Él se nos presentó así -“soy una ilusión con patas”-
cuando vino a charrar con nosotros en “Los
cafés del Meliá”. Me había comprometido con el amigo Cecilio González en
que allí estaría; y estuve. Tuve que abandonar la tertulia a eso de las siete
de la tarde, pero me lo pasé cañón con Juan
Erasmo Mochi y Paco Bello, el
veterano decorador de TVE que tantas páginas televisivas ha marcado y tan buenos
recuerdos del Festival de Benidorm atesora.
Por partes.
Mochi, ilusión
andante, apuesta por un musical sobre el Festival de Benidorm y Paco
Bello anda en ello. Hasta Vicente
Climent (Benidorm Palace) estuvo en la tertulia. Por cierto, mi más cordial
enhorabuena por el reconocimiento que los periodistas de turismo le han
concedido: Premio Pedro Zaragoza Orts. El jueves 22 lo recibía.
La idea “Festival de Benidorm, el Musical”
sólo está en fase de proyecto inicial pero no cabe duda que ir sumando al
espectáculo todos los grandes éxitos que fue cosechando el Festival de Benidorm
–“Untelegrama”, “Comunicando”, “La hora”, “Tuloca juventud”, “Soledad”, “Un camino hacia el amor”,
“Atí, mujer”, “La vida sigue igual”, “Llevan”…-
sería, cuando menos, un puntazo (al menos, para los nostálgicos de aquella fórmula).
Y si reaparecen por un momento aquellas gentes (compositores y cantantes) que
consiguieron la entonces ansiada Sirenita del Festival, pues ni te
cuento. Los chilenos Monna Bell y Arturo Millán nos dejaron
(2008 y 1996) y poco más sé ahora de José Francis -el hispanofrancés que nació en París y camino de Zaragoza hizo
transbordo en Benidorm y se ganó su pasaporte a la fama, leo por ahí
intentado averiguar algo de sus vidas- y de otros muchos más, hasta un Emilio José, Raphael o un Julio Iglesias.
O un Mochi, Juan Erasmo Mochi, que
nos acompañaba. De aquellos primeros años poco sabemos (digo yo) de José Casas, Federico Cabo, Rosalía, Los Gritos, Alicia Granados, Bettina,
Mirla Castellanos, Erly Forcada, etc. Benidorm era un
pasaporte internacional a la fama que muchos sellaron y de otros algún correo
recibí en anteriores Post del Festival o cuando estuve en su segunda vida.
Y nos lo dijo Mochi: “participar en el Festival de Benidorm era ya
un pasaporte a la fama; ganarlo, no te digo”. Pero han sido otros
muchos más.
La idea es fantástica. Veremos su trayectoria. A ver dónde
acaba.
Amigo de María Jesús
(sí, la de “los pajaritos”; que ya
estuvo invitada a nuestra tertulia y ayer nos acompañó), Mochi estaba pletórico
recordando cuando todos los cantantes “de
entonces” eran una piña.
Y hablando de Mochi. Yo no le falté ni un día a la cita con Escala
en Hi-Fi, aquél programa que si hoy buscas en Internet te dicen que
inventó el play-back en TVE y tanto Mochi, tantos años presentador, como el
maestro del sonido José Luís Fdez. Rizo,
te explican que era doblaje. Un
matiz a tener en cuenta: eran actores en el papel del astro del momento. Y yo a
José Luís (faltaría más) -y ahora a Mochi- le doy siempre la razón en cosas de TV
y de sonido. Lo que no inventara José Luis entonces (y ahora), no existe.
Escala en Hi-Fi se hacía “a
pelo”. Hasta la cabecera se grababa programa tras programa. Y ahí está
Mochi con pelo, sin pelo (gajes de la
mili), con corbata, con lentejuelas). Escala en Hi-Fi era una pasada.
Y a lo que íbamos. Juan Erasmo Mochi, barcelonés del 43,
es un volcán de hiperactividad. Acompañado de la actriz y productora Ana Linda Zago, nos hizo un trepidante
repaso de su permanente carrera musical en todos los ámbitos. Estudió ópera,
solfeo y composición en el/su Barrio de Gracia, pero llegó a la música pop/canción
ligera (¡cómo suena de antiguo lo de canción ligera!... ¡y cómo de cursi lo del
ecléctico pop, cajón de sastre donde todo cabe!).
Con 16 años, nos contó, se integró en Los Salvajes y encaminó
sus pasos a Palma de Mallorca con uno de los primeros contratos que el fundador
del imperio Meliá hizo para sus hoteles de El Arenal
mallorquín. Y luego cantó con los Beta Quarters y con The
Runaways, el embrión de Los Bravos. Nos contó que mientras
rodaba su primera película, Megatón Ye-yé (con Micky Carreño, “el hombre de goma”, y los Tonys), The Runaways en Berlín fichan un
cantante (Mike Kennedy) y surgen Los
Bravos. Otras tres películas rodaría e infinidad de proyectos conseguiría
cerrar.
Compositor de temas inolvidables (para los baby boomers como
yo) –“Me lo dijo Pérez”, “Mamy Panchita”, “¿Quéhay en tu mirada?” o “La Palabra”- lo suyo era ganar
festivales como el Internacional de Palma de Mallorca (donde en 1965 ganó el
1º, el 2º y el 4º) o el de Benidorm (1974). “Benidorm fue, es, una de las
mayores alegrías de mi vida. Yo escribía canciones para otros. Buscaba una
canción fuerte y hermosa, un nuevo registro, y la compañía discográfica
-RCA- no estaba por la labor. Hasta Toni Caravaca –su representante;
otro grande del mundo musical- me consideró un loco. Pero yo me presenté
con ‘Un camino hacia el amor’ y gané sin apoyos”. “Y el Festival me abrió, incluso,
las puertas de América”.
Nos contó anécdotas picantes de aquella jornada y hablamos
mucho, largo y tendido, sobre el Festival de Benidorm. “El festival de Benidorm es el
monumento de Benidorm; es a Benidorm como la catedral es a Burgos”.
Juan Erasmo Mochi. Actor en “La Viudita”, “La sombra de
Caín” o “Área Maldita”;
presentador y colaborador programas de TV como “Buenas tardes” y “Hoy
también es fiesta”; presentador de un programa de la TV alemana, sin
saber alemán, o de innumerables programas en la televisiones iberoamericanas,
donde estuvo once años. Esos once años en los que se volcó musicalmente en
América hoy parece que le pesan un poco en España.
Productor de Rosa de
Noche (Rosa Valenti) o La Pulga (Silvia Tortosa); homenajes a Cecilia
y Nino Bravo con algún que otro rifi-rafe dialéctico con grandes de la
TV o sinsabores con compañeros de profesión, que alguno hubo; productor y
compositor de temas que han popularizado desde Julio Iglesias a Bertín Osborne; desde Mari Trini a Betty Missiego,
Juan Erasmo Mochi ha pasado una tarde, como un volcán de hiperactividad, por “Los
cafés del Meliá”.
Jovial y con ganas de más, muchas ganas de más, apuesta por
un musical que recuerde, en esta ciudad, lo que fue el Festival de Benidorm. Coincidimos en que el Festival (y su formato)
es irrecuperable, porque el mundo ha dado tantas vueltas -y centrifuga tanto-
que ya no cabe. Pero ese perpetuo homenaje a la música, a los autores, a los
intérpretes y a Benidorm aún puede hacerse realidad: “Festival de Benidorm, el
Musical”.
Gracias Mochi,
por esta tarde en el Meliá Benidorm y por todas aquellas tarde, pegado ante el
televisor, disfrutando Escala en Hi-Fi. Nos contagiastes
felicidad. Y coincido contigo: tanto play-back ha dejado muerta la música. Sí,
“quebraron
el arte por la promoción” y ahora mandan mucho más las discográficas.
Sí, “los políticos se cargaron el mundo del espectáculo cuando comenzaron a ser
promotores”. Y sí, no ha dejado de sonar “Resistiré” (Carlos Toro, para el Dúo
Dinámico) y más que “I will survive”
de Gloria Gaynor.
Lo tuyo, Mochi -ilusión andante-, siempre fue Alta
Fidelidad. La de veces que te he recordado cuando hacía Vibraciones en las noches
de radio de los ochenta… Alta Fidelidad… Alta Fidelidad…
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