27 sept 2013

DE UNA OPORTUNIDAD PERDIDA: SOBRE LA CELEBRACIÓN EN BENIDORM DEL DÍA MUNDIAL DEL TURISMO.


Sí, reflexionando…

Bueno, habiendo reflexionado sobre lo vivido hoy en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Benidorm, porque me he quedado un tanto frío, les traslado mi más meditada reflexio.


Nada más llegar saludo a don Rafael Ferrer Meliá. Sí, Rafael es otro alcalde (que fue) que se merece también el Don por delante. Y son contados los alcaldes que se lo han ganado.

Y héteme aquí que uno (yo) empieza a hilar: ¡Cielos!, si estamos en el Día Mundial del Turismo -cuyo lema 2013 es “Turismo y Agua”- y está aquí “el alcalde del agua” entre los presentes… ¡Coño!, van a hacer justicia en este pueblo.

Para alumbrar mis reflexiones, resulta que en los días previos a este Día Mundial del Turismo “Turismo y Agua” ha cobrado cierto protagonismo -muy merecido- la serie de investigaciones de Francisco Amillo sobre el agua en Benidorm y uno, que estaba ocioso en ese momento matinal, se va haciendo su silogismo particular (por no decir paja mental[1]) y… por lógica deductiva y ante las dos proposiciones que tomo como premisas -por mi creadas: Día Mundial del Turismo bajo el lema “Turismo y Agua” y Rafael Ferrer, el “alcalde del agua”- llego a una puñetera conclusión –por algo, digo, es un silogismo- más que interesante como que, atención, ¡van a homenajear, con este motivo, a don Rafael!

Pero claro, él -como yo- va en mangas de camisa, elegante y correcto, pero sin corbata y chaqueta, que Lorenzo se deja sentir en Benidorm este septiembre (Veranillo de San Miguel; San Miguel, 29 de septiembre) y los treinta grados callejeros no nos los quitaba nadie. Por esa “pequeña” pista, presiento que no.

Definitivamente, no se va a hacer justicia. Y la ocasión[2], la pintaban calva… y pasó.
Y allí estábamos algunos tertulianos de “Los cafés de Meliá” y comentamos las cosas: “fíjate, qué oportunidad perdida”. Sí, Francisco Amillo, Jaume Climent, Roc Gregori, Javier Moreno, Cecilio González, Reyes Nogueiras, Alejandro Rodríguez y yo mismo.

Pero bueno, es que no están ni los del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, ni los del Canal Bajo del Algar, ni el alcalde de Beniardá, por aquello de Benidorm y el agua… Bueno, bueno, bueno…

Y es esas que comienza el acto y hasta ponen el mensaje “ofisiá” de Tabeb Rifai, y un video sobre los históricos problemas del agua en Benidorm, y la llegada del agua, y el auge como destino turístico, y el discurso de Gema Amor, y el premio a Aquagest (por lo del agua y el Turismo), y los premios (del Día Mundial del Turismo) al primer hotel de Benidorm, el Bilbaíno (1926), que ya gestiona la 4ª generación de descendientes de don Pedro Cortés (un hombre que recorrió el mundo en los barcos de la Naviera Aznar, luego Bilbaína; de ahí el nombre del hotel); a José María Caballé, de Sevigroup (un hombre que recorre el mundo en avión, su avión, y ya tiene hoteles en América); y a Jet2.com/Jet2 holidays (que han establecido en El Altet su primera base fuera del Reino Unido, siendo Benidorm destino preferente). Y cerró el acto el alcalde Agustín Navarro.




Sí, habiendo reflexionado… aún no salgo de mi asombro por lo de la oportunidad perdida. Todos los premios muy merecidos, pero faltó un detalle con “el alcalde del agua”. Luego me dice Miguel Martínez Monge, otro tertuliano, que es que hay alcaldes que están olvidados en el “protoloco” municipal. Pues va ser que es verdad.

Y al llegar a casa me encuentro con la nota del concejal no adscrito Juan Ángel Ferrer… y como coincido con ella, me permito reproducirla parcialmente. Sí, después de un buen rato reflexionando…

“… Vaya mi más sincera y cordial felicitación y agradecimiento a todos ellos.

Sin embargo, esta ciudad, sus empresarios y sus trabajadores saben mejor que nadie la importancia del agua en el desarrollo del turismo. No hay mejor aprendizaje que una difícil experiencia. En los años setenta, esta ciudad sufrió una devastadora sequía y su alcalde Rafael Ferrer, al frente de la Corporación municipal, y de forma casi heroica y abnegada, movió todos los hilos de la administración. Movió todos los resortes para que Benidorm pudiera seguir atrayendo turistas en aquel triste verano de 1978. El ejército, el ayuntamiento, la diputación, el gobierno de la nación y todo aquel que tuviera algo que aportar fue llamado por la incansable gestión de Rafael Ferrer. Hasta barcos fondeados en la bahía aprovisionaron de agua a la ciudad, con una conducción submarina que llevaba el agua hasta el depósito municipal.

Después ya se consiguió que Beniardá accediera para perforar sus tierras y obtener agua para Benidorm desde sus pozos y muchas otras gestiones.

Rafael Ferrer Meliá fue alcalde tan solo durante un año, desde el 4 de abril de 1978 al 16 abril de 1979. Sin embargo, fueron doce meses clave para el turismo de Benidorm, un turismo que se vio amenazado por la falta de agua con la que atender a los cientos de miles de veraneantes que ese año eligieron a Benidorm.

Solo el trabajo entregado, sin descanso y con el único objetivo de servir al pueblo que le había visto crecer, hizo que Rafael Ferrer se convirtiera en uno de los alcaldes más queridos y más respetados de nuestra ciudad. Seguramente, todos los alcaldes serán merecedores de una distinción por su propio ayuntamiento, pero hoy le correspondía más que a nadie a Rafael.

Hoy podía haber sido el día en que la ciudad le agradeciera con un galardón lo mucho que Rafael Ferrer dio a Benidorm gracias a dos palabras, agua y turismo, curiosamente el lema que la Organización Mundial de Turismo ha elegido para conmemorar el día de hoy. No obstante, Rafael Ferrer sabe que,  como yo, son muchas las personas de Benidorm que cada día, cuando le saludamos, cuando lo vemos y cuando pensamos en aquel triste verano del 79[3], le otorgamos el mejor de los premios, el del reconocimiento individual e íntimo de haber sido uno de los mejores alcaldes de Benidorm.”  [la “negrita” la he puesto yo].

Pues eso. El que no quiera polvo, que no vaya a la era; que aquí trillamos a cualquier hora.






[1] Idea o afirmación desatinada, en especial aquella de carácter especulativo o teórico (leo en Google)
[2] Es dicho muy antiguo, aunque inexacto. Los romanos tenían una diosa llamada Ocasión, a la que pintaban como mujer hermosa, enteramente desnuda, puesta de puntillas sobre una rueda, y con alas en la espalda o en los pies, para indicar que las ocasiones buenas pasan rápidamente. Representaban a esta diosa con la cabeza adornada en torno de la frente con abundante cabellera y enteramente calva por detrás, para expresar la imposibilidad de asir por los pelos a las ocasiones después que han pasado, y la facilidad de asirse a ellas cuando se las espera de frente. Iribarren, José Mª; El porqué de los dichos. Gobierno de Navarra. Departamento de Educación, Cultura, Deporte y Juventud. Novena edición. Octubre 1996, pág.110.
[3] Aquí, a Juan Ángel Ferrer, la celeridad “le baila” un número. La “gran sequía” fue la de 1978; en el 79 seguía mal la cosa (y así hasta el 84 sin levantar cabeza, que aquello fue un grave periodo seco), pero se refiere a la sequía de 1978.

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