Pues no que esta mañana me desayuno con que el GOB
(Grup Balear d’Ornitología i Defensa de la Naturalesa) desde su sección
menorquina presenta alegaciones a un segundo aparcamiento en Cala en Turqueta porque con lo que allí
ya de por sí va “se está en los mismo parámetros que Benidorm”, dicen; y me lo
cuantifican en 2 metros cuadrados de
playa por usuario. Mire Ud., puede ser que sí y puede ser que no; más bien
no.
Cala En Turqueta |
Hombre… uno que ha pasado por Menorca; uno que hizo sus
ratitos de radio en la isla; uno que vio muchas veces amanecer desde Villa
Carlos, ahora Els Castells; uno que estaba cada San Juan en Ciutadella; uno que
vio más de un homenaje a Farragut en el mar; uno que sabe que Cala En Turqueta
está como a 10 kilómetros de Ciutadella, entre las puntas des Tambors y na
Foradada y que sabe que el nombre “En Turqueta” por mucho azul turquesa de sus
aguas va más de razzias de piratas turcos… pues uno no comparte la cosa.
Benidorm es Benidorm, como En Turqueta es En Turqueta. No se les puede comparar,
y mucho menos para despreciar e intentar ofender.
En Turqueta es la repera; un lugar aislado donde el mar
penetra del orden de 400 metros hasta
besar la arena del piedemonte de la Talaia d’Artrutx, mientras los pinares lo
cobijan todo; ya de por sí pone. Llegar en coche es fácil. Luego tienes que
darse un paseíto de ¿800 metros? hasta la fascinación. Hasta merece la pena,
confieso.
Benidorm. Playa de Poniente; al fondo Levante |
Si
En Turqueta es la repera, Benidorm el recopón. Menorca
tiene su aquél y su público; como Benidorm tiene el suyo. Y sí, en En Turqueta
con 400 personas puede parecer que estamos como sardinas en lata, pues resulta
que en Benidorm 40.000 aún te dejan respirar. Benidorm son 5’3 kilómetros de línea
de playa y 275.000 metros cuadrados de arenal urbano; vamos, que hasta puedes
aparcar a 15 metros de la arena… aunque aquí, playas urbanas, vamos a pie.
Para comparar, hay que saber manejar magnitudes y Benidorm,
pese a quien le pueda pesar, engaña en la primera visual, aunque la realidad
surge cuando fijas la mirada. No existe tal problema.
Las playas están más que estudiadas. Sin entrar en
particularidades y como media, las playas mediterráneas españolas tienen su
máxima ocupación entre las 9 y las 12 h (34’2%), mermando mínimamente entre las
12 y las 16 h (30’2%) y descendiendo progresivamente en ocupación entre las 16
y las 2º h (del 14’3 al 3%). No se me alarmen por estas cifras porque aún queda
un 18’3% que altera estos parámetros al no mantener un rango horario definido y
que viene a incrementar las cifras entre las 11 y las 17 h sin permitir
alojarlos en nicho propio.
Es más, hasta el mismísimo MOP (Ministerio de Obras Públicas) en 1970 definió la utilización
de las playas: playas estacionales y playas no estacionales en función de la
ocupación, y me voy hasta Víctor Yepes
para el sistema playa-usuario, con una pequeña introspección hasta Gaviria-Iribas porque las mediciones, contando
uno a uno los usuarios de las playas, no se han vuelta a hacer desde 1974;
ahora se tira de foto aérea o cálculo a boleo… Y alfarrasar, lo que se dice alfarrasar…
desde los cálculo de mi abuela Mercedes nadie ha vuelto a acertar.
Yepes habla de que existe una cierta capacidad de carga de una playa que cifra en confortable para
densidades superiores a los 4 o 5 m2 por usuario entre la zona activa y la zona
de reposo de la playa. Pero claro, eso depende del destino turístico. Encontrarnos
con 10 m2 disponibles nos puede llevar, incluso, a síntomas de soledad; aunque
el 1’8 m2 que midió Gaviria en el Mal
Pas benidormer en 1974 es similar a la situación de los jurelillos de lata.
Ahí ya podemos hablar de saturación
y no es porque nos salpique el hervor del aceite bronceador sobre la piel del
vecino/a sino porque la sensación finita de espacio se percibe. Mal Pas es una
playa limitada por paredes verticales del cerro Canfali y con sólo un punto de
entrada a nivel de vía pública.
Por eso interesa saber la capacidad real y el potencial
de carga de una playa. Para ello, antes de hablar, hay que tener claro el volumen de usuarios potenciales de la
playa, la carga potencial, el coeficiente de uso tanto del arenal como de
las zonas de baño, las superficies
de las área activa y de reposo de una playa, el número de usuarios reales y su reparto
por horas, la estancia media en la
playa y los coeficientes de ocupación
diaria y laminación (los que se van y los que vienen), e incluso las horas de utilización de las playas. Con
todos estos datos sí podemos determinar que 4 m2 por persona durante 3’46 horas (que es la media de estancia en
una playa mediterránea española) está en
lo aceptable. Menos de 4 m2 es estar en la saturación y más es acercarnos a
la situación ideal de confort playero.
Para todo esto no hay que llevar encima más que una cabeza
bien amueblada. Usted mira cómo está el arenal y si cree que cabe… pues a
disfrutar. Las matemáticas están para lo que están. Con matemáticas y cifras podemos
meternos también en zonas de baño, zonas de paseo playero, zonas de actividad,
zonas lúdicas… hasta donde se quiera complicar uno la vida. Luego está la
percepción personal.
Benidorm, Playa de Levante. Viernes de Dolores de 2014 |
Bueno, y encima sin computar extras como Biblioplaya, zonas
adaptadas (la playa es para todos), juegos para niños, aparatos de movimiento,
pedalos, plataformas de agua, esculturas de playa y dinamización que incluye
hasta gimnasia (e incluso taichí, sin llegar a tai chi chuan) para mayores.
Por eso, no se pude es comparar En Turqueta con nada; y
menos con Benidorm. Y mucho menos si es por ofender, porque ofende el que puede
y no el que quiere. Y porque Benidorm, por mucho que duela, sólo son unas playas
que si estimamos en 35 metros la anchura
de reposo nos ofrece un área de disfrute de 186.165 metros cuadrados que tienen
detrás toda una ciudad de servicios. Y esto, muy pocos lo pueden esgrimir.
Por caber, en las playas de Benidorm caben,
en umbral de confortabilidad 46.500 usuarios… que cuando aplicamos los
distintos coeficientes y las medias de estancia y los flujos de laminación nos
vamos a pases de entre 161.000 y 178.000 usuarios en días punta sin que ninguna
estructura se resienta y mucha gente se beneficie.
Comparar es establecer relaciones entre dos o más cosas…
pero manejando las mismas magnitudes. No se puede comparar un charco con una fuente;
la belleza es subjetiva y la realidad siempre objetiva.
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