Y termino el capítulo; por tercera vez regresamos a la
jornada que sobre el Mercado británico -¿Es el Brexit una amenaza para el turismo de
Benidorm y de la Costa Blanca?- del 21 de marzo, recién estrenada la
Primavera, que se celebró en Benidorm.
El cuarto ponente, Alex
Villeyra, trató sobre lo que nos cuentan los datos. Villeyra es el CEO de Mabrian Analytics, la primera
plataforma de Inteligencia de Mercado enfocada exclusivamente al sector
turístico. Trabaja Mabrian con datos -sobre búsquedas, redes sociales,
opiniones, geolocalización, gasto, precios, reservas, capacidad- que obtiene de diversas fuentes de
información de manera simultánea para realizar un análisis multi-variable. Y
ese análisis es el que queríamos conocer.
Una frase clave nos dejó Villeyra al comenzar su exposición:
“la
incertidumbre cuesta dinero”; de ahí la importancia de los datos, el
tenerlos de forma rápida y fiable para entender las variaciones de las
dinámicas turísticas y conocer mejor a los clientes para adecuar la oferta.
El tema está “no sólo en saber qué es lo que sucede, sino
en cómo, cuándo y por qué sucede”. Lo suyo son los modelos predictivos
que nos permiten capacidad de reacción
Y entonces se preguntó: “¿Y qué nos dicen los datos?”.
La respuesta estaba en la pantalla.
Resulta que para Alicante estamos para el verano
(abril-septiembre 2019) con un aumento
en capacidad (asiento en aviones), como nos habían anunciado Javier Piñares
y Tomas Melgar, en “un 5% para Alicante; igual que Málaga o Mallorca”. Pero para
los aeropuertos turcos -estas capacidades de verano- se disparan un 27%
(Antalya) y 22% (Mármaris), “aunque el volumen de pasajeros en Turquía es
la mitad que en Alicante”.
Si vamos al detalle, en los aeropuertos turcos, el sector
que sube, y mucho, es el alemán: un
16% en Antalya con un volumen superior a los 200.000 turistas. Los británicos
aumentan en Antalya y Marmaris (27 y 22%) con cifras del orden de 60.000 y
80.000 pasajeros respectivamente. Subidas, sí; pero en Alicante ese 5% se refiere a cifras que rondan los 200.000 pasajeros.
Y es más un 5% de 200.000 que un 27% de 60.000; no lo olviden.
Me hico recordar Villeyra al gran Roc Gregori cuando se
hablaba de camas hoteleras en la Comunidad y salió el de turno a decir que en
tal destino habían crecido un 30% y en Benidorm un 2%. Roc sacaba a pasear los
números netos y aún así quedaba alguno subyugado por el brillo de los
porcentajes. Somos así.
Cuestión muy interesante es aquella sobre el interés que
despiertan los productos turísticos que ofrecemos a los británicos y analizando
26 millones de menciones sobre 113 destinos españoles resulta que en Sol y
Playa (nuestro segmento) hay un descenso
de un 2%, mientras los demás segmentos se mantienen o crecen ligeramente,
como las cuestiones de cultura, naturaleza y turismo familiar. “Estabilidad
en los productos con ligera reducción en la dependencia del sol y playa”,
fue el resumen de Villeyra.
La satisfacción en los destinos españoles es por lo general
muy alta, con mejor incidencia en las cuestiones de seguridad y una mínima
reducción de la percepción climática que habría que explicar porque hay
llamativas diferencias entre los destinos turcos y nuestra bahía orientada al
Sur, todos en el Mediterráneo y en las mismas bandas latitudinales.
Y los parámetros de Benidorm, recalcó Villeyra, están muy
altos. En seguridad la percepción está arriba (93’64), pero aún lo está más en
Antalya y Mármaris. Podemos aducir que en aquella orilla del Mediterráneo se
contempla en el resort. En percepción global de producto les superamos ampliamente.
Villeyra nos transmitió lo llamativo de los intereses de los
británicos. Estamos flojitos -Benidorm- en turismo activo y natural (tenemos
deberes que hacer), pero estamos muy bien posicionados en gastronómico,
familiar e incluso cultural. Obviamente lo estamos en ocio nocturno, donde
Ibiza toma la delantera; incluso en turismo de compras (shopping), donde
disputamos con los isleños ese liderazgo. En cambio, y eso también nos llama
atención, en turismo de sol y playa bajamos levemente, aunque superamos a
Málaga e Ibiza.
La satisfacción hotelera para los ingleses es alta y en
materia de precios resulta que ellos, los turcos, a igual número de estrellas,
son más baratos. Aquí entran en juegos factores socioeconómicos desde la moneda
a las ayudas gubernamentales.
En función de los datos, Villeyra nos contó, a modo de
conclusiones, que “en capacidad aérea crecemos de forma moderada mientras nuestros
competidores directos crecen más”. Sí, “somos competitivos en las
percepciones de seguridad, producto turístico y satisfacción hotelera, pero
tenemos deberes que hacer en otros campos”.
Fundamental es que -desde Mabrian- “no detectamos elementos de
preocupación en las percepciones expresadas por los británicos en Redes
Sociales sobre producto turístico Benidorm y la Costa Blanca, que es un buen
mix de producto”, pero, ¡atención!, “se detecta una reducción en sol y
playa”.
Finalmente, una llamada de atención sobre “el
precio en destinos competidores y el crecimiento en capacidad que señalamos”.
Pero, una advertencia muy seria: “No podemos competir en precio; más que no
podemos, sería un no debemos”.
Aquí llegados, les confieso que debería haber un cuarto post
sobre esta interesante jornada, pero me tuve que ausentar de la sala cuando Susana de la Peña (GfK) abordaba “las cifras del mercado turístico británico”,
aunque aún le pude oír aquello de que “viajar es una necesidad para los británicos”,
lo que la llevaba a ser optimista a pesar de “la incertidumbre prolongada”.
Resulta que ese factor
de incertidumbre es que ha animado a las familias a efectuar ya bastantes
reservas en destinos “donde pueden controlar el gasto” -en
referencia al Todos Incluido- y que “esa incertidumbre retrasa las decisiones de
otros segmentos sociales”. Eso sí, Susana insistió en que “el
precio es ahora mismo un factor decisivo entre los británicos”…
Pero me tuve que ir… y ‘al
propio’ que le encargué referencias no apuntó nada.
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