Resumía yo la entradilla a una charla sobre cuestiones
económicas del XVIII, pues se hacen imprescindiblemente necesarias unas
pinceladas históricas, que en tiempos de Carlos
III, “cuando la Guerra de independencia de los Estados Unidos
(1776-1783) España continuó la
alianza que mantenía con Francia e intervino contra Inglaterra. Así, desde
la Declaración de Independencia (04.07.1776) los sublevados recibieron ayuda española,
de forma solapada. Pero ya en 1779 se rompieron las relaciones con Inglaterra: asediamos Gibraltar (sin éxito), pero
pudimos recuperar Menorca (y mantener la tradición de destilar ginebra). Entonces,
el bueno de Bernardo de Gálvez ocupó
todo lo que pudo al Oeste de Florida. Al final, Inglaterra, aislada y sin poder
someter a los rebeldes, tuvo que firmar la paz (Tratado de París; 1783). Se reconocía la independencia de las Trece Colonias como los Estados
Unidos de América y se otorgaba a la nueva nación todo el
territorio al norte de Florida (que era española), al sur del Canadá (que
se reservaba la Corona británica) y al este del río Mississippi (que era
francés y fue cedido sin más). El Paralelo
31º fijaba la frontera sur entre el Misisipi y el río Apalachicola. Los
británicos firmaron también el mismo día acuerdos por separado con España,
Francia y los Países Bajos, que ya habían sido negociados con
anterioridad. España mantenía los territorios recuperados de la isla de
Menorca y Florida (oriental y occidental). También recuperábamos las
costas de Nicaragua y Honduras (Costa de los Mosquitos).
Desde el Tratado de
París de 1763 (veinte años antes), la extensa Luisiana era española.
Así con la Florida por el Sur y la Luisiana por el
Oeste, era necesario fijar muy bien las fronteras con el nuevo país. En 1763 los
británicos habían movido la frontera (a 32º 28’ N); el paralelo 31º les quedaba
alejado de los puestos comerciales fortificados de los ríos Mississippi,
Alabama, Tombigbee y Chattahoochee. Obviamente, con los acuerdos de 1783,
España exigió la vuelta a las fronteras originales a los nuevos, aduciendo los
viejos derechos de conquista. Y, con un
par, prohibieron a los nuevos estadounidenses navegar por el Mississippi.
En junio de 1784 el
murciano José Moñino, conde
de Floridablanca, actuando como lo que hoy sería el ministro de Asuntos
Exteriores de la superpotencia que entonces éramos definió la frontera, un río
tras otro: desde el Apalachicola al Flint, al Hiawassee, al Tennessee, al Ohio
y al Mississippi. En nuestro territorio se quedaron los Cherokees, los Chickasaw
y los Choctaw y mucho antes que los
del Far West y John Wayne hiciera películas de indios y vaqueros ya nos las
tuvimos que ver con ellos.
Ya con Carlos IV, por el Tratado de San Lorenzo el Real
(1795) el espadón pacense Manuel Godoy
firmó, en nombre del rey, con Thomas Pinckney,
representante del presidente George
Washington -quien lo refrendó al año siguiente- (pues rápidas eran las
comunicaciones entonces) acordamos cuestiones de amistad, límites y
navegación. Aquí les dejamos ya navegar
por el Mississippi y llegar a New Orleans. Ah, y compromiso mutuo de reprimir las
hostilidades cometidas por los indios
contra la parte contraria, y de no establecer alianzas con los indios que
habitasen en la otra parte.
Unos añitos después; hacia 1810 aún éramos tela, ¿eh? |
Y allí fijamos la
frontera en el Paralelo 31 y, por
medio, los ríos Mississippi y Chattahoochee; y por el río Flint al Santa María
y al Atlántico. Y acordaron nombrar un comisario y un topógrafo, por cada
parte, para -conjuntamente- para marcar los límites territoriales. Por parte yankee acudieron el comandante Andrew Ellicott y el mayor Thomas Freeman; por parte española, el
gobernador de Luisiana, Barón de
Carondelet (un francés que había hecho carrera con la Corona española en
América) y el teniente coronel Gilberto Guillimard
(otro francés al servicio de España), que, como es tradición, bien pronto
delegaron.
Durante 4 años los
miembros de aquél equipo se patearon la frontera y la mojonaron observando y
cartografiando la posición de las estrellas, obviando el poder de refracción.
Los Estados Unidos celebraron el bicentenario de esta expedición entre 1996 y
el 2000; nosotros, obviamente, no. Ellos se volcaron con “El bicentenario de la línea de
demarcación entre el Territorio de Mississippi y West Florida española”.
Nosotros, ni un triste recuerdo. Está mal visto por la progresía recuerdos
imperiales; y por lo que no son progresía, también.
Gracias a que ellos lo
celebraron te enteras que pese a todos los permisos del mundo, la expedición se
encontró con el celo de los soldados españoles en la zona y se les detuvo en
febrero de 1797 en Nuevo Madrid
(Missouri); que el fuerte español de Chickasaw Bluffs (hoy, Menphis) era
uno de los grandes y se convertía en la puerta del Mississippi comercial; que
España mantenía galeras de patrulla por el río; que Cincinnati era un emporio español y que al Barón de Carondelet se
la traía al pairo el trabajo, porque le preocupaban más los indios; indios que
en junio de 1798 los llevan a mal traer. En noviembre de 1798 termina la
comisión el trabajo de campo y los planos se concluyen en febrero de 1799,
aunque hasta marzo de 1800 no están confirmados con la verificación
astronómica. Tras ello, la frontera queda fijada y el punto de origen queda
marcado con un mojón que hoy se conserva: la Piedra Ellicot.
La Piedra Ellicot está en el Paralelo 31, el Paralelo de San Esteban, en la
margen derecha del delta Mobile-Tensaw. En 1803 se designó este punto como el inicial
para la confección de cuadrículas base para el reparto de tierras (sistema de
la milla cuadrada) estatales y se tomó como referencia para marcar el límite
actual entre Alabama y Florida (a tantas millas de…). Por un lado, en la Piedra
Ellicot está grabado: US Lat 31 – 1799.
Por el otro: Dominio de Su Majestad Carlos
IV. Lat 31 – 1799; nosotros, siempre más.
La piedra Ellicot, con “nuestra” inscripción; la yankee, del otro lado |
Los yankees valoran la
piedra, por la historia que tiene: Monumentos histórico. Nosotros ni recordamos
lo que fuimos porque hay mucho lerdo tergiversando la Historia
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