3 dic 2013

DE… NUESTRA LARGA TRADICIÓN REPUBLICANA


Pues nada, que intervengo el lunes en una tertulia radiofónica y me suelta una tertuliana, hablando de Cataluña y el federalismo (¿?), lo de la “larga tradición republicana de España”.

Di un respingo en la silla y saltaron chispas. Y llevo desde entonces sin dormir. “Larga tradición”, tiene co…..

Porque -Uds. disculpen, pero tengo a gala no ser de la LOGSE- que yo recuerde, desde el oso de Favila hasta aquí -insisto-, que yo recuerde, sólo tenemos la Primera y la Segunda República. La Primera, desde el 11 de febrero de 1873 al 29 de diciembre de 1874, con el añadido de iniciarse en República Federal (11.02.1873 – 03.01.1874) y terminar en República Unitaria (03.01.1874 – 29.12.1874). La Segunda, desde el 14 de abril de 1931 al 1º de abril de 1939, donde lo más destacado es la Constitución de 1931; y lo más triste la Guerra Civil.

Y he sacado a relucir lo del oso (año, dicen, 739) porque más de un amigo -que dícese republicano- se me arranca con que el oso aquél fue el primer republicano de Españaanimalico!; el oso).

Republicano: relativo a la forma republicana de Gobierno. República (Res Publica); lo público. República: el imperio de la Ley y la igualdad ante la Ley.

La República es el gobierno de la ley; la Democracia es el gobierno del pueblo. Ya lo dijo Aristóteles: “un montón de gente no es una república”. Y Aris dedicó 8 de sus libros a explicar esto de la república. Las bases: división de poderes (y su control recíproco), participación de los ciudadanos (ciudadanos instruidos, mantiene Aris, y no como nos muestra el Informe PISA) y representación de todas las clases sociales en la instituciones de gobierno.

Vaya, me estoy poniendo muy profundo.

Me vuelvo a Favila… y al oso.

Y del tal Favila (Fafila), hijo de Pelagio (Don Pelayo) lo que sabemos, por la Crónica Albendese, es que “Iste Favila levitate ductus, ab urso est interfectus”. Vamos, que el oso (urso) lo mató (est interfectus). Interfectus; muerto violentamente. Y dejo el “levítate ductus” porque no lo deja en buen lugar.

Parece que eso ocurrió por los aledaños de la aldea de Llueves, cerquita de Cangas de Onís, y en el lugar de los hechos (¿?) hay una cruz que lo indica.

Y tiene narices lo del lugar ¿exacto?

Lo que más me gusta del caso es que los hechos (que el oso le mordiera en la nuca a Favila; ¡qué detalle!) ocurrieron en el año 739 y la primera referencia es del año 881 -de oídas, digo yo- a través de la Crónica Albendense, realizada en el Monasterio de San Martín de Albelda, en Albelda de Iregua -en La Rioja-, y que el texto contiene, por primera vez en Occidente, la mención y representación de los números arábigos (1,2,3…), menos el cero [0]. Aunque, la verdad sea dicha, el 2, el 3, el 4 o el 5 se parecen a los actuales sólo en lo de la niña del ojo.


La siguiente referencia ya es de 1634. Se encuentra en “Historia de los Cinco obispos”, de fraile benedictino Prudencio de Sandoval, obispo que fue de Pamplona (y Cronista de Su Majestad), donde se cuenta que después de presentar batalla al moro el tal Favila tomó su azor (Accipiter gentilis) y se nos fue de cacería con su rodela (escudo reticular embrazado, que se usa sobre el antebrazo) y su espada (visigoda; de 90 a 100 cm de larga y unos 5 de ancho de hoja). Total que al darse de bruces con el oso soltó el pájaro (todo un detalle) y echó mano de la espada. El oso se lo “frungió”, claro.

En descargo del oso mantengo yo que no era un oso regicida; es que el otro era un inconsciente… aunque vaya Ud. a saber cómo ocurrieron los hechos. Sólo sabemos el final: el oso “abrazó” a Favila. Pero es que a nadie se le ocurre lo de irse a cazar osos de tal guisa: con sólo un azor, que es mortífero cuando se trata de ardillas, liebres, conejos, topillos, arrendajos, palomas, perdices, zorzales y mirlos, cuentan, pero en cuanto a osos…

En fin, pelillos a la mar.

No dudo que de exista un importante sentimiento republicano (y más, ahora), pero lo de la “larga tradición republicana” es para ir a miccionar y no echar ni gota.





No hay comentarios:

Publicar un comentario