14 may 2012

DEL BAR SEBASTIÁN… A EMPERADOR DE LA NOCHE: RR, RICHARD ROMERO




Sí, le pega que le llamemos RR (Richard Romero); o Richard New-Look, o Richard Penélope, o Richard… Su nombre, por sí solo, identifica al personaje y, sobre todo, a la persona: Richard, sin más. Es, aunque ahora con nieta, el Emperador de la Noche de Benidorm La Nuit. Alguién lo escribió por ahí y, como es cierto, lo recojo.

foto Mario Ayús
Le hemos hecho pasar por el tercer grado de “Los cafés del Meliá”, y allí que estuvo, tan fresco y natural como siempre.

De Cúllar-Baza (desde 1986, Cúllar; a secas) a Torremanzanas, y… de La Torre de las Maçanes (parla valenciá i tot) a Benidorm… al Bar Sebastián con 13 años. Es la vieja historia de aquí, de Benidorm: estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado… y valer, y servir, y estar dispuesto a triunfar. Virgilio Romero es así.

Asegura que “lo de ganarme la vida viene de fábrica conmigo”: ha vigilado, de niño, coches en un aparcamiento, ha barrido peluquerías, ha sido monaguillo… antes que fraile, claro. Total que de Cúllar-Baza llega la familia a Torremanzanas (los primeros castellanos -andaluces- que veían los del poble) y él termina apuntado a monaguillo y a la Unión Musical. 

Nueva vida, nuevas obligaciones. Y con el tiempo, cansado de hacerse el Puerto de Benifallim (o del Rentonar) desde Torremanzanas  cada día para ir a clase a Alcoy (donde había instituto) en La Torruana, el coche de línea, terminan por conocer Benidorm como integrante del coro juvenil de la parroquia que don Juan Rodríguez había creado en su tiempo de pastor de almas en la localidad de la montaña. Y le gustó Benidorm, y sigue agradecido a don Juan.

El siguiente paso es pasar el primer verano en Benidorm, trabajando en el Bar Sebastián (1967). Por dos meses, los del verano. Y ahí acabó el Virgilio y emergió el Richard que Virgilio llevaba dentro. Pasaron los dos meses y evidenció que aquí estaba su futuro; en la hostelería, aprendiendo inglés (con Eric Maris, en el Hotel La Paloma) y aplicando su don de gentes. De cafetería en cafetería, de terraza en terraza, local en local.

Pero como el verano no daba para todo el año, compaginaba la hostelería con lo de estudiar, ahora sí, lo de Graduado Social y terminó haciendo nóminas y de las nóminas a la gerencia de locales y de ahí, a ser el Emperador de la Noche. Y terminó trayéndose a toda la familia a Benidorm y, con el tiempo, formando la suya propia en Benidorm.

Desde campeonatos del mundo-mundial de bañeras a motor, a mises camiseta mojada, que le llevaron, con sus chicas, a televisión española en los ochenta… la noche y Benidorm; todo en un todo indivisible. Fue, “Ricky”, hasta portada de la revista Diez Minutos en una exclusiva “rosa” con Silvia Aguilar, exuberante actriz de finales de los 70.

Y en la historia de Richard y Benidorm, surgieron las discotecas.

Dicen que la primera discoteca (música “enlatada”) fue la parisina “Le Discoteque” nada más acabar la IIGM en París, pero nadie le pone fecha, ni imagen. Entre el “Jockey Tranz Bar” (Aquisgram, octubre de 1959) y “Le Club” (NY, marzo 1960) está el embrión de lo que luego fue el invento. La primera de Benidorm… “El Molino Negro”, en el verano de 1960, según me apunta Mario Ayús.

Y llegó Richard al mundo de las discotecas. Estuvo en todas. Y vivió en la aventura de Pachá que hubo de trastocar, porque Urgell había abierto antes la suya en Sitges unos días antes (22.07.67) y registrado el nombre. Lo de las cerezas es otra interesante historia… de “guindas”. Estuvo en la aventura de Nabab. En la aventura de New Look… en la aventura de todas las noches de la Noche de Benidorm haciendo amigos.

En el Richard de la noche de Benidorm hay un Richard filósofo: “Ir de vacaciones es buscar crearse una fantasía, hacer realidad una sensación de libertad”. Y para eso estaba Richard en las discotecas de Benidorm. “Hay que seguir vendiendo fantasía; incluso en lo de ‘pillar’”, insiste; porque queda mucho Benidorm aún. 

Aunque con el tiempo se nos vuelve metafísico: “A veces, a los hijos, se nos olvida darles también lo que tuvimos”. Se me ha hecho un poquito mayor.

Como al buen brandy, a Richard/Virgilio Romero le sientan bien los años; ahora, con nostalgia, recuerda: “Para ‘hamburguesas’, las primera de Benidorm: las del Bar Jesús”. Él es así.

Y terminó pidiendo “un homenaje a los pieds-noir franceses” que ayudaron a dar una pátina de esplendor a aquél Benidorm que deslumbró desde los años sesenta.

Me sumo a su petición; quedan pocos. Máxime, ahora que hasta Michel Salvador  se ha ido…

Las cosas del Emperador…



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