El 24 de noviembre contaba El País (yo lo leí ahí) que “Turismo y Forestales son las carreras conpeores salidas”. Se refería a la Diplomatura
en Turismo y a la Ingeniería Técnica
Forestal porque “uno de cada dos titulados han acabado
empleados en algo para lo que no necesitaban ningún tipo de cualificación”,
y salía así a relucir el mapa de laempleabilidad de este país, donde se exponían las vergüenzas de nuestra
realidad. De todas formas, no se me alboroten porque en esto faltan dos datos
objetivos y fundamentales: tanto el porcentaje
de ocupación efectivo de estos titulados y las opciones de trabajo que te ofrece el mercado. Es que de la facultad
o escuela técnica pueden salir muchos… y no ofrecer tantos puestos el sector
para asimilarlos. Así pues, el titular es más sensacionalista que real; pero
duele lo mismo.
Miren ustedes: lo de Forestales lo puedo llegar a entender.
Ya lo hice en los años 70 y al soniquete de aquella frase que decía “Cuando un monte se quema, algo suyo se quema…
señor Conde”; frase que aviesamente deslizó Jaume Perich para su libro “Autopista” (la “réplica” asfaltada a “Camino” de Monseñor Escribá de Balaguer)
en aquellos años en que por la tele (la única que había) junto al “yo sí como
patatas” salía el conejito forestal del ICONA, en pleno desarrollismo patrio, a
decirnos que no tiráramos colillas. Aquí, del monte, se sigue pasando mucho,
señor Conde.
Pero, oiga, lo de Turismo -lo de los estudios de Turismo-…
se me hace muy cuesta arriba.
Vamos a ver: en un país que vive del Turismo -aunque alguno
no lo quiera reconocer- ¿cómo es que estudiar Turismo no sirve de nada? No será
que siempre hemos dicho que para el turismo valían todos… y resulta que no,
pero nos sacan del apuro.
Yendo a más: ¿no será que la titulitis -en general- no
ofrece lo que demanda el sector o los que mandan en el sector? Pero es que,
además, la calidad del empleo turístico por la vieja piel de toro, e islas
adyacente, deja bastante que desear; tanto, tanto, como la remuneración. Y así,
resulta que, para la mayor parte de los puestos de trabajo ofertados en el
amplísimo sector Turismo no se necesita ninguna titulación; entonces, ¿para qué
estudios?, dirá alguno.
Hasta ahora bien, algunos dicen que venía, funcionando lo
del ‘¿sabe idiomas?, mejor; ¿bien parecido/a, educado/a y sonriente?, cojonudo…
i de diners, ja en parlarem’. Sí, la
cosa dicen que está chunga y la rentabilidad tiene estructura de una manada
elefante columpiándose en la tela de una araña, por lo que los sueldos también
dejan mucho que desear.
Hasta ahora, si el sector pide recepcionistas, formemos a
los mejores recepcionistas del mundo. Y eso lo dicen porque las políticas y las
decisiones turísticas ya las toman los economistas, los abogados y los
políticos desde sus despachos y a la vista de unos informes. Sí, hombre sí,
estos también salen de fin de semana, o en verano, a comprobar cómo va la cosa,
pero siguen a lo suyo. Es que yo me conozco, y le profeso tremenda admiración,
algún director de hotel de Benidorm (tanto recientemente jubilado como en
trámites de hacerlo) que comenzaron de botones y han dejado constancia de
capacidad de gestión, liderazgo, toque social y generación de beneficios; me
conozco a más de uno -director general y director comercial- de aquella tanda
que obtuvo su título de actividades turísticas con sólo enseñar el careto; y
hasta me conozco a un profesor universitario que comenzó de ascensorista y
vivió el mundo de la recepción hasta el máximo nivel, que dejó para ir a la
docencia universitaria -ahora dirige la Cátedra Pedro Zaragoza Orts- y lo ha
dejado plasmado en su libro “Desde elvestíbulo de un hotel”.
Pero es que la realidad supera la ficción. Vale que las
bases, las estructuras turísticas, sean las de ayer; pero ahora estamos ante
nuevos consumidores y ante un nuevo concepto, trepidante, de Turismo. Y más que
eso, estamos ante nuevas maneras de entender lo de los viajes -y de estructurarlos,
componerlos, organizarlos y desarrollarlos-; las NNTT lo han revolucionado todo
y hay nuevos papeles que asumir. Y sí, se necesitan nuevos profesionales bien
formados. Y profesionales es lo que la Universidad y las Escuelas de Formación
profesional generan; nuevo valor para las empresas turísticas que debe ser
correspondido económicamente.
Y para complicarlo todo está la especie humana. Porque -aún
en el caso de que salgan formados en las nuevas necesidades del Turismo desde
la Universidad-,¿les van a ofrecer la posibilidad de demostrar su preparación?,
¿les van a retribuir esos conocimientos y formación? Las arcaicas estructuras
no permiten explotar la novedad del formado. Por lo general, las empresas
turísticas saben de la nueva teoría turística un montón, pero temen ponerla en
práctica porque ya no serán los tradicionales empresarios los que la van a manejar
el cotarro; serán los nuevos técnicos, y delegar es de lo más complicado para
según qué mentes. Y es que, además y por encima de todo, cuesta pagar a
expertos de algo que se les va de las manos a quienes han dirigido desde
siempre el tema.
Hoy el turismo pasa por el trato al cliente y la
comercialización del producto; la celeridad de los dispositivos, amparados en
la Internet, y las volubles tendencias -y hasta de hábitos- de los clientes que
deben ser tenidas en cuenta. A la hora de efectuar la aplicación práctica de
las novedades es donde nos duele; pero es que fallamos.
Yo, en la listita esa de “carreras que sirven para poco” estoy en los puestos 10 y 24, con lo
que puedo opinar poco, o más bien nada; pero puedo hacerlo desde el
resentimiento. Por que cuando salí de la Universidad, cuando fui eso que llaman
un egresado -reincidentemente egresado-, ya me habían dicho lo que había
estudiado -y asimilado- ya había cambiado. Y eso que yo hice una Geografía que
en su mayor parte era -y es- “Aplicada”, muy interesante, eficaz, útil y nada
teorética; y también voy por la vida de periodista, que esa es otra… Y van dos.
Pero la culpa de todo esto la tenemos nosotros. En un país
eminentemente turístico, hasta hace unos pocos años, no dimos rango universitario
al Turismo (a los estudios de Turismo) y aún es muy pronto para opinar, con
certeza, de la empleabilidad de los formados, pues son muy pocas las
promociones modernas que han salido.
Pero es que otros lo tienen bastante peor. Fijémonos en los
puestos 3, 4 y 5 (medalla de bronce y dos absurdos diplomas olímpicos) del
ranking este. Tenemos por ahí a los licenciados en Gestión y Administración
Pública (resulta que había universitarios de este ramo y mira cómo nos ha
salido la cosa de lo público), Relaciones Laborales (claro, si contratan con
cuentagotas estropeado, ¿cómo no iban a estar de tocados los del ramo) y
Ciencias Empresariales (uyuyuiiii). Para llorar.
En fin, esto hay que hacérselo mirar. Hay que romper una
lanza por lo de los Estudios de Turismo. Conozco a la gente del Grado en Turismo de la Universidad de
Alicante; sé que ofrecen una formación generalista para una amplia variedad
de perfiles entre la Economía y la Empresa y entre la Planificación y la Gestión
de los Recursos Turísticos, con preferente atención a las TIC. Sé que hay otros
grados y que costó lo suyo que se pusiera en marcha. Sé del trabajo del Instituto Universitario de Investigaciones
Turísticas de la UA. Sé que la UNED
en Benidorm ofrece también un Grado
en Turismo; ayer celebró el centro su 20º Aniversario en la ciudad… y el
grado en Turismo es el más reciente (primer curso, 2013/14; ahora estamos en el
segundo).
Así que, 18 años después de comenzar la UNED en Benidorm, la
ciudad-turismo por excelencia, empezó la UNED-Benidorm a aplicar su Grado en
Turismo. ¿No será ese el principal problema?, el retraso.
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