Esto, que los refranes no son solo cosa de la vieja piel de
toro. Y los meteorológicos, menos.
Volviendo a lo de ayer. En la Biblia se puede leer (Mateo,
16, 2 y 3; según la traducción y tradición): “Va a hacer buen tiempo, porque el cielo tiene un rojo de fuego” y “Hoy habrá tormenta porque el cielo tiene un
rojo sombrío”. Saber popular que está en muchas lenguas.
En el Reino Unido aún se dice: Red sky at night, _________ delight; red sky in the morning, _________
take warning, que sigue siendo un refrán. Ah, en la línea me colocan un “sailor’s/sailor”
(marinero), un “shepherd’s/shepher” (pastor), “Traveler’s/traveler” (viajero), “farmer’s/farmer”
(campesino)… porque sirve para todos.
Por aquí decimos: “Cielo
rojo al amanecer, es que ha de llover”/“Luz
de la mañana rojiza, que lloverá profetiza”/“Cielo rojo en la alborada: el tiempo se enfada”/“Cielo rojo al amanecer, es que el mar se ha
de mover”… o, por el contrario: “Cielo
rojo vespertino, la esperanza del marino”… y algunos más
Y esto tiene su aquél: vemos un cielo rojo al anochecer
porque las altas presiones concentran partículas de polvo; y altas presiones
son sinónimo de buen tiempo. Por el contrario, un cielo rojo al amanecer ya no
es cosa de polvo sino de que las altas presiones se alejan y que tras ellas
llegan las bajas y las nubes de tormenta. Ah, una cosilla más (sin importancia,
naturalmente): esto no sirve en las ciudades porque la contaminación
(partículas en suspensión) distorsiona “la previsión” ancestral.
Benjamin Franklin (el inventor, el político, el casi todo),
como ayer nuestro Jerónimo de Chaves, también publicó su predicciones,
basándose en los refranes. Su Poor Richard’s Almanaq tiraba
ediciones de 10.000 ejemplares entre 1732 y 1758. Su estela fue seguida por
varios Farmer’s Almanaq en el Nuevo y Viejo Mundo recogiendo refranes,
citas y proverbios meteorológicos.
Pero me llama la atención un refrán casi Universal. Vale que
por aquí decimos que “cuando llueve y
hace sol, sale el arco del Señor”… pero también que “cuando llueve y hace frío, sale el arco del judío”. Nada, gentileza
del yo soy español, español, español.
Pero aquí también decimos que “cuando llueve y hace sol, hace la mujer requesón” o que “cuando llueve y hace sol, bailan el perro y
el pastor”; en Galicia dicen que “cuando llueve y hace sol, salen las meigas
por Ferrol”, incluso “o demonio por Ferrol”.
Pero para el resto del mundo, “cuando llueve y hace sol…” pasan muchas cosas: por la vieja piel de
toro se dice que “el diablo casa a su
hija”; en Japón dicen que “se aparean
lo zorros” (su rima tendrá; y su motivo); en Polonia, que “las brujas hacen la colada”; en
Finlandia, que “los gitanos lavan a sus
hijos”; en Bulgaria, me cuenta que, “el
diablo se casa” (cinco siglos bajo poder otomano trae estas cosas, como
siete siglos de agarenos); en Dinamarca, que “los sastres van al infierno” (¿desterrados o a tomarle las medidas a
alguno?); en todo el Este de Asia, que “se
pelean marido y mujer” (¿sólo entonces); en el Reino Unido dicen que “el diablo riñe con su abuela”, pero en
Alemania, muy racionales ellos, “cuando
llueve y hace sol, se acerca el buen tiempo”, que su rima tendrá en alemán.
Me gusta un refrán inglés que dice Some are weather-wise, and some are otherwise que podríamos
traducir por “Algunos saben del tiempo y
otros saben de otras cosas”; ¿pero de qué otras?
Estos refranes están basado en el empirismo y en verdades
meteorológicas básicas así como en la confianza popular de que pueden o no
cumplirse. Por aquí se dice: “Al que
desee mentir, le basta con predecir”. ¡Oído, cocina!
Y en la pérfida Abión también dicen que “All signs fail in dry weather” que vengo
en traducir con un que “Todos los signos
fallan con tiempo seco” que es una verdad del mismísimo Pero Grullo. Los
teutones no les andan a la zaga “Wenn der
Hahn krat auf dem Míst, dndert sich das Weiter oder bleibt wie's ist” que
me dicen que es que una cosa así como que “Cuando
el gallo canta en el estercolero, el tiempo cambia o se queda como está”…
porque, me dicen, los gallos alemanes van poco al estercolero. Voy a tener que
dejar de hablar con los vecinos de barra de bar.
Para rematar, un colega galés me dijo un buen día, ante un
glencairn de un excelente Dylan de Penderyn -en una jornada sobre eso que
llaman cambio climático-, que por Cardiff el populacho decía, a mediados del
XVIII, que “Change of weather is a
discourse of fools”: “cambios del
tiempo, conversación de locos”. Y nos decía más (la tarde se alargó,
mientras duró la botella): un prelado de la iglesia Anglicana del XVII trasladaba
a sus fieles en un sermón una vieja reflexión vikinga (¡vaya Ud. a saber!): “Everybody talks about the weather, but
nobody does anything about it” (tengo escrito en la libreta) que vendría a
ser un “Todos hablan del tiempo, pero nadie
sabe qué hacer con él”… respecto a que pasa por impredecible. Por eso
recomendaba el clérigo hacer caso al más viejo de los refranes ingleses: “Take the weather as it comes” (“toma el
tiempo como viene”)
Total que hoy, amaneció sin sol; luego, salió; ahora vuelve
a estar nublado; el sol lucha por salir…. “Norte
claro, sur oscuro: aguacero seguro”. Voy a salir a la calle a ver si es
verdad.
PD. Una reflexión refranera meteorológica final: “A la mujer y al viento, con mucho tiento”.
No sé si está en otros idiomas, pero… lo dicho.
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