8 jul 2018

DE LA ANTESALA DEL CIELO: BENIDORM




Nuevo libro del profesor Tomás Mazón; calentito, recién salido del horno -“El Benidorm de sus turistas”-. Enhorabuena, Tomás.

Y viendo la portada, ayer que jugaba Inglaterra en el Mundial de Rusia, me he puesto a leer como poseso.

La primera frase es total: “Benidorm es la antesala del Cielo”. Ya con eso, sólo eso, me invita de leerlo.

Sí, coincido con el autor y las opiniones recabadas, el turismo vende ilusiones; ilusiones que se materializan en Benidorm. Y el profesor Mazón se interesa por ellas, y para ello desarrolla con sus alumnos un trabajo de campo durante cuatro años y más de 2.700 entrevistas. Y así llegamos a saber cómo es el Benidorm de sus turistas; el cómo nos ven.

El clima, “el paisaje sublime del mar y las playas” son los tres elementos principales que hacen decantar la balanza hacia Benidorm a la hora de elegir destino, pero la particularidad que les motiva es el ambiente urbano de una ciudad que vive y deja vivir. Sin duda, esa es la clave: vive y  deja vivir. Mazón lo subraya: “aquí no se hacen preguntas”. Además, el único sitio turístico de costa en el que hay vida todo el año “y a cualquier hora”. El ambiente urbano, cosmopolita y bullanguero suple las posibles deficiencias culturales aliándose con la fiesta. Benidorm son un cúmulo de motivaciones y pura fascinación.

Analiza Mazón las formas de acceso a esta antesala del cielo que es Benidorm, donde el avión supone el 32’3%, sólo superado por el vehículo propio (34’8%) amparado en que la fidelidad a Benidorm se demuestra con apartamento propio o asiduidad al hotel; un hotel que ya forma parte del ideario personal de las vacaciones. Aún así, el 41’4% sigue recurriendo a la Agencia de Viajes y el 25’3% se decanta por hacerlo a través de la Internet. Un 21’5% acude directamente al establecimiento hotelero lo que permite que alguna cadena hotelera pueda presumir que el 60% de sus reservas son directas, sin intermediación. Esto es Benidorm: el 81’6% repite, “Es una ciudad perfecta para cualquier edad”.

Recuerda Mazón que “por desconocimiento o snobismo, o incluso por un elitista desprecio” hay quien denosta Benidorm amparándose en una imagen tópica que se evapora en contacto con la realidad; reconoce la existencia de una “arrogante y casi ridícula convicción de detestar esta ciudad” que queda sólo en eso. Y todo es, añado yo, por desconocimiento de una palpitante realidad o por un insano interés de significación social. Y me remito al gran José Miguel Iribas: “más de cinco millones de turistas no pueden estar equivocados”.

Insiste Mazón: “Siempre se respira vitalidad; siempre hay fiesta” y se reafirma en las opiniones que se han recogido en el trabajo de campo, “No da tiempo a aburrirse” y eso que por lo general se viene para una semana (39’6%), aunque los hay que vienen dos (23’9%) o tan sólo cinco días (23’1%); días, unos pocos o todos, que hay que vivirlos a tope y disfrutarlos con intensidad. A Benidorm se viene a estar en Benidorm; y el 54’3% repite visita en el mismo año.

Benidorm, concluye Mazón, se retroalimenta de sus propios turistas y engancha: “Benidorm tiene el privilegio de gustar a los turistas”.

El hotel es fundamental en el modelo Benidorm: el 57’7 % de sus visitantes se aloja en hoteles y el 15’5 % en apartamentos; un 11’3 % en apartamentos de su propiedad. El 14’50 % lo hace en apartamentos de familiares y amigos. Sólo el 1’40 % va a campings, y los de Benidorm abarcan todas las posibilidades también.

Los hoteles, explica entonces Mazón, “son un eslabón fundamental de la cadena turística”. Es una industria, la hotelera, que ha crecido paralelamente al desarrollo de Benidorm, apoyada en ellos: el modelo residencial hotelero es una clave del Modelo Benidorm. 140 hoteles y 40.500 camas conforman el baluarte alojativo de la ciudad. Mazón es rotundo: “el verdadero milagro de Benidorm son sus hoteles”. Pero, claro; y, además, hay vida más allá de los hoteles; al salir de ellos está Benidorm.

El 90’2% de los clientes señalan que “el alojamiento es bueno”; un 5’5% lo considera regular. El volver una y otra vez al mismo hotel para sus estancias en Benidorm indica a las claras satisfacción; se sienten tan bien que son la prolongación de sus hogares, pero con ocio. Y, además, todos valoran positivamente la comida: el buffet. Ah, y todos piden ascensores más grandes. Esa es talón de Aquiles del turismo de Benidorm: ascensores más grandes en los hoteles.

En su amplísimo panel de datos, Mazón destaca que el 95’2% de los clientes “considera que el precio es el adecuado” y abundan las opiniones sobre los hoteles tipo “¡es una cucada!”. Y en cuanto al personal que les atiende, valorando el conjunto, desde “muy cercanos y simpáticos” al “saben tratar a los clientes”. También hay quien enfatiza que, a pesar de la profesionalidad, “son fríos”. Y en este apartado, Mazón no elude el tema de las kellys y cierra con “la implicación emocional” de los clientes y huéspedes, llegando a trascender en el texto su experiencia de años en el sector.

Mazón y su equipo preguntan por los bares de la ciudad; de todo, como en botica. Preguntan también por los restaurantes y aquí se encuentra que hay mucho cliente de hotel (pensión completa), aunque les han recomendado que los disfruten, que hay variedad. Ante esto, plantea Mazón la viabilidad del AI/TI: “retos nuevos exigen soluciones nuevas”, pero que el 53 % considera buena (49%) y muy buena (4%) la oferta de restauración de Benidorm, es un tema a destacar, aunque haya un 42% que no se posiciona porque, como recoge Mazón de las encuestas, “todo el mundo va por el menú” o “tienen las mismas cartas desde hace 20 años”, lo que nos advierte de que es un tema que demanda urgente solución. Tanto, como lo del “ocio soez” que también señala, y denuncia Mazón, en las páginas salidas de las encuestas.

Bueno, que lo mejor es que Ud. se lea el libro -que quedan muchas páginas por retratar- y sepa más de cómo es “El Benidorm de sus turistas”.

Me gusta leer a Mazón, conversar con Mazón y escucharle esa frase que fue titular: “El día que el turismo muera en España, el último turista saldrá de Benidorm”… la antesala del Cielo.

Gracias, Tomás.






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