18 nov 2015

DE LA ALARMA POR UN TSUNAMI…


Ayer, la alerta por riesgo de tsunami -anunciando una ola de 1 metro (cuando se trata de una sucesión de olas)- me dejó perplejo. Sí, desalojaron la playa de Benidorm -un ratito- y todo volvió a la normalidad en cuanto se desactivó la alerta. Como ejercicio, decir que nos salió redondo; como alarma, pues… No le pillo la gracieta.


Vale que desde el pasado 27 de agosto flotaba en el ambiente un cierto resquemor desde que Ocean Science colgara su “Simulación de generación de tsunamis y las inundaciones costeras en elMediterráneo Oriental[1] contando lo que podía pasar ahora cuando un bicho de estos anda suelto. Las conclusiones afectan a sectores de un mar muy compartimentado como es el Mediterráneo; que si oriental y occidental -y después nuevas compartimentaciones- completando dos grandes cubetas y con distintos comportamientos. Por cierto, que de ahí -y deun estudio previo- obtengo el mapa de las zonas tsunamigenésicas del Mediterráneo donde viene marcada la amplia zona “Argelina” que nos mira puñetera y las varias que hay en la cubeta oriental.


Con un rombito rojo he señalado la zona del terremoto de ayer que no cae en ninguna de las áreas señaladas porque, como ya dije ayer por algún sitio, la falla que allí nos ocupa y preocupa (Corfu-Lefkada) no tiene ese poder maléfico que le adjudicamos a las de subducción y a la inmediata, la número 12 del Golfo de Corinto. No son mancas las de las zonas 9 y 10 (Arcos helénicos del Este y del Oeste) que son más activas que las del mar de Alborán, las del número 1. Y es que para clasificar el potencial tenemos referencias de estos fenómenos en el Mediterráneo desde el año 436 aC; que ya ha llovido.

Por supuesto que no estamos libres de un hachazo de estos, como el de ayer, y que no sería la primera vez que nos llega. Ya hemos colgado varios Posts al respecto en 2010 (al respecto del de 2003), 2011 (sobre el de Senday) y 2014 (del de Argelia) con dibujito del efecto de llegada y todo, que nuevamente reproduzco, y donde se ve cómo impacta la onda con la forma del arco de la provincia.


Como poder, se pueden producir. De hecho tenemos registros de varios de ellos.

Ahora se estudian concretamente en zonas muy específicas. El trabajo al que aludo se ha centrado en la cubeta oriental y lo ha medido y calculado con precisión. En este trabajo le otorgan mayor puñetería a la falla que cobró ayer el protagonismo de la alerta, pero sin situarla en lugar tsunamigenésico.




El caso es que España cuenta con una red de alerta de tsunamis. En cuanto se detecta un sismo en las zonas de inducción de tsunamis (que están catalogadas) se meten los datos en un modelo informático que alerta de las zonas de posible impacto y se alerta a protección civil. Los datos en tiempo real de la red de mareógrafos permite confirmar o descartar la alerta. La red española de alerta de tsunamis se integra dentro del proyecto NEAMTWS (Sistema de Alerta Temprana de Tsunami en el Atlántico Noreste y el Mediterráneo), que se puso en marcha cuando, tras el tsunami de Sumatra de 2004, pero la red europea no funciona como un sistema integrado, sino como un conjunto de redes nacionales.

Todo esto me lleva a plantear que lo que habría que hacer es estudiar los efectos que podrían tener estos individuos –a fin de cuentas, riesgos naturales- en una bahía tan simétrica como la nuestra y con una isla en medio de ella, en el frente de ataque, así como el strand que tenemos. La suavidad de la pendiente de la plataforma continental, desde la bahía de Jávea hasta más abajo de La Vila, está en un valor medio del orden del 0’15% (Ana Mª Blázquez, 1999) con discontinuidades laterales, prismas sedimentarios y sistemas de beach rocks desigualmente repartidos, sólo alterados, mucho más abajo, por el cañón de Benidorm. Hablamos de sistemas litorales fósiles sumergidos a poca profundidad y atrás muchas cosas que afectan al desarrollo de esa onda que es la ola de puerto.



Tenemos bastante estudiada la plataforma de una manera geológica y pasiva. Ahora sería bueno que estudiáramos cómo afecta la columna de agua desplazada cuando se encuentra por debajo una suave pendiente que la va laminando y haciéndole perder intensidad; que no es lo mismo que chocar bruscamente contra una plataforma continental abrupta y volcar toda su fuerza. Que así me lo explicaron en su día.







[1] Ocean Sciencia 11; A. G. Samaras, Th. V. Karambas, y R. Archetti 

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