Se llama Saira;
cosas de la vida.
Es mi primera sobrina nieta; uno ya peina canas. Ella tiene
ya siete años; una señorita. Coqueta y muy femenina. Se le nota, le sacará
punta a la vida.
No sé, fue el primer bebé de la familia (en grado
superlativo) y se le coge cariño. Luego, ha pasado más tiempo en esta casa que
en ninguna. Al salir del cole, es obligación dejarse caer por aquí. Ahora ya no
persigue a “Putoperro” ni va por ahí mendigando “netetito un lápi”; ahora ya no pregunta “tío, ¿qué jases?”, ahora se sienta por aquí y es capaz de rivalizar
con su miniordenador.
Pasa de su hermano, un elefante que está a punto de cumplir
2 años… y se le nota que es niño.
Ha llamado esta mañana y ha dicho que comienza la Eurocopa;
que pongamos la bandera, que ella viene a ver el partido. Es demencial: Saira nos ha salido futbolera.
En la anterior Eurocopa, apenas un mico de 3 años, estaba
todo el día con “Es-pa-ña, Es-pa-ña” y agitando su banderita. Celebraba los
goles con pasión. Nos hacía gracia: apenas levantaba un palmo del suelo,
hablaba trapajoso y coordinaba como un pelícano, pero ahí estaba: “Es-pa-ña, Es-pa-ña”. Y seguro que no
entendía nada, pero ahí estaba: “Es-pa-ña, Es-pa-ña”.
Cuando el Mundial, retomó su pasión futbolera y vivía los
partidos con más intensidad que los 23 de Sudáfrica. Hoy está ya preparada para
derrotar a Italia.
Nos ha sorprendido gratamente; a sus padres también. Mañana
estaremos todos más pendientes de ella que del terreno de juego.
Nos tiene a todos ya ganados; tanto que la he elegido como
protagonista de mi docudrama sobre la intrahistoria de Benidorm, que arranca en
1950 y termina en los primeros días de 2001: “Sairota von Henflincht, de los
Von Henflincht de Benidorm de toda la vida. Las bases de esta ciudad”. Ya
está terminada, en plan novela, y cuenta la génesis de Benidorm a través de lo
que cuenta la protagonista que es nieta de uno de aquellos alemanes que
aparecieron por Benidorm en torno a 1947, nadie les preguntaba nada, vivían
idílicamente, poco a poco se integraron… e irrumpieron en 1950 para contribuir al
desarrollo de esta ciudad. Hay mucha realidad en esos folios, apenas unas dosis
de imaginación; se ve cómo se forjó esta ciudad. Me lo han contado casi todo;
yo lo he puesto en boca de Saira. A mí me fascina esa historia.
Pero, como aquellos “Poemes de Tardor”… los folios donde
está escrita “Sairota von Henflincht…”
mai veuràn el sol, doncs fora del meu món… tan sol son tonteríes…
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