Pues como siempre les cuento, resulta que… pasó a tomar café
con nosotros un benidormer que nada más empezar nos lanzó un “mis padres tuvieron el acierto de venir a
Benidorm…”. Aquello fue allá por 1954.
Jaime Samper Moya
se llegó hasta el Meliá Benidorm para participar en la tertulia ‘Los
cafés del Meliá’ en su calidad de presidente del Club Náutico de Benidorm, pero a nadie se le escapa su figura,
siempre amable, en la dirección de la CAM de la Alameda.
Pero a lo que íbamos. Allá por 1954 el padre de Jaime llegó
a un Benidorm en ebullición urbanística como experto en el manejo de maquinaria
pesada y “Orozco lo contrató para
adiestrar en el manejo de tractores carterpilar; en 1955 se trajo a la familia.
Lo manejaba todo; araba y alisaba la playa”.
Y la playa y Benidorm tendrán mucho que ver en la historia
de Jaime Samper.
Con 15 años comenzó en la banca. El Banco de Siero, un Banco
que el 66 se fue a pique, necesitaba personal en la oficina de cambio que
poseía en Benidorm –“en la calle La Garita”-
y contrataron a un chico avispado que en aquellos días “cambiaba a diario más de un millón de pesetas en Benidorm y se enviaban
por correo ordinario al Banco de Siero en Ginebra”. Pero tanto mandar
dinero a Suiza que aquél invento bancario acabó el 2 de nombre de 1966 cuando
el juez Sánchez del Corral lo tachó de ‘delito
monetario’ y mandó al trullo de Carabanchel al presidente de la paraeta bancaria y dejó al joven Jaime y
a muchos otros en la calle.
Tertulianos en tertulia; foto, como la de Jaime, de Mario Ayús |
Entonces Jaime se quedó sin trabajo, pero sólo unos días. La
Caja de Ahorros del Sureste de España (1940; Antonio Ramos Carratalá) le
recupera de inmediato para la Banca y desde el 1º de enero de 1967 Jaime Samper
estuvo ligado a esa entidad y a su trayectoria. En 1975 la del Sureste, con
algunas otras más, fue la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia (CAAM) y desde
1988 era Caja Mediterráneo que ha terminado en el Banco de Sabadell. Él, Jaime
Samper, se ha pasado cuarenta y cuatro años y medio en la entidad en la que
entró de botones y -paso a paso y oposición a oposición- terminó de director de
zona, “y siempre fui al trabajo a pie”:
oficinas de Mercado, Almendros y Alameda, “siempre
cerca de casa”. Aunque también hubo una escapada profesional, con la
entidad, allende Benidorm; pero fue corta, porque quiso volver a Benidorm.
Analizamos en la tertulia el proceder y situación de los bancos
tras las fusiones y los líos que ha habido. Jaime fue tajante: “Los consejos de Administración estaban
politizados; se hicieron cosas mal por parte del negocio bancario y hubo
enfrentamiento político en los consejos”. Y dio la clave del caos: “no existía la disciplina del beneficio”.
Y así acabaron las Cajas de Ahorros una vez que los políticos entraron en
ellas.
Y el trato bancario: “ahora
está despersonalizado; antes con mirar a los ojos sabías cuándo conceder un
préstamos. Ahora esperas el dictamen de la máquina”.
Y volvimos a sus principios. La familia Samper -y con ella
el joven Jaime- tuvo aventuras empresariales en la hotelería de aquellos días
(Pensión Benimar, en Tomás Ortuño: “recuerdo
cuando bajaban las reses al matadero; por Tomás Ortuño”) y en la playa:
alquiler de toldos y hamacas en los años sesenta. Pero él optó por la banca.
Nos habló de su tiempo de ‘mili’ en Cartagena, embarcado en el Marqués de la Ensenada (el D-43, el que sufriera en Santander, en
el 81, el sabotaje de ETA; pero esa es otra historia que no es la suya) y de su
pasión por el deporte, en especial por el fútbol, la caza -“somos muy
respetuosos on la naturaleza”- y la pesca deportiva: “es una válvula de escape; te vas a pescar y en el mar te olvidas de
todo”.
Y ha sido el mar el que le ha llevado al Club Náutico de
Benidorm (fundado en 1963) donde “en 1998
Tomás Orts me llama a la Junta Directiva”. Total, que en 1999 asumió la
presidencia y el 2000 la revalidó en elección de socios. Y ahí se mantiene.
Recordó la época de grandes deportistas que salieron del
Náutico de Benidorm “en la década 1965-75
con los equipos deportivos y los grandes regatistas”. ¿Y qué pasa ahora?
Pues que “la diversificación hace que non
tengamos tan buenos resultados, pero tenemos grandes nombres en competiciones
de vela ligera, como Mariano Cebrián, y seguimos recordando los éxitos de Pepe
Marcet o Jaime Nomdedeu”.
Hablamos del puerto de Benidorm y de las instalaciones del
Club Náutico, “que no es lo mismo”,
del refugio que es y de “los problemas
que tenemos con los arrendadores (Puertos de la Generalitat)”. Es que el
Náutico de Benidorm “ha pasado de las
4.000 ptas/año de los años 60 a los 120.000 €/año que pago ahora por ocupar el
espacio que ocupa”. Por cierto, la concesión del Náutico en el Puerto de
Benidorm (38º 31' N; 00º 07' W; con 2’5 metros de calado en bocana)
Se siente Jaime Samper orgulloso de las escuelas de vela,
remo y kajak y las secciones de pesca y senderismo. Y destacó Jaime la labor
que hace el Náutico de Benidorm; de lo satisfechos que se sienten de las
pruebas que organizan –“algunas tan
clásicas como las Navidades Náuticas o los trofeos Virgen del Carmen y Fiestas
Patronales”- o de la colaboración con Anémona Marina Baixa y los dos
equipos de remo femenino.
Y terminamos hablando de pesca y del tiempo que hace que ni
he salido a pescar ni me he llegado a calar una línea pendiente de que una boya
me avise de que están tintineando por debajo.
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