Sí, llevo un tiempecillo sin colgar nada en el Blog; pero
tiene su explicación. Que si un viaje a una boda de un familiar, que si otro
viaje por cuestiones laborales a “comerme” el atasco de Madrid (el del lunes
día 5, el antológico), que si otro por cuestiones profesionales (que a veces se
me olvida de que sigo en el mercado). El caso es que entre viaje y viaje, la
casa sin barrer.
Pero hoy jueves, más liado que nunca, no puedo dejar pasar
esta oportunidad.
Me he sentido esta mañana como Carl Sagan. He encontrado vida inteligente en la
galaxia AAPET. ¿O no? Créanme: siempre dudé de la exobiología. No concebía que pudiera existir vida inteligente en
esa galaxia, pero héteme aquí que el amigo Díez (y 10, que lo es en amistad el
tal José María) me sirve en bandeja (del e-mail) esta benidormería sobre lo del
Primer Café Tertulia AAPET.
Y aplaudo la iniciativa; y mira que la presidenta AAPET no
es objeto de mi devoción, pero inventar cosas para que sólo parezca que es
epiléptico el futuro de la AAPET merece un aplauso (¡plas!; y campana y se
acabó). Es que fui de la AAPET y eso lo llevamos grabado a fuego en el
antebrazo izquierdo… y por eso no nos subimos las mangas.
Doctores tiene la Iglesia, pero convocar la tertulia en
miércoles (4 de septiembre) y a la poco taurina hora de las 16’30 horas tiene
un hándicap del status de la práctica del golf: al hándicap del jugador,
añadamos el hándicap del campo. En fin, que les salga bien; que el café que les
ponga el Meliá de Alicante sea de su agrado (del agrado de Meliá, claro).
Y en cuanto al tema, pues… ¿qué quieren que les diga? No
estoy yo muy “enterao” pero desconozco
el número de turistas que pueden ir a Alicante e interesarse por “El
legado de la Guerra Civil y la Memoria Histórica”, pero lo mismo soy un
retrógrado. Vale. Yo es que para esas cosas, lo justo. A mi me pilló a un paso
y de paso… y me fui al Mauthausen
Memorial; pero no estaba en mi intención turística, y duré lo que duran dos
peces de hielo en un güisqui on the rocks.
A mí me iba más (y me gustó más, mucho más) el pueblo de Mauthausen en sí mismo y el puente sobre el Danubio. Mauthausen es una pequeña y muy aburrida ciudad austriaca,
pero a base de darle a uno la lata, uno hace el tour. Pero mucho mejor quedarse
en el pueblo y descubrir que no es tan aburrido. En fin, yo que si Linzerstrasse para arriba y Vormarkstrasse para abajo, allí donde el
Danubio se bifurca, y a darle a la cerveza y a la salchicha -más a la cerveza-
me lo pasé mejor. Me acuerdo mucho de la Hauptsstrasse
y sus garitos, pero nada del campo aquél. Memoria selectiva (y muy eficaz) la
mía.
No obstante, si esta gente es capaz de sacarle partido
turístico a una tertulia con la concejal de Memoria Histórica y Democrática (¡ahí es nada; cacho de concejalía)
y echarle guindas al pavo del ayer, pues es que estoy muy equivocado (que ya
aventuro, cuál Prólix en Auvernia, que no). Si quitamos lo de “turístico”, no
dudo de que le saquen algo, aunque sea
amarga bilis, que bien destilada puede dar para algo.
En fin, que parece que hay vida en la AAPET; otra cosa es
que sea vida inteligente.
Yo ya entoné mi Réquiem por la AAET hace cinco años. Un
zombi que hay por ahí. ¿Alguien da más?
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