Ser un país implantado sobre 7.107 islas (299.404 km2 y 36.289 km de costas… y no tiene
fronteras con nadie) y estar situado donde está (entre los 4º y los 21º N y los
116º y 126º E, justamente en el callejón de los ciclones tropicales
que por el Pacífico se llaman tifones),
en una arista del Cinturón de Fuego del Pacífico[1],
confiere a Filipinas el luctuoso
galardón de ser, año tras año, líder
mundial de desastres naturales.
Para complicar más la cosa resulta que Filipinas es el duodécimo país más poblado del mundo (92’3 millones
de habitantes; 276 hab/km2) y eso que unos 11 millones de filipinos que viven
fuera del país. Y el colmo es que la primera línea de construcciones suelen ser
casas de madera y tejado de chapa… y contra eso, hasta un chirimiri nuestro tiene efectos duros.
Las islas filipinas son de origen volcánico, altas y densamente
pobladas de selva tropical, manteniendo algunos volcanes de terrorífico nombre
(Mayón o Pinatubo[2]).
El clima es tropical marítimo de
sólo tres estaciones: tag-araw (cálido y seco, de marzo a
mayo), tag-ulan (lluvias, de junio a noviembre) y tag-lamig (seco, de
diciembre a febrero). Luego están los monzones: el húmedo (de mayo a octubre),
conocido como Habagat, y el seco (noviembre a abril, llamado Amihan.
Vamos, que de mayo a noviembre lo de los filipinos, dicen, es vivir pendiente
del Mariano Medina del momento (o Mario Picazo o Roberto Brasero) o del móvil,
porque el gobierno filipino (desde marzo de 2011) tiene en marcha un sistema de
alerta temprana por SMS a todos los móviles del país, gracias a una iniciativa
del Banco Mundial (¡coño!, sirve para algo el BM). Pero… ¿todos los habitantes
de las etnias filipinas tienen teléfono móvil? Vamos, de Pero Grullo.
Por estar Filipinas donde está, cada año atraviesan aquellas
latitudes una veintena de tifones, de los que la mitad tocan tierra y son
capaces de arrasar ciudades con vientos de 315 km/h o con precipitaciones de
1.168 mm/m2/24 horas (Baguio, 17.07.1911).
Por cierto, por ahí se cuenta que los tifones en Filipinas
se llaman Baguíos… a raíz del célebre tifón de 1911. Pero el ABC del 19
de julio de 1911 da cuenta de un Baguío
sobre Filipinas, en su página 13.
Bueno, pues si erupciones volcánicas, terremotos y baguios/tifones
no fueran poco, en Filipinas, además, se dan con frecuencia los corrimientos de
tierras. A las fuertes precipitaciones, con un mínimo seísmo de fuerza mayor
que 2, se desencadena un corrimiento de tierras. En el de Leyte del Sur
(17.02.2006) sólo hubo 16 muertos… y 1.500 desparecidos entre los kilómetros
cúbicos de denso barro que se desparramaron haciendo desaparecer Guinsaugon,
como en diciembre de 2003 desapareció el pueblecito de San Francisco. En la
meseta de Benham (en aguas del Mar de Filipina, 119º30’E-20º30’N) se registran
del orden de los veinte seísmos al día, con 2º de promedio… asín que…
Bueno, la verdad es que Filipinas es un cúmulo de
concentración de fenómenos causantes de desastres naturales. “Haygan”/“Yolanda” ha sido espectacular y catastrófico. Ha establecido un
nuevo, triste, récord; Ha superado a “Tip”,
el tifón de octubre de 1979 que tocó tierra un día 12, en la isla japonesa de
Guam, con vientos de 305 km/h (con una presión mínima de 870 hectopascales). “Yolanda” mantuvo vientos sostenidos de 314 km/h y rachas de hasta 378 km/h (y 895
hectopascales) poco antes de llegar a tocar la isla filipina de Samar (20’47 h
GTM; 07.11.2013).
A través de la página del PAGASA (Philippine
Atmospheric, Geophysical & Astronomical Services Administration) he
seguido el viaje de “Yolanda” y
ahora sigo el de “Zoraida”, porque
las desgracias nunca vienen solas, que ahora es tan sólo una depresión
tropical. La página del JTWC de la
Armada y la Fuerza Aérea de los Estados Unidos es también básica en esto. La
página del Joint Typhooon Warning Centre también es muy buena para estas cosas.
Ojo, que “Zoraida” está al llegar… y
llega con nombre cautivador.
Bueno, algo bueno tenía que tener Filipinas: petróleo, oro,
níquel, cobalto, plata y cobre en abundancia gracias a su complejidad tectónica
y orográfica. Ojalá que sepan explotarlo para superar esta y otras crisis
humanitarias que por estar donde están les vayan llegando. Pero, pese a ello,
es necesario colaborar ahora para paliar la magnitud de la tragedia. Cruz Roja española tiene una línea
abierta con Cruz Roja Filipinas/Media Luna Roja Filipinas.
[1] Una
estructura, con forma de herradura, con una longitud de 40.000 km que discuirre
por la fachada Este de Asia y la Oeste de América. Concentra el 75% de los
volcanes del planeta y allí se producen el 90% de los terremotos. En ella se
localizan además las grandes fosas marinas, del orden de los 10.000 metros de
profundidad.
[2] La
erupción del Pinatubo en 1991 se considera la más grande y grave del siglo XX;
la más grande desde la del Krakatoa en 1883. Bajó la temperatura del planeta en
medio grado y aumentó el agujero de la capa de ozono.
No hay comentarios:
Publicar un comentario