Thomas Robert Malthus
(1776-1834) fue un británico que enunció dos postulados (Ensayo sobre el Principio de Población, 1798) que podían sonar tal
que así: “la población, cuando no se ve
limitada, aumente en progresión geométrica y la producción de alimentos, en el
mejor de los casos, en progresión aritmética”. Vamos, que la población se
duplica cada 25 años y la producción de alimentos crece lo justito para
quedarse en la mitad de ese crecimiento.
Esto de vivir en un planeta como el nuestro, y a pesar de
Malthus -además-, se nos fue complicando tras la primera crisis del petróleo (agosto
de 1973) cuando se hicieron públicos los datos obtenidos para el estudio “Los
límites del crecimiento” (1972; MIT & Club de Roma), aunque le
pusieron coto a la cosa en 1992 (Más allá
de los límites del crecimiento), actualizaron en 2004 (Los límites de crecimiento: 30 años después) y han rehecho en 2012
(Los límites del crecimiento, en un mundo
finito). Siempre insisten, y no es que no sea verdad, en que estamos “danzando en el borde de la chimenea del
volcán”… y nos podemos caer. Esto se podría matizar, pero ahora no.
Es que ahora mismo estoy leyendo a Ferran P. Vilar, por entregas, para saber “¿Hasta qué punto es inminente el colapso de la civilización actual?”
por todas estas cosas, y más.
Hasta ahora, lo único que sé es que… en España saldremos
antes de la crisis -que nos jode la vida desde 2007- que del pesimismo -que nos
inunda desde 2009… porque no quisimos ver la crisis en aquél verano de 2007-… y
el caso es que en cuestiones de pesimismo, en España, somos profesionales: ha sido
nuestro fiel acompañante desde tiempos de Argantonio… y si me apuran, desde
tiempos de Gerión.
Y así, con la duda lacerante de saber si “¿habrá mañana?”,
comienzo a escribir en este 2015… echando la vista atrás.
Bueno, pues 2014 se fue. Y se fue con el sambenito de año
más cálido en no-sé-cuántos
años ha. Y yo que tiro de mediciones globales de temperatura y… ni flowers. Eso no me aparece más en que el
ámbito hirviente de los calentógos. Es más, aún me acuerdo de tal Gore -más gore[1] no
he visto tipo alguno en este saroa- cuando en 2010 predijo que en “en 5años puede desaparecer el hielo polar”… y que se salva por ese “puede” que soltó para cubrirse las
espaldas. ¿Ha desaparecido el hielo polar? ¿Por qué los chinos se empeñan en
ponernos chinerías en un tren y no en barco?
Preguntas, sin respuesta.
Y es que los modelos computacionales predicen cosas, en
función del alpiste que le suministremos, y el planeta, menos mal, va a su puta
bola. Sí, puede ser que le pinchemos un poquito… pero lo más grave es el
negocio que se montan los espabilaos a costa de todos nosotros. Que una cosa es
la sostenibilidad y otra las cosas del clima.
De momento, el hielo marino sigue la tónica de los últimos
años, con sus típicas fluctuaciones… mientras yo sigo leyendo las entregas de
Vilar.
Sí, comenzaré por donde pueda con lo del finiquitado 2014.
Temperatura: no
sé si estamos en la antesala de infierno pero mientras todos me dicen que nos
asamos, los registros satelitales RSS
no vienen a decirnos nada de eso. Los Sistemas Remotos de Sensores (RSS;
corporación fundada en 1974) recogen los datos de microondas de varios
satélites de la NASA y tienen parangón con las mediciones MSUs (Sondeo por Unidad de microondas) de los satélites de la NOAA.
Miden la intensidad de radiación de las microondas del oxígeno atmosférico… que
es proporcional a su temperatura… Y ahí no hay variación planetaria en los
últimos 18 años. Pero bueno, sigamos dándole a la rotativa que hay muchos que
comen de eso.
Pues no han acertado las previsiones |
Capa de hielo ártico:
Yo sigo sin ver el derretimiento del casquete polar ártico. No es que esté en
máximos históricos, pero se mantiene en la tendencia comprobada desde 1979. Hace
relativamente poco (2013) han encontrado los del National Snow & Ice Data
Center películas de las “mediciones” de 1964 en el satélite Nimbus-1
(agosto-septiembre 1964; le pusieron un tomavistas al satélite) y están
procesando (aún) los datos: son fotografías sobre un monitor de video. Y, aún
así, han estimado en 6’9 millones de km2 en agosto del 64… que estaría en la
media de ahora mismo, y se mantiene que la congelación no ha sido uniforme.
Nunavut (Canadá) |
Bueno, y ya que estamos en estas latitudes, hablemos de los osos polares parece. Digan lo que
digan, parece que ahora no están en peligro. Leo que este año ha sido duro para
ellos por exceso de hielo en las zonas que habitan (¡Exceso de hielo!, ¡Vágame
Dior!, Christian Dior). Las autoridades de Nunavut aseguran que se mantienenlas poblaciones. Nunavut es el mayor territorio autónomo de Canadá; es como 4
veces España (2 millones de Km2) y con sólo 31.900 habitantes humanos y unos
15.000 osos polares (de los 25.000 que calculan hay en todo el Ártico). Los
humanos son, casi todos, inuits (esquimales) que viven de permitir explotar sus
recursos minerales (oro, plomo, zinc y diamantes) mientras ellos se dedican a
la pesca y se permiten cazar unos 500 osos al año (la caza está restringida
desde 1973). Los que los cazan no son los inuits; son los turistas, a 50.000
dólares por excursión, acompañados por un guía inuit del lugar. Y la piel del
oso (otros 15.000 dólares) la venden los inuits, no el cazador. A principios
del verano el gobierno canadiense efectúa un barrido aéreo y determina las
cuotas de caza.
Por su parte, el otro extremo del planeta, en la Antártida,
la capa de hielo se engrosa y actualmente la extensión del hielo es 700.000 km2
superior a la media 1981-2010 para esta época del año; que por allí es verano;
austral, pero verano. También, veremos, cómo queda la cosa.
Finalmente, de lo del CO2
ya hemos hablado mucho en este blog. Como camelo, no tiene precio. Unos y otros
blanden esta espada gaseosa y satánica que cada vez tiene impacto… y eso lo
saben unos y otros. El único clavo ardiente al que se aferraban los calentólogos
en cuanto al CO2 era el de la acidificación de los océanos y ahí parece quetambién han pinchado.
En fin, que ya lo dijo Platón, hablado de Sócrates… y que
nos sirve para este tema de alarmar con el clima y sus cosas: “Este hombre, por una parte, cree que sabe
algo, mientras que no sabe [nada]. Por otra parte, yo, que igualmente no sé
[nada], tampoco creo [saber algo]”. Y aquí estoy, feliz con lo que sé y
viendo como cuentan lo suyo los que igualmente están felices con servir a la
causa que les impulsa a hacerlo. Cuestión de fe.
Cuestión de fe porque… el conjunto de datos satelitales RSS
dice que entre septiembre de 1996 y septiembre de 2014 no hay tendencia
definida; que desde 1900 estaríamos en los 0’8ºC por siglo, lo que se entiende
por variabilidad natural, aunque si bien, desde 1950, podemos señalar una
previsión de 1’2º hasta 2050, también en la línea de variabilidad natural y
lejos de los 2’8º previstos y los 4’8º de los enfebrecidos del IPCC. El caso es
que desde agosto de 2001 a agosto de 2014 no se ha producido tendencia alguna.
¿Entonces?
Ríos de tinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario