Sí, por estos pagos -in
illo tempore- fuimos alonitas,
de ALLON / ALONE / ALONIS.
La Vila (Allon, que se lee Alón) era la única población que pudiera llamarse como tal por
estas tierras cuando los íberos (que
por aquí serían contestanos) y
cuando llegaron los romanos. Tal vez por ello, La Vila atesorara: el santuario
íbero de la Malladeta; la ciudad romana de Allon (una de las
cuatro que hubo en la actual provincia de Alicante); las grandes termas romanas; la torre
de Sant Josep, el mayor monumento funerario romano de Hispania; la villa monumental romana de Xauxelles (que
fue de un Sempronio que fue alcalde de Roma) y otras villas señoriales; la
bimilenaria olivera grossa; la gran balsa romana del Torres, una de
las mayores de Hispania; la cantera
romana de Cales i Atalayes; el pecio
Bou-Ferrer, la mayor nave mercante romana en excavación en el Mediterráneo;
las tres alquerías, el cementerio y el morabito de l’Almiserà (mezquita rural que albergaba la tumba de
un santón islámico); sus murallas
renacentistas; el casco antiguo,
probablemente el mejor conservado de la Comunidad Valenciana; la iglesia fortaleza de la Asunción, del
gótico catalán; las torres vigía del
Aguiló y del Charco; otras cuatro torres
de huerta; el Museo Valenciano del
Chocolate de Chocolates Valor y las fábricas
visitables Valor, Clavileño y Pérez; y otros numerosos monumentos y lugares de interés
cultural y natural.
Antonio Espinosa, arqueólogo Foto: Mario Ayús |
Pues bien, para sacar adelante
todo eso -y mantenerlo- La Vila
cuenta con un arqueólogo de la talla de Antonio
Espinosa. Lo invitamos a tomar café, a “Los cafés del Meliá”, y,
de paso, someterlo a nuestro (afamado ya) “tercer grado” y… él nos transportó a
los siglos siglo I, II y III… (incluso antes y después) y allí nos quedamos. No
hubo “tercer grado”; nos dejó anonadados.
Villajoyosa, La
Vila Joiosa (La Vila), “era el primer o último puerto de la
Península Ibérica que encontraban los barcos fenicios, griegos y romanos que
navegaban por la ruta de las Baleares, trayendo y llevando mercancías del
Mediterráneo”. Eso explica la riqueza de su arqueología, porque aquí
encontramos restos y detallitos de todas las culturas del Mediterráneo Oriental
y, cómo no, de íberos y, especialmente, romanos. La Vila es Roma por estos lares. Tal es así que el emperador Vespasiano le concede a Allon el título
de municipium
hacia el año 74 dC.
Luego hablamos de que si Bernat de Sarriá funda la Vila Joiosa en 1300 (con Carta Pobla otorgada por el Rey Jaime II), en la frontera del Reino de Valencia; que si la Reina María (esposa de Alfonso V el
Magnánimo) le concede el título de villa
real en 1443; que si el Rey Alfonso
XIII le conceder el de ciudad en 1911; que si en los siglos XIV y XV La Vila
es el único puerto donde hacían escala las flotas
de Flandes; que si en los siglos XVI a XVIII el Requerimiento de Villajoyosa controla todo el distrito de defensa anticorsaria de la Marina Baixa
y alberga una de las tres unidades de caballería
de costa del Reino (como si de una fuerza de intervención rápida para
evitar desembarcos corsarios en toda la costa alicantina se tratara); de que en
el s. XIX Villajoyosa alcanza la segunda
matrícula naval de España, como puerto de la ciudad industrial de Alcoy, y que
construye en sus atarazanas sus goletas y pailebotes -de hasta 800 Tm- que
recorren todos los mares del mundo, convirtiéndola en una ciudad cosmopolita en
la que nace la industria del chocolate, una de las señas de identidad de la
ciudad, junto con la pesca o la industria redera… Uf. Mucha Vila, mucha. Y aquí
al lado. Porque la pesca y las redes son otra historia.
Termas Romanas de Allon |
Antonio es arqueólogo, no “cacharrólogo”
ni fetichista; adora la Historia y va más allá, pretendiendo
dar a conocer al máximo lo que La Vila
y la comarca encierra. En la Universidad de Alicante enseña Metodología arqueológica y forma guías. Lo suyo es un no parar; está
encima, y cada día lo pisa, de un territorio por explorar. Un día se dio un
paseo por aquí (por Benidorm) y sacó a la luz la Villa Romana de Lliriets.
Para él todo esto -la comarca- es Allon, y todos
somos alonitas.
Mosaico de la Villa romana de Xauxelles |
Se define como arqueólogo
“de combate” y buzo. Comenzó en arqueología submarina y ahora practica
la política preventiva en el urbanismo vilero; es que Allon está bajo las casas.
Y advierte, el casco tradicional de Benidorm entierra mucha verdad.
Ahora está pendiente de devolver
el esplendor a la Iglesia fortaleza de la Asunción, de avanzar en lo del Turismo de Experiencias, de iniciar por
aquí la Arqueoastronomía, de poner
en valor el Molino de la Llobeta (XVII), las cruces del término, el pantanet de
l’Aigüeta… de sacar a la luz un campamento romano y otras villas localizadas, de
los pecios de la IGM…
“Allon -mantiene- era
una ciudad que fue grande por el puerto y las atarazanas: se construían y
reparaban barcos”. Pero desde el siglo III la piratería se adueñó de
las costas… y Allon fue dejando de ser lo que fue y se marchó hacia el interior;
pero todo está bajo tierra.
Vila Museu es
su gran proyecto por culminar; está en ello. Y “Ojo de Baco” es su
primera novela[1]
sobre la época de Adriano.
Ah, Antonio Espinosa es el padre del (joven) actor Pablo Espinosa.
PD. Anonadar: Dejar a una persona sin capacidad de reacción o
respuesta ante una sorpresa o una maravilla
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