Me había planteado Ana Pellicer, concejal de Patrimonio
Histórico y Cultural del Ayuntamiento de Benidorm, presentar el libro de Pedro Delgado Casals que lleva por
título “Playa, sol y platillos volantes. Una guía Pop de Benidorm y la Marina
Baixa (1958-1978)”. En la inconsciencia que me caracteriza dije que sí
y me metí en faena.
Ante un Salón de Actos repleto y con muchísima gente que
no pudo entrar intentando hacerlo, rebasando el reloj las veinte horas y diez
minutos del lunes 15 de abril, a los acordes de ‘Sótano’[1],
un tema de un quinteto roquero de Benidorm –Ringo Rango-, entramos en faena.
En la mesa, el autor –Pedro Delgado-, el editor –Vicente
San Juan-, Juan Antonio Portolés “Lou” y yo, conduciendo el acto. En la
pantalla, un sinfín de imágenes de aquellos momentos del periodo 1958-1978.
Y me arranqué: “No
existe una definición unánime sobre la felicidad, pues depende de muchos
factores. Entre ellos, el ocio y los llamados hechos culturales, un cajón de sastre donde cabe casi todo. La
música es un hecho cultural; este acto también”.
Abría así una auténtica jam session –en el
estrado: una batería, un teclado, un bajo y una guitarra- en la que iba a salir
a la luz una apasionante historia que, les juro, me hubiera gustado vivir en
primera persona -aunque implica haber nacido década y media antes- porque sigo
atrapados en los microsurcos del Aqualung de Jethro Tull[2];
entre Hymn 43 y Locomotive Breath, en concreto.
-I-
Tal vez más acelerado que de costumbre -quería ganar
tiempo y no restárselo al protagonista y colaboradores- quise sentar las bases
de la noche.
Y les dije: “Hayan visto lo que hayan visto en el cine
-y leído en novelas-, la noche y el ocio eran propiedad de la Corona; y el clero
las cercaba. El ocaso solar marcaba el final de todo; menos de los aquelarres…
hasta que el Rey Sol de Francia –Luís XIV- lo transgrede y decide proyectar su
luz de poder -amparado en las velas- más allá del crepúsculo. En fin, que,
hasta mediados del XVIII la fiesta termina con el ocaso. No había noche para la
farra”.
Vamos, que hasta bien entrado el XIX no hay fiesta
nocturna más allá de París y la cosa no prosperará hasta la industrialización
de las ciudades y la llegada del ocio urbano y -detallito a tener en cuenta- ¡la
electricidad!; aunque algún antropólogo ilumine fugazmente el tema con
luz de gas.
Al caer la noche, cada mochuelo a su olivo.
Sepan, mantengo que la fiesta nocturna en sí, con toda su
fortaleza y esplendor, tiene poco más de un siglo.
Y sólo se universalizará a partir de la IIGM, ya en los
años 50, cuando Le Güisqui a Go-gó[3] parisino
salte el charco y en forma de franquicia recorra los Estados Unidos abriendo
garitos, desde Chicago a Los Ángeles, hasta reinar en Sunsent Boulevard, donde Rhonda Lane pinchaba discos en su jaula
y, de paso, ponía de moda a las go-gó dancers…
Con esta premisa les adelanté que -leyendo el libro- verían
que Benidorm estuvo en la vanguardia mundial y muy por delante de media Europa…
desde 1942 hasta hoy en materia de fiesta nocturna.
Ya en faena, conté que Marc Bolan[4],
el padre del Glam, el líder de T. Rex, nos había contado, hablando de
discotecas (Ballrooms of Mars)[5], que “hay
cosas en la noche que es mejor no ver”. Y ponía por testigos a Bob
Dylan y a Alan Fred. Vale, si hay cosas que es mejor no ver, no los veamos;
pero que alguien nos las cuente.
Y eso es lo que hizo Pedro Delgado Vals,
licenciado en Historia, baterista profesional, director de Pipus Records[6], curioso,
tenaz y perfeccionista que ya en su momento escribía en fanzines y, ha entrado,
por fin, en los orígenes del Pop en Benidorm y nos ha radiografiado la noche.
-II-
El jueves 28 de marzo, Jueves Santo, Miguel Torres
me pasó un mensaje sobre la presentación de este libro prevista para el 15 de
abril. Me quedé impactado, reclamé el libro, me lo hicieron llegar y… entre esa
tarde y “la madrugá” me lo terminé. Primera lectura completa. Fascinante; pero
se me quedaba corto.
En Viernes Santo segunda relectura, ya tomando
referencias.
El Sábado -día de luto y reflexión antes de la Gloria y
la Resurrección- llegó la tercera y definitiva, con apuntes, subrayados y
espíritu crítico. Absolutamente total. Tengo en el libro más anotaciones y
referencias que en un manual de cuando la carrera.
Este libro es la plasmación de un Benidorm emocional, un
Benidorm de glamour; aquel Benidorm desarrollista, de los años 60 y 70 donde
cualquier cosa era posible; y en Benidorm se hacía realidad.
Aviso que hay de todo entre sus páginas: antropología
social y turística, prospección e introspección vivencial, urbanismo
del ocio, biografías de leyenda –algunos de los protagonistas
asistían entre el público-, momentos historicistas, narrativa musical,
entrevistas,
protagonistas variopintos propios de un mundo sin igual como aquel y un
escenario único e inigualable: un Benidorm en absoluta ebullición.
-III-
Este libro refleja el idilio de Benidorm y su juventud
con la música del momento y lo fascinante de las locuras emprendedoras de los
pioneros locales. 22 capítulos que se pasan en nada: te dejan a la espera de
más. Y están repletos de vivencias, referencias, datos y relatos. La
historia de un momento y una ciudad con sus lugares y protagonistas.
Sí, sin lugar a duda, este es el libro que a Pedro
Delgado Casals -a quien conocí brevemente el 8 de abril pasado, junto a Toya
y César-, le hubiera gustado leer sobre el ocio nocturno en Benidorm,
despejando dudas y abriendo el camino a que muchos recuperen sus recuerdos, su memoria
y su juventud.
Sí, es un homenaje a todos los que ayudaron a crear el
mito de Benidorm la nuit; y bien documentado. Aunque, seguro,
Pedro, que a partir de hoy sale alguien que puede aportar algo más. Bendito
sea, porque esta aventura no ha hecho más que empezar gracias a tu trabajo.
Desabrochen pues sus neuronas y aporten lo que puedan.
Es una vivisección, en la memoria latente de un organismo
complejo como es Benidorm, al compás de la música que se vive y siente,
que se escucha y baila, que se interpreta y extasía en todo tipo
de locales. Y no olvida puntualmente la comarca.
Esta guía recorre un tiempo que Pedro acota entre el Conjunto
Iris y el cabaret Tabaris, pasando por la intrahistoria de cada
momento, los personajes protagonistas y las benimérides (efemérides
benidormenses), para situar cada cosa en su contexto a través de una línea del
tiempo que marca el Festival de Benidorm, año a año.
-IV-
Y luego estoy yo. Yo he alucinado con el devenir de
los proyectos, la singularidad de los personajes y lo punteros
que fuimos en todo, marcando una época.
Ha sido un despiporre de sensaciones encontradas y he
constatado la materialización de historias que me habían contado y este libro ha
corroborado.
Benidorm puede sentirse muy orgullosa de un pasado
esplendoroso donde muchos se verán retratados y/o sentirán añoranza.
227 páginas en la que me he reencontrado con muchos con
los que compartí la segunda mitad de los 80 y cuando yo les señalaba lo
fantástico que era vivir aquellos momentos me decían: ¡Pues no veas lo qué fue
esto en los 60 y 70!
Y ahora lo he visto; vamos, lo he leído con la fuerza de
un visionado.
Así es que, aprovecho esta presentación para felicitar a Pedro
Delgado Casals por su entusiasmo, investigación, dedicación,
perseverancia y entrega a la causa; a Vicente San Juan por
materializar este imponente trabajo y y ya metido en faena, a Ana Pellicer
y al equipo de la Concejalía de Patrimonio Histórico y Cultural
por apoyar esta iniciativa.
Seguro que, en cuanto tengan este libro en sus manos y lo
disfruten como he hecho yo, serán capaces de transportarse hasta ese tiempo, vivir
el momento, entrar en los locales, saludar a la concurrencia,
sumergirse en el instante y alumbrar muchos detalles más que
servirán para reafirmar el acierto, la oportunidad y la
idoneidad de reflotar aquellos momentos y colocar a Benidorm en el lugar
que le corresponde en este mundo de felicidad al que se llega por la música, el
ocio nocturno, los protagonistas y los locales.
Esta es una historia apasionante, única, pionera y
fascinante. Una historia de Benidorm la nuit con todos sus
protagonistas, muchos de los cuales, venciendo al paso del tiempo, acudieron a
la cita.
-V-
Y, de colofón, el fin de fiesta que surgió en el instante
siguiente a levantarnos de la mesa. Pedro llamó a sus amigos de New
Experience –quien tuvo, retuvo-, que militaron en las filas de Los
Signos (60's), Blue Stars (70's) y Control
(70's), tres grupos de rock de Benidorm. Sí, provectos músicos con una garra
increíble. Y allí sonó lo mejor de Dire Strait, Carlos Santana,
Cream… ¡increíbles! Ahí estaban Benjamín García González
(batería), Antonio Cano (guitarra), Emilio Cebrián (teclados) y Andrés
Garcia (bajo) sacando a relucir virtuosismo, ritmo y cadencia –que ya
quisiera un veinteañero- para terminan llamando a Germán Herrera y a Pepe
Pareja -cantantes- para evidenciar que siguen siendo alma y espíritu de
rock. Fue un déjà vu con Los
Signos, Los Diapasons, Control, Benidorm
Avenida, Blue Stars, los Dugan, Bambú…
musicazos con galones de míticas orquestas y bandas que marcaron décadas en
Benidorm y crearon algunos temas locales de impacto. Se nos despidieron con un
clásico del grupo setentero granadino Los Ángeles, ‘Momentos’… se que tú quisieras empezar otra vez, pero
ya no es el momento de volver…
¡Cómo que no!
Esto exige continuar donde Pedro ha dejado esta etapa; a
partir de 1978.
¡Ánimo, Pedro!
[1]
https://www.youtube.com/watch?v=BW-btVDexEE
[2]
Aunque soy alma de Blues -Robert Johnson, Muddy
Waters, BB King, Albert King, Buddy Guy, Eric Slowhand Clapton, Rory Gallagher, Gary Moore, Stevie Ray Vaught,
Joe Bonamassa… y alucino con Memphis Minnie, Ruth Brow y Carry Smith… y no te
digo con Sue Foley y Beth Hart...- el sonido de la flauta del escocés me
encandiló muchos años....
[3]
Le Whisky à
Gogo, fue un club parisino que abrió en 1947 en la rue de Seine bajo el formato
de actuaciones en directo, música grabada en disco, fiesta y bebida. Se puede
considerar como la primera discoteca en concepto moderno. El estreno y éxito de
la película de 1949 Whisky Galore!/Tight
Little Island (aquí traducida “¡Whisky
a raudales!”/”La pequeña Isla”) catapultó al whisky en todo tipo de garitos
y dio fama a la nueva sala de Paul Pacine que triunfó espectacularmente entre
los militares norteamericanos y en la jet parisina de postguerra.
Whisky Galore! se basa en una novela
del nacionalista escocés Compton MacKenzie que a su vez se basa en un hecho
real ocurrido en 1941. En clave de humor la película relata los sucesos vividos
en la Isla de Eriskay, en las Hébridas exteriores, ante el racionamiento de
whisky por la guerra y el naufragio del SS Politician (en 1941) que
transportaba 28.000 cajas de whisky de malta. Los lugareños organizaron
expediciones de rescate para los tripulantes y la preciada carga. Las
autoridades británicas no lograron impedir que los escoceses se quedaran con el
whisky, fracasando en el intento para regocijo escocés.
La
fama del local saltó el charco. En 1958, el primer Whisky a Go-Go en
Norteamérica abrió en Chicago y se fue extendiendo. A modo de franquicia, el 16
de enero de 1964 abrió en el distrito de Hollywood, en la ciudad de Los
Ángeles, California, el más famosos de los Whisky a Go Gó; en el 8901 de Sunset
Boulevard, en Sunset Strip, con una actuación en vivo de Johnny Rivers y una DJ
llamada Rhonda Lane, que pinchaba discos desde una jaula suspendida a la
derecha del escenario. Cuando, en julio de 1965, la DJ bailó durante una
actuación, el público pensó que era parte del acto y así nació el concepto de
las go go dancers.
[4]
Marc Bolan
(1947-77) fue el líder del grupo Tyrannosaurus Rex; T. Rex en una segunda fase. Está considerado
como padre del Glam Rock (Rock glamuroso). Arrancó en la subcultura Mod
(trajes, parkas, scooters, anfetas y noches de pista de baile). Ferviente
admirador de Bob Dylan (Bolan es un acrónimo de Bob Dylan), su Children ofr the Revolution marcó un
punto de inflexión en estilos.
[5]
Radio
Futura hizo una versión patria -Divina (Los bailes de Marte)- pensando en
Alaska (“estuviste con Kaka de Luxe, pero no te oí cantar) y sustituye a David
Bowie por Bon Dylan y a ‘tu mami’ por Alan Fred. Pero concluyen que “hay cosas
en la noche que es mejor no ver”
[6]
Pequeño sello
discográfico con sede en Benidorm dedicado a promocionar y a editar discos en
vinilo de grupos de rock y pop alicantinos principalmente noveles que cantan en
castellano, en valenciano o en inglés. Organizan un pequeño festival de rock
con sus artistas brindando la oportunidad para intentar lograr una carrera
profesional. Promocionan y lanzan a artistas con repertorio propio. https://www.youtube.com/channel/UC6TxRSForr3cUCpl70qylPQ
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