Hoy le leo a MAESBA
que ha muerto Miguel Pérez Martorell,
ex concejal de Benidorm y tertuliano que fue de “Los cafés del Meliá”.
Rebobino y… ¡mira, va a ser el Miguel que comentaron en la
comida del viernes!
Yo, entono -a toro pasado- el mea culpa, estaba tan absorto
con el invitado que no reparé en más. No obstante, muy mal hecho por nosotros,
los tertulianos. No hubo ni un mínimo recuerdo a su persona.
Vale que llevaba -por lo menos- tres cursos tertulianos sin
aparecer por el Meliá y su tertulia, pero eso no debió impedirnos una mínima
referencia hacia su persona.
Miguel vino un buen día de invitado, y se quedó de
contertulio. Seguía con el máximo interés las exposiciones del tertuliano
invitado y, cuando el cuerpo se lo pedía, intervenía sin más, obviando al
moderador. Genio y figura.
La suya era la voz de la experiencia y de las vivencias en -y
sobre- Benidorm. Sus años en el Ayuntamiento o su actividad en la ciudad le
doctoraban a la hora de opinar. Yo no le conocía de más; solo de verlo -y oírlo-
cada viernes, cargado de años y de elegancia en el vestir, pasando
olímpicamente del moderador y planteando, con suma contundencia, sus opiniones.
Había sido concejal de Turismo en una época épica y aquella
etapa estaba jalonada de anécdotas en promoción y duros episodios de gestión.
La última vez que le saludé (y ya no acudía a la tertulia)
fue en marzo del año pasado cuando el Ayuntamiento homenajeó a la Corporación
de 1978, la del Agua. Estaba muy “cascado”
pero se encontraba muy feliz en el epicentro de la conmemoración. Y brevemente
departimos.
Y es que un buen día dejó de venir por el Meliá. Es que ya
no estaba muy bien de salud, comentó en su día alguna vieja gloria tertuliana.
Y con eso me quedé… y lo comprobé en el Salón del Plenos del Ayuntamiento.
Y ahora esto.
La felicidad de haber alumbrado agua (foto del homenaje de marzo de 2014) |
Descanse en Paz.
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