No sé como terminará esto; aunque estoy convencido que bien.
Ahí está la historia de la Humanidad y sus pandemias; y aún no ha aparecido bicho
capaz de tumbarnos a todos. Y eso que le ayudamos a que lo haga.
Cada día asisto perplejo a innumerables manifestaciones de
indolencia, descuido, incivismo y cuestiones similares. Somos así.
La Covid19 nos hace cambiar nuestros hábitos; desde luego,
no estamos ante la normalidad de antes sino ante una nueva realidad a la que
habremos de adaptarnos todos hasta que lleguen los tratamientos eficaces y las
vacunas. Es cuestión de colaborar y hacer, entre todos, más llevadera esta
situación que, aunque no lo parezca, aún sigue activa y amenaza nuestra
seguridad sanitaria, física y emocional. Lo que ocurre en 2020 no tiene
precedentes modernos y debemos adecuarnos a esta nueva realidad.
Es que hasta que tengamos dominado el tema, nada es igual.
¡Nada!
¿Tan difícil de entender es?
Bueno, veo que podemos llegar a ‘entender’ que para
entrar en un banco haya que hacer cola y hasta tener que haber solicitado cita
previa. Ahí sí; pero para la playa no. Hombre, es que la playa es pública (por
no escribir ‘de todos’) y el banco es de los accionistas. Pues es lo mismo:
gente y posibilidad de contagio.
¿Cuándo entenderemos que nada es como antes?
Sin vacuna y/o tratamiento eficaz estamos todos expuestos a
esa cosa tan diminuta que es invisible y que nos puede atacar. Nada es como
antes; debemos aceptarlo y procurar que sea por el mínimo espacio de tiempo
posible. Pero no. La cosa, como que no va con nosotros.
El número de fallecidos -28.420 (oficiales) a 18 de julio-
parece que ha ido a parar a la sección de Estadística de la neurona 23 de
nuestro espacio cerebral; justo esa que no usamos. Ah, claro, es que estamos en
el puesto 33 del Covid Index de la OCDE… que señala que tenemos la eficiencia de
control epidemiológico más bajo del mundo (-0’28) -y eso parece que tampoco nos
importa una higa- y. además, la nada despreciable cantidad de 575’26 muertos
por millón de habitantes… cuando los Estados Unidos, del taimado Trump, están
en 246’98 y no paramos de sacarlos en los telediarios por lo ineficaces que son
en la gestión.
Allí sí que están mal, ¿verdad? En cambio, nosotros, estamos
la mar de bien. Tan bien que queremos hacer las mismas cosas que antes y como
antes. Esto del cromosoma ibérico (cromañónico) en el ADÑ es terrible.
El bicho, como el mundo, va su puta bola. Y lo único cierto
es que se trabaja contrarreloj y sin descanso para encontrar vacuna y
tratamiento por la repercusión económica que tendrá. Dinero para las farmacéuticas
y, esta vez sí, las economías a volver a funcionar; que es de lo que se trata.
Pero necesitaremos 7.700 millones de dosis (y la población mundial es, ahora
mismo, de 7.768 millones de personas; y subiendo). Por cierto: ¿Cuánto tiempo
se tarda en producir 7.700 millones de dosis (suponiendo que sólo sea necesaria
una dosis)?
Siga leyendo que un poquito más abajo se lo cuento.
Ya las farmacéuticas anunciaron, a primeros de mes, que
serían necesarios 15.ooo millones de dosis. Y también de que no hay suficientes
plantas farmacéuticas en el mundo, ahora mismo, para producirlas. Desde Ifpma,
la patronal (mundial) del sector se ha advertido al mundo. Y es que ya lo dijo
Bill Gates en su día: “si sólo podemos producir 300 millones de dosis por
año y planta, tendremos un problema”. Y él ya está construyendo una planta
exclusiva para esta aún inexistente vacuna para producir entre setecientos y
mil millones de dosis al año.
Ahora mismo, con lo que hay, se habla de que sólo se podrá
garantizar el producto a los más vulnerables; hasta la primavera de 2021 no
habrá producción suficiente para ellos.
Es que, resulta que, las farmacéuticas deben seguir produciendo
los medicamentos ‘tradicionales’ para no generar un problema añadido.
En España, por ejemplo, no existe ninguna fábrica de
vacunas para uso humano.
He indagado un poco. Las vacunas están tal que así. El
Instituto Jenner (Universidad de Oxford) dice que su vacuna, la hAdOx1
nCoV-19, que aseguran es ‘la más adelantada y eficaz por el momento’ estará
“en breve”. Ahora la están produciendo en lo que se llama “producción
a riesgos”, mientras siguen los ensayos. Si los resultados de estos nuevos
ensayos no son determinantemente positivos, será un fracaso. Pero es que si no,
en diciembre no tendríamos producidas las suficientes primeras remesas para
vulnerables y para entonces esperan poder tenerla “en suficiente cantidad”.
Pero, ¿qué números de viales es eso de ‘suficiente
cantidad’? Ya lo hemos señalado un poco más arriba: 15.000 millones de dosis.
Y AstraZeneca y Janssen, por ejemplo, son capaces de fabricar 1.000 millones de
dosis en un año. En esa línea, MSD, Pfizer, Sanofi, GSK y Moderna, podrían
llegar a producir otros 1.000 millones/año. Vamos que, con todo a favor y la
nueva planta de Bill Gates, los primeros 7.000 millones de dosis estarían a lo
largo de 2021; hasta diciembre.
En ello están también Hoffenheim, los alemanes de la CureVac,
que están haciendo sus pruebas en humanos y también “produciendo a riesgos”. Dietmar
Hopp arriesga inicialmente menos porque Trump ya le ha dicho que se la compra
toda. Y eso que en casa tienen a Moderna
que ya ha informado de pruebas “seguras y bien toleradas en general”. Y también
en USA, resulta que Pfizer, en colaboración con la alemana BioNTech ya tiene un
producto que en 28 días genera anticuerpos y calcula que en diciembre de este año
podría tener ya “una cantidad suficiente de dosis” que no cuantifica en
número.
También se trabaja con medicamentos que aplicar a los
pacientes ya contagiados por SARS-CoV-2 y parece que cada mañana damos un paso
adelante (aún en pruebas)…
Y mientras esperamos la llegada de vacuna y tratamiento la
cosa está clara (para algunos): responsabilidad, sentido común y muchas medidas
de autoprotección.
Hoy ya es obligatoria la mascarilla en la Comunitat
Valenciana para todo lo que no sea ingesta de alimentos y bebidas y baño.
¿De verdad tenemos que seguir siendo tan necios de no darnos
cuenta de que por lo menos este año de 2020 las cosas no van a ser lo mismo?
No hay normalidad; hay una nueva realidad que de nosotros
depende que no sea más compleja.
Y no queremos verlo.
Un artículo de M. Alarcón, en el diario Información, lo dice
todo: “el virus te busca cada noche”. Viene a decir que especialmente de noche,
en las noches de verano, nos relajamos más y olvidamos la autoprotección: la
mascarilla y la distancia física.
Es que no queremos ver que, de momento, nada es como el año
pasado. Y de nosotros depende que podamos volver, de verdad, a cómo eran las
cosas (antes).
Pero veo que no queremos, no. Pues sarna con gusto, no duele.
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