El 10 de septiembre
se va a celebrar en Benidorm una interesante jornada: Importancia y repercusión del
colectivo LGBT sobre el Turismo. Estará inmersa en el Benidorm Pride 2015 (7-13 Septiembre). #TurComSom lo organiza la Cátedra de Estudios Turísticos Pedro Zaragoza Orts de la UA.
Me niego a caer en el tópico de las cifras cuando hablamos
de segmentos: que si gastan tanto o cuánto. No es una cuestión de mercadeo; es
cuestión de abundar en un nuevo segmento de mercado, en una nueva carta de la
baraja del Turismo, sección figuras, rama triunfos. Me vale aún mucho menos la
consideración DINK (Double Income, No Kids; doble de
ingresos, sin hijos). Son turistas y vivimos del Turismo.
Es que el turismo no es sota, caballo y rey; hay
otras muchas cartas en la baraja, le leí hace tiempo a Xavier Canalis en una de sus acertadas
reflexiones en HOSTELTUR. Y a fe, que es verdad. Unos días antes, gracias a él,
me enteré de la existencia del interesante segmento PANK (Professional Aunt, No
Kids; vamos, la tía guay -cool aunt-:
mujer con trabajo, sin hijos, pero que disfruta con el sobrinamen en vacaciones). Me encanta que alguien “me dé la razón” y analice las tendencias demográficas en el cocktel
turístico. Y conozco, al menos, dos PANK de aúpa.
Otra es la de las llamadas “escapadas de chica” -GG; girls getaway- están teniendo un mercado
cada día más importante y alguna capital europea ya tiene su Girl’
Guide. Y eso lo hacen porque las “viajeras
de negocio” (femenino, -as) suponen ya un 25% del total, y muchas prolongan
su estancia por ocio. No estamos en ese campo de ciudad de negocios, pero…
Pues efectivamente, como hay muchas cartas en la baraja del
Turismo y como se suceden las generaciones, esto del Turismo parece que va a
seguir. Pero los destinos tendrán (tendremos) que estar atentos a las variaciones
–volubilidades- de la realidad social: el de tías solteras con sobrinos hay que
tenerlo en el punto de mira. Y hay más cartas en la baraja.
Volviendo a lo que nos trae. Una realidad descomunal es el Turismo LGBT. Y aquí sí me permito
cifras: representa ya el 10% de la actividad mundial, y entre el 15 y el 17%
del gasto global; en esto no coinciden
los analistas. La verdad es que han sido invisibles
durante años para el mercado y sólo algunos puntos muy concretos han
aceptado ser receptores; pero hay que estar a las duras y a las maduras. El
principal soporte que necesitan para impulsarse en el destino turístico es que
no sean restringidos sus derechos ciudadanos más allá del simplicísimo concepto
de tolerancia; incluso aceptación. Porque no es una cuestión de tolerancia y sí
de ciudadanía.
Cuando el 2012 la OMT/WTM presentó el 1er Informe -en
2012; y la OMT se creó en 1975[1]- sobre
el Turismo LGBT señaló en el mismo
momento de la presentación que era un “acto de normalización”; tardío, pero
consecuente con la realidad. Entonces se decía que las “políticas progresistas hacia colectivos LGBT traen beneficios
económicos”, que es una perogrullada normalizadora de órdago, aludiendo a
conceptos con el mismo estigma: la tolerancia, la inclusión y la diversidad…
cuando los destinos que ya se habían decantado, sin aspavientos mediáticos, podía
presumir a las claras de todo ello. Una vez más llegaba un informe poniendo
negro sobre blanco obviedades, que repetía el Worl Travel & Tourism Council
(WT&TC) pocos días después,
aunque añadía que “ser un destino con
turismo LGBT contribuye a los avances sociales”. Esto, aquí en Benidorm, es
otra perogrullada, pero esta gente, en sus análisis, no se fija en destinos
como este y se diluye en la globalidad. Considero que entonces era el momento,
sí, de haber metido ahí el concepto de “especialización”
en lugar de “normalización”. Aquí entra en liza la condición; por ello,
especialicémonos.
La especialización es un plus para todas las cartas de la
baraja del Turismo; en este caso, incluso una especialización plus es un extra
plus.
Igual que la sostenibilidad es una cuestión que ya no
cuestionamos (y nos orgullecemos de haber logrado hitos, recientes hitos en ese
campo), el género será otra muy a tener en cuenta en los próximos años donde la
competencia será mayor.
La importancia de esta jornada del día 10 reside en que con
un conocimiento profundo de las realidades del segmento se puedo uno posicionar
con conocimiento de causa y atender a la demanda. Por cierto: no es una cuestión de banderas. No por
colocar la Arco Iris -o el cartelito gay friendly- se está dentro del
segmento; eso sólo es la fachada y el cliente no busca el ser aceptado en el
lugar, en el entorno, en el destino; sino -y ahora sí- la normalidad de su
estancia. No se trata de plantear una aceptación. Tal vez se debiera comenzar
con un Pink Point. No estaría de más.
No es cuestión de llegar primero (que, obviamente, no
llegamos); es cuestión de estar a la altura de un nicho de mercado apetecible
(como todos).
Será una ocasión para analizar nuestras respuestas ante una
posibilidad ya que no se les cae de la boca, a muchos, eso de que “con el turismo que nos viene” que, por
cierto, siempre es el mejor.
Ojo, que a lo peor muchos sectores no pasan la prueba de
este algodón. Ni de éste, ni de otros segmentos.
[1]
Los Estatutos de la OMT son del 27 de septiembre de 1970. Sustituyó a la UIOOT
(Unión Internacional de Organismos Oficiales de Turismo, fundada en 1934,
aunque su 1er congreso no se celebró hasta 1946
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