Voy de tertulias y me pone malo que quieran comparar Grecia con España... vale que
pudimos tener unas cierta identidad, cuando lo del Imperio Romano (ambos dependíamos de Roma); pero desde el 395… tú para allá, que yo para acá.
Bueno, alguno me puede sacar la llamada de Andrónico II a los almogávares, pero como fueron unos traidores (asesinaron a Roger de Flor), los almogávares les
dieron pal pelo y les montaron los
condados de Atenas y Neopatria; que aún se maldice por allí
con lo de “la venganza catalana” y “Kátalan”, en algunas zonas, aún
significa “monstruo”.
Saltémonos, por antiguo, lo de la cultura Minoica, la
Talasocracia, lo de los jonios y aqueos y lo de las polis; incluso lo de Troya
(aunque mucho tendrá que ver). No mentemos ni a Dracón, ni a Solón, ni a
Clístenes. Y por lo mismo, pasemos de Sócrates, Platón, Aristóteles, Heródoto,
Fidias, Mirón y Polícleto. Incluso de Tales e Hiparco. Hasta de mis colegas
Estrabón, Anaximandro, Periplo, Pausanias, Artemidoro y Cosmas; Cosmas
Indicopleutes, el gran viajero por el Índico.
Saltémonos este capítulo, pues Grecia está diluida desde que
se romaniza hasta que en el siglo XV cayó bajo control otomano.
La verdad es que siempre estuvieron incómodos dependiendo
del turco y montaron algunas algaradas gordas hasta que en el XVII se echaron
al monte (bandoleros) y al mar (piratas) como principales núcleos de
resistencia. En 1820 ya comenzó su Guerra de la Independencia -que proclamaron
en 1822 (Asamblea de Epidauro)-,
pero turcos y egipcios les fueron ganando la partida, y el territorio, hasta
que las potencias del momento -Francia,
Inglaterra y Rusia- proclamaron su autonomía
(1827) y ganaron la batalla naval de
Navarino a los turco-egipcios (les
hundieron la flota) y un ejército francés puso el pie en el territorio; el
turco pidió la paz (Adrianópolis, 1829;
fin de las guerras ruso-turcas). Pero hasta que Londres y Paris no piaron, no
pasó nada. En 1830 y en Londres proclamaron
la independencia de Grecia bajo su protección.
La historia moderna de Grecia es cosa de románticos: desde el
ruso conde Orlov a lord Byron, pasando por el escocés Thomas Gordon. Infinidad de
aristócratas británicos -y millonarios norteamericanos- se embarcaron en la
aventura… y murieron en ella, como Byron.
Y a lo que íbamos. Lo primero que hizo el primer presidente
interino de Grecia, Kapodistrías,
fue imponer un régimen dictatorial, mientras buscaban un rey. Asesinaron a
Kapodistrías: de turcomalo a griegopeor. Pero en eso que encontraron desocupado
a Otón Wittelsbach, Príncipe de Baviera,
y lo nombraron rey (con 17 años). Otón I.
Hombre, algo así como por aquí cuando Amadeo de Saboya y nuestro Leopoldo
Olé-olé-si-me-eligen (que ya tuvo su post). Amadeo se cansó de sus paisanos, y los
paisanos griegos echaron al bávaro porque en 30 años de reinado, sus consejeros alemanes lo controlaban todo.
Esto me suena como algo reciente.
En fin, que depuesto Otón (que hablaba griego cada tarde de
6 a 8), la Asamblea Nacional griega
pidió a la reina Victoria I -de la
Gran Bretaña- que uno de sus hijo fuera rey, pero el gobierno de Su Graciosa
Majestad declinó la propuesta y ofreció al príncipe Jorge de Dinamarca como Rey
de los Helenos, que fue coronado como Jorge
I (1863), y que inauguró una dinastía que reinó hasta 1973 (Constantino II,
hermano de nuestra reina Sofía).
Resuelto el tema monárquico, cabía gobernar el país. En 1864 se concedieron una Constitución y comenzaron a organizar
un Estado que tenía más agujeros que un queso gruyere. Y así, en el final del
XIX disfrutó la nueva Grecia de una pésima situación económica que llevó a
declarar la insolvencia del Estado (1893) y que una comisión financiera internacional se hiciera cargo de la situación:
pago de los plazos vencidos de los préstamos internacionales. Esto me está
sonando a cuerno quemao.
Comenzó entonces una masiva emigración que, oh casualidad,
con sus envíos de dinero -a los que se quedaban en casa- comenzó a evitar el
hundimiento del país.
Y a partir de ahí, una sucesión de desastres: golpe militar
(1909), Guerra de los Balcanes (1912-13), asesinato del rey Jorge I (1913), IGM con las disputas entre Constantino
I (germanófilo) su primer ministro Venizelos
(aliadófilo) -ganó Venizelos, pero triunfó Constantino-, guerra turco-griega
(1921-23) -que perdieron y asumieron la repatriación de 1’4 millones de griegos
de Turquía-, auge del Partido Comunista (KKE),
golpe de Estado del general Metaxas
(1923), República (1924), regreso de
Venizelos en plan dictador (1928-32), abolición de la República y restitución
de la monarquía (1935), dictadura fascista de Metaxas (1936), guerra
greco-italiana (1940-41), invasión nazi
(1941), ocupación por tropas italianas, alemanas y búlgaras (que se las tenían
con los griegos desde la Edad de Piedra) entre 1941 y 1944 donde las Tagmata Asfaleias (Batallones de
Seguridad) hicieron de las suyas contra el ELAS
(Ejército Popular de Liberación Nacional, controlado por el Partido Comunista
griego, KKE), la guerra civil griega
(1946-49) donde los comunistas marcaron la pauta (Gobierno de Grecia Libre,
1947) hasta que los yankees dieron todo su apoyo al rey Pablo y los últimos guerrilleros comunistas se refugiaron en
Albania (1950).
Grecia, a partir de entonces, se convirtió en el portaviones
de la OTAN (1951).
Y llegó Karamanlis
(1951) que estabilizó al país y, como premio, lo metieron en el MCE (Mercado Común Europeo; 1962). Y
llegó Papandreu (1963) y democratizó
mucho el país, lo que disgustó a muchos; en 1967 se da el golpe de los coroneles con Papadopoulos
al frente del gobierno y la represión, lo que no le impidió ser presidente de
la República (1973), pero Ionnidis
le da inmediatamente un golpe de Estado y hasta expulsa a Makarios (el arzobispo de luengas barbas, que no el muñeco de
Moreno) de Chipre con la intención
de anexionarla… y los turcos que invaden la isla (1974) y regresa Karamanlis -volvemos
a la Constitución del 52- con legalización de partidos y elecciones, que
evidencian el auge del PASOK -socialista-
de Papandreu.
Grecia vuelve a la OTAN en 198o (se había ido -empujada- por
lo de Chipre) como paso previo para ser reconocido en la CEE (antes que España)… y Papandreu comienza a visitar los
tribunales salpicado por escándalos financieros hasta que debe dimitir (1988)
por el peso de las acusaciones y las evidencias. La alternativa, Karamanlis, no
mejor, con lo que en el 93 vuelve el PASOK.
La dualidad Papandreu-Karamanlis, con ellos o con otros
alter ego -o hijos-, ha dominado la política griega. Lo suyo ha sido hacer y
deshacer a su antojo hasta que en 2009 la UE avisa de que no la casan las
cuentas y, cueste o no, comienza la crisis de la Eurozona de 2010 y sale la
prima de riesgo y las inyecciones económicas y la puñetera austeridad.
Lo último de este folletín, seguro que -con sus más y sus
menos ideológicos-, cada uno lo tiene claro; muy claro.
Por eso me intriga que a algunos, puede que a muchos, les haya
gustado que el descorbatado y descapato ministro Varoufakis fuera de gallito por ahí -por media Europa- lanzando un no a la austeridad y encontrando
simpatía. Ha sido llegar a Alemania y caerse del guindo.
Hace seis años, en un chiringuito de Pefkos (Pefki, Creta),
el dueño griego, enamorado de Barcelona, se me jactaba de que su hija con 33
años ya estaba jubilada y que comer en la Universidad, a los universitarios (y
gente que no lo era, comprobé en Atenas) no les costaba dinero. Todo eso, lo
que yo ví (que habría más), ¿quién lo pagaba?
A Odón I, los teutones le llevaban las cuentas. Hay que
evitar la situación de 1893.
Sólo “Los pueblos que olvidan su historia están
condenados a repetirla” (Marco Tulio Cicerón)
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