Editorial
Club Universitario (ECU) dice de él
en su Ficha del Autor: Xavier Moreno
Lara. "Licenciado en Filosofía y Letras y en
Ciencias de la Información, inició su carrera profesional en 1970 como lector
de Ediciones Mensajero, Bilbao, donde aparecieron sus primeros ensayos, libros
de contenido sociológico y cultural como Nueva visión de la sexualidad (1971), Brújula (1972), Triunfar en la 3ª Edad (1980), El cine, géneros y estilos(1979), aunque lo más destacado de su obra se ha situado en
el campo del orientalismo y de las técnicas de autorrealización: El camino del Yoga y El Yoga clásico (Mensajero, 1971 y 1978), Zen, la conquista de la realidad (Barral,
1977), Las religiones orientales (Mensajero
1980) y Valórate por la felicidad que alcances (Desclée
1999). Como profesional de la Comunicación ha sido Director Creativo en
Agencias de Publicidad de Bilbao y Alicante y ha dirigido revistas como Elites
de los negocios, Flash Costa Blanca y Top Benidorm. Desde 1980
ha compaginado sus actividades como publicista con la enseñanza directa de
técnicas de autorrealización, técnicas anti-estrés o Comunicación Creativa ante
públicos muy diferentes, desde sus lecciones regulares en la Escuela de Yoga
Clásico de Benidorm a cursos en Instituciones como el Colegio de Licenciados y
Doctores en Filosofía y Letras de Bilbao y el Departamento de Ocio de la
Universidad de Deusto”.
Pues
así es, desde la óptica oficial, nuestro compañero de tertulias de Los
Cafés del Meliá.
Conocí
a Xavier Moreno Lara por el 87; y me
cayó bien. Eso sí, su rama orientalista me lo echó todo a perder al poco. Yo es
que soy así: nada fino, más bien bronco, nada metafísico y mucho menos
existencial; vamos, que al indiferente, la legislación vigente. Eso sí, en
común tenemos el haber ganado el Premio Europa
Universitas; cada uno en su año y con temas diametralmente opuestos.
En
fin, que al poco, un día de aquellos del inicio de los noventa, Javier desapareció. Y no ha mucho resurgió por aquí, como el
Guadiana lo hace en su terruño. Bienvenido, de nuevo.
En
cuanto a su obra, genial. En lo demás, ni
fú, ni fa. Estamos a años-luz, pero hay que reconocerle su mérito, manera,
trayectoria, proyección y culturón.
Tal
vez por eso, invitado a la tertulia como ponente, se arrancó con un relato sufí; del misticismo del Islam. Y no me
fui de casualidad. Nunca he tenido yo el cuerpo para moralinas
existencialistas.
Pero
me quedé: respeto a la tertulia y a los tertulianos. Y el invitado, además, es
habitual tertuliano. Es que esa mañana ya me había ido de un acto donde una
serie de personas que no conocían de nada Benidorm se atrevían a proponer ideas
a realizar en Benidorm. Y claro, evidenciaban esa rémora.
Volviendo
a Javier, contarles que lo habíamos
invitado a la tertulia porque acaba de publicar un libro que, aunque ha
aparecido el primero será el segundo de una trilogía, lleva por título “Benidorm
1950-1975. 72 relatos autobiográficos”; 20 € muy bien aprovechados,
porque además de conocer gente de aquí, casi los pioneros (y algunas fotos de
aquellos años), te encuentras con que Javier -yo es que siempre le llamé Javier
y me merendé con Xavier- tiene mucho oficio y sabe escribir: lo banal lo eleva
a rango enciclopédico.
Javier
destiló sabiduría y nos recolocó sus frases de cada tarde; que no por mucho oírlas
pierden sentido y razón: “Aprendí aquí lo que es el turismo” y
“Se
hace mucha propagando, pero falta publicidad”. Nos dejó un apunte del
amigo José Miguel Iribas que dice
mucho de Benidorm: “Aquí,
de entrada, nadie te va a dar nada. Pero te van a escuchar”, y otro
suyo: “Siempre te quita de en medio gente mediocre”. Bueno, nos dejó
cientos, pero uno en especial: “Las ciudades, como los hombres, tienen alma,
y debe preguntarse Benidorm: ¿quién soy yo?”. Pregunta que le
proponemos que se haga… y la ciudad se niega a hacérsela.
Este
libro, nos dijo, “es el comienzo de una historia viva. ‘Benidorm, Historias Vivas’ es una
colección que empieza con este libro”. Y lo definió como “una
colección de vivencias”. De él que señaló que “tiene suficiente masa crítica”
para ser tenido en cuenta. Y a fe que es verdad, porque, entre otras lindezas,
y a las claras, con mucha verdad por delante señaló que en Benidorm “muchos
se quejan de la falta de un lobby poderoso; pero es que Benidorm va por libre”.
En todo, el faltó decir.
Es
más, nos soltó una real carga de profundidad que evidencia lo que le pasa a la
ciudad: “No hay ciudadanos de Benidorm; hay gente que vive en Benidorm”.
Se
podrá analizar la frase, pero es verdad. Y claro, eso había que explicarlo. Y
lo hizo con su verdad: “Benidorm se ha vulgarizado”. Y por
esta vez, esa es también nuestra verdad… el
desvulgarizador que la desvulgarice buen desvulgarizador será…
Enhorabuena,
Javier. Adelante con esas historias vivas que siguen encerradas en la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario