“Este Ayuntamiento, consciente de la
necesidad de prestar una atención preferente al turismo…”. Así comenzaba la
exposición de motivos por los que comenzaba a editarse el BOLETÍN DEL TURISMO
que con la periodicidad “marcada, en cada
caso, por las circunstancias” iba a poner en circulación la Delegación de
Turismo del Ayuntamiento de Benidorm. Era una experiencia pionera.
Tanto
como el “negociado con exclusiva
dedicación a los temas turísticos, su planificación, estudios y realización”
que acababa de iniciar su andadura “con
una nueva filosofía” pretendiendo rendir cuentas de sus actividades y
proyectos a través del Boletín del Turismo. Exponer la gestión municipal en el
campo del Turismo era la finalidad.
Era
alcalde Pepe Such y Pepe López concejal de Turismo. Dirigía
el negociado Miguel Alberto Martínez
Monge y, me cuentan, en él trabajaban mi buen amigo Luís Escobedo y José María
Muro.
Habían
acudido a la feria de Deaville (la reina
de las Playas de Normandía; “el
Benidorm de París” que decía Manuel Catalán), Top Resa, y daban cuenta de la asistencia a la misma “con stand propio y gratuito” y que la Unión Musical de Benidorm se había
convertido en la “vedette” del certamen.
El éxito había sido total y se hablaba “de
iniciar las gestiones con vistas a un posible hermanamiento entre las dos
ciudades”… Al final nos hermanamos con Le Canet, en el Sur.
A
Top Resa 3, feria profesional, asistieron, por parte española, Cataluña y
Benidorm. La valoración: positiva. A los contactos profesionales en la feria se
unieron las noticias en Ouest France y Paris-Normandie, así como la grabación
de un programa para la TV suiza de una actuación de la Unión Musical.
Llama
la atención las fórmulas de promoción de 1981. El Boletín da cuenta del “concurso
mundial de radioaficionados”, en colaboración con la URE, con contactos
válidos con la frase “Benidorm, Primavera constante”,
implicándose en la campaña Ayuntamiento, Jet Air, Thomson y la Asociación de
Hoteleros de la Marina Baixa (que así se le cita y no como HOSBEC que el acrónimo
actual). Se señala que es “un tipo de
promoción de incalculable valor ya que el nombre de Benidorm ha estado -y sigue
estando- en las ondas miles de veces y su condición turística es comentada a
micrófono abierto en todo el mundo”. Los ganadores vinieron (pues se dice “se recibió a los ganadores de los premios”)
de Ecuador, Gales y Bruselas.
Me
entero que en 1981 se celebró el 10º Aniversario del vuelo de Jet Air entre Bruselas
y Alicante, con un fam trip y apoyo publicitario, o que 300 agentes de viaje
británicos iban a celebrar en Benidorm, en noviembre, la convención de Ellerman
Sun Flight.
Benidorm
desarrollaba en 1981 su campaña “Benidorm, ¡Siempre!” por 21 ciudades
del país y que se entraba en la fase de recibir a vendedores de mostrador y de
programa para que conocieron in situ el producto y a su regreso de Dauville
estaban programando la asistencia a las ferias de Dijon y Toulousse a través
del interés de mayoristas de ambas ciudades. Obviamente la asistencia a la BIT
de Bruselas y FITUR Madrid estaba en órbita, bien en solitario o con el
Patronato Provincial de Turismo o la Secretaría de Estado.
Concluye
el Boletín del Turismo, nº 1, con una declaración de intención: “las acciones promocionales realizadas por el
Ayuntamiento de Benidorm han de ser de tipo general, evitando por todos los
medios la posibilidad de que beneficien desigualmente a los distintos sectores
del turismo local”. El Ayuntamiento vende el Producto Benidorm, se recalca.
Ya
se habla de “mejorar la imagen” y “mantener el prestigio de la ciudad”;
pero se exige a los promotores locales consolidar los contactos, “lo que corresponde por entero a la
iniciativa privada”. Y se explica: en Deauville, “la labor municipal está ya realizada. Ahora son los propios
industriales los que tienen la palabra”. Y va a más el Boletín: además de
explicarles sus cometidos se pregunta: “¿aprovecharán
la ocasión o esperarán a que se les lleve en bandeja el contrato?”.
No
voy del CSI, ni soy émulo de Mr. Holmes, pero me juego el cuello de la camisa a
que puedo identificar perfectamente al autor de la misma. El paso de los años
no le ha hecho cambiar. Y ahí sigue.
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