Esta entrega la comenzamos en el Cuartel Reina Mercedes,
en Santiago de Cuba, que terminó cambiando el nombre y evocando al hijo de una
mambí[1]
que llegó a general del Ejército Libertador, Guillermo Guillermón
Moncada. Moncada era un negro grandote (Guillermón) que se ganó a
pulso sus galones. Sufrió prisión en el cuartel que más tarde llevó su nombre
-y en Puerto Rico y Baleares también- muriendo, de tuberculosis, al inicio de
las campañas de 1895, en Santiago de Cuba. El “paseo” por las cárceles
peninsulares era práctica habitual en las décadas finales del XIX para los
independentistas cubanos.
El cuartel al que me refiero fue el objetivo de la primera
acción ‘militar’ de un grupo de jóvenes rebeldes que en el año del centenario
del nacimiento de José Martí[2]
se autoproclaman como la "Generación del Centenario" y
deciden emprender acciones de guerrilla para derribar a Batista: desarmar al
enemigo y armar al pueblo. Y para eso no vieron mejores objetivos que el Cuartel
Moncada, en Santiago de Cuba, y el Cuartel Carlos Manuel de Céspedes,
en Bayamo[3].
El caso es que decidieron llevar a cabo el operativo un 26 de julio (de 1953),
que después del triunfo de “los barbudos”[4]
será considerado como el Día de la Rebeldía Nacional.
¿Por qué lo hicieron? Bueno, pues, la historiografía viene a
contarnos que en aquella Cuba de principios de los Cincuenta, mientras en las
ciudades había un nivel de sin sabores por la cuestión del desempleo -a pesar de
las rígidas leyes laborales que favorecían al trabajador nativo y las secuelas
desde las crisis de los años 30-, este era el protagonista en un medio rural
desasistido donde el analfabetismo, la desnutrición y la muerte por
enfermedades tratables era lo habitual. Y si a esto le añadimos el ya manido nivel
de corrupción que propiciaron todos los gobernantes, en menor o mayor medida,
desde comienzos de siglo, el cóctel estaba servido. Porque la efervescencia
social bullía en aquel caldo de cultivo que mantenía ciertas élites que
tonteaban con todo. Y ese tonteo había creado una oligarquía rutilante afín al
que gobernaba, como fuere, mientras la desafección de la clase media hacia
abajo crecía y crecía en un clima político que unía a los opositores a Batista,
que cada día eran más -y en el medio rural encontraba adeptos y más adeptos-
por la situación en que se encontraba. Los más activos, como siempre, eran los
estudiantes universitarios. Vivíamos la transición años cuarenta a cincuenta.
Lo que estaba pasando en Cuba en aquel tiempo se escapaba de
entre las manos hasta a los mismísimos Estados Unidos protectores que comenzaron
a restringir su colaboración en la etapa de mayor violencia dictatorial, previa
a los sucesos que arrancan este post y que están ya muy tratados por todos
lados y medios,
Aquí ya meto a un Fidel Castro que con 19 años llega a
la Escuela de Derecho de la Universidad de La Habana (1942) y comienza a
militar en la Federación de Estudiantes Universitarios -le iba el tema- y se
acerca al Partido Socialista Popular a través de la organización Juventud
Socialista. No se afilió, pero fue muy activo liderando iniciativas[5].
Su mucha actividad extrauniversitaria le llevó a tener que matricularse por
libre (iba poco por clase) en el curso de 1948… y aprovechó su tiempo porque “el
13 de octubre de 1950 recibió los títulos de Doctor en Derecho y de licenciado
en Derecho Diplomático y en Derecho Administrativo, pero permaneció en la
universidad hasta aprobar tres asignaturas que le restaban para obtener el de
Doctor en Ciencias Sociales[6]”.
Castro sacó provecho de su paso universitario. Era hijo de Ángel
Castro, un gallego de Láncara que llegó a Cuba en 1892 como soldado -de los
que no podían eludir la recluta por falta de recursos; conscripto,
que llaman por aquellas latitudes- y se vio envuelto en la Guerra de la
Independencia cubana y en la Guerra Hispano Estadounidense. Tras el desastre
del 98, regresó derrotado a Láncara, a reencontrarse con la miseria. Aguantó
poco, porque en diciembre de 1899 volvió a la isla a buscar fortuna. Hay quien
dice -en esto de Castro hay desde biografía edulcorada a demoledora, pasando
incluso por hagiografía y hasta por furibundos desprecios- que Ángel Castro, con
buena paga de licencia de soldado (lo que no es conocer nada de aquella España)
se fue para Cuba. Aquel Ángel Castro sería uno de los 129.240 españoles que
censaron las autoridades militares norteamericanas para el control de la isla
desde que tomaron posesión de ella. De un total de 1.572.797 habitantes, el 8%
eran españoles… Y los que llegarían tras él.
El caso es que, echándole ganas, astucia y muchas manos de
tahúr, este Castro se movió entre las minas[7]
y las plantaciones de caña de azúcar, donde llegó a ser contratista de la United
Fruit Company, abriéndose luego a otros negocios (hasta criador de gallos de
pelea jerezanos; lo que nos lleva también a las apuestas). En la segunda década
del siglo XX ya era propietario en Birán de una hacienda y las cosas le iban
bien; tiraba de mano de obra española que a la isla llegaba en abundancia. Un
estudio de Salazar-Carillo cuantifica en más de 700.000 los españoles llegados
a Cuba entre 1903 y 1933… que se refleja en la profusión de “centros” de todas
las regiones españolas en aquellas tierras (Centro Gallego, Centro Asturiano,
Centro Canario, etc.)
Total: que la granja de Ángel Castro creció y esté subió de estatus
económico, generando opiniones de todo tipo sobre su conducta y cómo había
llegado tan alto. Y como hay admiradores y detractores del personaje, lo dejamos
aquí que temo enfangarme.
El joven Castro, aún no doctorado y por ende a aún
universitario, tuvo tiempo en su estancia habanera de participar en la
frustrada invasión de Cayo Confites (1947) contra el dictador dominicano Rafael
Leónidas Trujillo. Fidel era el presidente del Comité pro Democracia Dominicana
y parece que sus padres -Ángel y Lina- intentaron disuadirle de esta aventura
que, atención, estaba apadrinada por el gobierno democrático cubano de Grau
Sanmartín y el mismísimo ministro de Educación, José Manuel Alemán, animó a
Castro a meterse en ella (y se lo quitaban de Cuba un rato). Al final el
gobierno cubano se desentendió del tema y capturó a muchos de los
expedicionarios. Castro se las ingenió para llegar a Birán eludiendo a los militares.
En abril de 1948 viajó a Colombia para asistir a un congreso de estudiantes
universitarios -paralelo a la IX Conferencia Panamericana que se celebraba en
Bogotá- como delegado de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) para
protestar contra el imperialismo yanqui y pedir la salida de los
norteamericanos de Panamá y Puerto Rico. Y allí vivió el estallido de los
disturbios conocidos como El Bogotazo[8]
tras el asesinato del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán. De allí
aprendió que la organización y la planificación son esenciales.
Y volvió a clavar los codos para superar los exámenes de la universidad
y en 1949 regresa a las aulas para terminar y en noviembre se colegia para
ejercer la abogacía.
Cuando el golpe de Estado de Batista (1952) lo denunciará y
será muy beligerante en la prensa y en la actividad contra el régimen que
acrecentará a lo largo de 1953 y así hasta las 4’45 de la madrugada del domingo
de Carnaval (que son en julio, oiga) en Santiago de Cuba en que sale con un
grupo para asaltar el Cuartel Moncada, el Hospital Civil “Saturnino Lora” y el
Palacio de Justicia. La Hora D (de desastre) era las 5’15 y a esa hora comenzó el asalto de
los cuarteles de Santiago y Bayamo. Un fracaso en ambos asaltos (que si son
descubiertos por una guardia inesperada, que si por hacer ruido en el otro
cuartel); tienen que huir en desbandada y Fidel es detenido el uno de agosto y
juzgado el 21 de septiembre. La misma intimidación que sufrió él (y sufrieron
los suyos) entonces es la que se está aplicando (por los suyos) ahora, casi
setenta años después. Esto no ha cambiado en Cuba: una dictadura que atemoriza.
Bueno, alguna diferencia hay entre lo de ahora y lo de entonces.
Fidel, desde la cárcel, enviaba cartas y textos que publicaba la prensa cubana
y el 15 de mayo de 1955 fue excarcelado, hay quien dice que la presión popular,
tras 22 meses de prisión; pero fue la presión internacional y varias intentonas
insurreccionales. A Castro se le permite ofrecer una rueda de prensa en el
Hotel Isla de Pinos… justo lo que ahora no dejan hacer. Y Castro, en barco,
abandona la Isla de Pinos -y su presidio- el 15 de mayo de 1955. Llega a La
Habana en tren y más medios y hasta entrevistas de radio. Y así, hasta el 7 de
julio en que viaja a México, donde ya estaba su hermano Raúl y donde conoció a
Ernesto Che Guevara, planeando la expedición del yate Granma.
Sí, aun bajo el injustificable régimen de Batista, Fidel
Castro fue indultado (15.05.1955), rompió oficialmente con el Partido Ortodoxo
y fundó el Movimiento 26 de Julio, la fecha del asalto al Moncada. El M26J
tenía una ideología nacionalista, antiimperialista yanqui, demócrata en apariencia
y atendía a las ideas de José Martí; fue la organización más destacada en la
lucha contra Batista desde Sierra Maestra.
El 2 de diciembre de 1956 en la costa sur de Oriente llegaron
los 82 guerrilleros que debían provocar la insurrección en la isla; llegaron
con dos días de retraso y las tropas de Batista les esperaban. Pero
desembarcaron y huyeron a Sierra Maestra para iniciar 25 meses de guerra de
guerrillas; algo que no estaba en los planes. A finales de diciembre de 1958
cayó la primera ciudad en manos rebeldes, Santa Clara, y Batista huyó tras
hacer los preparativos de la marcha en la Nochevieja de ese año.
Después de proclamar el triunfo de la revolución el 1 de enero
de 1959 desde Santiago, Fidel Castro, barbudo, entraba triunfante en La Habana
una semana después.
Como contó en su día Carmen Muñoz desde las páginas de ABC (25/11/2017),
Castro despertó en Cuba grandes esperanzas de acabar con la tiranía de Batista
y dejar atrás décadas de corrupción, violencia política y desigualdad
económica.
Enseguida, los tribunales revolucionarios comenzaron a juzgar
sin garantías a militares y colaboradores de la dictadura de Batista. Decenas
de cubanos fueron condenados a muerte y ejecutados. Castro sabía de la
importancia de la represión y el miedo para mantenerse en el poder. Así surgió
poco después la temida policía política y los efectivos Comités de Defensa de
la Revolución (CDR) para denunciar desde el mismo barrio a los “enemigos” de la
revolución. Una de las razones de la longevidad del régimen.
En el otoño de 1959 la Administración Eisenhower empezó a
tomar las primeras medidas contra el incipiente gobierno totalitario que
desarrolló un proceso de expropiaciones, nacionalizaciones y confiscación de
bienes que afectaron a la clase alta cubana y a algunas empresas norteamericanas,
principalmente. En febrero de 1960 Cuba firmó un acuerdo con la URSS ; les iban
a adquirir anualmente un millón de toneladas de azúcar en un quinquenio (1960–65)
y les abrían un crédito de 100 millones de dólares en equipamiento para Cuba. Al
saberlo, Estados Unidos se negó entonces a refinar en la isla el petróleo
proveniente de la URSS y anuló la cuota azucarera que Cuba poseía en su mercado.
Cuba reaccionó nacionalizando las propiedades estadounidenses en la isla. Se
rompieron las relaciones políticas y económicas entre ambos países.
El 16 de abril de 1961 Castro anunció que la revolución era
socialista y el primero de diciembre abrazaba el marxismo-leninismo y se lanzaba
irremediablemente en los brazos de la URSS; dicen que más por oportunismo que
por convicción… pero a las pruebas me remito.
[1] Guerrillera independentista
negra
[2] José Martí. La Habana
(Cuba), 28.I.1853 – Dos Ríos (Cuba), 19.V.1895. Hijo de valenciano, escritor,
periodista, pensador y líder político, héroe nacional de Cuba. https://dbe.rah.es/biografias/13497/jose-marti
[3] Unos dicen que para evitar
que enviaran refuerzo al primero -142 kilómetros separan ambas poblaciones- y
otros dicen que como maniobra de distracción; otros que para abrir un segundo
frente.
[4] Carlos Franqui, director de
Revolución, el periódico clandestino de la guerrilla, y de la emisora Radio
Rebelde los llamó así – “los barbudos”- y así se quedaron para la historia los
barbudos de Sierra Maestra. Fidel Castro le dijo a un periodista de la CBS en
enero de 1959: “Mi barba significa muchas cosas para mi país. Cuando hayamos
cumplido nuestra promesa de un buen gobierno, me afeitaré la barba”. Y
murió con ella.
[5] Fundó los comités 27 de
Noviembre y 30 de Septiembre, conmemorando dos hechos significativos de las
reivindicaciones universitarias a favor de la independencia cubana como el
fusilamiento de estudiantes de Medicina en la etapa colonial española, en 1871,
por profanar una tumba y el asesinato de un estudiantes en una manifestación
estudiantil contra el gobierno del general Gerardo Machado, en 1930. Otra
actividad fue como trasladar (noviembre de 1947) la campana del ingenio La Demajagua
-que fuera de Carlos Manuel de Céspedes, cuyo repique se adelantó y llamó a los
cubanos el 10 de octubre de 1868 a su primera guerra por la independencia-, desde
Manzanillo a la Universidad de La Habana. Y trajo lío, pues pistoleros batistas
la secuestraron y… una larga historia.
[6] Universidad de
La Habana: La fragua donde se forjó el líder | Fidel soldado de las ideas
(fidelcastro.cu)
[7] La minería cubana fue
fundamental para España hasta 1898, produciendo cobre (que exportábamos muy
bien). Ahora bien, sólo un mes después de haberse producido el “Grito de Yara”,
se había bloqueado Puerto Príncipe/Camagüey, cortado el ferrocarril de
Nuevitas, cercado Santiago de Cuba y su bahía, y destruido el Ferrocarril del
Cobre, además de producir innumerables daños y quemas en pequeños poblados.
Desde 1878 los geólogos norteamericanos habían puesto sus ojos en la isla en
busca de recursos: hierro, manganeso, guano y asfalto. Jaraguá Iron Company
comenzó en 1883 a extraer hierro, seguida de Sigua Iron Company,
Spanish-America Iron Co., Ponupa Manganese Co., etc., que trabajaron el
subsuelo con intensidad desde 1902; incluso oro en la provincia de Santa Clara,
en el término municipal de Guaracabuyá.
[8] Etapa de disturbios
ocurridos en la capital de Colombia, Bogotá, a consecuencia del asesinato del
líder del Partido Liberal, Jorge Eliécer el 9 de abril de 1948. Gaitán Ayala
era el candidato presidencial oficial para las presidenciales de 1950. Se
apunta a que su asesinato fue producto de una conspiración internacional para
evitar la llegada del socialismo al poder en Colombia.
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