Vale que la mitad de los españoles de España no sepan (cosas
de la LOGSE) quién era Blas de Lezo[1] -como
tampoco saben quién coño era Rafael
Casanova[2]-
pero mezclar churras[3]
con merinas[4]
trae estas cosas. Refiriendo el sucedido al modo del genial Eugenio, pero sin ninguna gracia
-porque no la tiene- resulta que… “va un
catalán y pide que en Madrid retiren la estatua de Blas de Lezo (que era un
vasco de Pasajes de San Pedro, Guipúzcoa) porque
bombardeó Barcelona (en 1714). Y un
madrileño le contesta que Rafael Casanova estaba con los que bombardearon
Barcelona”… Y ya está; ¿chiste malo,
eh? Y resulta que lo único que tienen en común estos dos hombres es que ambos
fueron heridos en la batalla del 11 de septiembre de 1714.
Inauguración en Madrid de la estatua de Blas de Lezo (17.11.2014) |
Pero los catalanes que denostan a don Blas de Lezo se olvidan de que en 1706 fue el encargado de burlar
el bloqueo británico y abastecer a la Ciudad de Condal hasta en seis ocasiones;
cosa que siempre logró con éxito. Y sí, ya en 1714, a bordo del Campanella, de 70 cañones, bombardeó
Barcelona. Contaba 25 años… y ya estaba cojo y manco; y aquí resultó tuerto de
un disparo desde la costa, pues tanto acercó su barco.
Blas de Lezo y
Olavarrieta, el gran estratega y marino, tendría hoy mucho más
reconocimiento si no hubiera sido por un problema de envidia en aquellos días
del siglo XVIII en la defensa de Cartagena
de Indias (13 de marzo al 20 de mayo de 1741). Es que no comulgaba con las
ideas de su inmediato superior, el virrey
de Nueva Granada, don Sebastián de
Eslava que tomó el mando de las operaciones como teniente general y
comandante de la Orden de Calatrava que era. Así, el jefe del Apostadero[5] y Escuadra[6] de Cartagena de Indias, don Blas de
Lezo, quedaba bajo sus órdenes. Y don Blas, “Patapalo”, escribió un diario de operaciones de aquellos días que
dejaba (y deja, pues el diario ha llegado a nuestros días; está en el Museo
Naval de Madrid) en no muy buen Melchor
de Navarrete, avalaba a De Eslava, pero este era el Virrey y se permitió
escribir al Secretario de Indias y al propio rey, Felipe V, contándoles, en previsión de que leyeran el diario del
marino, que “Lezo es poco veraz, tiene
achaques de escritor”. De Eslava falseo las operaciones estratégicas de De Lezo
para vencer a una fuerza invasora que casi le septuplicaba en número de hombres
y terciodecuplicaba en número de barcos posibles que De Lezo pudo reunir. Y
convenció. De Eslava, entre el 8 y el 28 de junio de 1741 remitió cartas a
Madrid censurando la actitud de Blas de Lezo, para ensalzar la suya. El 21 de
octubre de 1741 se recibió en Cartagena de Indias la Real Orden que destituía a
don Blas… pero éste había muerto, de peste[7],
el 7 de septiembre. Nunca se enteró,
aunque disfrutó aquella victoria que hasta Trafalgar nos aseguró el dominio de
los mares.
Diario manuscrito de Blas de Lezo |
Recordemos que los británicos se presentaron ante Cartagena
de Indias con una flota mucho mayor que la célebre “Invencible” que nosotros
habíamos enviado a Inglaterra en el XVI. Y con algo menos de 4.000 hombres y 6
navíos de línea (y algunas barcazas más) De Lezo les hizo frente, y derrotó a Vernon y a sus 25.o00 hombres y 186
barcos. El rey inglés Jorge II prohibió hablar de aquella acción (derrota)
y retiró las monedas conmemorativas que se habían acuñado para la victoria.
Y aquella acción militar tan desastrosa para los británicos
había comenzado por una oreja; sí, la oreja de Jenkins, más famosa, entre
las gentes del mar, que la de Van Gohg. Es que el capitán Fandiño apresó al corsario Robert
Jenkins, le cortó una oreja y lo envió de vuelta a Inglaterra con un
mensaje: “Ve y dile a tu rey que esto
mismo le haré si a lo mismo se atreve”; a mostrar pabellón inglés por el
Caribe español. Y Jenkins volvió a Inglaterra y el rey Jorge II se encabronó de
tal modo que envió a Edward Vernon a
conquistar Cartagena de Indias con la más grande flota hasta el momento
alistada; y fracasó por el empeño y las estrategias de Blas de Lezo.
Vernon, el derrotado, lo maldijo (lo dejó escrito) -God damn you, Lezo!/¡Que Dios te maldiga,
Lezo!- y en España lo mantuvimos maldito -olvidado- hasta 1880 en que comenzamos a valorar su
figura, valor y esfuerzo. No así en la ciudad defendida de Cartagena de Indias
donde siempre fue un héroe.
Lápida del Panteón de Marinos Ilustres |
Desde 1885 un buque de la Armada ha venido llevando su
nombre: Blas de Lezo. En el Panteón
de Marinos Ilustres (en San Fernando, Cádiz) también figura su nombre.
Primero fue un cañonero (cañonero-torpedero clase Elcano, General Lezo) destinado
en Cavite, Filipinas. Resultó hundido en la Batalla de Cavite el 1º de mayo de
1898. El General Lezo estaba varado y en reparación; no tuvieron
piedad con él los norteamericanos. Cuando la batalla de Cartagena de Indias, en
la fuerza expedicionaria británica de Vernon se integraban 4.000 voluntarios de
Virginia a las órdenes de Lawrence
Washington; medio hermano de George
Washington, primer presidente de los EEUU. De Lezo, en vida y ante
Cartagena, los barrió; esta fue la venganza yankee: hundir el barco que llevaba
su nombre.
Después, en 1924, el nombre de Blas de Lezo lo llevó un crucero ligero de la Ley Cortina (similar
a los de la IGM, tipo C -británico-; anticuado ya para la época). A pesar de
sus defectos, el Blas de Lezo estuvo
en el Desembarco de Alhucemas y en la Fuerza Internacional[8]
que fue a China tras la Masacre del 27 (en Shanghái).
Allí coincidió con otros dos buques españoles que los norteamericanos había
apresado en Filipinas y que bajo su bandera acudieron a aquella demostración
internacional de fuerza: el USS Elcano
y el USS Villalobos. Los marinos del Blas de Lezo fueron fuerza de
interposición entre los comunistas del PCCh y las facciones conservadoras del
Kuomintang que al poco se enzarzarían en la Guerra Civil China (1927-1950) que dejó a Mao en el territorio continental y a Chiang Kai-shek en el insular de la China nacionalista, hoy Taiwán.
Aquél Blas de Lezo volvió de China y se
hundió en 1932, en el transcurso de unas maniobras militares, al chocar contra
una aguja rocosa no cartografiada en el bajío de O’Centolo, en Finisterre.
Por cierto, ya que estoy en China y con españoles
“olvidados” (como lo estuvo Blas de Lezo durante años) convendría aquí
reconocer la figura de don Bernardo
Cólogan y Cólogan, embajador del Reino de España en Pekín durante la
rebelión de los Bóxers[9]
(1900). Don Bernardo era el Decano del Cuerpo Diplomático extranjero en Pekín,
amigo de la emperatriz Ts’ue-Hi -con
acceso a la Ciudad Prohibida- y principal redactor del Tratado de Xinchou (1901) que puso fin a la revuelta y que se firmó
en la Embajada de España. Como alguno/a que lea esto haya visto la película “55
días en Pekín” la hemos “liao”… don Bernardo sale poco en la peli y todo el protagonismo es para el
embajador británico. Ah, en las escenas finales salen unos infantes de marina
españoles (y se ve nuestra bandera de entonces, pero no estuvieron allí;
veníamos de los desastres de 1898 y no estábamos para enviar una fuerza
expedicionaria en 1901; en 1927, ya, sí) junto a los de las demás fuerzas
internacionales. Don Bernardo, y este es su mérito, convenció a la emperatriz
de que asumiera las culpas; y esta lo hizo… y hasta le regaló los dos leones en
piedra que aún hoy están a la puerta de la Embajada española en Pekín.
Estandarte del Almirante Blas de Lezo |
En mi repaso, aún nos quedan dos Blas de Lezo más en la
Armada. El de 1973-1991, un ex USS Noa
que aquí se llamó D-65 Blas de Lezo (11ª Escuadrilla de Escoltas), y el actual F103
Blas de Lezo, una fragata de la clase F100 (31ª Escuadrilla de
Escoltas).
Y ahora, finalmente y en Madrid, la estatua de “medio
hombre”, como despectivamente le llamaron los británicos, “patapalo”,
como le llamaron sus marinos”; don Blas
de Lezo, cuyo lema fue “Mis arreos son mis armas, mi descanso la
pelea” (Ornatus mei arma sunt,
requies mea pugnare).
Descanse en paz, lejos de tontos de culo.
[1]
Almirante español que ganó su fama por su entrega, valor y dotes de estrategia
en mar y tierra; siempre fiel a la Corona.
[2]
Jurista español partidario del Archiduque Carlos de Austria; Conseller en Cap
de la ciudad de Barcelona durante el sitio borbónico.
[3]
Oveja castellana, primitiva raza peninsular, buena productora de leche.
[4]
Oveja introducida en la península desde tierras altas del actual Marruecos-Argelia-Túnez
desde tiempos de los fenicios y adoptada por el Consejo de la Mesta por su
capacidad de producir lana.
[5]
Apostadero; de puesto. Lugar donde la Armada disponía de navíos de línea.
Comandancia de Marina.
[6]
6 navíos de línea, como mínimo.
[7]
Los casi 9.000 cuerpos de británicos insepultos provocaron la epidemia.
[8]
Unidades navales de Gran Bretaña, EE.UU., Japón, España, Portugal, Holanda,
Francia e Italia con el objetivo de defender las concesiones Internacionales
establecidas. Se les llamó “dientes blancos”; no mascaban opio y no los tenían
oscurecidos.
[9]
Eran chinos que practicaban artes marciales y los británicos los bautizaron
como boxeadores (bóxers)
Una caracteristica de Su. Excelencia Don Blas de Lezo , es que despues de quedar sin una pierna y un brazo , le ofrecieron : quedar en las oficinas de Madrid y lo rechazo .Un extratega y un guerrero tien
ResponderEliminarque estar en primera linea y no atechao en la plana.