Nada más que por estar donde estamos, a 14 km del continente
africano –o como se cuenta de que algunas escrituras de parcelas del Benidorm del
siglo XIX señalaban un textual de “limita
al Sur con África, mar Mediterráneo por medio”- no es una buena idea la de “sustituir”
a Francia en Malí.
Más que nada, porque YA ESTAMOS en Malí. Vale, son 61
militares en dos fases.
Por Resolución
del Consejo de Seguridad (de la ONU) número 2071, de 12 de octubre de 2012, se puso en marcha la misión EUTM-Malí que por la Decisión 2013/34/CFSP se centra sólo en
el concepto de “entrenamiento” en misiones de Operaciones Especiales a las
Fuerzas Armadas de aquél país. Sí, esta misión cuenta con ROE aprobado (Reglas de Enfrentamiento/ Rules Of Engagement) también
la Decisión es explícita: “no se llevarán a cabo misiones de combate”.
Luego en Malí, no estamos para combatir. Francia, sí.
Indudablemente, tenemos
que estar con Francia; Francia ha invocado la cláusula comunitaria de Defensa Colectiva (Art. 42.7 del Tratado de
Lisboa; 01.12.2009, pero viene de los TFUE). Realmente, estamos con Francia lo diga o no, insinúe o no, el gobierno; le disguste,
mucho o muchísimo, a la progresía.
Aún en el peor de los casos de hipocondría canguelera o brote
radical de izquierdismo pacifista de pacotilla… ¿siendo miembros de la Unión
Europea podemos decir que salimos a por tabaco y si te he visto, Francia, no me
acuerdo? Pues no.
Resulta que “Desde el momento en que el Estado miembro,víctima de ataque terrorista o de catástrofe natural o de origen humano, pidenayuda a los demás Estados Miembros ya no tiene libertad para decidir en sentidocontrario”. Lo más que queda es coordinarnos en el seno del Consejo (artículo
222, apartado 2 del TFUE). Vamos, que como en Fuenteovejuna: todos a una. La UE
va a acudir, Y somos UE. Y como ir,
vamos a ir; pues elijamos escenario.
En la División de Planes del Estado Mayo de la Defensa parece
haber más información sobre el avispero de Oriente Medio que del avispero de la
zona africana. Y climática y orográficamente estamos más aptos; es terreno oriental
es más asimilable que el saheliano. Y Francia si está en guerra declarada
contra el DAESH y no en guerra contra los islamistas en Malí, a pesar de la Operación Serval/Barkhane. En ambos
lados cuecen habas de color de la vieja bandera abasí (negra), pero la declarada
es en Siria.
Malí es otra cosa. Y aunque estemos con soldados
instructores en Bamako y Koulikoro, lo nuestro -España- allí es instruir. Malí
es un poco más del doble de España (1’2 millones de Km2) y está poblada -se calcula
que- por 15’5 millones de habitantes. Desde finales del XIX está bajo
influencia francesa (aquello fue parte del Sudán francés) y consiguió la
independencia en el gran lote de países africanos de 1960 (cinco años después
de Bandung) pero hasta 1992 no tuvo sus primeras elecciones democrática… con lo
que imagínense cómo estaba el patio. Los tuareg
del norte, en la región de Azawac
(donde está la mítica Tombuctú), son
separatistas de toda la vida y la fueron liando parda en el Malí democrático
hasta que desde 2012 un grupo militar derrocó al presidente electo con el
pretexto de arreglar lo del Norte… Y no vean cómo se puso la cosa.
Los tuareg son una etnia muy particular. Si uno se lee la
trilogía de Vázquez Figueroa sobre
los tuareg seguro que aprende algo; porque, como digo, son muy particulares.
Islamizados hasta cierto punto, una parte de ellos ha aceptado la sharia en extremo y ahora se hace llamar
Ansar Dine y, claro, ha proclamado
el Estado islámico de Azawac. Con
tal de ser independientes, el resto de los tuareg les apoyaron y… apareció otro
grupo islamista más -el Movimiento para
la Yihad en África Occidental (MUYAO)- que con Ansar Dine me han dejado a
los tuareg de siempre en nada y menos. Tanto, tanto, que desde enero de 2013
Francia interviene militarmente. Es que también les dio, cómo no, por masacrar
a la población civil y destruir todo aquello que era Patrimonio de la Humanidad,
aplicando la sharia al pie de la letra total.
Ahora el norte de Malí es un lío, porque como al panal de
rica miel del dicho aquél, cien mil moscas islamistas acudieron… y a los propios
de allí se les han unido los nigerianos de Boko
Haram y los peculiares de al-Qaeda
en el Magreb islámico, que algún susto ya nos han dado por aquí. Mucho indio
en la película, vamos; mucho grupúsculo pirao
y descontrolao que no tiene nada que
perder.
Luego está la parte técnica. Para meterse allí -desde enero
de 2013- Francia ha recurrido a drones MQ9 Reaper (de los que salen en la
tele y en alguna película) y desde hace dos semana (07.11.2015) EE.UU. haaprobado la venta de 4 unidades a España (mod.5, con capacidad artillera) que
no sé yo cuándo llegarán y -uff- cuándo estarán operativos. Y en el mismo cupo
de problemillas a resolver está la falta de conocimiento, que algunos llaman “inteligencia”
(y otros hacen el chiste fácil) en la zona. Militarmente, capacitados estamos;
pero adolecemos de antenas eficaces por allí y resulta que -además- estamos
perdidos con el idioma de la población: el francés. No te digo: si somos negaos
en inglés, no te cuento en francés: la
fransse, uan puant o el voulez-vous
coucher avec moi ce soir?, que era el estribillo de una canción en inglé.
Luego está que la dotación presupuestaria para operaciones
en el exterior, a noviembre que estamos, está más que agotada. Y en los PGE
para 2016 ni se le ha pasado a nadie consignarla. Y no es barato irse de
lagarto a Malí (ni a Siria). Y si el coste económico sería alto, no te cuento
el político con la concepción de lo que significa estar en Occidente y ser
miembro de clubes como la UE-28… incluso de la OTAN. Ni mento el coste social.
Pero por encima de las pelas, las posiciones políticas y las
consecuencias sociales está el que esto no está planificado y a estas cosas se
va con el tema planificado: si hay que ir
se va, pero ir pa ná es tontería, que decía el socorrista en el sketch de
Cruz y Raya.
Por lo tanto, como nos asiste el artículo 222 del Tratado de
Funcionamiento de la UE y ninguna de las
disposiciones afecta al derecho de España “de escoger los medios más apropiados para
cumplir con su obligación de solidaridad”, pues pensemos más en otros
frentes orientales que en el corazón africano.
Ah, la cláusula de asistencia
es automática. Vamos: que ir, vamos.
Así que dejémonos de sandeces. Unos, por posponer la difusión de la decisión; y
otros, por querer marear la perdiz a sabiendas de que, por narices, por coherencia y por supervivencia, tenemos
que ir.
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