23 oct 2015

DE LA PREHISTORIA DE LAS VACACIONES SOCIALES… HASTA LAS DE TERCERA EDAD (y II)


Comenzaremos esta segunda entrega citando al Instituto de la Juventud y Promoción Comunitaria, que es ya una cosa de 1977 y estaba adscrito al Ministerio de Cultura; Se dedicó a mantener la estructura de las vacaciones sociales ligadas a la juventud  y desde 1985 se quedó sólo en Instituto de la Juventud. Antes, en 1983, se había creado el Consejo de la Juventud con el objetivo concreto, entre otros, de potenciar esta prestación, pero habrá que esperar toda una década (1993) para que se active su Programa de Turismo Social juvenil, con desigual fortuna.

Pero ya vamos a centrarnos en los seniors, que de los juniors llevamos una jartá.

Para ello será fundamental en este proceso la creación del Instituto Social de Tiempo Libre (1979), el primero con personalidad jurídica propia para llevar a cabo iniciativas claras: iba a ocuparse de gestionar lo que antes llevaba la Obra Sindical de Educación y Descanso, ahora suprimida, creándose a partir de él los Servicios de Promoción de Actividades Recreativas y Deportivas y de Turismo Social. Aquello fue el embrión.

En 1980 llegaría un nuevo Estatuto de los Trabajadores, que lo cito simplemente porque existió; aunque no manifestó en modo alguno su apoyo al turismo social.

Pero sí quiero citar la Ley sobre integración social de los minusválidos (1982) que al señalar el derecho “al ocio y tiempo libre” de estos colectivos, llega a señalar asignaciones de los PGE; por eso yo lo incluyo en este capítulo de vacaciones sociales.

En esa línea del tiempo, en 1983 se crea el Instituto de la Mujer que contará desde el primer momento con el programa Estancias de Tiempo Libre para mujeres con hijos a su cargo.  Sí, no es cosa de la Tercera Edad, pero su programa será decisivo.

Y no me he olvidado del IMSERSO y la configuración en España de los primeros Servicios de Bienestar Social (los Servicios Sociales) como un sistema público y organizado de protección social con vocación universalista, que se podía leer en algún programa. Es que el Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO)[1] -que hoy llaman “de Mayores y Servicios Sociales”- recogió el programa de prestaciones previamente implantadas, como las del Servicio de Recuperación y Rehabilitación de Minusválidos Físicos y Psíquicos (SEREM) y el Servicio de Asistencia al Pensionista (SAP); ¡Ojo, que aquí está la clave! El SAP, surgido del Plan Gerontológico Nacional de Mutualidades laboral (apartado “Ayuda a Ancianos”) funcionaban mejor sobre el papel, pero apostó por trabajar los viajes de los mayores.

El caso es que hasta 1985 no se verá el programa de viajes de las personas mayores, pero las experiencias conseguidas desde la puesta en marcha la campaña Juntos en Navidad (1980) sentaron las bases de este experimento de modelo vacacional que es hoy el Programa de Vacaciones de la Tercera Edad. Juntos en Navidad sacó a los mayores a centros turísticos de playa, en grupo, y con animación.

Pero, hay que reconocer, sin lugar a dudas, que uno de los pioneros de las modernas vacaciones sociales para mayores fue el Ayuntamiento de Madrid que en 1980 -y dentro del programa Turismo para todos- inició el programa Vacaciones para Pensionistas (madrileños). Por este programa algunos otros grandes ayuntamientos se interesaron. Hubo también grandes iniciativas posteriores, como las de la Diputación Foral de Vizcaya (Departamento de Bienestar Social), conjuntamente con los de las Diputaciones de Álava y Guipúzcoa,  quienes pusieron en marcha, en 1988, un programa propio de vacaciones para la Tercera Edad -con destino a Baleares, Cataluña, Andalucía y Levante- que competía con el programa nacional.

Y a lo que íbamos. El solar del IMSERSO, en 1984, se ilumina con la idea de unos espabilaos baleáricos (algunos, con tintes ideológicamente vinculados a la línea de aquél gobierno) que vendieron muy bien -a quién tenían que vendérselo- que con el “nuevo” programa de Vacaciones para la Tercera Edad -que ellos proponían- se proporcionaban vacaciones a un grupo de personas que habían trabajado muy duro y que por fin -y con limitaciones económicas aún- podían ir de vacaciones “a Mallorca”, y se paliaba el desempleo temporal del sector turístico balear muy afectado por la estacionalidad. Bueno, la verdad que así estaba también el resto turístico del país . 

Llegados aquí, me gustaría señalar que cuando se pone en marcha el programa (1985) el 55% de nuestros mayores de 65 años no tenía estudios más que elementales (y en ocasiones medios) y que el 12’9% era aún analfabeto. Habían trabajado muy duro en los años del “Milagro español” y ahora la nueva España les brindaba la oportunidad de vacacionar en condiciones favorables.

La idea de sus vacaciones, que no estaba mal -pero que encerraba su mordida-, fue comprada de inmediato; y puesta en marcha para el año siguiente: 1985. Y para que no se “notara” mucho el tinte balear se incluyó en el primer paquete (vacaciones 1985/86) los destinos de Alicante y Benidorm. Así salieron 16.000 plazas a la venta: 11.000 para Mallorca y 5.000 para aquellos otros dos enclaves de la Costa Blanca. Ni que decir que fue un éxito. ¿Qué digo éxito?; ¡Exitazo! Tanto, tanto, que para la campaña siguiente (1986/87) se programaron 152.500 plazas. El salto cuantitativo (de 11.000 a 152.000) ya puede dar idea del pellizco; y además sumaron al programa Murcia y Andalucía como receptoras de aquél maná. El primer año, sufragó la parte señalada del programa de vacaciones el Fondo de Solidaridad para el Empleo y en los siguientes se buscó intermediación de concesión y se afinaron los requisitos de los establecimientos para poder entrar en el programa (incluso presencia de médico y ATS y hasta menús especiales con cava).

Invierno Balear fue la que gestionó el salto. Las siguientes ediciones las coordinaron Marsans y Ceres. La 3ª edición alcanzó las 225.000 plazas y 250.000 plazas la 4ª. Y no sigo porque esto va de Prehistoria de las vacaciones sociales. Pero sí les recuerdo que Viajes Ceres, SA era una de las tapaderas de Filesa-Malesa-Time Sport… ¿Se me van acordando ya? ¿Se me acuerdan de lo de aquél primo manchego de Bono?,  ¿de la Fundación para el Adulto Mayor?… Vamos, les resumo: que se cobraban viajes que no se realizaban… y se financiaba. Un lío que aún colea… mientras algunos de aquellos gestores siguen hoy en día merodeando el programa; ah, y el IMSERSO, que era avalista subsidiario, no se dio ni por aludido. ¡Qué tiempos!

Con todo, Ahora, 2015/16 estamos en más de 900.000… pero la cosa estructural sigue generando igual. Pero ha cambiado algo: ahora los clientes son de colmillo retorcido, las precios más ajustados, las exigencias mayores y siempre pende, cual espada de Damocles, que el cliente insinúe que “se queja” y con “su queja” te quedas fuera del programa. En casa y con miedo.

Al inicio prehistórico del programa sorprendió -le leo a E. Ortega en “Vacaciones y Turismo en la Tercera Edad”- que la provincia española elegida por un mayor número de personas como destino de sus vacaciones fue Alicante, y que la localidad elegida más frecuentemente para pasar las vacaciones por un mayor número de personas fue Benidorm. Más que Alicante o Palma de Mallorca.

Sólo una pregunta: ¿Interesa el Programa? Ilustra esta entrada un mapa de flujos, de la primera edición general del programa (lo reconozco, la del incremento gordo; pero vale para todas, porque no he encontrado más mapas). Échenle un ojito y miren si se puede programar, desde Benidorm, un sistema vacacional invernal. Ahí lo dejo. 







[1] El Real Decreto-Ley 36/1978, de 16 de noviembre, sobre gestión institucional de la Seguridad Social, creó el Instituto Nacional de Servicios Sociales (INSERSO; con N). Posteriormente, el Real Decreto 140/1997, de 31 de enero, cambió su denominación a Instituto de Migraciones y Servicios Sociales IMSERSO; con M), al incluir entre sus competencias la de inmigración. Finalmente, el Real Decreto 1600/2004, de 2 de julio, que desarrolla la estructura orgánica básica del Mº de Trabajo y Asuntos Sociales, fijó su denominación actual como Instituto de Mayores y Servicios Sociales (y se mantiene como IMSERSO).

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