Tiempo ha me pidieron un informe sobre la Casa del Mediterráneo y su departamento
en Benidorm sobre Medio
Ambiente y Turismo Sostenible. En aquellos días se llamaba “de
Cambio Climático”; menos mal que luego se lo pensaron y cambiaron.
Faltaban datos, faltaba información para saber más de lo del
CC y conté que estábamos a puntito
de comenzar a formarnos una idea más seria y precisa gracias a los datos del SMOS (y de otros muchos satélites más
que vieron una etapa dorada de lanzamientos entre 2007 y 2010) porque nos
estábamos tomando en serio esto de conocer bien a nuestro planeta y de la
realidad de las procesos que en él se desarrollan, más allá de la filosofía
catastrofista que nos inunda. El SMOS se lanzó al espacio el 02.11.2009.
Total, que ya en 2013, cada vez falta menos para empezar a
saber más del planeta. SMOS, el
satélite meteorológico, está cada vez más cerca de exponernos lo que de verdad “le
pasa” al planeta.
Captura (Octubre 2013) de humedad y salinidad |
El SMOS (Sol Moisture & Ocean Salinity /Humedad
terrestre y salinidad oceánica) se parió para captar las ondas que
emite el planeta, para saber si gime o, simplemente, se ríe de nosotros y va su
bola. Se lanzó el SMOS al espacio en noviembre de 2009 y estará por 5 años
orbitándonos y midiendo sin parar un montón de cosas. Así, pues, resulta que
nos queda 1 año para tener las cosas más claras; hasta 2014 estará haciéndose
una idea real de cómo está el planeta, intentando entender su idioma.
Datos procesados del mes de agosto de 2010 |
El SMOS es una idea compartida por el CESBIO francés (Centro de Estudios Espaciales de la Biosfera) y el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, y son codirectores del programa
un francés y un español. El CESBIO tiene un blog para seguir al SMOS y el SMOS BCN Expert Centre tiene ya una
buena base de datos para poder empezar a sentar precedentes a través de CP34-BEC.
Un aparatejo
fundamental del SMOS es el MIRAS (Microespectroscopia
Infrarroja con RAdiaición Sincrotrón), un instrumento radiométrico Made in Spain que resulta ser un medidor ultrasensible de
ondas electromagnéticas al que han definido (no semos p’a eso naide los españoles) como un “pulpo” (cefalópodo, animal de compañía en spot televisivo del Scattergoris) de tan sólo 3 patas y 69
receptores LICEF (Lightweight
Cost Effective Front-end) desarrollados por Mier Comunicaciones (La
Garriga, Barcelona). Otro tanto patrio.
Lo que hacen los LICEF del MIRAS es captar la intensidad de la energía electromagnética
que emite la tierra, que es muy baja; pero que como lo hace en la
frecuencia de 1.413 MHz, que se corresponde con la banda L (asignada y protegida
para la Astronomía) nadie entra y perturba la “voz” de la tierra que es así
fácilmente captada. Y con estos registros de “voces” de la tierra se hace,
pasada tras pasada y año tras año hasta completar 5 años, un mapa de la humedad
del suelo y la salinidad oceánica (de cómo van las corrientes) que encierra
(una vez procesados los datos) lo que nos cuenta el planeta de cómo le va. Y
sabiendo cómo le va, podemos predecir comportamientos.
Total: 15 órbitas completas cada 24 horas proporcionan cada
día un mapa de realidad con una resolución de 50 kilómetros por píxel y que nos
dirá tanto la cantidad de agua que se queda la tierra (la que se evapora va a
parar a las nubes, ¿o no?) y cómo funciona el cinturón de corrientes marinas
que hasta ahora sólo sabíamos de él por las boyas marinas. Bueno, eso y todas
las tormentas y fenómenos que se dan sobre la superficie del planeta mientas
SMOS esté en marcha.
Lo que mide el SMOS se capta en el Centro Europeo de Astronomía
Espacial (ESAC) de Villafranca del Castillo (Madrid) y en
la septentrional estación de Platáberget,
en las islas Svalbarg noruegas, donde está la otra antena del proyecto. Por
cierto, esta estación noruega parece sacada de “Expediente X” y nadie se
ha metido aún con ella; debe ser que los noruegos inspiran más confianza que
otros… o que se les cree menos propensos a cosas raras.
El procesado de los datos de SMOS se realiza por los equipos
de las Agencia Francesa del Espacio (CNES)
y por los de la estación ESTRACK (red de rastreo del Espacio
profundo) de la Agencia Espacial Europea (ESA)
en la localidad sueca de Kiruna. Vamos,
un proceso de europeos para el mundo.
Lo que está haciendo el SMOS es, además de escuchar al planeta,
estudiar el clima, los riesgos de incendios forestales, algunos temas de
cultivos, lugares óptimos de pesca, y transmisión de la cadena de calor a
través de las corrientes marítimas.
Aún queda un poquito para saber lo que nos dice la Tierra,
si es un lamento o un ¿cómo están Uds.? La cuestión es esperar a que SMOS
complete su ciclo de 5 años… y después hablamos.
PD. Una cosa es la “voz” del planeta y otra el “zumbido”
del planeta. Cuando las grandes olas oceánicas chocan entre sí con direcciones
opuestas y frecuencias parecidas se crean ondas de presión que provocan
vibraciones contantes de unos 10 milihertzios, prácticamente inaudibles para el
ser humano, que son el “zumbido” del planeta. Aquí también
entra el choque de las olas contra las costas. Otra cosa distinta es el llamado
“Coro
del Amanecer de la Tierra” que son los armoniosos chirridos que se producen,
al amanecer, en la Magnetosfera (en los llamados Cinturones de Van Allen), como
consecuencia del choque de partículas cargadas, transportadas por los vientos
solares, contra estos cinturones de radiación. Su frecuencia también está por
debajo de los 10 milihertzios; inaudibles por el hombre. Esto lo podemos
complicar aún más con las llamadas Ondas
de Rayleight. Finalmente está el llamado “Murmullo de la Tierra”
que surge de la rotación del núcleo de la tierra, y ahí entra en liza la
aceleración de la deriva del Polo Norte Magnético de la Tierra… y aún lo
podemos complicar más. Pero no es el caso. También su frecuencia está por
debajo de los 10 milihertzios… y tampoco lo oímos. El caso es que no nos
enteramos de lo que nos dice la Tierra. Pero decirnos, nos dice cosas. O no.
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