Un par de horas antes de hacerlo oficial, Paco Amillo, tertuliano de “Los
Cafés del Melià”, nos presentaba su último trabajo: “Historia de Benidorm, de los orígenes a
1960”. Paco ya había publicado
alguna cosa de lo que conforma este libro, bien en papel, bien la web. Pero
ahora, todo corregido y aumentado hasta conformar un gran libro. Y, ¿por qué
hasta los 60?... pues porque algún tope había que poner. Y desde 1960 es cuando
se nos conforma el Benidorm que hoy conocernos y lo tenemos palpable; lo
anterior es lo que aún estaba lleno de lagunas. La “Historia” de Benidorm que
estaba en los anaqueles y en la memoria colectiva es de 1892; ya era hora de aclarar muchos puntos oscuros.
Francisco
Amillo Alegre es un catedrático de Historia que de Castellón
llegó a los IES de Benidorm para aplicar docencia pura y dura, y aquí se jubiló
hace nada y menos. Cuando llegó a director de IES nº 4 intentó darle un nombre que estuviera en consonancia con la
ciudad y recuperó la figura de Doña Beatriz
Fajardo de Mendoza y Guzmán, Señora de Benidorm, Polop, Montealegre y
Albuidete, que en tiempos de Felipe IV otorgó (1666) una segunda Carta
Puebla a la ciudad, porque la primera Carta Pobla (1.325) otorgado por el Señor de Montjuit, el almirante Bernat de Sarrià, terminó por no funcionar.
Sarrià fracasó en su intento y en 1503 desaparecerá como tal el que fuera
municipio de Benidorm. Total, que
investiga que te investiga, Paco llegó a esto.
Así pues, este
Benidorm arranca en 1666, siglo XVII.
Y como recordó Amillo en “Los Cafés del Meliá” Benidorm no es ni romano, ni moro; que Beni no siempre es “palabro” árabe
(lugar de) y “dorm”… pa qué les cuento. Como mucho, léanse el
libro, estaríamos hablando de Pinnatorm, Promontorio, a caballo de términos íberos y romanos… porque eso es Can
Falig, Punta Canfali, un promontorio
entre dos albuferas, hoy colmatadas, a levante y poniente. Desfecho este
entuerto, vayamos a más.
El libro está en capítulos temáticos, que arrancan con un
principio. Y no, no fue Túbal, sétimo nieto de Noé, el que fundó Benidorm. En
la Cova
Gelà/Abrigo de La Cantera se han encontrado evidencias neolíticas de hace unos 6.000 años,
incluso alguna del Magdaleniense
paleolítico del orden de los 15.000 años. Luego, sólo debió existir un minúsculo poblamiento íbero en el Tossal de
la Cala, que bajó a La Cala (“les
casetes de los moros” y otras lindezas -como lo que pudo ser una villa
romana- que construyendo Terra Mítica terminaron por mantener enterradas. Y de
ahí hasta el siglo XIV.
Ahora que se cercan las fiestas de Moros y Cristianos de
Benidorm, queda muy acertado reconocer que Benidorm
es una fundación cristiana medieval del siglo XIV y que la primera cita al
lugar es de 1321. Eso sí, entre los siglos XIV y XVIII estuvo sometida
a continuas razzias berberiscas, pero más Villajoyosa y Altea que eran las
poblaciones de importancia y por aquí lo más que hubo fue una ruina amurallada.
Conviene insistir en que los únicos hechos guerreros contra los de la Media Luna los llevaron a cabo los corsarios de Benidorm contra los jebeques
argelinos, pero eso es otra historia, y me salgo de la de Paco Amillo que,
naturalmente, trata todo esto.
En 2005
estaba lista esta obra que, después de a los tertulianos presentó
Amillo a la gente de Benidorm en un acto celebrado anoche en el Salón de Actos
del Ayuntamiento. Pero en 2005 le dijeron
que no tenía calidad. Ay, Toni, Toni. Bueno, pero es que en la Dipu le dijo también en 2005 que no
tenían dinero para publicársela. Total que como la jubilación deja mucho tiempo
libre, Paco Amillo se releyó su obra
y se dijo: pues no está tan mal. Y se la
ha publicado él mismo, por lo que sólo le ha dado para hacerse 300
ejemplares.
“Historia de
Benidorm, de los orígenes a 1960” está a mitad de camino entre la
investigación y la divulgación; es un libro para todos que sin perder ni un ápice
de rigor histórico, se deja leer por capítulos muy concretos. No da concesiones
al sensacionalismo como hacen otros muchos en este pueblo. Tras la lectura del
libro, Paco espera de las autoridades locales y de las gentes de bien que terminemos defendiendo el valor
patrimonial de la ciudad y que encontremos nuevos atractivos turísticos entre
los vestigios históricos que aún nos quedan en una ciudad como ésta.
Ha puesto un foco, por ejemplo, sobre Leonor Canalejas Moraíta. Sí la Leonor Canalejas de Benidorm,
sobrina de Canalejas. Es que había dos leonores canalejas en la historia local
y él ha sacado brillo a la importante. Ha puesto otros muchos focos sobre otros
muchos nombres y lugares y hay que reconocerlo, es un buen trabajo que merece
la pena leer y asumir. Recuperar las viejas torres de vigía y vivienda, y las
placas pétreas que cuentan historias del XVIII es otro de puntos fuertes de
Amillo; la lista de los Señores de Benidorm hasta Casimiro Morcillo (1912), el
agua, la séquia mare, las actividades
económicas antiguas… Benidorm hasta 1960.
Un buen trabajo fruto de una soberbia investigación y ajeno
a la mediocridad de los sensacionalismos; una obra de quien ha sido un buen
profesor y hoy es enamorado de Benidorm; un tertuliano de “Los Cafés del Meliá”.
Porque el que tuvo; retiene.
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