Pues pasó por “Los Cafés del Meliá” un colega.
¡Cómo ha cambiado esto de la ingeniería de agrónomos!
Cierto que ya en mis días existía lo de “industrias”, pero
eran “agrarias” y jamás pensé que un “agrónomo” terminaría mojándose en esto de
la acuicultura. No hay nada más alejado
que el agro y el mar. Sí, es que los tiempos adelantan que es una barbaridad…
como decía don Hilarión o como dijo
el mismísimo Sabina: hoy
los tiempos adelantan que es una barbaridad, el que no camina, corre o está aprendiendo
a volar”.
Antonio De Hoces (Foto: Mario Ayús) |
Antonio
De Hoces Grau es un joven benidormero, investigador de la UPV,
que trabaja en eso de la mejora en alimentación de las especies para
acuicultura y vino a contarnos lo que ha hecho, y hace, un joven de Benidorm
tanto en el colectivo de estudiantes, del que ha sido lanza, como en el Consejo
de Gobierno de la Politécnica de Valencia y en la vida profesional.
Obviamente -y desde su militancia en la izquierda- en contra
de los postulados y recortes del ministro Wert, sí reconoce el “desmadre” (eso lo digo yo) en materia de
becas estatales: nunca hubo un tope en la partida y cuando se agotaba la del
año correspondiente se seguían concediendo con cargo al presupuesto siguiente y
así, cuando Wert llegó tenía hipotecado el presupuesto de becas año y medio. Y
no se lo pensó: a cortar más que a recortar. Desde luego, la poda tiene su
momento y sus técnicas, y Wert ha podado a desmoche y a destiempo acuciado por
las condiciones ambientales. Eso no le exculpa -aunque no tenía un € que
ofertar-, pero urge que pongamos coto al desmadre en becas, las racionalicemos
y posibilitemos que quien lo merece no tenga ni el más mínimo problema por
acceder a ellas.
Ya en materia, Antonio De Hoces desgranó todos los misterios
de la acuicultura y las ventajas que ofrece, aunque no es oro todo lo que reluce.
Resulta que griegos y canadiense parten
el bacalao y como que el 60% del precio del ejemplar de acuicultura es
provocado por el precio del pienso, aunque se trabaja bastante en aquilatarlo.
Conseguir los permisos para esta actividad no es fácil y,
además, los alevines se han de encargar dos años antes de ponerlos en la granja.
Cuando finalmente los consigues están ya a 6 céntimos de euro el ejemplar (de
tan sólo 10 gramos)… y el 20% de los alevines no es válido (por defectos
genéticos) y otro tanto por ciento similar no llegará a la edad adulta óptima: hasta
los 18 meses en que hay que ir alimentándolos para que alcancen la talla
comercial y los 250 gramos necesarios para salir al mercado.
Bueno, hablamos de piensos, especies, buzos, jaulas, anisakis, mejillones, cefalópodos, etc.
Hasta de depredadores de las jaulas de las piscifactorías: las gaviotas
en verano, los cormoranes en invierno y el golfás en su medio
natural. Todo un mundo muy particular.
Corvina |
Lamentamos al unísono que un pez como la panga
se vaya adueñando del mercado español (por la falta de controles
sanitarios en origen) y que prestemos poca atención, por ejemplo, a la corvina,
especie de la que la granja marina de La Vila (a un pasito de nosotros) es la
primera productora mundial… y del grupo griego Andrómeda. Un aspecto que
desconocíamos y que nos agradó y endulzó el café… porque saber que la trucha
“asalmonada” es fruto de los carotenos (del naranja zanahoria) que le
endiñen al pienso que comen las susodichas nos dejó un regustillo raro.
En fin, que hablamos de acuicultura; de moderna acuicultura.
Moderna… y eso que la acuicultura es antiquísima: los griegos ya la practicaban
con las ostras y con los múrices que empleaban para alimentar a los preciados
atunes… que los distintos “Baños de la Reinas” que tenemos por
nuestras costas no son baños de ninguna reina antigua (por se bañaban poco) y
sí restos de viejas piscifactorías romanas, principalmente.
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