15 dic 2013

DE CUANDO FUIMOS ALONITAS


Sí, por estos pagos -in illo tempore- fuimos alonitas, de ALLON / ALONE / ALONIS.

La Vila (Allon, que se lee Alón) era la única población que pudiera llamarse como tal por estas tierras cuando los íberos (que por aquí serían contestanos) y cuando llegaron los romanos. Tal vez por ello, La Vila atesorara: el santuario íbero de la Malladeta; la ciudad romana de Allon (una de las cuatro que hubo en la actual provincia de Alicante); las grandes termas romanas; la torre de Sant Josep, el mayor monumento funerario romano de Hispania; la villa monumental romana de Xauxelles (que fue de un Sempronio que fue alcalde de Roma) y otras villas señoriales; la bimilenaria olivera grossa; la gran balsa romana del Torres, una de las mayores de Hispania; la cantera romana de Cales i Atalayes; el pecio Bou-Ferrer, la mayor nave mercante romana en excavación en el Mediterráneo; las tres alquerías, el cementerio y el morabito de l’Almiserà (mezquita rural que albergaba la tumba de un santón islámico); sus murallas renacentistas; el casco antiguo, probablemente el mejor conservado de la Comunidad Valenciana; la iglesia fortaleza de la Asunción, del gótico catalán; las torres vigía del Aguiló y del Charco; otras cuatro torres de huerta; el Museo Valenciano del Chocolate de Chocolates Valor y las fábricas visitables Valor, Clavileño y Pérez; y otros numerosos monumentos y lugares de interés cultural y natural.

Antonio Espinosa, arqueólogo
Foto: Mario Ayús
Pues bien, para sacar adelante todo eso -y mantenerlo- La Vila cuenta con un arqueólogo de la talla de Antonio Espinosa. Lo invitamos a tomar café, a “Los cafés del Meliá”, y, de paso, someterlo a nuestro (afamado ya) “tercer grado” y… él nos transportó a los siglos siglo I, II y III… (incluso antes y después) y allí nos quedamos. No hubo “tercer grado”; nos dejó anonadados.

Villajoyosa, La Vila Joiosa (La Vila), “era el primer o último puerto de la Península Ibérica que encontraban los barcos fenicios, griegos y romanos que navegaban por la ruta de las Baleares, trayendo y llevando mercancías del Mediterráneo”. Eso explica la riqueza de su arqueología, porque aquí encontramos restos y detallitos de todas las culturas del Mediterráneo Oriental y, cómo no, de íberos y, especialmente, romanos. La Vila es Roma por estos lares. Tal es así que el emperador Vespasiano le concede a Allon el título de municipium hacia el año 74 dC.

Luego hablamos de que si Bernat de Sarriá funda la Vila Joiosa en 1300 (con Carta Pobla otorgada por el Rey Jaime II), en la frontera del Reino de Valencia; que si la Reina María (esposa de Alfonso V el Magnánimo) le concede el título de villa real en 1443; que si el Rey Alfonso XIII le conceder el de ciudad en 1911; que si en los siglos XIV y XV La Vila es el único puerto donde hacían escala las flotas de Flandes; que si en los siglos XVI a XVIII el Requerimiento de Villajoyosa controla todo el distrito de defensa anticorsaria de la Marina Baixa y alberga una de las tres unidades de caballería de costa del Reino (como si de una fuerza de intervención rápida para evitar desembarcos corsarios en toda la costa alicantina se tratara); de que en el s. XIX Villajoyosa alcanza la segunda matrícula naval de España, como puerto de la ciudad industrial de Alcoy, y que construye en sus atarazanas sus goletas y pailebotes -de hasta 800 Tm- que recorren todos los mares del mundo, convirtiéndola en una ciudad cosmopolita en la que nace la industria del chocolate, una de las señas de identidad de la ciudad, junto con la pesca o la industria redera… Uf. Mucha Vila, mucha. Y aquí al lado. Porque la pesca y las redes son otra historia.
Termas Romanas de Allon


Antonio es arqueólogo, no “cacharrólogo” ni fetichista; adora la Historia y va más allá, pretendiendo dar a conocer al máximo lo que La Vila y la comarca encierra. En la Universidad de Alicante enseña Metodología arqueológica y forma guías. Lo suyo es un no parar; está encima, y cada día lo pisa, de un territorio por explorar. Un día se dio un paseo por aquí (por Benidorm) y sacó a la luz la Villa Romana de Lliriets.

Para él todo esto -la comarca- es Allon, y todos somos alonitas.

Mosaico de la Villa romana de Xauxelles
Se define como arqueólogo “de combate” y buzo. Comenzó en arqueología submarina y ahora practica la política preventiva en el urbanismo vilero; es que Allon está bajo las casas. Y advierte, el casco tradicional de Benidorm entierra mucha verdad. 

Ahora está pendiente de devolver el esplendor a la Iglesia fortaleza de la Asunción, de avanzar en lo del Turismo de Experiencias, de iniciar por aquí la Arqueoastronomía, de poner en valor el Molino de la Llobeta (XVII), las cruces del término, el pantanet de l’Aigüeta… de sacar a la luz un campamento romano y otras villas localizadas, de los pecios de la IGM…

Allon -mantiene- era una ciudad que fue grande por el puerto y las atarazanas: se construían y reparaban barcos”. Pero desde el siglo III la piratería se adueñó de las costas… y Allon fue dejando de ser lo que fue y se marchó hacia el interior; pero todo está bajo tierra.

Vila Museu es su gran proyecto por culminar; está en ello. Y “Ojo de Baco” es su primera novela[1] sobre la época de Adriano. 

Ah, Antonio Espinosa es el padre del (joven) actor Pablo Espinosa.




PD. Anonadar: Dejar a una persona sin capacidad de reacción o respuesta ante una sorpresa o una maravilla


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