Pues miércoles que es, como ya ha salido la publicación
semanal, hoy con tiempo y en tiempo, cuelgo mi columnita.
Esta vez va de que estamos ya en Marzo y que el 4º domingo
de mayo es el 24 y aún falta conocer algún cabeza de lista -el del PP, por
ejemplo- y saber si alguien más quiere probar suerte; porque vamos a tener que
ir a votar con una especie de Vademecum municipal que los recoja a todos; y
será voluminosa.
La foto, es de ayer tarde; se la he cogido al Senador
Barceló de su Facebook; la colgó anoche. Solo emerge una torre; en el Rincón de
Loix.
Hoy sigue la niebla. Esta mañana a eso de las 7’30 la
patrullera de la Armada metió motores para salir del puerto y supimos que
estaba allí (es que además va de gris); no se veía nada, sólo sus luces... y en
un momento se confundían con las de la bocana. Precioso; se fue metiendo en la
niebla con rumbo a Alicante… hasta que se la tragó.
Así que, reseñado lo de la niebla,… estas son mis 22 líneas
del miércoles 4 de marzo.
SEGÚN COMO SE MIRE… TODO DEPENDE
Ya estamos en marzo.
Se supone que nos quedan de 70 a 75 días para inaugurar todo lo inaugurable;
aunque explote. El cuarto domingo de mayo (LOREG dixit), toca. Y ya que casi
huele a urna, más que a primavera, resulta que, según como se mire… todo
depende.
Yo me estoy haciendo
una Wiky con los candidatos locales. Vamos a tener tantos, que habrá que
aclararse. Nada, careto del candidato(a) y cuatro líneas por la parte de atrás.
Ya las tengo casi todas; todas las que -creo- pueden existir. Nunca se sabe. Y
llega mi sobrinita, Sairota von Henflincht -de los von Henflincht de Benidorm
de toda la vida (vamos, del 49; fecha en que se apareció por aquí el viejo
Hans)- y me pregunta que si voy a jugar a las parejas -parejas imposibles, le
faltó decir- con todo ese material. ¡No!, bramé. Esto es más difícil de los que
se pueda imaginar. En el mundo no hay mayor pecado que el de no seguir al
abanderado… y pinta de adalid… uhmmm, ¿de adalid?, ¡ninguno!
Y la verdad es que,
puestos así, un careto al lado del otro… ¡todos, todas, me miran mal!, salvo
los ciegos; es natural. Tendré que echar mano de la triaca magna para no sufrir
un colapso mental; habré de trasegarme una buena dosis porque… eso sí que será
una lata, no puedo yo en esto meter la pata. Y así no vamos a ningún lado: mucho
opio en la triaca.
Me han dicho que en
estos casos, lo mejor es lo de siempre: al pie del Parnaso está Delfos. Allí, los
laureles de montaña que crecen junto a la fuente Castalia tienen fama de
entregar la verdad a la Sibila que los masca; defnomancia que practica. Siempre
es un día 7 cuando esto hay que hacer. Hoy no es 7, por eso no les cuento lo
que me vaya decir. Lo único que espero es que lo haga mejor que con Tsipras,
que es de por allí. ¡Pues no que no sabía el gachó que le vencían los
préstamos! Ante esto, no sé -pues-, si recurrir al de Delfos o al de Dódona… o
al láudano de Paracelso. Todos tras de mí -voto- a correr, salvo los cojos; es
de creer.
Y a esperar, que aunque parezca que huele a urna, constato
una pasiva tranquilidad.
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