Mi amigo Cecilio
es todo un crack. No para de parir
ideas de promoción de Benidorm. Y pocos le tienen, y se las tienen, en cuenta.
Cecilio González Foto: M. Ayús |
La mayoría de las propuestas de Cecilio son geniales, pero
no encuentran el eco apropiado. Las más de las veces porque no se les han
ocurrido a los que tienen que decidir; alguna es de Pero Grullo, y pocas, muy
pocas, son inviables. Tal vez la vehemencia con la que las defiende apabullan
al interlocutor que, siempre en mala hora, las deja de lado. En cierto modo
Cecilio es un personaje sumamente implicado con el concepto Benidorm, además de un self-made man que está a la que salta
por Benidorm. Y es que no para, colapsa al más pintado; destila efluvios de
Benidorm por sus cuatro costados y, por sus venas corren a la par sangre (muy
bien oxigenada), notas musicales (muy bien orquestadas) y el todo Benidorm (por
activa y por pasiva) en estado puro.
Cecilio
González Muñoz, talabricense de nacimiento, llegó a Benidorm
en el momento oportuno (1973) y aunque lo suyo era la batería (se inició con su
padre, y luego aprendió de José Mª
Martín, de la Orquesta Nacional), tocó todas las teclas del negocio
inmobiliario, lo que le permite hoy en día poder dedicarse a parir ideas para
un Benidorm más próspero, y seguir con lo suyo, que es lo inmobiliario (TABE,
SLU). Bueno, vino a Benidorm (Hotel Don Pancho) para 20 días y estuvo cinco
años dándole a la batería… y haciendo valer su capacidad en el negocio que le
ha llevado a ser uno de los grandes; pero la música siempre la lleva en los
ijares y sale por donde puede.
La conocí nada más llegar yo a Benidorm cuando él estaba en
plena vorágine de lo que aún conservo como Expediente
Montamarta. Cecilio había promovido un homenaje al maestro Carmelo Larrea autor del pasodoble “Benidorm,
Benidorm,” y apareció un personaje diciendo que la pieza era suya.
Cecilio contraatacó hasta desmontarle la paraeta
al impostor y poner las cosas en su sitio, y en favor de la viuda de Larrea, Josefina Reguilón. Es que Cecilio,
siendo músico, tiene un doctorado cum laude en gramática parda por lo que no
duda en coger pluma y papel y cantarle/contarle a quien sea las verdades del
barquero. Va por la vida de llanero solitario; un ranger de Benidorm-Texas a
cara descubierta. Y lo mejor: siempre va de frente… y su revólver es la pluma.
No es nadie Cecilio; le faltó tiempo para responderle al
personaje musical de antes… o hacer lo propio al mismísimo José Luis Coll cuando publicó aquel absurdo “Benidormes” (julio 1987), o al honorable Andrés García Reche (en el tiempo que era conseller de Turismo de
la Generalitat) cuando tonteaba con la imposición de la “maca paraguas” Mediterránea
(como si Benidorm… o Torrevieja la necesitaran) y los tipos de turistas que
optan por Benidorm (aquí el turista que viene siempre es el mejor,
independientemente del parné por
porte), o al Diario El País por un
reportaje donde criticaba el urbanismo en altura, o al Diario Información cuando no ha estado fino en
la crítica a Benidorm, o al extinto Diario
16 por alguna información puntual, o a Pedro
Mario Herrero cuando desde Época
criticaba las macrofiestas de Benidorm… ¡a quien sea! A quien sea que diga algo
negativo de Benidorm. Aunque tampoco escurre el bulto a la hora de elogiar a
quién o quienes vierten sus opiniones ecuánimes sobre este destino, o incluso reconvenir
a quienes adulan Benidorm… y por ello les pide mesura. Él es así. Y, además,
siempre está siempre ojo avizor.
Ahora mismo, desde Amsterdam
(su Anita es holandesa de altos vuelos; azafata), seguro que está subido en la
torre de la Westerkerk oteando este enclave de la Costa Blanca. Le he dicho que
se tome una cerveza a mi salud; que como la Iglesia del Oeste está junto al Prinsengracht,
que me ande un poco hasta el Singel y que en Van Zuylen haga honor a nuestra amistad. En la Torensluis, junto a la estatua de Multatuli (un escritor anarquista holandés, de nombre Eduard D.
Dekker, que firmaba Multa tuli, “mucho he sufrido”), le servirán una buena
cerveza los de Van Zuylen. Es que a ambos, si algún día nos perdemos, que nos
busquen en Benidorm… o en Amsterdam.
Lo último, último, de Cecilio es el disco de Nikki (In Benidorm). Ya lesconté en un post en octubre último. Pero es que ahora he disfrutado del máster
completo (14 temas) y es que es una gozada. Help me forget you (Ayúdame a olvidar) y Listen,
my love (Escucha, mi amor)
son dos bombazos de aúpa. Le he puesto un e-mail para vez si podía enlazarlas
al post y… las nuevas tecnologías y él (incluso yo) no van (vamos) de la mano.
Pero no desespero. En 15 o 20 días lo tengo de nuevo por Benidorm. Yo tengo un
máster en un CD, pero debería estar sonando en todos lados; en una genialidad.
"Climo" de Taylor "de andar por casa" (Datos 2012). En el recuadro del Confort Climático tenemos más bien poco |
El único “pero”
que le pongo a Cecilio es que en sus escritos siempre menta las bondades del
clima de Benidorm y siempre me cita los diagramas de Singer y Taylor … y
cualquier día me saca el diagrama bioclimático de Olgyay… y en Benidorm lo pasamos bien, Cecilio, y
tenemos calor en verano y poco frío en invierno; mucho sol y, lamentablemente, excesiva
indigencia hídrica… hasta que se desmelena una gota fría. Pero de esto a lo de
estar en bien posicionados en el cuadrado del confort climático de Taylor,
querido Cecilio… dejémoslo estar.
No nos podemos quejar. Defendamos Benidorm, pero no entremos
en cuestiones de Bioclimatología…
que siempre saldrá un modelo de confort climático mejor. Lo nuestro, lo de
Benidorm, es que lo tiene todo a mano: playas, montaña, sol, ocio, gastronomía,
fiestas, cultura, tradiciones y diversión a tope en sólo treinta kilómetros
cuadrados perfectamente comunicados con el mundo mundial.
Pero tú, amigo Cecilio, quéjate siempre que puedas. Eso
significa que estás vivo.
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