nos va.
[34] Perito industrial que gran parte de su vida se la ganó
con la venta de hasta 73 patentes, junto a la buena suerte en la lotería. Por
ejemplo, en 1951 patentó un dispositivo para el encendido automático de tubos
fluorescentes que le reportó 350.000 pesetas. En 1972 llegó a obtener la
medalla de plata en la Exposición Internacional de Inventos de Bruselas. Su
motor funcionaba con agua a la que añadía boro o ferrosilicio (no desveló la
substancia) pero que producía hidrógeno, con lo que no era un motor de agua,
sino de hidrógeno. El propio Estévez registró un Sistema de Regasificación de
Hidrogeno en la oficina de patentes; no un motor de agua. Con el empresario
catalán José Carrera Rey creó la socirdad Aguacar, SA para producir el
motor... y se fugó con los 5 millones de pesetas aportados. Murió en Sevilla a
finales de los 90.
[36] De los 3 $/barril se pasó a los 12 $/barril
[37] Después de los acuerdos de Achnacarry (1928), las
grandes compañías establecieron un sistema común a partir del precio del
petróleo del golfo de México más el coste del transporte. A partir de 1935 este
precio fue fijado por el Gobierno federal de los Estados Unidos. A mediados de
los años cuarenta los precios de Oriente Medio, en concreto los de Arabia Saudí
en la terminal de Ras-Tanura, se convierten en FOB que funcionan en paralelo
con los de Estados Unidos. El precio de referencia del “crudo ligero” de Arabia
Saudí, precio FOB (free on board; libre a bordo), era de 1,75 dólares por
barril a comienzo de los años cincuenta. Durante esta década los precios fueron
elevándose y vinculándose a los acuerdos fifty-fifty -Las compañías
norteamericanas en Venezuela tuvieron que aceptar en 1948 un cambio del régimen
fiscal que consistía en
dividir los beneficios con el Gobierno al 50%. El Gobierno estadounidense
permitirá a estas compañías deducir de los impuestos a pagar lo abonado a los
gobiernos de los países productores. A finales de los años cincuenta, los norteamericanos
ofrecerán el mismo trato a Arabia Saudí- hasta llegar a finales de la década a
un descenso. En 1964 se modificará el sistema de cálculo de los royalties que
las compañías pagaban a los gobiernos y que se relacionaba no con los precios
si no con la producción. A partir de esa fecha supondrían un porcentaje del
precio del barril extraído. Durante la década de los años sesenta los precios
de referencia se mantuvieron fijos, lo cual suponía un abaratamiento en
términos reales si tenemos en cuenta a la inflación. En los años setenta, tras
el denominado Acuerdo de Teherán (sobre crudos del Golfo Pérsico, efectivo el
14 de febrero de 1971), los precios de referencia del petróleo del Golfo
Pérsico aumentaron 35 centavos de dólar por barril, más una cantidad según los
grados de acidez del crudo.
[38] Ministerio de Industria; datos 1973
[39] Sociedad Hispánica de Petróleos (HISPANOIL) , fundada
en 1965 que con el tiempo explotó pozos propios participados en Argelia o
Gabón, además de acuerdos con compañías nacionales.
[40] Sociedad saudí fundada en 1968 entre la estatal Aramco
y la Exxon Mobil.
[41] El Sensurround fue una experiencia de audio ideada por
los Estudios Universal en 1974. Emitía sonidos a muy baja frecuencia,
inaudibles para el oído humano pero que se percibían mediante vibraciones que
hacían temblar la butaca. Desarrollado especialmente para la película Terremoto
(Earthquake, 1974) también lo emplearon en La batalla de Midway (1976) Montaña
rusa (1978) y Galáctica (1979)
[42] La crisis del petróleo se vio agravada por la
importante huelga de los mineros del carbón. En diciembre el premier Heat tuvo
que anunciar la limitación de uso eléctrico para fábricas, tiendas y oficinas a
tres días a la semana. Desde el 1 de enero de 1974 los comercios tuvieron que
reducir su jornada laboral. El gobierno prohibió la iluminación de escaparates
y cerró pubs y restaurantes. Las cadenas de televisión tuvieron que dejar de
emitir, y hasta Buckingham Palace se vio afectado por los cortes. En pocos días
Reino Unido sumó 1'5 millones de parados.
[44] https://www.lainformacion.com/economia-negocios-y-finanzas/guerra-sindical-regimen-crisis-petroleo-espana-sufrio/2813213/
[45] Leonardo Caruana; Los difíciles orígenes de la
industria petrolera española. Revista Empresa y Humanismo 2009 XII, 1/09,
pp. 13-62
[46] https://www.libertaddigital.com/opinion/historia/cuando-espana-agasajo-a-sadam-husein-1276239585.html
[47] Según el DRAE:
de bute/dabuten significa Excelente, lo mejor en su clase. Es leguaje
jergario y localista. Se trata de una germanía (es decir, jerga de
delincuentes) según el diccionario de Zerolo (1895). Según Alemany y Bolufer
(1917) viene de "cierta imprecación contra Dios, frecuente en boca de los
ingleses".
[48] Partido Baaz Árabe Socialista que en algunas ocasiones
llamado Partido del Renacimiento Árabe Socialista porque baaz en árabe
significa renacimieto o resurrección fue fundado en 1947 como un partido
político nacionalista árabe, laico y militante del socialismo árabe.n El
socialismo árabe es diferente al socialismo marxista-leninista tradicional. El
Baaz apareció inicialmente como movimiento nacionalista árabe en 1940 de la
mano de los pensadores sirios Michel Aflaq y Salah Al-Din Al-Bitar. Tomó fuerza
en los años siguientes en Siria. En 1966 el Partido Baaz Árabe Socialista se
dividió en dos facciones: la pro-siria y la pro-iraquí. Los baazistas
gobernaron Irak brevemente en 1963, y luego desde julio de 1968 hasta 2003.
[49] https://www.libertaddigital.com/opinion/historia/cuando-espana-agasajo-a-sadam-husein-1276239585.html
[51] Expansión. Datos Macro.
[52] Conflicto bélico surgido entre Irán e Irak que comenzó
por Irak el 22 de septiembre de 1980 y duró hasta el 20 de agosto de 1988,
finalizando este sin un claro vencedor. Divergencias de concepción del mundo
entre árabes y persas.
[53] contención
salarial, una política monetaria restrictiva, la reducción del déficit público
y la adopción de un sistema de cambios flotantes para la peseta, con la
consiguiente devaluación, así como reformas del tipo de modernización del
sistema fiscal, aprobación de un nuevo marco legal para las relaciones
laborales y liberalización del sistema financiero
[55] https://ishimura.uc3m.es/monet/monnet/IMG/pdf/El_ajuste_economico_de_la_transicion___Sudria___EL_PAIS.pdf
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