La noche comenzó redonda. Un abrazo de bienvenida de Gaspar P. Tomás, director de Bodegas Bocopa, y el saludo entrañable de José Miguel Castelló, presidente del
Consejo Rector de Bocopa. Después, directos al Salón que lucía sobrio, pero
contundente: XXV Premio Bocopa: Presentación nuevas añadas. Mucha gente;
nosotros, delante y al centro. Inmejorable posición.
Al rato, entraron las autoridades; y en escenario se llenó
con las 28 voces villeneras de #CCPINK
dirigidas por Ana Camús y Paco Cherro, todo un acierto, que dejaron fluir las rimas
del gran tema de Serrat… qué le voy a hacer, si yo nací en el Mediterráneo. Y se fueron viniendo arriba con cada nuevo tema. Lo
que dan de sí unas voces armonizadas: la escalera
al cielo de Led Zepelin se carga al final de ternura, y la apoteosis llega de
la mano AC/DC haciendo saltar chispas. Voltios de emoción; “otra, otra, otra”
parecían querer decir los dilatados aplausos al final del acto. Ana Camús no
consintió que se le escapara al coro ni una nota. ¡Fascinante!.
#CCPINK fue desgranando su
repertorio entre las intervenciones. Ana Camús y sus chicas oficiaron, además,
de maestras de ceremonias. ¡Un diez!
El Rector de la Universidad Miguel Hernández, Jesús T.
Pastor, agradeció el premio, en nuevo formato, que Bocopa otorgó al equipo de
investigación del Departamento de
Tecnología Agroalimentaria de su centro en Desamparados, una pedanía de
Orihuela. Me emocionó; en la entonces Escuela de Agrónomos, dependiente que era
de la Politécnica de Valencia, comencé mi singladura Académica. ¡Qué lejos
queda aquella 3ª Promoción con José Mª Filgueiras… y con Miguel Medina, Plácido Molina, Federico
Guardiola, Juan Nadal… ¡Qué tiempos! Nosotros hicimos enología de cachondeo; ni
era asignatura. Ahora es un máster universitario.
Y, como siempre, lo importante de
la noche es el copetín posterior al acto donde pudimos disfrutar -brevemente-
del Fuego
Lento 2013, la innovación de este año, pero también de lo trascendente:
el balance de Gaspar P. Tomás.
De Fuego Lento contarles que está
en la línea de Proyecto Hispánicos (Bocopa
I+D+I), una iniciativa en pos de la excelencia. Son ya 29 años de aventura en
los que cooperativa de bodegas productoras bajo una misma identidad ha
conseguido situarse con marcas referentes. “Hasta ahora nos hemos divertido;
nos lo hemos pasado bien”, explicó Gaspar. “A partir de ahora nos vamos a
divertir aún más”. Confían plenamente en sus nuevos productos.
Bocopa es una realidad: 250
viticultores que aportan más de 1.000 hectáreas de viñedos. En el Alt de Benimaquia,
a un palmo de nosotros (en el TM de Dénia) en el siglo VI aC, ya cuidaban el
vino. El vino está ligado desde entonces a Alicante. Y aquí, llegados a este
punto, siempre sacamos a relucir las referencias de la Roma imperial y al vino de
los emperadores, al vino de La Condomina alicantina… al Conde de Montecristo (Alejandro
Dumas y Augusto Maquet)… al
cuentista danés Hans Christian Andersen…
Y a tantos otros.
Bocopa está este año que se sale: 25 grandes
premios. La francesa Guillbert & Gallard se ha rendido a
los caldos de Bocopa; los Premios “Me
Gusta”, la Berliner Wein Trophy y la Challenger International du Vin
de París, también… Bocopa es en
2016 es la bodega española más premiada. Hasta en Atlanta, USA, han premiado el diseño de
la botella del Laudum; el año pasado
fue para Moët & Chandon; este, para la bodeguita alicantina
Es que en Bocopa lo importante
son los vinos, sangre de viña. Y
está “nuestro” Señorío de Benidorm con 3
medallas de Oro (nosotros, la tertulia “Los cafés del Meliá” les metimos en
ese lío y muy bien que lo resolvieron; están más comprometidos con él que
nosotros mismos) y otras tres para el emblemático Marina Alta. Y para su Laudum
roble, y sus espumantes. Un año redondo para Bocopa.
Inconformismo es casi el lema de Bocopa; siempre buscan un algo más. Ahora se han
puesto el listón más alto y han puesto en marcha un programa para incentivarse
a sí mismos la calidad: Proyecto
Hispánicos. Y el primer ejemplo es Fuego Lento 2013: cepas de nuestro
tradicional Monastrell (70%) con más de cincuenta años, en las laderas del
Maigmó: suelos franco-calcáreos bajo capa de cantos rodados a 600 msnm.
Recolección a mano y selección de los granos. Además, han recuperado la
variedad Alicante Bouschet (reducto de aquellas vides plantadas desde
1866) que con en un 15% añade mineralidad a la monastrell. Un 15% final de
Shyraz le otorga sus tonos violetas hasta completar un gran vino del que sólo
han conseguido producción para 1650 botellas y 250 magnum de los que ayer ya
nos bebimos lo menos dos docenas. Y una advertencia de Gaspar: “sólo
verán la luz de Fuego Lento aquellas añadas que sean excelentes”. Una
apuesta por la calidad.
Sí, fue una noche, la de ayer, la
del Vino Alicantino, una noche plena de sensaciones sentidas: Marina
Alta 2016, Laudum chardonay 2015, Laudum
roble 2015, Señorío de Benidorm 2015… vinos jóvenes de altísimo nivel.
Incluso los Marina espumante tintos, rosados, blancos y brut… y un Laudum
dulce negra que es Licor de Monastrell y que entra en ese Proyecto Hispánicus
donde el emblema serán los Fondillón
-maravilla alicantina- que verán la luz ¡¡en 2024!! y que ya reposan atesorando matices.
Desde luego que sí; para sentirnos muy orgullosos de nuestros
vinos, vinos de La Terreta.
Tomás y Ana nos pidieron, como
colofón de la noche, que sedujéramos con
nuestros vinos a nuestros visitantes y amigos. Una acertada invitación.
Brindo por ello. Y seduciré con
ellos.
PD.- También estuvo en la gala la consellera de Agricultura,
Elena Cebrián.
Sedujo con su sencillez, pero no nos aportó más que su presencia. Y otros cargo
de su departamento. Y el presidente de la Cámara de Comercio, el amigo Juan Bautista Riera, que
tendremos estar tarde en “Los cafés del Meliá” y que tendrá su Post.
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