24 ene 2016

DE QUE… NI BENIDORM SE QUEDA SIN TURISMO, NI SE QUEDA SIN PLAYAS. DEL CLIMATÓLOGO JORGE OLCINA EN “LOS CAFÉS DEL MELIÁ”


Pasó a tomar café con nosotros el catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina Cantos. Director del Laboratorio de Climatología, experto Riesgos Naturales, director de la Sede Alicante y no sé cuántas cosas más con sus pocos años aún. Llevábamos detrás de él ya un tiempecito y, al final, conseguimos un hueco en la agenda: clases, exámenes, conferencias, ponencias, artículos y atender a Medios de Comunicación. En alguna cadena de radio es “hombre del tiempo” con galones y entorchados y en “Los cafés del Meliá” íbamos a hablar de clima y de cambio climático… (y hago una excepción porque me cuesta escribir esa conjunción de palabras que sólo es una redundancia: el clima es dinámico y cambia).

Jorge, como otros ilustres, fue profesor mío; esa suerte que tuve y tengo. Y recuerdo a aquél joven que encandilaba a muchas y despertaba la admiración de todos. Tal vez por mi vinculación a los Medios (y por mi edad) entablamos un grado de comunicación epistolar y verbal superior a la media, que seguimos manteniendo para todas las cosas que Jorge y el resto de componentes del Instituto de Geografía de la UA siguen haciendo en Benidorm: agua para arriba, riesgos naturales y ordenación del territorio a cada paso, y clima para abajo donde comentamos todas las boutades, chorradas y simplezas que se atreven a comentar algunos, y señalamos el acierto en muy contadas ocasiones.

Y es que Jorge, a la luz de los conocimientos, los datos y las evidencias científicas, lamenta la mediatización del tema -del CC- y nos anima a olvidar la visión catastrofista que se empeñan muchos en lanzar. En primer lugar, es que no va a ocurrir de hoy para mañana y podemos sacar conclusiones y trabajar en las cosas que nos pueden ser útiles. ¿De la COP de París?; mejor no hablar.

El caso es, explicaba Jorge a unos tertulianos que fuimos copando el salón al compás del avance de las agujas del reloj, que al funcionamiento natural del planeta se ha unida la acción antrópica y, denuncia, se está desinformando a la sociedad. Pide desvincular el tema de la política de los políticos y de los grupos de presión de toda condición, incluso de los ecologistas, y tratarlo única y exclusivamente desde el punto de vista científico. Y, añado yo, para esto no hay nada mejor que la visión de conjunto que sobre el territorio ejerce el geógrafo. Yo también soy, y me siento, geógrafo. 

El principal problema es la comunicación, insistió el profesor Olcina: noticias exageradas y utilización ideológica del tema.

Atrincherado en las evidencias científicas, que ya son bastantes y en unos pocos años serán más y en todos los sentidos, huyendo de las paranoias, nos contó que para el Horizonte 2050 lo único cierto es la pérdida de rendimiento en algunos cultivos y planteó anticiparse a los acontecimientos. Puso como ejemplo las empresas Freixenet y Torres; ya han comprado tierras en el pre-pirineo leridano para seguir con sus vides y sus caldos.

Insistió Jorge en lo que muchas veces he planteado yo en este Blog (he sido su alumno; y lo sigo siendo), pero él con mucha mayor autoridad: la alteración en el BEP (Balance Energético Planetario) es la clave del asunto. Ya hay cinco informes del IPCC y habrá que empezar a tomarlo en serio, pero lo que se cuenta sobre la afección al turismo no pasa de ser un brindis al sol.

Reclamó prudencia porque aún estamos ante una hipótesis en fase de confirmación. Y es que, insiste, lo importante del CC no se cuenta: el ser humano puede adaptarse a cuestiones de temperatura y precipitación donde una atmósfera más cálida implica mayor inestabilidad -riesgos naturales a los que prestar atención- y pérdida del confort climático -ausencia de malestar térmico- por lo que nos anima a mejorar el diseño urbano y la funcionalidad de los edificios. La cuestión, considera, no es dramática, pero sí trascendental: algo tendremos que tener preparado. Y “el CC puede ser una oportunidad para nuevas posibilidades”. Así que, arquitectos y urbanistas de por aquí, gentes en general, echen mano de los diagramas de Baruch Givoni y de Víctor Olgyay, y atiendan los postulados del profesor Olcina.

Lo único constatado en nuestras latitudes es el aumento de noches tropicales. Una noche tropical es aquella en la que la mínima no baja de 20ºC… y el cuerpo no lo acepta y se resiste a conciliar el sueño y descansar. La temperatura diurna se mantiene en sus cotas habituales, pero por la noche “no refresca”.

Jorge propone, ante la posible merca de caudales hídricos o temporalidad de los mismos, trabajar en sistemas de acumulación de agua; volver a los tiempos del aljibe. También, diseñar protocolos sanitarios para olas de calor. Y varias otras medidas más que se hacen necesarias. Hasta ahora hemos puesto en marcha políticas de ahorro energético tendentes a la sostenibilidad; bien, pues ahora habremos de poner en marcha políticas de territorio -preparar el territorio- y educativas, fundamentales.

Bueno, hablamos de mucho más e incidimos en muchos otros aspectos relacionados con el turismo: que si el nivel del mar -cuya presunta subida apenas si vamos a notar en el Mediterráneo-, que si la posible ampliación de la “temporada” turística, que si tal y que si cual, Pero siempre abundando en la necesidad de adecuar el diseño urbano y la funcionalidad de las edificaciones que, de cara a la necesidad de revisar nuestro PGOU con vista en el horizonte 2050 se hacen necesarias.

Ni Benidorm se queda sin turismo, ni Benidorm se queda sin playas, pero nos dejó una agenda de la sostenibilidad: agua, eficiencia energética, limpieza y reducción de riesgos. En el caso del agua, alabó la acción del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, la gestión general y la labor de los hoteles; pero animó a realizar infraestructuras de cara al futuro.



Ah, y se animó a volver a tomar café con nosotros a la vuelta de un par de años para que comprobemos sus análisis. Le vamos a tomar la palabra. Hoy, por e-mail, me cuenta que se lo pasó muy bien con nosotros; y nosotros, mejor que él. Gracias Jorge.





PD.- No asistió Mario Ayús (un beso Mari; recupérate). Así que actué de guardia de la porra y afotador ofisiá, por lo que la calidad del material gráfico es más que lamentable: deplorable. Disculpen.





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