Y llegamos al siglo XXI en este repaso, mi repaso (mi muy
particular repaso), a la política turística de este país cuando está a punto de
entregar la cuchara el octavo año de la segunda década.
El segundo gobierno Aznar (2000-2004) diseñará su política
turística y sus planes de excelencia turística para el periodo 2000-2006 a
través del PICTE (Plan Integral de Calidad del Turismo Español), que surcando
la cresta de la ola turística nos colocará con buenos resultados ante el inicio
de la crisis económica mundial que el Turismo advierte en 2007.
El PICTE ya analiza las transformación que se avecinan en el
sector y en el comportamiento del turista; las nuevas tendencias son objeto de
análisis. Los efectos de la globalización se analizan; se tienen en cuenta la
subcontratación de actividades; las nuevas formas de la intermediación y
comercialización; el factótum Internet y las nuevas tecnologías. Se aventura lo
que ocurrirá y, de hecho, ocurre al compás que el PICTE está en la calle.
Se creó el Observatorio del Turismo… pero se ha pasado el
tiempo buscando ovnis.
El PICTE se centró en aspectos de calidad y desarrollo
tecnológico. Los Sistemas de Calidad pasaron a ser la tónica del sector. Se
creó el ICTE (Instituto de Calidad Turística Española). El ICTE nos llevará al Sistema
de Calidad Turística Española y a la calidad en destinos turísticos (SICTED).
A través del Instituto Cervantes, se programará un Plan de
impulso al turismo idiomático bajo el prisma de la enseñanza del español como
recurso turístico que llevará a programaciones específicas, independientes, de
turismo cultural creándose el marco de una auténtica oferta turística cultural
que, la verdad, siempre había existido y habíamos presumido de ella, pero no
orquestado.
En 2004 ganará las elecciones José Luís Rodríguez Zapatero.
Estábamos en una etapa dulce en que las millonarias ayudas de los gobiernos
despertaban adhesiones por doquier.
Y, de repente llegará la crisis. Todos hablan de la crisis
de 2008; pero en 2007 los hoteleros de media España ya dijeron que las cosas
estaban mal. Aunque como siempre estaban quejicosos, poco caso se les hizo. En
octubre de 2007 las subprime
(hipotecas basura; DR Horton, en marzo, lo anuncia) explotaron, Bear Stearms y
los hedge funs… la crisis hipotecaria llegó al sistema
financiero USA (quiebra de Lehman Brothers) y en nada al internacional (informe
OCDE: “la crisis financiera podría
alargarse por tiempo indefinido”), con los problemas de liquidez (derrumbes
bursátiles de enero y octubre), crisis alimentaria (que nos pillaba lejos), el
desempleo (que se disparó)… La crisis bancaria (2010) y los rescates bancarios,
el movimiento 15M (2011)…
Aún en 2017 se especulaba con que si España había salido de
la crisis. Toda una década. Y eso que se consideraba que en 2014 habíamos
salido de ella.
El caso es que Rodríguez Zapatero (2008-2011; 2º mandato,
tras negación y brotes verdes de moho) y Rajoy Brey (2011-2018) encararon la
situación. Aquí es economía pura y dura: 100.000 millones de euros a la banca
en rescates y 50.000 millones del Plan E, con reforma laboral de unos y otros.
Sí, por que a la de ZP siguió la de Rajoy con más recortes desde aquel 21 de diciembre
de 2011 y todas estas cuestiones las tenemos más frescas.
¿O no? Porque los planes de 2009 para atraer turismo chino
aún me martillean en la cabeza; como las de impulsar el turismo sostenible.
Zapatero fue el de “las cifras del
turismo asustan” (y estábamos en crisis) apostando por equilibrar los
flujos turísticos. José Montilla y Joan Clos fueron los titulares del
departamento 2004-2008; Miguel Sebastián y Elena Espinosa los responsables hasta
2011. De destacar, en Plan Renove Turismo (400+600+1.000
millones de €) o el Plan FuturE (500 millones a través del ICO) para sostenibilidad
energética y accesibilidad. Y sí, con el turismo llegó el célebre traspiés ante
el micrófono, hablando de la promoción del turismo español en Rusia, ante el
primer ministro Medveded, de un acuerdo para “estimular, para favorecer, para FOLLAR (apoyar) ese turismo”.
Es Zapatero quien comienza con los consejos de ministros
monográficos para el turismo; recuerden lo malita
que estaba la cosa: congelación tarifas aeroportuarias y nuevas rutas de
navegación comercial. Y como España estaba en la presidencia del Consejo de la
UE (enero-junio 2010) hasta se convocó la primera Reunión de Ministros de Turismo de la UE; de las llamadas “informales”
hubo varias (y sigue habiendo), pero aquella, en la que se invitó a
Iberoamérica, una y solo una. No más. Y también una Conferencia Euromediterránea de Ministros de Turismo a la que, muy
en la línea zapateril, se invitó hasta a la Liga Árabe. Y no olvidemos la Declaraciónde Madrid (15.04.2010) sobre sostenibilidad medioambiental, cultural y
social del Turismo. Y hasta llegamos a la Nueva
Economía del Turismo y el Plan 2020
que excede mi capacidad de comprensión y consiguiente explicación para este
Post.
Y el 22 de diciembre de 2011 presenta Rajoy su nuevo gobierno,
tras su victoria en la urnas, y el canario José Manuel Soria es ministro de
Turismo (e Industria y Energía), al que sucederán como titulares Luís de
Guindos, brevemente (abril a noviembre de 2016) y Álvaro Nadal hasta junio de
2018.
Rajoy pedía “cuidado y
mimo para el turismo” cuando arrancó la turismofobia. Y pidió más: responsabilidad y sensatez. Reconoció
que el turismo “tiraba del carro” de la
Economía española. Y es que con Rajoy y sus duras, durísimas medidas, la
economía se fue ajustando y con viento de cola procedente de Europa y del
mundo, esto fue mejorando. Comenzó recortando el presupuesto de turismo en 2012
un 30%... cuando había dicho en su discurso de investidura que “El turismo es nuestra principal industria
exportadora”. Todos se apretaban el cinturón y Turismo, también. Y como íbamos
de récord en récord, una de aquellas tardes palmesanas dijo aquello de que “el
Turismo en indestructible”.
Fue el tiempo de expansión de las ayudas a jóvenes emprendedores
y del FOMIT, Fondo financiero del Estado para la modernización de la
Infraestructuras Turísticas. También un Plan Integral de Turismo y, como en
todo este tiempo, desde mediados de los años ochenta, las Comunidades Autónomas
gestionando planificación y políticas por su cuenta.
Y sin ninguna política de Estado más.
Primero, porque estábamos en los inicios (1951-1962); luego,
porque estábamos en fase de desarrollo (1962-1974); después, porque nos estábamos
modernizando (1974-1982) y pesaban mucho las incertidumbres. Luego, llegaron
las CCAA y la dualidad; pero eso abre una nueva etapa. Primero, nos tuvimos que
adaptar (1982-1991); luego, nos tuvimos que poner las pilas e innovar al compás
de los tiempos (1991-1996) para iniciar un periodo de cooperación entre administraciones
(1996-2006) que la crisis mandó al garete.
Y como la cosa era -y es- tan solvente que resistió, aquí
que estamos pensando como subsistir cada uno por su lado. ¿O no?
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