La
verdad es que llega uno a casa, ahora, salpicado por el chirimiri que ha caído y, por la hora que es, ya no tiene ganas de
nada. Que mañana será otro día.
Pero
un amigo por la calle y un vecino en la escalera me preguntan por lo que mañana
miércoles verá la luz en el Directo
Benidorm Semanal y como la distribución es corta y no tiene edición digital
(¿a qué estarán esperando?) pues, de tripas corazón y helo aquí.
Un
día me lo pidió el barajudo Vidal, Juanjo. Juanjo es que es de la vieja guardia
y siempre nos hemos tolerado. Y desde hace un buen montón de tiempo, en la
página 3, junto al Editorial y a lo que cuenta José Luis Calvo, aparecen mis “Preposiciones”.
De ellas nunca he sabido si constituyen las palabras invariables que introducen
el sintagma preposicional (y le dan sentido) o una serie de posiciones previas
que yo adopto ante lo que se nos viene encima.
Cada
semana me monto algo. Y esta semana, como ha sobrevenido la rotura del pacto de
gobierno entre el PSPV y los liberales de Gema Amor, pues… ándale.
Benidorm, broken covenant |
Ante
lo que se nos avecina, recomiendo buscarse algún taller de risoterapia… Sólo son
23 líneas….
A RISOTERAPIA
Háganme caso. Apúntense al primer taller de risoterapia que
localicen. Lo van a necesitar. La risoterapia no es una terapia (¡jopé, qué risa!; bien empezamos), pero,
dicen, consigue sinergias positivas y va en la línea de la autosanación. Vamos,
el futuro.
A San Valentín no llegamos con Amor. Y no es que se nos
rompiera de tanto usarlo; no. La cosa fue por Santa Margarita… ¿de Escocia?,
¿de Hungría?, ¿de Antioquía?, ¿de Benidorm? ¡Qué lío!; ¡Decídanse! La de
Antioquía está en el selecto grupo de los santos auxiliadores y es mano de
santo (de santa, claro) en los partos. La de Benidorm sólo hay que invocarla
ante el parto de los montes y tal y como Horacio nos indica en su Epístola a
los Pisones.
Pues si la cosa iba bien y ha terminado como bien saben, y
hay por ahí quién se atreve a publicar sondeos de lo que puede pasar, no me
cabe otra consideración que -apelando a mi espíritu de ciudadanía-
recomendarles lo del taller de risoterapia. Por lo menos se reirán.
Puede que en nada y menos sólo nos quede la risa floja. La
risa floja es aquella que se produce por cualquier cosa -y no tiene por qué ser
graciosa; y ahí está el problema- y es imposible de reprimir. Y lo bueno de la
risa es que es una respuesta biológica natural y consecuencia de ser bípedos.
¡Qué maravilla!; todo fue erguirnos y comenzar a reír… por no llorar. La risa,
dicen, es la manifestación escandalosa de la silenciosa sonrisa. Uf.
Pero no me digan que esto no se veía venir. Vale que no
todos nuestros munícipes -y candidatos a serlo- duerman con el libro de Sun Zi
en la mesilla; vale. Vale que no sepan cómo aplicar lo del sueco Kjelen al
nivel del municipio y que no puedan sacarle partido (ni ellos ni casi nadie
antes de que se produzcan los acontecimientos) a la Geografía Electoral, pero
ante lo que se nos avecina, y esto sólo es el principio, ¡vayamos al taller de
risoterapia!
Yo prefiero la risa, hasta la carcajada, al silencio de los
corderos… que van al matadero. Por favor: ¡háganme reír! El espectáculo ha
comenzado, y el que ríe el último, ríe mejor.
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