10.338’8 kilómetros en 21 días. ¡Ojo
con los chinos! Tanto avisar con lo del “peligro amarillo” y nos pasa como
con el lobo. Tantas veces ¡que viene el
lobo!, ¡que viene el lobo!... y
al final, viene para quedarse… y nos comerá.
Dicen
que fue el Kaiser Guillermo el
primero en alertar del “peligro amarillo” (gelbe
Gefahr), aunque tras su abdicación pidió a Alemania estar en sintonía
con el Oriente amarillo. Tal vez por eso, Alemania y China llevan ya unos años
unidos en lo comercial.
Pero
es que en la vieja piel de toro, hablar de comercio y mentar “un
chino” es señalar pésima calidad. Sí, en “un chino” hay de todo… menos calidad, aunque va
cambiando la cosa muy lentamente. Y hay
lugares en España donde el comercio chino ha devorado al español tradicional.
Hay
que reconocer que comenzaron introduciéndose con el máximo sigilo. Sus precios
baratos -y su nula calidad- fueron entrando en nuestras vidas, por Hache o por
Be. Su oferta tocaba todos los palos posibles. Se habló de una “invasión”
porque el comercio tradicional patrio iba cediendo terreno frente a su empuje. Y
nadie hizo nada. Más de uno (por lo general, comerciante de barrio) se echaba
las manos a la cabeza y se desgañitaba denunciando la “competencia desleal” que
ello suponía. Y pronto empezaron a trabajar españoles en “los chinos” y ahora
resulta que muchos de ellos han mejorado en calidades con lo que la
preocupación por la “invasión” se ha
transformada en terror porque es inminente la muerte del comercio español
de barrio.
Los estudios recientes
apuntan a que ahora “los chinos” se
especializan y aumentan la calidad. Ya hay hasta franquicias asiáticas. Ojo a Mulaya, “el zara chino”; ya tiene 25 tiendas en España. Y ahí están Okesi y Modelisa. Ellos llaman a su moda -y a sus precios- ropa rápida.
Parte de esa producción “se fabrica” -o se ultima- ya en España, Italia o
Francia, aunque el grueso de la partida sigue llegando de China.
Pero
venden; y venden modelos similares a precios muy inferiores. Inditex, H&M o
Primark dicen que aún no son un problema,
pero ¡ojo al tren!
Yiwu-Madrid: 10.338'8 km |
Les cuento: entre Yiwu
(China) y Madrid (España) median, en
línea recta (teniendo en cuenta el arco del meridiano y todo eso) 10.338’8 km. En avión, China Southern/Air China anuncia el vuelo con una
duración real de 17 horas y 55 minutos
(con escala en Pekín).
Pues bien, ahora mismo está en marcha un tren, con 82 contenedores normalizados,
que salió de Yiwu el día 18 de noviembre
y que está previsto llegue a Madrid el día 8
de diciembre. Inaugura un nuevo servicio de transporte de mercancías que
por mar tarda 30 días (en el caso de
España)
Hasta ahora China estaba conectada, bien conectada
comercialmente, con Alemania. El tren Hamburgo-Pekín coloca mercancía china en
la zona portuaria alemana tras un viaje de entre 17 y 19 días, bien saliendo de
Pekín o bien de otros centros comerciales al norte o al sur de la capital china.
Este tren se puso en marcha en 2008 y que lleva ya un par de años siendo rentabilísimo
gracias a un acuerdo entre los ferrocarriles alemanes (Deutsche Bahan; DB) y rusos (Russian Railkways, RZhD) que median la mitad del trazado. En
la actualidad (2014) el servicio conecta el área de Shanghái con Hamburgo en lo
que llaman la Nueva Ruta de la Seda.
La ruta Yiwu-Madrid |
DB y RZhD crearon TransEuropa
Logistica (TEL) y lideran un segmento de comercio que ni el posible Paso
del Noroeste expedito (vía marítima) podría hacerlo zozobrar. Ahora quiere
batir un record y poner en marcha la
ruta ferroviaria de mercancías más larga del mundo: desde China hasta el
mismísimo corazón de la península Ibérica.
Para ello utilizan el trazado chino (hacia Kazajistán), o
buena parte del Trans-mongol, y del Transiberiano en lo que se llama Puente Terrestre Euroasiático.
El único inconveniente, que no problema (¡faltaría más!, a
estas alturas del siglo XXI) es el ancho de vías tanto si van a Alemania como
si vienen a España, aunque para Alemania sólo son necesarios dos trasbordos.
Para España, tres.
Salida del tren inaugural Yiwu-Madrid (18.11.2014) |
China ha optado por los 1.435
mm del, digamos, “ancho europeo”
que campa por sus fueros por toda Europa menos por sus extremos: España (1.668 mm: salvo en los trazados AVE,
1.435 mm) y Rusia (1.520 mm). Así
pues, el tren que nos ocupa tiene que trasbordar los 82 contenedores que
conforman el convoy a otras plataformas, y cambiar sus locomotoras, al entrar
en Kazajistán (desde China, para enlazar con las líneas del llamado “Eurasia Railway”), al entrar en Polonia
(desde Bielorrusia, que como Kazajistán -y todas las ex repúblicas soviéticas-
sigue el ancho ruso) y al llegar a la frontera española para dirigirse a Madrid
(porque no entrará, leo, por el trazado AVE del Arco Mediterráneo). Bueno, pues
aún así, aseguran que estarán los 82 contenedores (con tres trasbordos) en
Madrid el próximo 8 de diciembre.
Total que la mercancía que llegue a Madrid se habrá cruzado
China, Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, Francia y media
España… en 21 días, insisten desde TEL (DB & RZhD), 9 días antes de que lo
hiciera con un barco a un puerto español. Y desde Madrid, a donde quieran en la
península.
Me parece un logro logístico, pero me preocupa lo que nos
pueden traer desde China en esos contenedores. En You Tube hay un VTR de 4 minutitos que retrata Yiwu, “una
de las maravillas del desarrollo económico chino”. Y, ojo al dato -que diría
mi admirado García-: “el 80% del comercial mundial de pequeñas
mercancías se concentra en Yiwu”. No sé si ponerme a llorar. Que Dios
(que parece amarillo) nos coja confesaos.
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