Interesante; muy interesante. Luchar contra el cronómetro ha
sido determinante; los horarios, como siempre, meramente orientativos. Lo que siempre
pasa cuando se tiene mucho que aportar y un auditorio expectante.
La Facultad de Educación y la Sede Universitaria Ciudad de
Alicante, de la UA, albergaron el Congreso. La inauguración, a la que acudió el
rector, en el Salón de Actos de la Facultad. Españoles, portugueses y
brasileños, entre los asistentes; era Ibérico.
La conferencia inaugural, a cargo de la presidenta de la AGE, Carmen Delgado. Planteó, de entrada, la reforma de las enseñanzas
de Geografía. Estamos en el marco del EEES (Espacio Europeo de Educación
Superior) y ya planteó ella que, desapareciendo el espacio de los lugares, nos
centremos en el espacio de los flujos
con un aumento de la atención al
territorio que, bajo el prisma de “piensa globalmente, actúa localmente”,
centra el concepto Glocal
(global/local), ya que hemos pasado de la Nueva Geografía Económica a la Nueva
Economía Geográfica. Apuntó a la Sociedad del Conocimiento que se basa en los cambios en el conocimiento y,
¡atención!, en los cambios en el
aprendizaje. Se imponen cambios educativos para utilizar las nuevas
herramientas de que disponemos. Planteó diferenciar ya entre “territorios
que saben” y “territorios que no saben”, lo que
lleva a una “inteligencia territorial” que nos dirige no sólo hacia los “territorios
pensados” sino que lo hace hacia los “territorios posibles”; la
clave está en conocer para diseñar actuaciones.
Abogó por incluir en el Currículo las didácticas de la
Geografía y por ajustar aún más la formación universitaria a las demandas
reales del mercado laboral, y que la
Geografía ostente ya el rango de Ciencia del Territorio, que lo es, tanto
natural, como ambiental y social.
Comenzó la presidenta con un editorial de The Guardian, de agosto pasado, dondese da cuenta de que la Geografía deja de ser la Cenicienta del cuento parademostrar su tremenda utilidad;
cerrando con una frase de Oscar Wilde:
Progress is the realisation of Utopias/El progreso es la realización de las
utopías.
Ni que decir tiene que la Primera de las ponencias era la
que despertaba el máximo interés. Así se lo oía yo decir a los asistentes en el
café previo. Sin lugar a dudas, para mí lo era. Jorge Olcina Cantos iba a sugerirnos propuestas didácticas para
enseñar el tiempo atmosférico y el clima. Ni que decir tiene, una vez más, que
cumplió más que sobradamente los niveles de expectación -en la comida acelerada
y por grupos se vio- dejándonos a expensas de poder leer toda su ponencia
cuando se publique.
En su día la destriparemos pero a destacar lo más impactante: ¿los climogramas?, para Biogeografía.
“Un
climograma no caracteriza las variedades climáticas”. “Mucho
mejor el analizar por separado lluvias y temperatura”. Se apoyó Olcina en
que “los
autores (de los libros de textos de enseñanzas primarias y medias) ya
señalan su arbitrariedad”. Para
caracterizar un clima es necesario tener en cuenta otros muchos factores, como
el siempre olvidado viento.
También insistió en que no
debe ser lo mismo señalar las temperaturas en grados Celsius que en grados
Centígrados. Y es que esto es de Perogrullo; sí, ambas son escalas de 100
grados, pero la del sueco Anders Celsius
iba al revés[1]:
de 100 a 0. Jean Pierre Christin,
con su “termómetro de Lyon” (1743) -y Carl von Linneo, después- le dio
la vuelta: de 0 a 100. Un matiz que el joven profesor Olcina nos explicaba ya
en su día.
Luego indicó que sólo
un mapa de superficie es absolutamente insuficiente explicar el tiempo. A
todo esto, ya había señalado la diferencia entre tiempo atmosférico (lo de hoy)
y el clima (la estadística de tiempos atmosféricos para un periodo determinado
de 30 años que internacionalmente va cambiando). Los mapas de altura son imprescindibles. Y más que ellos, los mapas
de los libritos de texto, la posición y
acción de las masas de aire son fundamentales y determinantes de los tipos de
tiempo, que es lo que se pretende que conozcan los estudiantes. Centrarnos
en las cinco masas de aire que nos afectan y determinan situaciones.
Jorge fue prolijo en datos y explicaciones. Diseccionó los
libros de texto aplicados y sus contenidos en Primaria y Secundaría señalando el excesivo y complejo nivel en algunos
planteamientos, la ausencia de nivel en otros, y aportó webgrafría de recursos para la
enseñanza del tiempo y del clima en estos niveles de enseñanza. Cuando su
ponencia esté disponible será un lujo desmenuzarla. Nos dejó una reflexión
final ante los recursos que por ahí, por la Red, se encuentran: “las
imágenes de satélite sólo dicen algo si se les sabe preguntar”.
La Segunda Ponencia corrió a cargo del portugués Miguel Inez Soares (El profesor como mediador digital en el
aprendizaje de la geografía): interesante, abriendo muchas expectativas,
pero sin concretar nada.
A partir de ahí, la diáspora para conocer, por aulas, las
comunicaciones, los proyectos de investigación y las experiencias de aula. Se
disparó el reloj, había que comer algo y a las cuatro de la tarde volver para
la Mesa Redonda (Difusión de la
investigación e innovación en la Didáctica de la Geografía) y disfrutar del
la Tercera Ponencia a cargo de Alfredo Ramón
Morte (La tecnología de la
Información Geográfica) que nos llevó en volandas desde los tiempos del Canadian GIS (de los años 60) al Where 2.0 donde el apogeo de los SIG/GIS
y la Neogeografía.
“Hay
que hacer que la información geográfica sea utilizada por todos” porque
la sociedad invade las bases de datos y la normalización de los datos es fundamental
para el futuro inmediato. Habló ya de residentes
digitales y de visitantes digitales
en este mundo de batos, donde detrás del
dato hay personas, que llega hasta el BigData
geográfico y, por ende, entrar en la geominería
de datos. Terminó Alfredo con su pequeño y entrañable homenaje a un gran
profesor, ahora jubilado, como es Enrique
Matarredona, que me emocionó; al que pude abrazar hace unas fechas por
Benidorm.
Nuevamente la diáspora de las comunicaciones y los talleres
que tiraron por tierra el timming congresual. Hubo comunicaciones
sensacionales, de nombres de prestigio, y otras que no pasaban “mi” prueba del algodón, pero
enriquecedoras. Y de entre los talleres, destacar el de mi buen amigo Benito Zaragozí, centrado en la minería
de datos geográficos, que disfrutaré en privado al compás de una cerveza (yo) y
una coca-cola (él). No cambia el bueno de Benito. Pero ha sido interesante
saber por dónde camina Terrasit, cómo crear un Aula
de Geomática o manejar el Arc-GIS para aprender geografía.
La cara del Moro. Foto: Alfredo Ribelles |
En la mañana del sábado, ya en la Sede de Ramón y Cajal, más
comunicaciones, la clausura del Congreso y un itinerario didáctico por la
ciudad de Alicante, con el agua como nexo, que terminó en los Pozos de Garrigós
(Museo de Aguas de Alicante), bajo “la
cara del Moro”, con un cielo ya plomizo en las primeras horas de una tarde
alicantina de noviembre al compás de una leyenda.
[1]
Para Celsius, el punto correspondiente a la temperatura de 100 °C equivalía a la temperatura de congelación del agua a nivel del mar, mientras que la temperatura
de 0 °C, coincidía con su punto
de ebullición al mismo nivel medio
marítimo. La escala, por tanto, indicaba un descenso de grados cuando el calor aumentaba, al contrario de como
es conocida actualmente.
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