Ya tenemos de todo. Aún estamos lidiando con er bisho,
apenas si hemos comenzado a vacunar, y ya estamos de celebración. Sepan que el
‘próximo’ lunes 27 de diciembre de 2021 vanos a celebrar el DíaInternacional de la Preparación ante las Epidemias. Tenemos casi un añito
para prepararnos y celebrarlo convenientemente.
España, junto a países tan trascendentes como San Vicente y
las Granadinas, Tayikistán, Guinea Ecuatorial, Qatar, Senegal, Vietnam,
Palestina y Camboya, ha presentado la propuesta que, tras ser aceptada,
consagra el 27 de diciembre de cada año, a partir de 2021, como Día
Internacional de la Preparación ante las Epidemias. Bueno, no seamos malvados y
digamos que también en la propuesta están Canadá, Corea del Sur (República de
Corea; pues la del Norte es la República Democrática Popular de Corea),
Nicaragua, Níger y Singapur. La crème de la crème.
Y la cosa está muy bien -por qué no-: el 27 de diciembre,
mediante actividades de educación y concienciación, habremos de resaltar la
importancia de la prevención de las epidemias y, lo más importante, la
preparación y colaboración para darles respuesta.
Colaboración. Esa está siendo la clave. Y los chinos, lo mismo
que han anulado toda referencia al laboratorio de Shanghái que contó al mundo
la primera secuenciación del SARS CoV2 (hay quien dice que hasta lo han
cerrado) han dado luz verde al viaje de la misión de la OMS para investigar el origen
de la pandemia y así, la decena de expertos internacionales llegará el jueves
14 de enero, tras meses de preparativos, incertidumbre y desesperantes
retrasos.
De momento, dos semanitas de cuarentena a los que llegan no
sea que les metan el bicho en el país, lo que son dos semanitas más para poner
en orden la cosas y que les cueste más cumplir su misión de “llevar a cabo
labores de investigación conjuntas con expertos chinos sobre el rastreo del
nuevo coronavirus”.
Recordemos que, en el mes de mayo de 2020 Pekín había accedido
a que una misión internacional investigara in situ. Y hasta hubo reuniones
preparatorias, desde octubre Y, prácticamente, ocho meses después, los chinos les
dan luz verde y aún habrán de esperar la cuarentena en un hotel del país.
Vamos, tiempo para llegar a un parto… y parir un ratón. Al tiempo.
Y es que, en diciembre último, uno de los integrantes de la
misión, el veterinario alemán Fabian Leendertz, declaraba a la agencia France
Press que el objetivo de la misión “no es encontrar culpable a un país o a
una autoridad”. ¿Qué pasa?; ¿Qué lo tenemos ya muy claro? A lo que parecen
ir es a “entender lo que pasó para reducir el riesgo en el futuro”,
lo que entra perfectamente en el espíritu de la conmemoración que habremos de
ir preparando para el próximo 27 de diciembre en que seguiremos sin saber nada
de nada; ni siquiera de la inmunidad vacunal porque si no agilizamos el ritmo
de vacunación, en las próximas uvas vamos a estar como en estas.
En el lío están, aún, los 7º Juegos Mundiales Militares (10.000
atletas militares, de 110 países, en Wuhan, China, 18 al 27 de octubre de 2019).
Es que me los sitúan los chinos al mismo nivel que la importación de marisco
como origen de la pandemia; que les metimos er bisho en casa con eso de
ir a Wuhan a competir con uniforme.
Nosotros, España, en la maleta de vuelta metimos una medalla
de bronce; y los Estados Unidos, sólo ocho (3 de plata y 5 de bronce); los chinos
se quedaron con 239 medallas, de las que 113 fueron de oro: un ejército de
atletas.
También metimos en la maleta amoxicilina, con la que fueron
tratados, al menos, dos uniformados españoles que padecieron síntomas de gripe
compatibles con el nuevo coronavirus durante su estancia en Wuhan. Y al menos
otros dos mostraron dolencias nada más llegar a sus destinos en España. 65 días
después de clausurar los juegos fue cuando China alertó a la OMS. En la
Academia Básica del Aire, de León, de donde era uno de ellos, hubo un pico de
contagios en enero. Un quinto militar, que estuvo en Wuhan, también tuvo su
gripazo en el mes de diciembre.
Que se podía investigar si pillaron er bisho; digo yo. Pues
se les ofreció -en junio, con pasmosa celeridad- hacerse pruebas a los 167
miembros de la delegación y 148 lo hicieron: 6 dieron positivo en anticuerpos;
como otros militares franceses, italianos y suecos. Por cierto, 19 pasaron del
tema. Otra irresponsabilidad más.
Al que fueran militares extranjeros los que llevaron er bisho
a Wuhan -y en concreto militares yanquis- se acogió, cual clavo ardiendo- el
portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, cuando
soltó aquello de “podría ser el Ejército de los Estados Unidos
que trajo el Coronavirus a Wuhan” cuando los Juegos Mundiales Militares de
Wuhan, en octubre de 2019. Podría ser; lo dejó caer, no los
acusó. Y al Global Times, que es el Diario del Pueblo (PCCh) pero en inglés, le
faltó tiempo para sacarlo por todos lados.
Esto vino porque el 12 de marzo de 2020, el director del
Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados
Unidos, Robert Redfield, en una declaración ante el Congreso de su país,
admitió que algunos casos diagnosticados como “gripe estacional” entre
septiembre y octubre de 2019 pudieran deberse al Covid. ¡Tate!, fueron ellos;
largó el chino.
Y encima estaba rulando lo del Evento 201 (NY, octubre 2019)
donde 15 expertos mundiales (ante 130 reputados especialistas) simularon un
escenario como el que estamos viviendo ahora, a instancias del centro Johns
Hopkins para la Seguridad en la Salud, el Foro Económico Mundial, y la
Fundación Bill y Melinda Gates. Concluyeron que la próxima pandemia grave -y la
Covid19 estaba en puertas- no sólo causaría grandes pérdidas de vidas, sino que
también podría desencadenar importantes consecuencias económicas y sociales en
cascada que podrían contribuir en gran medida al impacto y sufrimiento global.
Y ahí están sus 7 conclusiones.
El caso es que de hipotéticos cerdos en granjas de Brasil
(Evento 201) hemos pasado a reales murciélagos de Mojiang y la manipulación en
Wuhan. Y lo que concluyan los expedicionarios de la OMS.
El evento 201 comienza a disminuir a los 18 meses de empezar y
con 65 millones de muertos; seguiría activo hasta una vacuna efectiva o con el
80-90% de la población expuesta, con lo que podría quedar como una enfermedad
infantil endémica, tratable. Camino llevamos.
A la vista de comportamientos irresponsables y bandadas
negacionistas se entiende que esta es una labor de enjundia; como la de
disponer de sistemas de salud sólidos y resilientes. A esto, por cierto, se
indica en la resolución que existe un Reglamento Sanitario Internacional que
cumplir (desde 1951); que el último, de 2005, entró en vigor en 2007 y es
vinculante para todos los países de la OMS; que desde 2017 se tiene en Naciones
Unidas como meta común, de enfoque multisectorial, el concepto Una Salud,
concebido para diseñar y aplicar programas, políticas, leyes e investigaciones
en el que múltiples sectores se comuniquen y colaboren para lograr mejores
resultados de salud pública teniendo en cuenta Una Salud humana, Una Salud
animal y Una Salud vegetal; incluso Una Salud Ambiental. Por principios, que no
quede.
Para ver si cala esto entre la población recuerdan que las
pandemias traen pobreza en todas las dimensiones y formas posibles y recurren a
la Agencia 2030 y los Objetivos de Desarrollo del Milenio, donde el ODS 1 es el
Fin de la Pobreza y el ODS 17 el de las Alianzas para lograr los objetivos. Que
el ODS 3 es Salud y Bienestar.
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