Pasó a tomar café por las Tertulias del Meliá un paternero
de 33 años, licenciado en Periodismo, que recaló por aquí siguiendo a su chica:
una de las mejores maneras de llegar a Benidorm. Josep Bigorra Guaita es el portavoz del grupo Compromís-Los Verdes en
el Ayuntamiento de Benidorm y teníamos una deuda tertuliana con él: cuando las
citas de cara a las Municipales de 2015 habíamos dejado unos viernes libres
pero se nos presentaron tantos que se nos quedó este grupo político sin
tertuliar. ¿Falta de previsión?; no, exceso de mimbres para la cesta. ¡Cómo
vamos a echarnos la culpa nosotros mismos! Estamos programando a cuatro meses
vista; ¿cómos íbamos a imaginar que aquello se parecería a Eurovisión, que
hasta Israel concursa?
Bueno, pues al café melianense. Se nos presentó Josep
Bigorra, el mayor de tres hermanos, hablando de su familia. Se deshizo en
elogios a la generación de su abuela, al incansable espíritu de trabajo y
capacidad de comunicación de su madre y la abnegación de su padre, que vive en
su persona las secuelas de aquél anestesista Maeso que sembró hospitales con el
virus de la Hepatitis C. Nos dijo que sobre ellos tres tejió su personalidad.
En “Los cafés del Meliá” dejó impresión
de buena persona, aunque más de uno le pidió que enseñara la patita por debajo
de la puerta evidenciando su complejo de estar viviendo la fábula del XIX (o la
versión de Disney).
Bigorra de definió como “el cabeza visible de Compromís en
Benidorm”; “de ideas valencianistas y de izquierda social”. Su mayor
ilusión, nos dijo es que “cuando alguien le plantee un problema que
-además de haberle escuchado- pueda ser capaz de ofrecerle una solución”.
Quiere que “Benidorm mejore”. Hombre; ahí me perdí.
¿Quién no quiere que su pueblo mejore? Y tras esto, estalló la primera bomba de
la tarde: la tasa turística. A mí, que
me tocó oficial de guardia de la porra (en otras tertulias, moderador), se me
ocurrió señalar que ‘la que manda en el
tema ya ha dicho que no’ y no vean la que se montó: desde “la
que manda tiene nombre, Clara Ferrando” (y es Secretaria Autonómica de
Hacienda, afecta a Compromís) hasta un ‘que
se moje’ porque detrás había un “de momento”. Y encima Bigorra nos
dice que “no es descartable en un futuro”. En esto de esta tasa se habló
hasta del sexo de los ángeles… para no coincidir en nada. En resumen, allí le
postulamos que ‘primero ¿para qué?,
segundo ¿a quién? y tercero ¿cómo?’ Es que no sólo en los hoteles… y
entonces se lía la cosa hasta extremos inauditos. ‘Gestionen ustedes mejor’, se le oyó decir a una tertuliana; “los
políticos tenemos que gestionar mejor, sí”, reconoció Bigorra, que es
muy nuevo en esto.
Le peguntamos lo de ¿Qué
es Compromís? Y hasta le costó un poco explicarlo a Josep Bigorra que
comenzó por la Unitat del Poble Valencià
y llegó al Bloc, a Iniciativa y a Els Verds, que suman tres, más un ente etéreo que es Gent de Compromís, donde está la base
local benidormera y que “tiene un estilo propio de funcionamiento”.
“Capacidad
de diálogo y postura en común” es el objetivo amalgamante. “Se
conserva el eje valencianista y se añaden valores como la izquierda social, la
participación y el ecologismo”.
Sobre lo que se puede hacer con 2 concejales en el
consistorio con 25, fue sincero: “molestar”. Y se explicó, porque
quedaba rácana la respuesta: “fiscalizar y proponer; si no se propone
nada, no se sabe que existes; fiscalizar al gobierno de ahora y al anterior”.
Y claro, salió a relucir lo de ‘¿si no
está en marcha una moción de censura al gobierno municipal del PP, de 8
concejales?’. Bigora, con rotundidad, dijo que “no ha habido ninguna conversación
seria con Compromís desde que se formó el actual gobierno; las condiciones no
han cambiado”.
Y ahí, entró otra: lo de prometer el cargo por imperativo
legal. Se remitió al artículo 135 de la Constitución que reformaron PP y PSOE
que supedita el gasto al pago de la deuda y ahí radicó el motivo. A unos les
satisfizo la respuesta, a otros no: taurina división de opiniones. Le he pedido
al Meliá que sirve más descafeinado según qué tarde.
Acto seguido entró en escena la cuestión de la ‘autodeterminación valenciana’. “Mónica
Oltra ya ha dicho que no está en la agenda: no es un tema crucial, pero lo
tenemos en cartera”. La sinceridad de Bigorra exasperaba algún corner: “Soy
federalista, pero en Compromís hay sectores independentistas”. Y nueva
tanda de filosofadas sobre la cuestión hasta que soltó un “La independencia no sabemos en
qué repercute; no hay cuantificación”. Y más leña al fuego; de haber
sido la caldera de la Flying Scotsman
se cruza Estados Unidos de costa a costa con la presión que llevaba; no le
hacía falta repostar.
Aún siendo el objetivo las cosas locales, más de un
tertuliano se interesó por ámbitos territoriales más extensos y llegamos a los
pactos para la Generalitat (Pacte del Botànic i més ellà). Bigorra recordó que “Compromís
no es Podemos”; que “se hizo una alianza puntual” y que “Podemos
ha incumplido ciertas cosas” sin entrar en más. Par entonces ya
habíamos desglosado el sexo de toda la Angeología, desde serafines a
arcángeles.
También hubo alguna pincelada en materia educativa: “las
obras en el ‘Pere María’ serán en este semestre”, a la que añadió “soy
muy pesado cuando me lo propongo”. Lo políticamente correcto hubiera sido ‘soy muy constante’; pero es muy nuevo. ‘Lo del Pere Maria’ es una obra acometida
por CIEGSA, subcontratada de más, y que ha conferido un paisaje de “barracones”
-y una obra inacabada- en el Complejo Escolar del Salt de l’Aigua tiene ya
pátina inmemorial.
Y después entramos en materia de Turismo… y volvió la tasa
turística. Entramos con lo del Municipio
Turístico donde seguimos anclados en las viejas historias antediluvianas.
Aún seguimos pensando en Madrid cuando la solución está en la Ley del Turismo de la Comunitat Valenciana.
Hombre, aquí no hubo textos, por lo que no podemos hablar de diatribas, pero aquello
fue, verbalmente, lo más parecido a las diatribas. Al final, una recomendación ‘in vitro’ -como llegó a pedir un hoy
añorado concejal queriendo decir ‘in voce’-:
’lleven al juzgado a la Generalitat por
no pagar lo acordado en la Ley del Municipio Turístico’. No creo que
prospere, pero se le dijimos.
Lo inmediato, apuntó él, “Auditorías urbanísticas y
turísticas de Benidorm en los últimos años; incluso sobre la Fundación Cortés
Roig” que algún tertuliano le ofreció ‘más madera’.
Y por si acaso la vena ecologista iba a poner cortapisas de
tanta madera (que sale de talar árboles) levantamos la sesión tras deforestar
más de medio salón del Meliá Benidorm.
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