La Lectio Divina es una metodología de reflexión. La Lectio
Divina se compara con el ‘deleite de la Palabra’: primero, el tomar un bocado
(lectio); luego masticarlo (meditatio); saborear su esencia (oratio) y,
finalmente, hacer la digestión y hacerla parte del cuerpo (contemplatio).
Como la Lectio Divina implica la lectura, que Yo ya he hecho,
paso a escuchar el mensaje interior, a la meditación de lo que estos ojos que
se han de comer la tierra han llegado a leer y ver…
Para ello, para la meditatio, me he llegado en esta mañana de
domingo hasta pocos metros de la playa de Levante de Benidorm, bajo la lluvia -¡Bienvenida
sea!- contemplando el ritmo de las olas, que los expertos llaman periodo; veo y
sé que llegan en grupos, en cadencias uniformes… 3, 7, 9…
Y a la tercera, la séptima o la novena olas, desde el
principio de las civilizaciones, se les atribuyen fuerzas especiales.
La novena ola está ungida y forma parte de los ritos de
fecundidad; con la séptima, a la que llamó “Lissette” en sus ansias de
libertad, Papillón[1] saltó
del acantilado de la Isla del Diablo -la más pequeñas de las tres Islas de la
Salvación, premonitorio nombre- en 1941 para conseguir la libertad; y algo debe
tener la séptima porque Sting cantaba que el amor es esa ola[2];
y la tercera, ¡ay la tercera!, cuando sólo llegan en grupos de tres, es la más
brutal.
Aquellos que tienen la cara surcada por el salitre marino
incluso hablan de “la Tres Marías” que son las tres grandes olas que tiene todo
temporal que se precie. Absolutamente acientífico, pero es que ellos las han
conocido y siguen impactados con su poder. La tercera ola siempre ha sido la
más grande, rotunda y devastadora.
En este cuarto día de reflexión de Pedro… ¿esto va de la
tercera ola?
Leyendo la presa, viendo la televisión, golpeado por las redes
sociales, me temo lo peor.
¿Conocen la Tercera ola?
Es que desde ayer sábado que le leí a Joaquín Estefanía, a
primera hora de la mañana, en la edición digital de El País[3]
que una ola de antidemocracia recorre los países que hace medio siglo pasaron
de dictaduras a democracias se me pusieron los pelos como escarpias.
Cita la ola y el medio siglo. Y ya la neurona bullendo porque
estamos a nada de los cincuenta años de la muerte de Franco -El Gobierno quiere
aprovechar el próximo 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco, el 20N
de 2025, para impulsar el conocimiento de todo lo que tiene que ver con la
dictadura, la II República y el papel de quienes defendieron la democracia[4]-
y un pelo de gamba más para los cincuenta años de la democracia en España… pero
para eso ya veremos. Por ello, considero, la ola está a punto de romper aquí.
Y hoy te das de bruces, en El País, con que Madrid es la caldera
en ebullición que alimenta la tensión política y mediática en España; donde se
señala la rabia del PSOE y te encuentras con Meritxell Batet[5]
que después de señalar una cuestión fundamental como que “la política es
la discusión pública de alternativas” con un segundo párrafo memorable,
ya entra en plan militante y evidencia la terrible miopía que aqueja a los que
deambulan por el hemiciclo. Joaquín Manso, desde El Mundo, nos recuerda que ya
The Ecomnomist tildó a Sánchez de Drama King y se mete en honduras
mientras ilustra su texto con una versión de un San Sebastián asaeteado con la
cara de Pedro. Me quedo con la reflexión de Lucía Méndez, acertada, como siempre[6].
Yo es que esto lo enmarco en el experimento de la Tercera Ola.
Ahora que acaba abril de 2004 sería bueno recordar lo de abril
de 1967, en Palo Alto, California; lo puesto en práctica por el profesor Ron
Jones[7],
con alumnos de la Cubberley High School centrado, como vengo observando, en la
maleabilidad mental del ser humano. Fue un experimento de fascistización del
alumnado que detuvo al quinto día, porque lo había conseguido.
¿Pretende Pedro emular a Ron? Ojo, cinco días y ya vimos ayer
los logros del tercero.
Aquellos chavales no comprendían cómo Hitler había implicado
al pueblo alemán en su loca aventura. El atractivo de una ideología autoritaria
y dictatorial siempre está rondando al ser humano. La facilidad con que una
sociedad civilizada puede transformarse en un Estado totalitario es algo ha
ocurrido y termina por volver a ocurrir a cada golpe de taco de calendario; que
el planeta Tierra es muy grande y cada día nos asomamos a un disgusto nuevo.
El experimento podría resumirlo, a bote pronto, en que el ser
humano tiene básicamente una naturaleza autoritaria y le gusta ser liderado y
ser seleccionado dentro de una masa anónima. Echen un ojo a los telediarios por
el tema de ayer.
Estaban los chavales californianos en el 67, estamos nosotros
ahora en el 2004, sustituyendo a la razón por la sinrazón.
Fue un éxito. Y como el experimento se le iba de las manos, el
profesor Jones, al quinto día, recuerdo e insisto, cortó por lo sano. Aquí lo
de terminar las cosas nunca ha sido nuestro fuerte; que el tiempo, dicen, lo
cura todo y vemos que no.
De este experimento, la Tercera Ola, hay libro (Todd Strasser,
La Ola; 1981… aunque también aparece en La Tercera Ola, de Alvin
Toffler, que es más amplio y profundo) y película (La Ola/Die Welle, de
Dennis Gansel), así como innumerables estudios de toda condición y múltiples
referencias en prensa, de entonces y de ahora, alertando; siempre alertando.
Estoy preocupado; muy preocupado.
Oír ayer a un chaval joven concentrado a las puertas de Ferraz
decir que “la democracia está en peligro” -sin ruborizarse ni despeinarse-
es de lo más alarmante que me ha tocado vivir en mis ya seis largas décadas de
tránsito mundano. ¡Dios!; este sí que es un buen vasallo… si tuviera buen señor.
“Las sociedades que no conocen o ignoran su historia están
condenadas a repetirla”. La frase, como aquella de que “la victoria
tiene muchos padres y la derrota es huérfana”, se le atribuye, entre otros
muchísimos, a Napoleón Bonaparte. Pues bueno, napoleónica o no, lo que dice es
terrible. Pero resulta que a base de ignorancia y manipulación nos estamos
metiendo en la boca del lobo.
El viejo proverbio español dice que “el hombre es el único
animal que tropieza dos veces con la misma piedra”; y el español, Juan
Español decía yo, es el que tropieza una y otra vez con el mismo Peñón, el de
Gibraltar, y con la misma ignominia, la de enfrentarnos unos con otros por
visceralidad.
Y ahora, visto lo visto y oído lo oído desde que el presidente
del Gobierno de España se tomó sus días de absurda reflexión, tras el comité
federal socialista que concluyó ayer sábado con un salgamos a la calle y
unámonos a la masa vociferante veo con temor que el español quiere volver a
tropezar con la misma autocracia y el mismo cesarismo.
Antidemocracia; lo opuesto a la democracia.
Es que todos aquellos que entienden que la democracia es la
dictadura de la mayoría cometen el principal error de su vida. La democracia es
el gobierno de las mayorías; el gobierno en nombre de todo un pueblo. Supone
principios y valores: respeto mutuo y ejercicio de la libertad; “libertad de” y
“libertad para”; debate y confrontación de ideas y modelo, no de personas.
La democracia es un sistema político en el cual la soberanía
reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes,
donde hay derechos y libertades y un marco de convivencia; no un enclave de
pensamiento único. Es un sistema que debate y busca siempre lo mejor; donde hay
disparidad de ideas y criterios para buscar el bien común en libertad.
La democracia no una ideología y fue Abraham Lincoln el que la
interpretó como “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”[8].
Fue Heródoto el que así llamó -democracia- a la fórmula de gobierno ateniense,
que Clístenes llamaba Isonomía y Aristóteles Politeia. La República romana
también fue una democracia, pero el concepto se diluye en el transcurso de los
tiempos y ya reaparece a mediados del XVIII donde se fraguan dos ideas claves: la
de que un poder legítimo no puede fundarse ni operar sin incorporar la voluntad
popular y la de que el poder legítimo en ningún caso es absoluto y tiene como
límite los derechos de los ciudadanos.
Y mientras aquí nos descojonamos con el vidiete del norcoreano
–“Cantemos, Kim Jong-un, el gran líder; presumamos de Kim Jong-un, un padre
amigo”- y nos vamos a hacer lo mismo a una calle de Madrid para salvar la
democracia. Celtiberia show.
Claro, se ha banalizado tanto todo que un deporte gubernamental
es sacar a pasear a Franco y la Guerra Civil que terminó hace 85 años, pero que
mantenemos viva la llama y apoyamos una ley que llegará a tratar hasta los
temas del primer gobierno de Felipe González en 1983. Y todo porque se empeñan
en impugnar la Transición.
Por entonces tronaban los transistores aquello de “Dicen
los viejos que en este país hubo una guerra; que hay dos Españas que guardan
aún el rencor de viejas deudas; Dicen los viejos que este país necesita palo
largo y mano dura para evitar lo peor”. Y quien cantaba decía lo de “yo
solo he visto gente que solo desea su pan, su hembra y la fiesta en paz”. Y
la cosa iba a más: “Dicen los viejos que hacemos lo que nos da la gana y no
es posible que así pueda haber Gobierno que gobierne nada; dicen los viejos que
no se nos dé rienda suelta, que todos aquí llevamos la violencia a flor de piel”.
Y coreábamos lo de “gente que tan solo pide vivir su vida, sin más mentiras
y en paz”, para entrar al estribillo “Libertad, libertad, sin ira,
libertad; guárdate tu miedo y tu ira, porque hay libertad. Sin ira, libertad”[9].
La de Jarcha fue la canción de la transición, la que nos imbuyó de dignidad
para hacerlo.
Caemos en la ira por puro desconocimiento de quienes somos y
hasta dónde hemos llegado.
Mirémosnos lo que pasó en este país desde que arrancó el siglo
XX… ¿por qué olvidándonos del anarquismo o del pistolerismo, de los asesinatos
de Canalejas[10],
Dato[11]
o de ‘el noi del sucre’[12],
de la agitación política de los años 20 y la influencia de Georges Sorel[13],
la psicología de masas de Gustave Le Bon[14]
o Gabriel Tarde[15], de los
sucesos de Casas Viejas[16]
o del durísimo comienzo de la década de los años 30…? Desde la crisis del
Régimen liberal fuimos dándonos en las dos mejillas hasta templar armas en la
Guerra Civil saldando salvajes cuentas antes y después por reformas que
llegaron a destiempo o que aún tardarían en llegar.
Hace noventa años vivimos una situación muy particular; 1933
fue un año especialmente intenso que marcará, con dos revoluciones[17],
un proceso que nos empeñamos en olvidar y reprotagonizar. ¿lo investigamos?
Y de allí, a palos, hasta 1939 y las secuelas de una guerra
fratricida que muchos se empeñan en sacar a pasear una y otra vez.
Escuchaba ayer mañana con pesar y desazón el grito coreado del
‘¡No pasarán!’. Es triste y lamentable. Y lo es porque quienes lo lanzan
no tienen ni idea de quien era José Miaja[18];
ni saben nada de aquella arenga de noviembre de 1936 cuando el gobierno
republicano abandonó Madrid a la suerte del general; y este, recordando el grito
francés “Verdún, On ne passe pas!” -que era de 1916-, lo convirtió en el
“No pasarán”[19]. Entonces
fue una llamada a defender la democracia, las libertades y los derechos que
habían sido conquistados durante la República y, más que nada, una súplica a la
unidad y determinación ante tantas y diferentes fuerzas políticas, ideológicas
y sociales militarizadas que con divergencias y disputas internas hacían
inviable una frente común; cosa que resolvió el teniente coronel Vicente Rojo
Lluch[20].
Que esto es de primero de sentido común. No es ideología ni visceralidad; es
sensatez, cordura y juicio, materias en las que veo a muchos españoles cuesta
abajo y sin frenos.
No, se quedan en la idealización del grito, puro postureo;
olvidan lo que lo motivó.
Y mientras Pedro reflexiona he leído barbaridades en redes
sociales; textos de amigos periodistas por los que aún -tras leerles- siento un
rescoldo de admiración que me anima a creer que se trata de una obcecación
pasajera. Pero con radical pesimismo temo que sea radicalización. No pueden
tergiversar así la realidad; ¿qué virus me los ha infectado?
Me han referido -y terminado por ver- lo de una peruana que
desarrolla sus cometidos en el Canal Red[21]
de Pablo Iglesias, plantear en La Hora de La 1 la intervención del Poder
judicial para que se controle a Medios de comunicación[22]
y en concreto a aquellos periodistas que, dijo, “mienten”; e, incluso,
la intervención directa de Medios a los que ella calificó de “corruptos”.
Y los demás tertulianos, de convidados de piedra. Bueno, uno le animó a que,
teniendo pruebas de todo lo que estaba escupiendo, lo publicara. Un brindis al
sol… y así hemos llegado a esto.
Estefanía, y vuelvo a mi lectura de la mañana del sábado,
denunciaba la estrategia de la crispación que ya ha pasado al tercer nivel: a
afectar a los ciudadanos. Es responsabilizar de la situación a quienes la
padecen y no a quienes la provocan. Y esa es una bochornosa práctica habitual
que se realiza sin pudor,
Pero a lo que vamos, que es lo de la democracia representativa.
No miren muy atrás, que es cosa del XIX. Es de cuando arranca eso de que la soberanía
popular está delegada en las instituciones gubernamentales que ejercen la autoridad
en nombre del pueblo.
A veces olvidamos que la democracia representativa es un tipo
de gobierno cuyos actos presentan una correspondencia relativamente estrecha
con los deseos de relativamente muchos de los representados; no de todos.
Robert Dahl, politólogo norteamericano, sostenía que para que fuera
posible la democracia participativa, que él llama poliarquía, debían existir
una serie de garantías como el control de las decisiones gubernamentales, las
elecciones libres e imparciales con determinada frecuencia, las consiguientes
sustituciones de políticos que salieran de esas elecciones, que estas fueran
tranquilas, lógicas y consecuentes; que hubiera derecho a elegir y a ser
elegido y, como colofón, tres derechos básicos: libertad de expresión -en
particular de expresión política, incluida la crítica a los funcionarios, al
estado, al sistema político, económico y social y a la ideología dominante-,
libertad de información -sin que gobiernos o grupos la monopolicen- y derecho efectivo
de asociación.
Yo creo que esto que está pasando nos lo debemos hacer mirar y
muy seriamente. Así vamos mal.
Yo creo que el problema es la crispación. Y más que la
crispación es sí, el problema lo crean quienes acusan a los otros de crispar.
Aunque, en realidad, lo que aquí en la vieja piel de toro llaman “crispar” y se
pide que se deje de hacer, es lo que en cualquier democracia del mundo
occidental se denomina confrontación de ideas y de opiniones, y lo que todo el
mundo supone que es lo que se debe hacer en democracia.
Lo anormal en la vieja piel de toro no es que la oposición se
oponga al Gobierno; lo anormal es que el Gobierno pretenda que la oposición
permanezca en silencio y que se actúe para conseguir que efectivamente ese silencio
se produzca.
Ahora, ayer sábado lo dijeron, hay quien grita con fervor ¡Todos
con el líder! Porque advierte que si eso no ocurre eso la democracia se hundirá
en el barro.
Esto es de primero de comunismo; pero lo llaman fascistización
¿Pero qué nos está pasando? Va a ser que el sueño de la razón
produce monstruos… y esperando a que al quinto día se nos manifieste.
[1] Henri Charrière "Papillon", escritor y marino
francés, condenado a trabajos forzados en la Guayana Francesa en 1931 por un
crimen que no cometió en París. Se fugó en 1941 y aunque fue capturado en la
Guayana venezolana y nuevamente encarcelado en ese país terminó siendo puesto
en libertad en octubre de 1945. Se naturalizó venezolano en 1956 y su causa prescribió
para la justicia francesa en 1967. En 1969 escribe su historia, Papillón, y
regresa a Francia, ya famosos, a reencontrarse con su familia. En 1970 se
instala en Fuengirola, lleva sus peripecias al cine (Papillon, 1973; Franklin J.
Schaffner dirige a Steve McQueen y Dustin Hoffman. En 2017 se hace una secuela
con el mismo nombre) y escribe un segundo libro, Banco, donde describe su vida
en Venezuela desde que escapa de la Isla del Diablo hasta volver a Francia a
ver a los suyos. Murió en Madrid en 1973.
[2] Gordon Matthew Thomas Sumner; líder de The Police,
siguió en solitario y ya ha vendido más de 100 millones de ciscos, conseguido
16 premios Grammy y fama y renombre mundial. Su canción Love Is The Seventh
Wave le ha traído a este Post. Es uno de los grandes de la m´husica.
[3] https://elpais.com/ideas/2024-04-27/una-ola-antidemocratica-recorre-los-paises-que-hace-medio-siglo-pasaron-de-dictaduras-a-democracias.html
[4] https://www.eldiario.es/sociedad/gobierno-ultima-campana-explicar-colegios-50-aniversario-muerte-franco_1_11275591.html
[5] Presidenta del Congreso de los Diputados entre 2019 y
2023 y ministra de Política Territorial entre 2018 y 2019 en el Gobierno de
Sánchez.
[7] Ron Jones (Palo Alto, California, 1941); escritor y
profesor estadounidense. Mientras impartía clases de Historia Contemporánea en
un instituto de Palo Alto, California, fue el iniciador de un experimento
psicológico con adolescentes en torno al nacimiento del nazismo llamado “Tercera
Ola”; en 1967.
[8] Discurso de Gettysburg; 19 de noviembre de 1863, cuatro
meses y medio después de la terrible Batalla de Gettysburg que marcó en inicio
de la ofensiva de la Unión durante la guerra civil norteamericana (1861-1865).
Termina con la frase and that government of the people, by the people,
for the people, shall not perish from the earth. Y la fórmula del “gobierno
del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” para definir la democracia
ha sido adoptada incluso en el artículo 2.º de la Constitución de la Quinta
República Francesa. Como anécdota diré que el principal discurso en aquella mañana
de primavera era el del académico Edward Everett, pero se tiró dos hora de perorata
y aburrió a las ovejas. En cambio, Lincoln, en 3 párrafos y 271 palabras, en 3
minutos, hizo historia.
[9] La Jarcha era una breve composición lírica de los
poetas andalusíes árabes o hebreos entre los siglos XI y XIV. Buscando rescatar
y divulgar las canciones populares andaluzas en 1972 se formó en Huelva el
grupo Jarcha musicando viejos poemas andalusíes mozárabes y composiciones
de autores históricos y poetas contemporáneos andaluces hasta que relataron el
tránsito del franquismo a la democracia con la obra de Rafaél Baladés y José
Luís Armenteros y Pablo Herreo, "Libertad sin ira"
hasta convertirla en el himno de la Transición.
[10] José Canalejas Méndez (1854-1912); abogado y político
regeneracionista y liberal español. Siendo presidente del Consejo de Ministros,
murió asesinado en un atentado terrorista.
[11] Eduardo Dato e Iradier (1856-1921); abogado y político
español, varias veces ministro y presidente del Consejo de Ministros durante el
período de la Restauración. Cuando se produjo el estallido de la Primera Guerra
Mundial, en 1914, como presidente del gobierno decretó la neutralidad española
en el conflicto. En marzo de 1921 fue asesinado por pistoleros anarquistas.
[12] Salvador Seguí Rubinat (1887-1923), apodado el El noi
del sucre, uno de los más destacados anarcosindicalista de España de principios
del siglo XX. Buscó dar un nuevo impulso a la lucha proletaria sin olvidar las
esencias de su ideario anarquista. Fue asesinado el 10 de marzo de 1923 por
pistoleros del Sindicato Libre, que en su momento estuvo asociado a la patronal
catalana.
[13] Georges Eugène Sorel (1847-1922); filósofo francés y
teórico del sindicalismo revolucionario. Es conocido por su noción de la
violencia como factor determinante en el proceso histórico y ha sido considerado como uno de los introductores
del marxismo en Francia.
[14] Gustave Le Bon (1841-1931); sociólogo francés y físico
aficionado. Muy influyente en el campo de la psicología social por sus
aportaciones sobre la dinámica social y grupal. Fue autor de numerosos trabajos
en los que expuso teorías sobre los rasgos nacionales, la superioridad racial,
el comportamiento y la psicología de las masas. Influyó decisivamente en
Hitler.
[15] Jean-Gabriel de Tarde (1843-1904); sociólogo,
criminólogo y psicólogo social francés. En sus análisis concibió la sociedad
como un producto de la vida social, basada en pequeñas interacciones entre
individuos, donde la imitación y la invención eran centrales. Entre los
conceptos que inició estaban la mente grupal y la llamada psicología de masas,
con atención a la opinión pública, donde anticipaba varios desarrollos
modernos.
[16] Levantamiento campesino contra el Cuartel de la Guardia
Civil de Casas Viejas, Cádiz, entre el 10 y el 12 de enero de 1933. Es uno de
los hechos más trágicos de la Segunda República Española. Liberado el cuartel
el 11 de enero se buscó a los responsables, sindicalista de la CNT. El 12 de
enero, una unidad de guardias de asalto, al mando del capitán Rojas, que había
recibido la orden del director general de Seguridad en Madrid, Arturo Menéndez,
para que se trasladara desde Jerez y acabara con la insurrección, ocasionó la
masacre de campesinos que inició el desencuentro entre el campesinado más pobre
y los ideales de la República con su promesa de reforma agraria y de mejora de
las condiciones de trabajo.
[17] La CNT contra la República: Enero de 1933, segunda de las revoluciones anarquistas
donde el diario oficial de la CNT escribía que: la política represiva...
sectaria de los socialistas que detentan el poder y usan de él contra los
intereses de los trabajadores. Por eso, “vencida una insurrección surge
otra, resuelta una huelga, otra se produce; apaciguado un motín, estalla otro
mayor”. Los sucesos de Casas Viejas se enmarcan en ella. Diciembre de 1933,
tercera de las revoluciones anarquistas donde las milicias armadas de Aragón
pretendieron implantar el comunismo libertario. Se extendió por Extremadura, Andalucía, Cataluña y la cuenca
minera de León tras la victoria electoral del centro-derecha. El 14 de
diciembre fue declarado el Estado de Guerra e intervino el Ejército para
restablecer el orden. El día 15 la CNT dio la orden de volver al trabajo y al
día siguiente la policía detenía al comité revolucionario. Durante la
insurrección se registraron violentos choques con la fuerza pública,
descarrilamientos de trenes, voladuras, destrucción de archivos, incendio de
iglesias, sabotajes de vías férreas y puentes, así como líneas telegráficas y
telefónicas, junto a numerosos tiroteos y escaramuzas.
[18] José Miaja Menant (1878-1958); militar español conocido
por su papel en la defensa de Madrid durante la Guerra Civil Española (8-23
noviembre del 36; y hasta el final de la guerra). Crítico con el desenlace que
la contienda tomó para la Segunda República, en marzo de 1939 apoyó el llamado
golpe de Casado y aceptó presidir el Consejo Nacional de Defensa que intentó
negociar, sin éxito, el fin de las hostilidades. En los últimos días de la
guerra civil abandonó España y marchó al exilio, primero en Francia y, después,
en México. Recibió la orden de defender Madrid a toda costa. Para ello contó
con un excelente asesor soviético, el coronel Vladimir Yefimovich Gorev, y un
concienzudo jefe de Estado Mayor, el teniente coronel Vicente Rojo.
[19] Aunque se hiciera famosa en Verdún, ya los liberales
españoles del XIX, hacia 1820, inspirados en el Libro de Job –“Hasta aquí
llegaréis y no pasaréis de aquí”- la pronunciaban. José Antonio Primo de
Rivera, en 1934, tuvo su versión: Moscú no pasará, el separatismo no pasará.
Dolores Ibárruri, ‘Pasionaria, la suya el mismo 18 de julio de 1936: el
fascismo no pasará; No pasarán los verdugos de octubre (de la revolución minera
de Asturias de 1934.
[20] Vicente Rojo Lluch (1894-1966); militar español, jefe
de Estado Mayor del Ejército Popular de la República durante la guerra civil
española, conocido por su destacada participación en la defensa de Madrid, así
como en el planeamiento de la batalla del Ebro, la batalla de Brunete, y
finalmente el Plan P (llegar con la línea del frente a Portugal). A pesar de
estar en el bando republicano, él mismo se definió como católico, apostólico y
romano. Al finalizar la guerra estuvo exiliado en Francia, Argentina y Bolivia.
En 1957 regresó a España donde fue juzgado por auxilio a la rebelión y perdió
su empleo militar. Fue autor de diversos libros relativos a la narración
histórica de la guerra civil española, así como del entorno social que rodeó al
conflicto. A su fallecimiento 15 de junio de 1966 los diarios ABC y Ya le
reconocieron su empleo de general y lo calificaron como “el jefe militar más
brillante del ejército republicano durante la guerra civil”.
[21] Canal RED es un canal de televisión en español que
emite en abierto por internet y TDT dirigido desde su inauguración en marzo de
20232 por Pablo Iglesias Turrión y financiado, dicen, por
micromecenazgo. El canal se centra en noticias relacionadas con la
actualidad política de España y América Latina.
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