Allá por el verano de
2011 le dediqué varios post al profesor Lokovich,
a su viaje al Ararat en busca -digo- del arca perdida, y a su “Super Convertible”. El profesor Lokovich, mi cuñao, se ha vuelto a echar a la carretera. No es una novedad; lo
hace año tras año, aunque yo no lo cuente. Su meta siempre está en el 5º c___; llega y se vuelve -al
cabo de “x” tiempo- preparando en el viaje de vuelta ya la tourné del año siguiente. Cada año, una aventura nueva; y como no me
ve lleva, cual Ristecello de Pisa amanuense -para escribirle sus memorias-,
pues paso, muy mucho, de esta nueva singladura de este Marco Polo de la vega
del Torío. Pero le dejo este Post.
Y sale a relucir el profesor
Lokovich por la diatriba entre si mi cuñao es un viajero o es un turista.
Vamos, lo del sexo de los ángeles aplicado al campo del turismo, materia esta
en la que yo recuerdo a sesudos expertos, algunos compañeros (de la materia, no
de la sección “expertos”), señalar que viajero
y turista son dos aspectos
totalmente diferentes; lo único que les une es el viaje.
Vamos, pues, de
filosofía barata este post; vamos, de que cuando el diablo no tiene nada que
hacer, mata moscas con el rabo… que viene a decir que sigue haciendo maldades o
que pasa se dedica a la holganza y la molicie.
Por partes (y el que parte
y reparte se lleva la mejor parte): definiciones de viajero y turista hay
para todos los gustos y todos los colores (de la Guía Pantone; que son un
montón). Hay más de un tratado al respecto, y yo no pienso unir el mío.
Nos contaron, en su
día, que el turista es la “persona que se traslada fuera de su lugar de
residencia habitual más de 24 horas, pernoctando en el lugar al que ha ido”.
En eso abunda la OMT: “un visitante se
clasifica como turista si su viaje
incluye una pernoctación”. En su glosario básico[1] la
OMT no tiene entrada específica para “viajero”,
pero se cura en salud: el viaje “es la actividad que desarrollan los viajeros”
y añade que “viajero es toda persona que se desplaza entre dos lugares por cualquier
motivo y duración del desplazamiento”. Colijo que la clave está en lo
de dormir en el sitio, pero no dice en qué tipo de sitio. Pero ni falta que
hace.
Total, resumiendo, que
mi cuñao es un turista porque duerme por allí…. a más de 2000 kilómetros de
Pardavé con cita en el puerto de Durres para embarcar el “Super Convertible” (que se transforma en casi cualquier cosa que se
mueva).
Pero es que me
contaron en cursos, masters y zarandajas a los que he asistido (y pienso seguir
haciéndolo) que “el viajero hace camino y el turista sigue el de otros” y mi cuñao es de los que hacen camino;
algunos de los que hace no están en los mapas. Entonces, resumo, sólo por eso,
¿mi cuñao es un viajero? ¡Pues sí! Y además,
tengo anotado que, “al viajero lo mueve la curiosidad y al turista le motiva el ocio”.
Entonces, sin lugar a dudas, mi cuñao
es un viajero. ¡Curioso!
Tengo una cita
(Seminario de Turismo en el Sidi Saler, 1998) que dice (pero no de quién): “El
viajero organiza su vida en torno a los viajes y el turista organiza los viajes
en torno a su vida”. Definitivamente mi cuñao es un viajero. Y
tengo más anotado: “el viajero saborea la realidad del lugar y el turista sólo la usa”.
Viajero; es un viajero.
De un seminario en
Pontevedra (2002) tengo escrito: “El viajero disfruta del momento y si le
sobra tiempo, hace fotos; el turista hace fotos y si le sobra tiempo, disfruta
del lugar”. Las fotos de mi cuñao dejan mucho que desear, pero
alguna hemos conseguimos que haga (y nos la envíe); más que nada como fe de
vida. De otro contubernio, en Cádiz (2010), tengo: “El viajero disfruta el camino
para llegar al destino; el turista sólo ansía llegar para ponerse a disfrutar”.
Mi cuñao es viajero; definitivo.
Cualquier cosa le atrae; no lleva prisas. Claro, aquí me viene esta anotación
(Sevilla, 2002): “El viajero crea su diversión; el turista la compra”. Es de una
mesa redonda y no tengo claro a quien adjudicársela.
De ese panel también
tengo anotado que “la categoría de viajero no existe; en los documentos sólo está la de
turista” (cosas de viasados). Y esta otra: “¿Se puede ser viajero en el siglo
XXI; sólo te dejan ser turista”. Hombre, aquí cabe la frase que le
adjudican a Charles H Duell: “You
were born too late; you will never explore earth. You were also born to early; you will never explore
the stars” (vamos, tarde
para explorar la tierra y muy pronto para las estrellas). Este personaje del XIX, a caballo del XX, también
dijo “Todo lo que puede ser inventado
está ya inventado”… y miren por dónde vamos. No me vale Duell para esto.
Le achacan a Gilbert K
Chesterton, el “príncipe de las paradojas” una cita: “El viajero ve lo que ve y el
turista lo que ha venido a ver”. La paradoja es lo contrario a la
opinión común; ¿entonces? … ¿qué nos
quiere decir Chesterton? Lo pongo porque siempre se queda como muy erudito
citando a Chesterton, que es muy sonoro.
Paul Bowles, al que muchos consideran un viajero (y no es fácil que te lo consideren
así; autor de “Memorias de un nómada”
y algunos otros más) escribía que “viajero es el que no tiene fecha de regreso”
y eso es lo único que le falla a mi cuñao:
regresa (dicho con la mejor buena voluntad) Bueno, regresa y no por su voluntad;
que él vuelve porque se casa una sobrina o cosas por el estilo, que si no…
Bowles simplificaba la
cosa: “el que sale de casa por necesidad es turista y el que sale sin
necesidad es viajero”. Definitivo Isaac, eres un viajero.
Esto… Isaac… ahora hay
wifi-free en medio mundo civilizado; y en esa que estás por Europa…. Chico, da
un toque de vez en cuando. Es por cambiar la chincheta en el mapa para saber a
qué país hay que llamar para que te busquen.
PD. No estoy bautizado
“en la pila de los bordes”; pero como si lo estuviera.
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