Nada, que me desayunaba yo
este festivo 1º de Mayo con un “por 1ª vez en la Historia la energía eólica
batió su récor en abril produciendo 5.000 GWh”[1] y en nada me sale que “esos aerogeneradores contribuyen
también al calentamiento global”[2]. Vamos, que la alegría en casa del pobre español dura
nada y menos.
Lo bueno era que esos 5.000 GWh suponían una cifra superior a
la que hemos consumido la totalidad de los 17
millones de hogares de este país, en el mes de abril, según Red Eléctrica Española[3]. Y eso no es todo: “la eólica ha cubierto el 25’7% de
la demanda, sólo superada por la nuclear” (y por muy poco; sólo produjeron 62 GWh más los del átomo).
El 19 de abril se llegó a cubrir con los “molinillos” el 61’06 % de la demanda
patria, a las 13’37 horas (qué
precisión tienen los chicos de REE).
En lo positivo y crematístico:
nos hemos ahorrado 270 millones € en
importar petróleo. En lo metafísico: dicen
que hemos dejado de emitir 1’98 millones de TM de CO2. Pero como somos colíderes
mundiales en la compra de derechos de emisión… pues no sé yo si encima, por Quijotes,
habremos palmado más pelas. Pero ahí
están los datos que nos permiten exhibir una auténtica sonrisa Profident.
Todo esto sonaban bien,
aunque, ya saben, el viento no es perfecto y sopla cuando sopla; y con la
intensidad que quiere. La solución ideal está en lo de ser constante. Y Eolo
bufa cuando se dan las condiciones.
En fin, que le daba yo ya al
cava, de buena mañana, para celebrar el triunfito verderol cuando me sobresalto
con una noticia en “La Voz de Rusia”. Si es que hago cada cosa.
“Las centrales eléctricas de
viento contribuyen al calentamiento global”. Estos exsoviéticos y cubanos
reviraos traducen como les da la gana y lo que quieren; pero me picó la
curiosidad. ¿Qué es una central eléctrica de viento? ¡Coño!, pues un molinillo
junto a otro, y otro, y otro: un montón.
Vamos, en resumen, “que
muchos molinillos son mucho menos “peligrosos” que otro tipo de central
energética pero influyen igual en lo del clima”, vienen a decir.
Es más: “Los investigadores de la Universidad de Albany (SUNY, la Estatal de Nueva York), van y dicen los de la Voz
de Rusia, han llegado a la conclusión de que por cada diez años de funcionamiento
continuo de las centrales eléctricas de viento la temperatura media anual en
las áreas circundantes se elevará en un promedio de 0,72 grados en verano y
0,45 en invierno”. ¡Jodó!; un pan como unas tortas.
La causa, el problema: “la
energía liberada por la rotación de los generadores de viento, así como la
turbulencia resultante de la rotación de los rotores de la turbina, viola los
ciclos diarios y estacionales de la circulación de aire”… y en caso de “violación”
ya se sabe: no sale el tiro por la culata.
Esto viene publicado en Nature
Climate Change[4],
revista USA a la que han tenido acceso los de La Voz de Rusia, no sé si pagando
los 18 dólares del número o la subscripción anual de 160 dólares; pero ahí
está. Y hoy me venían mal los 18 $, y me he tenido que pringar pero al final he
hallado el *pdf que lo cuenta[5]
y ahí está explicado: “efectos, de momento, en el clima local”.
Seguiremos (seguirán ellos) investigando: diez años no es nada.
No semos naide. Si
hasta al sobrino Iñaki mandamos a China a enseñarle a los chinos a montar
molinillos de estos… y ahora me salen
con que no nos sirven para casi ná. No
semos naide.
[1] http://www.eleconomista.es/economia/noticias/3933308/04/12/la-energia-eolica-bate-su-record-de-generacion-electrica-mensual.html,
http://www.ibero.noticiasabc.com/2012/05/01/la-energia-eolica-batio-su-record-en-abril/,
http://www.publico.es/ciencias/431507/la-energia-eolica-batio-su-record-en-abril,
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