Ayer, 26 de mayo, la Isla
de los Periodistas cumplió 42 años.
Esta es una foto que hice yo sobre una copia fotográfica del Acta. El original es en color |
Porque… “En la Isla
de Benidorm, bajo el sol, junto al mar, y a los veintiséis días del mes de mayo
del año de gracia de mil novecientos y setenta, se declara con la solemnidad de
rigor que es nombrada madrina de dicha Isla la Federación Nacional de
Asociaciones de la Prensa de España, y padrino, en común y total, a todos los Periodistas
del ancho solar hispano. Y para que conste en el momento, y en los siglos
venideros, se firma y rubrica esta acta por cuantos en la fecha dicha tienen su
pie puesto en la Isla, frente a un Benidorm abierto al mundo y cuyo alcalde,
aquí presenta, da fe de lo dicho.”.
Aquél alcalde fue Jaime
Barceló, y presidía la Federación Nacional de Asociaciones de la Prensa de
España Lucio del Álamo. Veinticinco
años después, en 1995 y con Vicente
Pérez Devesa como alcalde de Benidorm, se celebró, con solemnidad, la
efeméride. Varias asociaciones de periodistas asistieron al acto.
La Isla de Benidorm
es un punto emblemático de la ciudad. Está ahí, presidiendo la bahía,
equidistante de la Punta Canfali y de los cierres de la bahía, Escaletes y
Cavall. Las fotos de la Isla son marca de casa, estandarte de Benidorm.
Hoy, se encuadra la Isla en el Parque Natural de la Serra Gelada,
pues es continuación de ese acantilado plunging
que conforma ese farallón rocoso que tenemos por el Este. Hay quien dice que puede
ser la Plumbaria que cita Estrabón en el Libro Tercero de su Geographica
(siglo I d.C.) pero la cosa se las trae porque si Estrabón (de Amasia) escribía en griego, darle un nombre latino a
la isla… y no hay yacimiento de plomo que ilustrara tal nombre… y como escribe
de oído -de lo que contaron ya Polibio
y Posidonio- y como se dice que está
“cerca” de Planesia, que todos identifican
como Tabarca, pues por la “erudición” del cronista Gaspar Juan Escolano (siglo XVII) le
han encasquetado tal nombre original a la Isla de Benidorm. Y tan panchos. El alicantino
Francisco Figueras Pacheco ya lo
dejó claro: Plumbaria estaba al Sur de Planesia/Tabarca, y Benidorm queda al
Norte. Vamos, que nos vamos; que no es. Rufo
Festo (siglo IV d.C.), en su Ora Maritima, ni la cita… pero es
que tampoco cita el Delta del Ebro… porque entonces no existía, pero esta isla/islote
seguro que sí. Gregorio Mayans, otro
“erudito de pro”, insiste en que Plumbaria es la isla de Benidorm, según el Diccionario
Geográfico-Histórico de la España Antigua, de Miguel Cortes (1836). Adolf Schulten, hablando de Tartessos, cita
un Periplo (un relato de navegación)
de Avieno (Rufo Festo), el de la Ora Marítima, que sobre los límites de
Tartessos sí señala la existencia de la isla de Benidorm. Vamos, que existir existía,
aunque pocos la veían… digna de ser reseñada: no había nada y en tierra firme,
dos apestosas albuferas… Menos mal que el tiempo ha actuado y los cambios climáticos
nos han dado este terruño.
Ello contribuye a que la rodeen de leyendas, varias, que le
otorgan un origen mítico. Pedro dejando atrás a Roldán y otras sagas, la isla ahora
es refugio del paiño europeo (Hydrobates
pelagicus), una pestilente gaviota, un petrel en realidad, que se ha
quedado con todo el inhóspito territorio. Porque en la isla (38º30’N- 0º08’E)
no hay nada; ni agua. Bueno, sí: hay un faro, una luz de mar.
Faro de la Isla de Benidorm |
Cavanilles, a finales
del XVII, dijo de ella: “… casi al sur der
Benidorm y como a media legua de distancia está el islote, de la misma
naturaleza que el cerro del continente que sostiene la villa y con la misma
inclinación de bancos. Tal vez la sierra Helada llegó en otro tiempo hasta el
islote, unido entonces con el continente por medio de cerros ahora destruidos…”.
Buena vista la del ilustrado clérigo: buzamiento de los estratos e identidad
con la Serra Gelada.
Con posterioridad Pascual
Madoz diría, tal vez pegándole a la absenta, “… este islote, abundante en otro tiempo en caza de conejos, siempre se
halló inhabitado; sin embargo, en 1834, cuando Benidorm y Villajoyosa estaban
sufriendo el cólera-morbo, se trasladaron algunas de sus familias al mencionado
punto para evadirse de tan triste plaga, y vivieron en chozas formadas con
velas de los barcos, hasta que aquello ceso. Por la posición que ocupa, es
paraje a propósito para pesca de sardinas y otros peces, y aunque antiguamente
tenían los vecinos de Benidorm derecho exclusivo de pescar en él, también se
concedió a los de Villajoyosa por privilegio del Rey D. Fernando en 1506, el
cual fue confirmado posteriormente haciéndole extensivo a que no pagasen
tributo alguno a Benidorm. Desde entonces y con el fin de conciliar los intereses
de ambos pueblos, se fijó como base, que cada uno de ellos ejerciese el
mencionado derecho alternando los días…”.
Pero la isla está
inscrita en el Registro de la Propiedad número 1 de Benidorm, con el número 6.896,
tomo 144, libro 46, “… con una
superficie de cinco hectáreas, sesenta y un áreas, sesenta centiáreas, de suelo
rocoso accidentado con escasa vegetación…”… 56.174 m2, ó 0’056 km2. Una
medición en el año 2000 elevó la superficie hasta los 63.500 m2 ó 0’063 km2…
Cuarenta y dos años ya…
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