Pasó a tomar café con nosotros uno de los nuestros, Alberto Urbiola Talavera, tertuliano
Guadiana que es, hermano de tinta y ondas, cofrade de la buena mesa y mejor
barra, fumador empedernido y amigo y confidente… que ya es raro en esta
profesión de plumillas que se comience así la cosa. Lo más lógico sería perro
no come perro, pero Urbiolilla y yo nos tragamos; vaya que si nos tragamos y
atragantamos. Y lo hizo, digo, por las buenas, aprovechando que el Serpis pasa
por Gandía… como el Pisuerga lo hace por Valladolid. Vino.
Este madrileño de cuna llegó a la Terreta hace ya cuarenta años -Alicante, Benidorm, Calpe, Dénia…-
y ha terminado en Moraira. Y desde el primer día anda en esto de la
comunicación y el marketing turístico. Comenzó en Radio 80, siguió en la COPE,
Onda Naranja, ABC Radio y Es Radio. Por en medio de estas aventuras radiofónicas
editó revistas, como Excelencia turística,
y fue director del Palacio de Congresos de Alicante; tres años en los que
Alicante fue la 3ª ciudad en número de Congresos del Estado español. En su
etapa empresarial, con recuerdo emocionado a Juan Portolés Juan -que fueron muchos años y muchas aventuras- sacó
a pasear TurMarket, aquella empresa
que llegaba a dónde no lo hacía CrinTur.
De aquella colaboración surgieron productos como el Handbook de la Cota
Blanca, imprescindible en su día, y varias ferias de notable valor en aquellas
fechas.
“Hacíamos ‘trajes a medida’: preguntábamos a los mercados emisores y
conocíamos los destinos receptores y actuábamos en consecuencia”.
Recordó acciones como la “Semana Grande del Turista”, ferias
como “Beniexpo” y “ExpoDenia”, la Gala FTB o las elecciones
de Miss
Turismo Costa Blanca, con el respaldo de la Diputación. Alguna anécdota
recordamos: Belén Rueda fue una de
aquellas mises… pero lo que se cuenta en “Los cafés del Meliá” queda en los
posos del café para lectura de bienaventuranzas.
“Buscábamos impactos positivos”, insistía a la hora de hablarnos
de la intrahistoria de la promoción turística en estas tierras a través de los CIT (Centros de Iniciativas Turísticas)
y del Fomento Provincial del Turismo… de cuando la promoción era de
iniciativa privada, de los empresarios: de gente que se jugaba los cuartos, “de
gentes interesadas en que el Turismo funcionara”. Esto de la promoción
ha cambiado mucho: “tuvieron los CIT su razón de ser y funcionaron; pero esto ha cambiado
mucho”. Ahora bien: “hicimos historia”, pontificaba Urbi
el Orbi. Y a fe que sí, que verdad es.
Preguntado por la política promocional institucional hoy en
día (ja, ja, ja) fue rotundo: “manifiestamente mejorable”. Y
recordó a la primera autoridad autonómica en FITUR alentando, para el turismo y
con la v0cación internacional de la Comunitat por bandera, “poner
en valor la identidad Valenciana”. ¡¡Identidad!! Menos mal, amigo
Alberto, que los turistas vienen a pesar de los políticos.
Y es que en Turismo se aguanta todo, o, como tú decías, “el
Turismo -en abstracto- lo aguanta todo”. Pero el turista,
no.
Tertulianos en faena; banda de estribor de la mesa, vista desde popa. |
Y hablamos entonces de marcas. “Una cosa es un logotipo y otro
una marca; la marca es comercial y tiene que tener detrás un producto”.
Es que, y eso es lema de la Tertulia del Meliá Benidorm, ‘un recurso turístico no es un producto turístico’ y la marca es el
envoltorio. “Por mucho y bien que envuelvas la nada siempre será la nada”. Creo que estas palabras exactas no
las dijiste así, pero má-o-meno, con lo fácil que es esto de entender y lo difícil
que se hace que te entiendan.
También repasamos la trayectoria de Alberto Urbi el Orbi por el CREAMA[1],
por sus incursiones en el marketing electoral (de amplio espectro político),
por RTV Calpe en su incursión en el mundo de la TDT, por la AAPET[2],
donde hizo realidad el Observatorio del Turismo de la Costa Blanca
o por sus aventuras en Gandía en el mundo de la Radio o con el portal web
Infonoticias Gandía.
Y tocamos Gandía, la piedra de su zapato. Y mira que la has
echado ganas Alberto; pero no se puede ir a luchar contra los elementos[3] ni
contra ciertos elementos. Y harto de estar harto les ha dicho: ahí os quedáis.
“Mantienen
los mismo defectos estructurales desde hace 30 años”. Y es que eso son
ganas de no ir a más. Y es que analizas… y le das la razón a Alberto: “falta
tejido empresarial”. Y claro esa es una ausencia que le sirve en
bandeja todo el protagonismo -en bandeja de plata- a la Administración local…
lo que es -como bien se ha demostrado año tras año en cualquier punto de la geografía
nacional- bastante peligroso: “el Ayuntamiento asume todo el protagonismo”.
Y así les va. Y quienes se juegan los cuartos, los euros, son los empresarios
del sector; no los que portan los cirios en la procesión. Y como bien sabemos
en la Tertulia, y gritamos a los cuatro vientos desde Benidorm, para trabajar en cuestiones de turismo hay
que saber de turismo… y servir. Y vale quien sirve. Y a la hora de servir…
Ahí Alberto estuvo fino: “28 años de gobiernos de PSOE tradicional, 4
de un PP atrevido en formas gestionando deuda y ahora un golpe de vertedera
multipartido… no hay por donde cogerlo”. Y es que es así.
En fin, que resulta que o uno se sacude la pátina de
economía primaria -que no es mala, pero sí un lastre- y obvia la sumergida… o
no hay por donde sumar activos a la industria del turismo; que es una industria
donde lo principal es creérselo. ‘Si no
te lo crees, ni lo intentes’, que sostengo yo, charla tras charla donde me
dejan. “Mentalidad y hábitos”, nos contó Alberto, son las cuestiones gandienses
a pulir. Ah, y otra cosa básica de 1º de Turismo, nivel Elemental: ‘el turista te elige; tú no eliges el
turista que te viene; aún no conocemos un supermercado donde ‘comprar’ turistas
para que te vengan los ‘guais’’. Si fallamos en esto; repetimos curso…
Repetimos y nos adelantan.
Y claro, estropicios como Gandía Shore no beneficiaron
en nada. Vale, sí; que son cosas de una productora, pero alguien dio permiso.
En fin, que concluimos en la última tertulia del mes de
marzo de 2017 que había problemas más graves en esto del turismo que la turismofobia (que ya hemos analizado en
la tertulia) y las moratorias
proteccionistas que son nefastas. Ah, y lo más grave: creer que se entiende
de turismo sin implicar a todos los del lugar en el proceso. Sí, de toros
entienden las vacas.
Ante esto, concluimos que Gandía es manifiestamente
recuperable… Pero, antes que nada, insisto, es fundamental creérselo -que se lo
crea- y apostar por ello. Al final, va a tener razón Alberto: “serán
las cadenas de Benidorm las que rescaten el factor turístico de Gandía, porque
no se merecen terminar así”. El turista hay que ganarlo día a día.
Y el que sale ganando y descansa es el amigo Urbiola. Échate
un pitillo de 15 días y luego, de nuevo, échate al monte que esto del Turismo
está para innovar y echarle horas.
Ah, Urbiolilla -compadre de micro y de engrosado callo en el
dedo corazón (de apoyar y escribir con pluma)-, se me olvidaba: el sillón U (u
mayúscula) de nuestra Real (por auténtica) Academia del Debate Turístico, con
cenicero incorporado, te espera cada tarde de viernes, excepto fiestas de
guardar y overbooking agosteño -por aquello de la canícula-, en los salones del
Meliá Benidorm. Café no falta y Antonio nos mima. Mejorar, no mejoramos, pero…
¡Y lo que nos reímos!
[1]
Consorcio para la Recuperación Económica de la Marina Alta.
[2]
Asociación Alicantina de Periodistas y Escritores de Turismo.
[3]
El 28 de julio de 1588, incapaz de derrotar a la flota inglesa y mermada por
las inclemencias meteorológicas, abandonaba la Gran Armada. La invasión de
Inglaterra había sido imposible. Quizás la flota distaba mucho de ser
«invencible», pero el plan pergeñado por Felipe II no era en absoluto
descabellado. En el mejor de los casos, sus tropas habrían entrado en Londres y
provocado un levantamiento de los católicos opositores al régimen Tudor…
Fragmento de aquella triste verdad.
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