Sí, ayer se me pasó colgarlo y esta mañana, nada más salir a
por la prensa, ya tenía al amigo Carlos diciéndomelo. Bueno, y luego lo he
intentado por dos veces; justo cuando por dos veces, dos, la luz “se ha ido”.
La primera vez ha sido a eso de las 10’00 y en un par de minutos ha vuelto. No
me había guardado todo el texto y he perdido casi la mitad. Hecho ahora en
falta el sistema que teníamos en la tele; y al final todos estábamos conectados
a él. Pues nada, me he cabreado un poquillo, lo justo, y me he hecho un té. Me
he vuelto a poner manos a la obra y… ¡otra vez! Se “ha ido” la luz por segunda
vez… y eso que estamos en 2015 y parecemos civilizados y preparados.
Bueno, pues a lo que íbamos en este ventoso y nublado
jueves.
La columna de esta semana para la prensa de papel ha sido
filosófica. No sé; tal vez del concepto Tempus fugit… pero es que pasa. Cuando
hablamos “del tiempo” podemos (¡Cielos, qué fórmula!) hacerlo del tiempo verbal
-pasado, presente o futuro; incluso plusquamperfecto-, del tiempo gramatical, del
tiempo narrativo, del tiempo atmosférico, del tiempo laboral -a tiempo parcial
o a tiempo completo-, del tiempo libre -que es hacerlo del ocio, lo contrario
al negocio- e incluso del tiempo cronológico.
Tiempo al tiempo que ahí van mis 22 líneas.
DEL TIEMPO. 24M… tic,
tac, tic, tac
El aroma a pólvora
fallera me ha vuelto metafísico. Hoy voy a filosofar sobre el tiempo.
Acabo de completar el
panorama del 24M y detecto que el tiempo los va a poner -a cada uno- en su
sitio. Dale tiempo al tiempo, me dijeron, que el tiempo te enseñará muchas
cosas; pero dale sólo el suficiente, me insistieron, para que puedas vivir el
momento de verlo. Es que el tiempo es sólo la antesala de lo que está por
venir. Y aún así, recuerde que, el tiempo encontrará un final -que le podrá
gustar, o no- porque es la culminación de un proceso en continua evolución,
aunque marcado por el pasado. El pasado siempre ataca el presente lanzándole
los recuerdos. Recuerdos… Tal vez por ello, habrá que tenerlos muy presentes
para que no nos condicionen el futuro. El futuro es tiempo por venir;
recuérdelo.
A la vista de las
candidaturas observo que el tiempo ha puesto las cosas en su sitio y el tiempo
acabará mostrándonos los objetivos de cada uno. Y a la vista de ello me
conmuevo al saber que el tiempo no cura heridas, sólo las esconde; no soluciona
nada, sólo lo adapta.
El tiempo crea
líderes… al tiempo que acaba con sus seguidores. Porque el tiempo sólo es la
imagen móvil de la eternidad. Hoy sólo es el día de mañana con el que soñábamos
ayer; porque cuando crees que tienes el tiempo, compruebas que es el tiempo el
que te tiene a ti.
El tiempo es la
dimensión en la que se mueven todas las demás. Y aquí estamos; a tiempo.
El tiempo, bien lo
sabe lector, solo es relativo; tiempo es un segundo y tiempo es la eternidad.
Le invito a que medite sobre lo que dura un minuto… según el lado -de la puerta
del cuarto de baño- en que se encuentre. Esto es así; el tiempo no le he
inventado yo.
¿Inventar? El tiempo no es un invento; es solo un anhelo que no vuelve
jamás. Puede que ni siquiera exista y sólo sea la ilusión de quienes no
aceptamos el hoy. Sólo usted decide qué hacer con el tiempo que se le ha
otorgado. Empléelo bien. Piense: 24M… Tic, tac, tic, tac…
No sé; ¿ha sido una incitación a reflexionar -ahora que muere
el invierno y nace la primavera- qué hacer el penúltimo domingo de mayo?
Quizás, pero yo solo hablaba del tiempo…
Nada. Felicidades a Josés, Josefas, Pepes, Pepas, pepitos,
pepitas, Josefinas y Finas… y cuando ardan las Fallas que quemen con ellas todo
lo malo que acumulamos en el invierno; que ya llegarán las hogueras de San Juan
para hacer los mismo antes del verano.
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